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un nuevo comienzo 1



Esto era un sueño... ¡una maldita pesadilla!

Los jóvenes no daban crédito a lo que veían, una de sus compañeras se había desmayado y otros dos se dieron a la fuga gritando como locos, ellos, se habían congelado en su lugar.

Después del enfrentamiento" con Jedan, Snoutlout y los demás tuvieron que limpiar el lugar, por órdenes del dueño. El moreno se deshacía de la vergüenza, su sequito de lambiscones le miraba con odio y no dudaban en echarle en cara su mentira, Heather era la más enojada, si las miradas mataran el chico ya habría fallecido más de 30 veces en esa tarde.

Pero su tortura no termino ahí, ya era tarde, habían excedido el toque de queda, por lo que dos oficiales les acompañaban para hablar con sus padres.

-estas feliz imbécil, ahora mis padres me castigaran de por vida.

Sin ningún tipo de contemplación Heather golpeo la mano herida de su compañero, sacándole un grito de dolor.

-eres un maldito embaucador, ya verás mañana cuando todos en la escuela se enteren.

Aguantando las ganas de llorar el moreno aumento el paso, sabia el infierno que le esperaría a partir de mañana.

-hey chico alto, no te adelantes o...

¡BRUMMM!

Un temblor les sacudió, obligándolos a detenerse. Se escuchó un feroz rugido (ese que Chimuelo hace antes de disparar), los ojos de los presentes se clavaron en la maleza, se encontraban frente a la entrada secreta del metro, las plantas comenzaron a adquirir un tono purpura, el olor a quemado invadió el ambiente y...

¡KAPUMM!

Una bola de plasma salió disparada, calcinando toda la vegetación.

El proyectil se impactó en la vieja estación de gas, provocando que los residuos de petróleo se incendiaran y ocurriese una ligera explosión. Los transeúntes cayeron al piso algo atontados.

-¿Qué...que fue eso?

-no lo sé.

-¿chicos están bien?

-¡agh! ¡Mi mano!

Snoutlout se levantó adolorido, por ser el más cercano resulto con unas ligeras cortadas.

-¿Qué es lo que pa...?

¡AHORA!

El derrumbe fue inminente, de entre los escombros apareció una enorme bestia de color negro.

-¡AHHHHHH!

Los humanos gritaron aterrados ante tal espectáculo.

*****.....*****.....*****.....*****.....

"brinca al primer edificio que veas"

Rasmus no dudo en obedecer la orden. La vieja gasolinera apenas contuvo su peso, la imponente figura del reptil bañado por las llamas era digna de una postal.

-¡muévete! piérdete en los edificios.

Tomas e Hipo salieron de entre los escombros, los Torquemada pasaron de largo, ignorando a los asustados humanos. Treparon con maestría a la espalda del dragón, el cual comenzó a brincar de edificio en edificio.

-rápido, dispara a los transformadores.

Rasmus obedeció, en poco tiempo la ciudad comenzó a quedar inmersa en la obscuridad. Los cables se derretían bajo el fuego purpura y las casas quedaban a obscuras. La gente no tardo en salir corriendo a ver lo que sucedía.

-¿Qué paso?

-no lo se

-se fue la luz

-oigan ¿Qué es ese ruido?

Las calles no tardaron en inundarse de gente, que armados con linternas buscaban una respuesta.

¡KRAK!

-¿escuchaste eso?

-¿eh?

Las luces led iluminaron la estructura, el ruido se escuchó a un costado del edificio, pero , no se veía nada, solo las enormes ventanas y...

-oye... ¿y esas marcas?

-¿Qué serán?

-no lo sé... ¿ya estaban ahí?

Los edificios pronto se vieron decorados por profundos cortes horizontales.

-¡MAMÁ!

-María ¿Qué pasa?

-una enorme sombra acaba de pasar por mi ventana.

El aire se llenó con lúgubres gruñidos y respiraciones extrañas, las decoraciones avanzaban con rapidez así como el tambaleo de algunos edificios. Esa noche la ciudad se llenó de miedo, el hijo de la muerte y el relámpago había bajado a hacerles una visita.

En el muro.

-¿Qué diablos sucede?

-no lo sabemos señor, parece que exploto una vieja gasolinera y afecto los cables de luz.

-¡COMANDANTE!

Otro templario ingreso al despacho.

