Tres semanas después.

Ya llevaban casi un mes y nada, Chimuelo seguía exactamente igual, Hipo investigo una gran cantidad de mitos y leyendas que hablaban sobre transformaciones de animales a humanos o de humanos a animales (la mayoría eran de lobos y vampiros), incluso se atrevió a preguntarle a Jedan.

El rubio no le sirvió de mucho, cuando hablo con él solo le hablo de lo destructivo y peligroso que eran y nada más.

-ah, intentémoslo de nuevo...empecemos con tu pata delantera de acuerdo, el dragón asintió, -imagina que es una mano, ya sabes con dedos y uñas, imagina que es una mano como la mía.

Los ojos de Chimuelo se concentraron en la pata delantera izquierda, la miró fijamente por unos minutos, no lograba imaginarse como humano.

Hipo lo miro desesperado, acaso necesitaban algún tipo de ritual o algo, tal vez era un secreto que se pasaba de dragón en dragón, el chico bufo molesto, eso parecía no tener solución.

-olvídalo quieres, es obvio que no puedes hacerlo.

Chimuelo lo miro triste y agacho las orejas, de verdad lo intentaba, seguía las indicaciones de Hipo paso a paso, calmaba su respiración, miraba la luna por horas intentando escuchar o sentir algo, intento imaginarse como humano pero nada, incluso se quedaba practicando hasta que Hipo volvía a la noche siguiente. Melancólico desvió la mirada, no le gustaba decepcionar a su jinete.

El castaño lo miro y sintió una fuerte opresión en el pecho, ¿Por qué estaba siendo tan cruel?, era obvio que el pobre dragón intentaba complacerlo, y él, él se la pasaba regañándolo y gritándole, se reprendió mentalmente ¿Qué diablos le pasaba? no tenía por qué molestarse, es claro que una transformación no se logra de la noche a la mañana, en especial cuando no tienes a nadie que te enseñe.

Rápidamente se abrazó a una de las patas de chimuelo mientras se disculpaba, hace mucho que le había perdido el miedo y estaba seguro que lo que le dijo Jedan no era verdad, al menos no con ese dragón, con cariño comenzó a delinear las escamas negras mientras seguía disculpándose por gritarle. Chimuelo bajo su cabeza y comenzó a frotarla en la espalda de Hipo mientras ronroneaba.

-lo siento, es que de verdad quería ver tú forma humana...perdón por gritarte, el chico se movió un poco y comenzó a acariciar la barbilla del reptil, -¿qué te parece si jugamos eh?hace mucho que no jugamos, una risa gutural fue la respuesta- bien, juguemos al escondite, ¿de acuerdo? la bestia negra acepto gustosa, ya se había aburrido de las practicas, - perfecto, tú buscas primero.

Hipo se echó a correr a las calles, Chimuelo cerro los ojos y comenzó a contar, después de algunos minutos salió a buscar a su amigo, no tuvo ningún problema en encontrar su aroma, je, siempre se escondía en los lugares más estrechos para que no lo encontrara tan rápido, con paso tranquilo ingreso por una calle encaminándose a un viejo y pequeño edificio.

El castaño corría por la escalera de un edificio, la construcción era pequeña y angosta por lo que a Chimuelo le costaría trabajo entrar, con cuidado se acercó a una ventana, podía ver al dragón acercarse mientras olfateaba el ambiente; Hipo aguanto una sonrisa traviesa y se alejó de espaldas sin prestar atención, un leve crujido se hizo presente antes de que el suelo se abriera, en breve la figura del castaño desapareció.

Se escuchó un derrumbe, los escombros atravesaron el siguiente piso cayendo a la planta baja, Hipo alcanzo a sujetarse de milagro antes de caer otro piso, su lámpara cayo destrozándose en el suelo, antes de romperse el joven logro dar un vistazo al fondo, este se encontraba lleno de escombros, algunas maderas y varillas formaban pequeñas y afiladas lanzas, si se caía quedaría como alfiletero.

