Perdonen las molestias pero luego Wattpad no me deja escribir más.
Bueno, continuemos con la historia.
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El castaño comenzaba a sentirse mareado.

-Traspaso su corazón...El segundo era aún más fuerte, un Monstrous Nightmare, estos dragones eran impresionantes Hipo, Podían incendiar su cuerpo para pelear...en sus dos formas.

Hipo contemplo la osamenta, era más grande que su compañero, no tanto como Rasmus, pero si considerable, tenía una trompa larga y llena de grandes colmillos, su cabeza estaba decorada por cuatro cuernos, en toda su columna, hasta su cola, se apreciaban pequeños huesos, los huesos de sus alas eran muy grandes y parece que sus patas delanteras eran parte de ellas.

-La pelea contra este fue impresionante, mucha gente, los más viejos, narran la pelea como una batalla entre el bien y el mal...dicen que el padre luchaba contra el mismo diablo, contra un demonio cubierto de fuego, protegido por las llamas del infierno...pero eso no le sirvió, el Padre Thomas lo decapito con su espada y lo mando directo al infierno, de donde no debió salir jamás.

El corazón de Hipo se contrajo, si de por si su tutor le daba miedo, ahora con esto...le daría pavor. Pero eso no era lo más aterrador...No....jamás permitiría que Jedan, o peor aún, el Padre Thomas, se acercaran a Rasmus, primero muerto.

-La verdad, este demonio de fuego llevaba las de perder desde un principio...bueno, cualquier dragón, era imposible que derrotaran a un Torquemada, hablo orgulloso el rubio.

-¿Torquemada?

-¡ay por dios Hipo!, ¿acaso no sabes el apellido de tu tutor?, el chico bajo la cabeza apenado.,-ja,ja,ja, ¡ay Hipo!, Jedan lo miro divertido, -bueno, te contare otro pequeño secreto.

-La iglesia, El Vaticano, está formada por varias familias, algunas se dedican a predicar, otras...amplían los conocimientos de la iglesia, y otras, como mi familia y la del padre Thomas, somos sus guerreros. Sabes que nosotros no peleamos con cualquier cosa ¿verdad?

El menor asintió, ya había escuchado rumore, leyendas, de que los Templarios luchaban contra creaturas fantásticas y peligrosas, y la verdad ya no dudaba que existieran.

-bueno, para poder luchar contra ellos, nuestros antepasados se vieron obligados a...hacer sacrificios. La ciencia nunca ha estado peleada con la religión Hipo, esta es un conocimiento humano, y la iglesia desea proteger todo lo humano en el mundo, en principio, nosotros los templarios no éramos tan fuertes, por lo que nos vimos en la necesidad de mejorarnos, por medio de la ciencia.

-¿Cómo?

-por genética, experimentos. La iglesia experimento con sus familias guerreras, estas no se opusieron ya que era su deber obedecer, tardo mucho, pero finalmente consiguieron a sus guerreros perfectos, unos guerreros capaces de rivalizar con cualquier... "especie", tan rápidos y fuertes como ellos. Algunas familias desarrollaron habilidades particulares, algunos nadan más rápido, otros son más veloces, otros desarrollaron habilidades psíquicas, una gran cantidad de dones Hipo.

-y... ¿Cuál es el del Padre Thomas?, pregunto temeroso de la respuesta.

Jedan lo miro serio, en la mirada del rubio se podía apreciar la envidia, -Son inmunes al fuego, el fuego no los daña.

Hipo lo miro espantado.

-y sabes lo que es más impresionante...La familia Torquemada es una de las más antiguas, pero nunca se sometieron a alguna prueba, al menos a ninguna realizada por la iglesia, esa cualidad es...natural, genética. La iglesia ha intentado imitarla, pero...no se ha podido descifrar su código.

-pero... ¿Cómo?

-una mutación posiblemente, pero natural...con esa habilidad lograron destacar rápidamente en la orden, en la iglesia, en poco tiempo se volvieron la familia más importante y temida, para ser honestos eran los únicos que podían luchar con los dragones.

-¿solo ellos?

-por mucho tiempo fue así, aunque odie admitirlo, ningún otro templario era rival...pero todo eso cambio cuando llegamos a esta isla.

-¡¿qué?! ¿Por qué?

-veras, hace mil años, cuando los templarios llegaron aquí, la ciudad estaba desecha, debido a las guerras y uso de armas químicas, es por eso que está prohibido ir ahí, si queda radiación o cualquier otro desecho toxico, bueno, es peligroso.

Hipo asintió nervioso, oh, oh.

-los templarios recorrieron la ciudad, y encontraron lo que sería las ruinas de una especie de arena, ubicada bajo la ciudad. Y ahí, en el centro de la arena...un libro.