-Señor. El maestro Bladd, bajo hace una hora a la ciudad en ruinas, parece que ocurrió una enorme explosión ahí por lo que fue a investigar.

-¿Qué? ¡Maldita sea! ¿Alguna noticia de él?

-no señor, pero... ocurrieron más explosiones y varios edificios colapsaron, señor...fueron unos minutos antes de que la luz se fuera en la ciudad.

-¡Mierda!

El comandante salió disparado al pasillo, camino apresurado, por suerte los templarios contaban con su propia planta y... ¡CLICK!.... Adiós Luz.

-¡maldita sea!

*****.....*****.....*****.....*****.....

-buen tiro lagartija.

La flama purpura consumió la enorme máquina, localizada a unos cuantos metros del orfanato...pues quien creen que la cuidaba.

-oye... ¿Qué le paso a la casa? Hipo miraba sorprendido los restos de su vivienda.

-emmm....no...se...

-Camicazi no estaba ahí ¿verdad?

-claro que no polluelo, jamás arriesgaría a la pequeña, ella se fue con Aster mucho antes.

-uf, menos mal...hey, pa'... ¿y las monjas?

-emm...ya vámonos, perdemos tiempo valioso, lagartija a la izquierda.

-...o.O...

Con gracia felina Rasmus brinco al siguiente edificio, fijándose en su nuevo objetivo. El muro se encontraba a escasos metros de él, brinco y comenzó a trepar, tenían que salir cuanto antes.

-¿Por qué no hicimos esto desde el principio? en lugar de dar tantas vueltas destruyendo media ciudad, se quejó el menor.

-valla, puedo jurar que eres el primer adolecente que se queja por hacer actos vandálicos, se mofo su padre, - teníamos que causar una distracción antes de cargarnos el generados central, el muro se encuentra electrificado a medio camino, si nos lanzábamos así...pues... chicharrón...

-vale, entiendo.

-está bien Hipo, no sabías sobre...eh... ¡Dragón alto!

Rasmus obedeció, deteniéndose en seco, se pegó al muro como calcomanía. Arriba se escuchaban pasos ajetreados.

Cinco jóvenes templarios corrían a una de las bodegas en la cima.

-rápido, el comandante desea que despleguemos las luciérnagas.

-¡Sí!

-¡mierda! esto está mal.

Tomas saco un crucifijo de la mochila. Hipo lo reconoció de inmediato, era la medalla que le dieron por salvar a la ciudad de esos dos dragones...y ahora. El peli plata giró la gema del centro, se escuchó el caminar de una cuerda y después un click, el crucifijo se extendió en sus cuatro dimensiones, revelando una hermosa espada de plata.

-escuchen, los distraeré y ustedes aprovecharan para desplazarse al otro lado, a mi señal brincan a la cima ¿entendido?

-y ¿Cómo vas a llegar a la cima?

-fácil, que tu amiguito me lance.

-estás loco, te vas a matar en la caída.

-no te preocupes polluelo, he caído desde lo alto de este muro y no me paso nada, descuida estaré bien.

Un puchero se formó en la cara de Hipo, sus dorados ojos brillaron como soles y sus mejillas se inflaron, dándole un aspecto tierno ante la vista de su padre.

-no es justo, chillo el menor

-¿eh?

-yo quiero hacer lo mismo que tú, no es justo, entrenaste a Jedan y a mí no... ¡yo soy tu hijo!

Tomas alcanzo a sujetar a un mini Hipo antes que cayera, el pequeñín hacia todo un berrinche en el lomo de su novio, el ex templario suspiro, no era momento para dramas... ¿Por qué diablos tenía un hijo tan bipolar?

-Hipo si salimos de esta, te juro que te entreno.

-no quiero.

-bueno, pues entonces no.

-ah, pero a Jedan si lo entrenas verdad.

-con un de... yo no lo quería entrenar, me lo enjaretaron a fuerza.

Las orejas comenzaron a zumbarle, pese a que los humanos en su espalda hablaban bajito, intento entender lo que decían pero le fue imposible, esos dos hablaban más rápido que un cotorro. Rasmus se giró a verles, parece que se tenían mucha confianza, eso le molesto un poco, para empezar ¿Quién era ese sujeto? ¿Qué tipo de relación tenía con Hipo?

-ya Hipo, no es momento, lo reprendió el hombre con voz firme.