-¡DRAGÓN!, ¡DRAGÓN AYUDAME!, desesperado comenzó a llamar a su amigo, intentaba subir pero no lo conseguía ya que solo sus dedos lo sujetaban.

Chimuelo escucho el ruido y entro corriendo al edificio (tirando una pared en el proceso), el reptil podía escuchar los gritos de auxilio de su niño; cuando ingreso al piso donde Hipo estaba el suelo comenzó a crujir, con sus ojos busco rápidamente al castaño, había un enorme cráter en el centro de la habitación y de este sobresalían los dedos de Hipo aferrados a la orilla, dio un gruñido e intento acercarse.

-¡Dragón, ayúdame!, me resbalo

En cuanto dio los primeros pasos nuevamente el suelo comenzó a crujir.

-espera, no te acerques, grito espantado el chico, -no aguantara tu peso.

Chimuelo se detuvo en el acto, ¿entonces como lo salvaba? intento volar pero en cuanto desplego sus alas estas chocaron con las columnas ocasionando que el edificio temblara. Demonios, si no fuera tan grande lo salvaría sin ningún problema, decidido dio la vuelta, entraría por el piso de abajo y lo atraparía antes de que cayera, antes de que se marchara oyó el crujir de la madera, el suelo empezaba a quebrarse.

Hipo no aguantaba más, sus dedos se estaban cansando y tenían algunas astillas incrustadas, hizo un esfuerzo para intentar subir pero no lo logro, le faltaba más fuerza en las manos y un punto de apoyo, escucho como el edificio crujía, estaba por caerse y lo peor, le caería encima. Logro oír el rugido del dragón justo cuando el suelo comenzaba a ceder, sintió una ola cálida envolver el ambiente, la pequeña madera donde colgaba cedió y se rompió, espantado cerro los ojos esperando el golpe.

No sabe cómo o quien, pero "algo" lo tomo de la muñeca antes de caer y lo jalo, choco contra "algo" suave y cálido y se aferró a él, escucho un ruido espantoso y después se encontró tosiendo a causa del polvo que levanto el edificio al caer. Abrió poco a poco los ojos, aun tosía pero en menor cantidad, dirigió su vista atrás donde se podían apreciar los restos del edificio.

-ahhh, gracias a Dios estoy vivo.

Hipo dio un suspiro de alivio y se recargo en la "pared" donde estaba...una "pared" muy calientita...y suave; abrió los ojos con sorpresa mirando a su espalda, su vista se topó con el pecho desnudo de un chico, el cual era bañado por los rayos de la luna, a la espalda de este se podían ver dos enormes alas negras cubiertas de polvo.

-no...lo...puedo...creer.

Con cuidado giro su cuerpo para mirar mejor a su "asiento", un joven de unos veinticinco años lo tenía sentado en sus piernas mientras lo sujetaba de la cintura, Hipo dirigió sus manos heridas a la cara del chico, tenía una nariz un poco a filada, labios delgados, piel morena y dos inconfundibles ojos verde/amarillos, su cabello era negro, le llegaba al hombro y tenía un corte irregular, en su cabeza sobresalían dos cuernos negros llenos de escamas...no, no eran cuernos, eran orejas, dos orejas de escamas negras, el castaño sonrió satisfecho mientras se sentaba a horcadas en la cintura de su amigo.

-lo vez, sabía que lo lograrías, esta es tu forma hibrida, le sonrió mientras acariciaba una de sus orejas.

Chimuelo lo miro confundido, inclino su cabeza y abrazo más el cuerpo del humano, al menos lo había salvado.

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Y se acabó, espero que les gustara el capítulo.

Perdón por dejar tan abandonada la historia, es que el trabajo y otros fics me consumen.

Los capítulos ahora serán más largos, por lo que me veré en la penosa necesidad de subirlos en dos partes cada uno ya que Wattpad no los carga en uno.

No olviden comentar y dejar una estrella si les gusto, nos leemos en el siguiente.