-¿un libro?

-un libro muy importante Hipo, un libro que cambio todo, un libro de...Dragones, Hipo lo miro asustado, -este libro nos revelaba todos los secretos Hipo, casi todas las razas de dragones estaban ahí, se describía detalladamente sus características, altura, peso, color, habilidades, y lo más importante...debilidades, todo una verdadera joya. Con esta información la iglesia fue capaz de crear armas y estrategias, todo lo necesario para derrotarlos, si bien los dragones habían evolucionado y se volvieron más fuertes, sus debilidades seguían siendo las mismas. Cien años después no solamente los Torquemada luchaban de igual a igual con los reptiles. Con esta información los dragones comenzaron a desaparecer, y la iglesia continúo en su ascenso.

No olvides que el conocimiento es poder Hipo. Y el conocimiento, bajo la tutela de Dios, se convierte en un poder divino.

Hipo no dijo nada, el chico intentaba procesar toda la información, eso era...terrible. Toda una raza, aniquilada, por el contenido de un libro.

Jedan se acercó sonriente al chico, acuno la cara de su amigo viéndolo fijamente, -sabes, es muy gracioso, el nombre del autor del libro...es Hipo, Hipo Haddock III el gran héroe vikingo, Los ojos esmeralda se abrieron asustados, no podía ser cierto, -es gracioso que el padre Thomas escogiera ese nombre para ti, ¿no crees?, es un nombre muy importante, el vikingo es muy respetado en la iglesia, sin sus conocimientos, aunque odie admitirlo, jamás abríamos derrotado a los dragones, o nos habría llevado más tiempo, ya que solo los Torquemada podían luchar contra ellos....Bueno. Es mejor irnos, no queremos que el padre nos encuentre aquí, ¿verdad?

Cerraron la sala y comenzaron a caminar a la salida, Hipo iba cabizbajo, si antes odiaba al vikingo, ahora lo aborrecía, ¿Por qué diablos había hecho eso?, ¿como demonios se le ocurre apuntar todas las habilidades de los dragones?, ¿no que quería protegerlos?, entonces ¿Por qué lo hizo?, acaso no pensaba, debió prever que alguien lo leería y lo usaría en contra de los dragones, los seres que él decía proteger. Por qué Jedan tenia Razón el conocimiento era poder, pero por desgracia ese poder también era usado para la aniquilación, en especial si caía en las manos equivocadas...en las manos de un humano.

-sabes, me costó mucho venir aquí, varios de mis compañeros deseaban esta oportunidad, hablo de repente el rubio.

-¿eh?, ¿oportunidad?

-el padre es una leyenda en Roma, muchos le respetan y quieren aprender de él. Mi familia tuvo que mover muchas influencias para conseguir una carta de recomendación del mismo Papa, en ella le suplicaba que me aceptara como alumno, por suerte lo conseguí y el maestro no se negó. Aunque no lo creas Hipo, ser entrenado por el último Torquemada es todo un honor, tienes suerte, tú lo tienes diario.

Suerte, acaso estaba loco, convivir con su tutor no era nada fácil, era muy estricto, se molestaba si no se hacían las cosas a su manera, lo obligaba a estudiar como loco y se enfadaba muchísimo si fallaba en alguna prueba, pero lo que más odiaba era su sequedad (no, enserio, es seco, a quien se parecerá ¬¬), en ocasiones había visto como tocaba la cabeza de algunos niños que asistían a la parroquia y les dedicaba alguna sonrisa, forzada, pero almenos a ellos le sonreía...Pero con él, era más que obvio que no le agradaba su presencia, incluso parece que la evitaba. Si se encontraban en la casa solo le hablaba por cortesía y le cortaba vuelta casi en seguida, la verdad ese templario estaba loco si creía que él era feliz al convivir con el padre Thomas, por muy héroe que fuera, por muy último Tor...un momento, ¿ultimo?

-Jedan, ¿qué quieres decir con último?

-El padre Thomas es el último Torquemada que existe, no tiene hermanos o parientes lejanos, y como sacerdote, tiene prohibido tener hijos, ah, será una enorme pérdida cuando la muerte lo reclame, ¿no crees?

Hipo no dijo nada, jamás pensó que el padre estuviera tan solo...como él.

Estaban por salir cuando Jedan lo detuvo, una sonrisa traviesa se formó en su rostro, con toda la calma del mundo se acercó a Hipo y lo tomo de las manos.

-y... ¿Qué me darás por contarte este secreto, eh Hipo?