Ante la cara de enojo de su padre a Hipo no le quedó más remedio que aceptar, ya después podría hacerle berrinches a papá. Aun con sus mejillitas inflamadas el chico acepto la orden.

-ese es mi polluelo, si salimos de esta te compro un helado.

-si pa'

El peli plata beso la frente del mini Hipo despeinando un poco su cabello...no si los dos son igual de bipolares.

Tomas brinco a una de las patas delanteras de Chimuelo y señalo al cielo, el dragón capto la indirecta, le arrojo con fuerza, el templario apretó con fuerza la espada, esto sería rápido.

*****.....*****.....*****.....*****.....

-¡Andando! hay que liberarlas.

Los jóvenes extrajeron diez enormes esferas de cristal, dos de ellos se encargaron de activarlas; uno la sujetaba mientras su compañero abría un panel en la parte superior, saco un tablero e ingreso unos números, para después cerrar la tapa. La esfera comenzó a brillar y elevarse poco a poco.

-listo, ahora las demás, ayúdenme a...

-¡agh!

El grito ahogado de su compañero capto su atención, su amigo cayó al piso...inconsciente.

Je...eran unos niños, tan inexpertos como su polluelo, tontos, no cubrieron su espalda. Se desplazó hasta otro templario y le noqueo con un golpe en el cuello, uno de los chicos desenfundo su espada y le ataco, con un giro se deshizo del ataque, a la vez que golpeaba al chico con la culata de la espada y lo mandaba a dormir. Tan rápido como serpiente, le propino un golpe en el estómago a los otros dos, mandándoles a descansar.

-mmm, creí que sería más difícil, bueno, es hora de irse.

Se acercó despacio a la orilla, estaba por llamar a los chicos cuando...

¡FIUUUU!

Una daga paso rozando su nariz, gracias a sus habilidades logro evitarla, ja y el que se burló de los mocosos. Sus ojos se clavaron en el culpable, un viejo amigo y ex compañero de caza, el comandante de los templarios en ese lugar.

-enciendan las luciérnagas, ordeno el mayor.

Las balas acompañaron la orden, la espada de Tomas giro como rehilete frente a él, salvándole de los impactos, el peli plata se vio obligado a retroceder, esquivando los cortes que su excompañero le brindaba. El acero gritaba, el choque de los metales producía una lluvia de chispas que caían al frio piso. Esquivar las balas y detener los cortes, era todo lo que Tomas podía hacer, su compañero era fuerte...muy fuerte.

Hizo bien en seguir a esos nuevos reclutas. Se sorprendió mucho al ver como su viejo amigo les atacaba, no les asesino...pero. Las explosiones en la ciudad en ruinas, dentro de su ciudad, en el orfanato, todo era extraño, así como la carta que recibió del vaticano donde le ordenaban vigilar al sacerdote, no sabía que planeaba su ex compañero, pero lo averiguaría.

*****.....*****.....*****.....*****

El ruido alerto a Hipo, papi tardaba demasiado.

-grrr grr agh grrrr (Hipo que es eso)

Una esfera de luz comenzó a flotar a su lado, alumbrándoles tenuemente. La luciérnaga se desplazaba despacio, como si les cazara.

*****.....*****.....*****.....*****

-¡OH, DIOS MIO!

El grito de un anciano capto la atención de los ciudadanos, el hombre señalaba tembloroso al muro, habían pasado muchos años desde que vio una figura parecida y había rezado día y noche para no volver a verle nunca más, pero.

-Ma...Maestro.

Uno de los templarios señalo la sombra. El comandante alejo a Tomas con un corte y dio un vistazo rápido, ¡eso era imposible!

Los orbes dorados se abrieron con temor, ya los habían descubierto.

-¡HIPO DESTRUYE LA ESFERA! fue la orden que broto de sus labios.

-¿eh?

Hipo parpadeo algunos segundos, mirando el objeto, hasta que su cerebro reacciono.

-¡Rasmus, dispara!

La esfera de plasma redujo a añicos el cristal, pero ya era demasiado tarde, una lluvia de balas no tardo en caerles, Rasmus logró esquivar algunos, pero tres de ellos rozaron su piel.

-¡NO!

Tomas arrojo tres de sus navajas, alejando a los templarios de la orilla, el peli plata corrió a la orilla, deseando que su hijo se encontrara bien. Por desgracia no alcanzo a llegar, una liana se enredó en su pierna, sujetándole con fuerza; el látigo de maleza apretó con rudeza, casi rompiendo su pierna, con un giro le arrojo lejos.