Los ojos del menos se abrieron sorprendidos, en eso no habían quedado, aparte, ¿Qué diablos esperara que le diera?, acaso no se daba cuenta de que era pobre, ¡por eso vivía en un orfanato hombre!

-¿y bien?

-bu-bueno... Yo

El chico se puso nervioso, Jedan se acercaba cada vez más. Antes de que Hipo hiciera o dijera algo, Jedan tomo su rostro y lo beso. El ojiverde se quedó en Shock, su "amigo" lo estaba besando, el chico intento protestar...por desgracia, cuando abrió la boca para ello...pues, digamos que el templario entendió otra cosa.

Cuando su boca fue invadida realmente se asustó, no era una sensación desagradable, pero...tampoco era placentera. Hipo coloco sus manos en el pecho de su amigo, estaba por empujarlo cuando.

PORTAZO

Alguien se aproximaba por la escalera de metal. El sonido separo a los chicos, Hipo miraba al suelo, tan rojo como un tomate, por su parte Jedan se había puesto pálido, solo haba una persona que podía dirigirse a donde ellos estaban, y esa era su maestro. Asustado escondió a Hipo detrás de una vitrina.

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Cuando los ojos grises del padre observaron la habitación, se encontró con un Jedan contemplando una vitrina.

-Jedan, hablo serio

-ah, hola maestro, ¿Cómo le fue en su reunión?

-bien, ¿qué haces aquí?

-bueno, baje a entrenar un rato, pero no es divertido sin usted, hablo sonriente, -vamos, el chico señalo la puerta a la otra habitación.

Los ojos grises lo miraron unos segundos, bueno un poco de ejercicio antes de la cena no le caería mal, camino hasta su alumno, estaba por ingresar a la habitación cuando su vista se dirigió a su costado, en su brazo descansaba un libro grande y antiguo.

-adelántate, hablo, dejare primero el libro en la biblioteca.

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Hipo se había congelado al oír eso, el chico se deslizaba cual ratón a la salida, al mismo tiempo que su tutor avanzaba. Con agilidad se escondió detrás de otra vitrina cerca de la puerta.

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Jedan se puso pálido, si el padre descubría a Hipo los dos se podían dar por muertos, desesperado dijo lo primero que se le vino a la mente.

-no puede ir ahí, hablo nervioso, -Hipo estaba estudiando ahí, estaba muy concentrado, no creo que sea una buena idea molestarlo.

-no voy a molestarlo, solo dejare este libro y ya.

-po-por eso...es que... Hipo me dijo que usted lo incomoda cuando entra a la biblioteca y él está ahí, soltó de repente.

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El castaño trago grueso, ¿Qué?, eso era una jodida mentira, más bien el incómodo seria el padre no él, él no era el que lo evitaba como la plaga misma.

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Tomas lo miro molesto, enojado se acercó a su alumno.

-con que te dijo eso eh, el rubio asintió sonriente, -es extraño que Hipo hable contigo de eso, a él no le gusta hablar con la gente, hablo molesto.

-tal vez porque yo le caigo bien, somos buenos amigos.

-Enserio, Thomas se acercó a su alumno- ¿de verdad son amigos?, o solo él lo ve así y tu como otra cosa, menciono en voz baja, y visiblemente molesta.

Los ojos azules se contrajeron, en poco tiempo su mirada calmada se tornó en una mirada molesta, -¿qué quieres decir?

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En lo que estos dos discutían Hipo aprovecho la oportunidad, se acercó a la puerta y salió velozmente, camino tan rápido y despacio por las escaleras de metal, al salir se echó a correr directo a la biblioteca, estaba seguro de que el padre iría ahí, y si no lo encontraba, abajo a la mentira del rubio.

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-te he visto Jedan, en principio no me molestaban las muestras de solidaridad que le dabas Hipo, es pequeño y entiendo que necesita apoyo, pero tus...amabilidades cambiaron y eso no lo voy a permitir. Escucha bien ¡aléjate de Hipo!, no quiero que te acerques más a él.

El hombre se giró y se dispuso a retomar su camino.

-¿Por qué jamás lo diste en adopción?, soltó de repente el rubio, - he escuchado que llego aquí de bebe, que lo has tenido por dieciséis años, ¿porque jamás lo diste en adopción eh? Estoy seguro de que era un bebe adorable, aún lo es, cualquier familia habría estado feliz de cuidarlo. En el tiempo que he estado aquí, has puesto e adopción a Camicazi siete veces, se por qué las familias no se la llevan, toda pareja quiere un niño sano, que juegue y corra por toda la caza, por desgracia Camicazi no puede hacerlo... pero Hipo, él sí, cualquier familia lo habría aceptado, no tiene ningún problema físico, es listo, trabajador y agradable... pero tú no lo pones en adopción, ¿Por qué?