-no desperdicien balas, enciendan las luciérnagas y tendrán una mejor visión.

-sí señor.

Dos de los chicos continuaron el fuego, mientras sus compañeros encendían las esferas.

Los látigos volvieron a surgir de las palmas del comandante, en esta ocasión acompañados de filosas púas. Tomas apretó con fuerza la espada... ¡Malditas mejoras genéticas!

-la red, desplacen la red. Ordeno el comandante mientras se arrojaba contra su oponente.

Uno de los jóvenes obedeció, salió disparado internándose por unas escaleras.

Los globos de cristal inundaron esa parte del muro, alejando a las sombras. Los guerreros no tardaron en acercarse a la orilla.

-¿puedes verlo?

-no

-¿Dónde está?

*****.....*****.....*****.....*****.....

-ahu

-¿estás bien?

-si...pero pesas.... T-T

-¡cállate y sube! ò.ó

El tamaño de Rasmus era un blanco fácil, solo había que eliminarlo. Los jóvenes escalaban el muro, una tarea difícil...pero para Rasmus. El pobre moreno tenía que incrustar sus garras en esa dura piedra, mientras cargaba a su espalda al pecoso.

-apúrate, están arrojando más de esas esferas y nos van a ver.

-ya...pugh...voy...uf....

Con mucho trabajo, y el hígado de fuera, lograron llegar a la cima. Se habían alejado unos metros para escapar de la luz.

-vamos, tenemos que...

-cuidado.

Rasmus alcanzo a jalarlo antes de que la puerta les diera de golpe. El moreno le arrastro a un costado, cubriéndolo con sus alas. Del cuarto salieron ocho templarios, corriendo en auxilio de sus compañeros.

-Hipo ¿Qué hacemos?

-yo...no lo sé.

Hipo corrió al otro extremo del muro, esa cosa era más amplia que su escuela, sus ojos contemplaron el otro lado, aun se veía parte de la ciudad en ruinas y más haya...el mar.

-escucha Ras, debes irte.

-¿Qué?

-salta y cuando estés por llegar al suelo te transformas en dragón y planeas, de ahí corre hasta llegar al mar, huye, vete lejos de aquí, donde no te encuentren.

-pe...pero... ¿y tú? ¿no vienes conmigo?

Hipo le empujaba a la orilla.

-no, yo no me puedo ir, tengo que ir a ayudar a Tomas, morirá si algo malo le pasara.

Tomas, así es como se llamaba ese humano tan peligroso (en la opinión de Rasmus) y ¿Cómo que moriría si algo malo le pasaba? ¿Pues qué relación tenían? (sip, el muy bruto aún no se da cuenta de quién es -.- ). Rasmus freno de golpe, deteniendo los empujones del menor, molesto se giró y tomo las muñecas de Hipo.

-no, tu vienes conmigo.

-¿Qué? ¡Estás loco! no iré tengo que ayudar a mi...

-no, vas a irte conmigo, te guste o no, ahora eres mi pareja y no te voy a dejar.

Ahora era al revés en esta ocasión era Hipo quien se negaba a ser arrastrado.

-Rasmus suéltame, tu no entiendes tengo que...

-No, estoy harto de hacer las cosas a tu modo, ahora tú me vas a obedecer, nos largamos de aquí y se acabó.

Pero este Hipo no era tan fácil de manejar como su jinete (si no pregúntenle a Astrid). El pecoso planto los pies en el suelo y se zafo de golpe, con agilidad desenfundo una navaja, de quien sabe dónde, y la coloco frente a él a modo de protección.

-te dije que no, no voy a ir contigo.

Los chicos se miraron desafiantes, pese lo ocurrido las cosas entre ellos aún no mejoraban, ambos se sentían heridos y traicionados.

-lárgate, este lugar no es bueno para ti, ya te lo había dicho

Las palabras de Hipo le dolieron, pronto su mirada cambio a una de profunda tristeza.

-por qué... ¿Por qué no quieres estar a mi lado?

El tono tan triste en la voz de Rasmus logro suavizar al menor; el chico mordió su labio buscando calmarse, la ira que sentía se disipo, bueno tal vez nunca más volvería a verlo, así que...

-porque...no deseo ser un remplazo, la voz del chico estaba quebrada, -duele...mucho, duele ser la sombra de alguien que ya no existe, que el cariño que me das sea solo por nostalgia, por un recuerdo...lo siento Rasmus, te quiero...mucho, pero me duele que tú no me quieras de la misma forma, lo siento pero no seré plato de segunda mesa.

-pero, yo si te quiero, eres tú el que...

-¡te equivocas Rasmus!...Lo que tú quieres en mi es el recuerdo de tu jinete. Tú mismo lo dijiste, deseas que me comporte como él, que te trate como él lo hacía, pero...entiende, yo no soy él. Jamás voy a actuar y quererte como él lo hacía porque yo no soy Hipo el vikingo, yo soy hipo el huer...el chico guardo silencio por unos segundos, una sonrisa triste y a la vez feliz adorno su rostro, -yo soy Hipo Torquemada, hijo de Tomas Torquemada y jamás seré lo que tu deseas, nunca seré tu jinete. Hipo se acercó despacio y le regalo un casto beso en los labios, -y tú, no me puedes amar por lo que yo soy, porque aquí, tocando su pecho, -solamente vive tu jinete. De verdad te quiero y me habría gustado que tú me quisieras a mí, pero eso no va a poder ser, no mientras sientas algo por él, porque tú aun le amas ¿verdad?

Rasmus le veía estupefacto, no sabía que decir. Hipo suspiro decepcionado.

-está bien, así debe ser...vete Rasmus, huye de este lugar y busca ser feliz, te quiero, cuídate.

Hipo no dijo nada más, se dio media vuelta y hecho a correr donde su padre, tenía que ayudarlo. Tras el quedo un confundido dragón, pensando en lo que le dijo.

*****.....*****.....*****.....*****.....

Pelear contra Jedan fue, relativamente, fácil conocía sus movimientos (ya que él se los enseño) y linaje, era un chico predecible, no, no tuvo problemas...pero ahora.

Maximus, el comandante, fue uno de sus compañeros, el ultimo, le costó mucho trabajo librarse de él, ya que era un sujeto perseverante y de mente fría, en ese entonces era todo un prodigio y con el tiempo, mejoro.

-¡agh! ¡Mierda!

Su capucha se había rasgado, la sangre la empapaba, pese a su edad su ex compañero aún conservaba su agilidad. El látigo salió disparado contra su persona, Tomas alcanzo a esquivarlo, las dagas salieron a relucir pero fueron detenidas por un espiral. Pero Torquemada no se daba por vencido, una cadena de plata broto de su chamarra, esquivo el látigo y logro desplazarse entre las piernas de su adversario, el hilo plateado se enredó en estas y mando al suelo al comandante.

-¡maestro!

Uno de los jóvenes corrió en su ayuda, el chico desenfundo dos cold y comenzó a disparar. Los orbes dorados brillaron, con un zigzag el sacerdote logro ponerse a la altura del chico, dio un giro en el aire y le arrebato las armas, para después noquearlo. Tres disparos se clavaron en un hombro, pierna y abdomen, los templarios cayeron al suelo, Tomas corrió a la orilla, ni rastros de Hipo... ¿abrían cruzado?

¡bang! ¡bang!

Las balas continuaron, así como los choques de espadas y el esquivar esas lianas. Tomas comenzaba a cansarse, le hacía falta más ejercicio.

¡PIUUUUUU!

Las estacas que adornaban el muro comenzaron a sonar, un láser broto de cada una de ellas, entrelazándose, en segundos una enorme red cubrió la ciudad por completo. Los ojos dorados miraban sorprendido...eso era nuevo.

-¡atrápenlo!

Logro detener un golpe, dos, tres, su pierna fue capturada de nuevo, las púas se incrustaron en su piel, rasgándola. Tomas cayó al suelo y los templarios no tardaron en abalanzarse sobre él. Apresado, postrado de rodillas, dos templarios le sujetaban de los brazos mientras un tercero, a su espalda, le apuntaba con su espada directo a la nuca.

-¿Por qué? ¿Por qué atacas a tus hermanos?

El oji dorado no respondió, su vista se encontraba clavada al otro lado de esa red, rezaba por que su hijo se encontrara a salvo.

-no dices nada...bien, estoy seguro de que la santa inquisición se deleitara obteniendo las respuestas, ellos te harán hablar ¡llévenselo!