Los ojos del padre se contrajeron furiosos, con una velocidad increíble sujeto a su alumno del cuello y lo levanto hasta su altura (el chico le llegaba al hombro).

-no es de tu incumbencia, aléjate de Hipo jedan, no volveré a repetírtelo, te quiero lejos de él. Soltó a su discípulo y se encamino a la salida.

Jedan intentaba recuperar el aliento, el ataque de su maestro lo había tomado por sorpresa, antes de que el hombre saliera, soltó su ultimo comentario.

-¡¿lo quieres para Ti cierto?! Yo también he visto como lo miras cuando él no te ve...no pienso dejártelo anciano, hablo burlón.

El hombre no dijo nada, salió de la habitación en silencio, ya era hora de que ese sujeto se marchara de su casa.

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Hipo se encontraba sentado en el sillón, había tirado algunos libros a su alrededor y sostenía otro en sus piernas, se asustó un poco cuando escucho la puerta. Su tutor se acercó despacio, el hombre lo miro fijamente, Hipo se sobresaltó un poco pero no retiro la vista, jamás lo hacía.

-te he dicho que no tires los libros, lo reprendió el mayor.

-lo...lo siento.

Hipo se agacho a recoger los libros, el chico comenzó a apilarlos con cuidado a su lado, antes de pararse un libro negro se colocó frente a sus ojos, el castaño lo tomo con cuidado de las manos de su tutor.

-estúdialo detalladamente, después te hare algunas preguntas.

-S-sí.

Antes de salir Thomas se giró a ver a su protegido.

-Hipo, el chico se sobresaltó al oír su nombre, parece que si se incomodaba con su presencia, -quiero que te mantengas alejado de Jedan, no quiero que te le acerques, no es de confiar, ¿entendiste?

-ah...sí señor.

-bien...disfruta de tu libro.

El hombre no dijo nada más y salió.

Hipo respiro aliviado, la verdad no tenía que decírselo, después de lo que paso tenía planeado evitarlo por voluntad propia, al menos ahora tenía una excusa...No desobedecer a su tutor. Más relajado comenzó a examinar el libro.

Era un libro muy viejo y grande, con una funda de piel en color negro, casi se va de espaladas al leer el título, "Theatrum Sanitaris" de Ububchasym de Baldach. Era imposible, recordaba haber leído sobre ese libro, varias obras hacían referencia a él. En una ocasión le pregunto a su tutor por él, ya que Margot ni siquiera lo conocía, el Padre le dijo que era una verdadera obra de arte, fundamental en la historia dela medicina, y muy difícil de conseguir, y ya. Hipo lo reviso con cuidado, era un tratado de herbolaria que daba a conocer el uso terapéutico de algunas plantas. Contento lo llevo a su habitación, le seria de mucha ayuda al estudiar medicina.

Cuando llego la hora de la cena, su tutor lo mando a cenar con Camicazi, evitando así que se viera con el rubio en la mesa, al bajar lo mando a dormir, librándolo de limpiar (para la desgracia delas monjas), el chico obedeció feliz, la verdad se sentía muy cansado.

Por desgracia no logro descansar, en cuanto cerro los ojos la imagen del beso llego a su mente, ¿Cómo pudo hacer eso?, molesto comenzó a limpiar su boca con la palma de su mano, era un traidor, una perra, una zorra, jamás se lo perdonaría, como se atrevió a hacerle eso a Rasmus. Como se atrevió a e...

Bueno, realmente no lo había engañado, ya que ellos no eran nada, solo amigos...y nada más.

Eso no era justo, se suponía que con la distancia olvidaría a su amigo, pero la verdad, estaba peor, triste, melancólico, sentía que gran parte de él le faltaba, y podría jurar que en lugar de olvidar a su amigo se estaba enamorando más de él. Sollozando abrazo el libro, como deseaba que ese sentimiento se terminara, que el amor por su compañero desapareciera y regresar a su vida anterior, por desgracia no fue así. Después de una hora el joven se quedó dormido, tal vez no tenía el deseo de dormir, pero su cuerpo si, estaba al límite y exigua un descanso.

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A media noche su puerta se abrió, una enorme figura ingreso a su habitación, la sombra se acercó a la cama y cobijo al chico (el cual se encontraba destapado), con cuidado acaricio su cabeza y beso su frente, le retiro el libro y lo coloco en su mesa. Salió y se encamino a su despacho, tenía que redactar unas cartas, era momento de que ese mocoso se fuera de su casa y de la vida de su niño.

Y continuara...

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Espero que les gustara.

Un hermoso paste a quien me responda.
Cuales fueron los dragones a los que Tomas asesino.