Maximus dio la vuelta, al girar alcanzo a ver como una esfera roja pasaba a su lado. La bola se incrusto en el pecho del joven que sostenía la espada ¡kapom! el templario fue envuelto en llamas.

El joven grito aterrado, golpeando su cuerpo para apagar las llamas, choco con uno de sus compañeros, el cual inmediatamente se prendió. Tomas no desaprovechó la oportunidad, de un golpe se liberó de su captor, tomo la espada y corto la liana que apresaba sus piernas, tan rápido como un tigre se abalanzo contra su excompañero.

-lo siento Maximus, susurro mientras clavaba la espada en el estómago de este.

Hipo veía asustado lo ocurrido, cuando llego y vio a su padre capturado no lo pensó, tomo el primer objeto de la mochila y lo arrojo, jamás imagino que fuese una granada incendiaria.

-¡corre!

Tomas se acercó a él y lo jalo, alejándole de los templarios que ya iban en su captura. El mayor se detuvo al oír el sonido de las armas, detuvo las balas con su espada salvando a su polluelo. Hipo buscaba en la mochila... ¿ahora que arrojaba?

-el cuadro amarillo, arrójalo a sus pies.

-sí.

Por fortuna Hipo tenía una puntería excelente, si no era malo en deporte es solo que su profesor no le quería. Una capa de espuma adhesiva aprisiono a los templarios, Tomas tomo una bomba de gas lacrimógeno y la arrojo, para evitar los disparos.

-vámonos.

Corrieron hasta una torre, tenían que desactivar esa red y escapar.

-¿Dónde está el dragón?

-se marcho

-¡¿Qué?! ¿Pero, como?

-le ordene irse, era un blanco fácil y...

El chico no dijo nada más, su padre tampoco pregunto, ya después hablarían. Estaban por llegar a las escaleras cuando... ¡y se hizo la luz! Todo el muro se ilumino obligándoles a parar en seco.

-¡Demonios!

-¿ahora qué?

-no lo sé, tenemos que...

¡AHÍ!

El grito los congelo, el cañón de una enorme metralleta se giró, apuntándoles.

-Pa...pá...

Las balas salieron disparadas, el peli plata giro y acuno a su hijo, listo para recibir el impacto.

*****.....*****.....*****.....*****

-Dios...mío...

-¿Qué es eso?

-no...no lo se

-¡AHHHHHH!

Cuando la luz regreso la gente vertió toda su atención al muro, esperando que los templarios bajaran a revisar. Enorme fue su sorpresa al ver a semejante animal en la cumbre de la barrera que suponía protegerles. Los gritos de pánico no tardaron en escucharse.

*****.....*****.....*****.....*****.....

-Ra... ¿Rasmus?

Hipo veía asombrado a su amigo, era Rasmus, de eso no había duda pero, lucia...diferente. Las escamas en su columna brillaban, con una hermosa luz celeste, sus garras estaban afiladas al igual que sus ojos, un par de aletas traslucidas creció casi al final de su cola y una serie de tatuajes celestes cubrían sus patas.

-diablos... ¡no te quedes ahí parado, dispara!

Las balas salieron nuevamente, Rasmus rugió y un escudo los cubrió, los proyectiles rebotaban, incrustándose en las rocas.

-un...alpha... ¡tu amigo es un Alpha! ¿Por qué no me lo dijiste? la cara de ¿Qué mierda es un alpha? contesto su pregunta,-ah, olvídalo...oye, lagartija despedaza esa torreta.

Está bien...pero no soy una lagartija òó. La bola de plasma azul desintegro el metal, los templarios alcanzaron a brincar antes de que explotara.

-las estafetas más altas, deshazte de ellas, tenemos que quitar esa red.

Tomas jalo a Hipo y treparon a la espalda del dragón, preparándose para la salida. Una, dos, tres, cuatro, las estafetas se desintegraron como malvaviscos y la red desapareció.

-Escucha bien, eres un alpha, si puedes volar. Las aletas extra que te salen en la cola, úsalas como timón, pega tu aleta final a la piel y vámonos.

Rasmus le miro incrédulo.

-.... ¿aletas?...

-....

-....o.O...

-... ¡ni siquiera te diste cuenta que las tenías!

-mmm....nop...

-...¬¬, enserió Hipo, que bien te los consigues ¬¬.

-ya, no te burles.

¡AHÍ!

Más templarios se acercaban, Tomas logro lanzar otra granada de espuma y detuvo a sus atacantes.

¡RUMMM!

El sonido de más torretas les alerto, tenían que salir de ahí.

-¿Qué diablos esperas? ¡Vámonos!

-vuela Rasmus, sácanos de aquí.

Las alas no tardaron en moverse, creando una ráfaga de viento que alejo a los templarios, Rasmus se elevaba con dificultad, el dragón se iba de lado intentando nivelarse.

-no uses la aleta trasera ¡retráela, retráela!

Gracias a los dioses ninguno de sus antiguos amigos le veía, de lo contrario se abrían burlado por la forma poco agraciada con la que volaba, parecía un borracho en línea "recta", izquierda, derecha, derecha, izquierda, izquierda, izquierdaaaa.

Rasmus no estaba muy seguro de lo que paso, creo que tropezó (con que), el dragón perdió el equilibrio y comenzó a caer en picada. Los Torquemada se agarraron con fuerza de sus orejas reprimiendo el grito.

No, No, no podía fallarle a Hipo de nuevo, tenía que concentrarse, tenía que salir de ahí. Si logro convertirse en un jodido hibrido entonces...podía volver a volar, vamos, vamos...

¡AHHHHH!

La gente grito aterrada al ver la mole que se les acercaba, algunos corrieron asustados, otros se cubrían con las manos (como si eso les fuese a salvar ¬¬), pero el impacto no llego, por suerte. Sus oídos se llenaron con el sonido de un fuerte aleteo y los resoplidos del dragón.

Rasmus logro frenar a escasos centímetros del primer edificio. El dragón bufaba cansado mientras sus alas le mantenían en el aire... ¡lo logro!

Se escuchó un fuerte rugido, la gente fue arrojada al piso debido a una ráfaga de aire, la mítica figura del dragón se elevó majestuosa, siendo alumbrada por los reflectores, se escuchó un ¡bommm! y, en segundos, el hijo de la muerte y el relámpago...desapareció.

-Dios mío... ¿Qué fue eso?

-no, no lo sé.

-¿Dónde está esa cosa?

-no lo veo

-¿se fue?

-parece...que sí.

Tras varios minutos de silencio la gente logro reaccionar, se escuchaban gritos y llanto, tanto de alegría como terror. La policía intento hacer que regresaran a sus hogares, pero los ciudadanos se negaban, no fue hasta que los templarios, que bajaron a inspeccionar y ver los daños, les ordenaron retirarse cuando obedecieron, más seguros de tenerles ahí.

-mami ¿ese monstro regresara?

-no te preocupes amor, los templarios nos protegerán.

-¿lo viste? Estoy seguro de que los templarios le contuvieron durante todo el apagón.

-sí, ya lo creo.

-je, al final a esa cosa no le quedo más que huir.

-cierto...carajo, como quisiera ser un templario.

-si yo también, debe ser fascinante pelear contra esos monstros.

-yo creía que esas cosas ya estaban extintas.

-ya vez que no.

-parece que viven al otro lado del muro.

-¡qué horror!

-es por ello que nos prohíben salir.

-sí, la iglesia sabe lo que hay afuera.

-es verdad...así es como nos protegen.

-¡dios mío, que terribles cosas moran tras el muro!

-ah, por fortuna los soldados de dios saben cómo enfrentarles.

-cierto.

Con el susto y ese tipo de mentalidad la gente se volvió más dócil. Obedecían cualquier orden dada por un religioso y donaron gran parte de sus bienes para la restauración del muro, pero eso no fue todo, los chicos se ofrecían como soldados, deseosos por llegar a convertirse en un templario.

El Papa se vio complacido con esto, el rumor delataque a esa colonia pronto se expandió, los lugareños de otras ciudades estos,temerosos, se pusieron a su disposición, obedeciendo como corderos, aterradosde que la iglesia les diera la espalda y los dejara a merced de esos monstros.Si una nueva era comenzaba y él se encargaría de afianzar el poder, ahora solotenía que dar caza a un dragón, un buen instintivo para los más jóvenes, y a untraidor y su hijo...valla, quien diría que Tomas tenía un hijo. Parece quefinalmente esos pajarracos se revelaban, pero ya tenía esto previsto, siquerían una guerra el con gustó se las daría

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