Descubrimiento y dolor (primera parte)
-es impresionante, casi pareces humano, murmuro el castaño mirándolo fijamente, -pensé que tomarías una forma como la del libro pero me equivoque...je...si no fuera por estas (tomando sus orejas) parecerías un chico normal, bueno las orejas, las alas y la cola, ja.
Chimuelo ladeó su cabeza confundido, ¿acaso no lo había hecho bien?
-¡oye!, ¿pero cómo lo lograste eh?, ¿Qué fue lo qué hiciste para transformarte?
¿Qué hizo?, la verdad ni él lo sabía, lo único que recordaba era el miedo de ver a Hipo caer y la impotencia de no poder ayudarle, una desesperación tan grande que bloqueo su mente; recordaba correr directo a Hipo cuando este estaba por caer, también sentir como una ola de fuego le envolvía por completo y su cuerpo más ligero, después de eso nada, ni siquiera como llegaron a la calle donde se encontraban.
-y bien, ¿Cómo lo hiciste?, Hipo lo miraba impaciente.
Chimuelo lo miro y negó con la cabeza, No, ni la menor idea de cómo lo logro.
-no...no lo sabes, el chico dragón volvió a negar, -ahhh, bueno no importa, lo lograste y eso es lo importante.
Chimuelo lo miro feliz y lamió su mejilla, esto provoco un sonrojo en el castaño, parece que aún conservaba sus costumbres dragonescas.
-ya... ¡ya te he dicho que no hagas eso! reclamo sonrojado, las orejas de chimuelo bajaron ante el reclamo ocasionando una sonrisa en el castaño, - no te preocupes, lo pasare por hoy.
Una ligera brisa nocturna ocasiono un estornudo y un ligero temblor en el dragón.
-¿Qué sucede? ¿frio?, el morocho asintió, -ja, es normal que tengas frio, estas sentado en plena calle y des....O///O....desnudo.
Finalmente la mente de Hipo hizo click, hasta ahora se percata que su amigo se encontraba desnudo, hasta ahora se daba cuenta de que esta sentado en sus piernas en una posición muy comprometedora, hasta ahora se da cuenta de que tenía sus manos en el cuello del azabache mientras este lo abrazaba. Un fuerte calor subió desde su estómago y llego hasta sus mejillas, el chico se paró de un brinco y le dio rápidamente la espalda.
-va...vamos...por... vamos por ropa, hay que vestirte, avergonzado comenzó a caminar mirando al piso.
Chimuelo lo miro extrañado, ¿ahora que le pasaba? decidió ignorar la reacción del humano y seguirle, comenzó a caminar detrás de él; demonios este nuevo cuerpo era más difícil de controlar, jamás había tenido un problema al caminar ya que sus patas tenían la misma dimensión, pero ahora, parece que sus cuartos traseros eran más grandes que los delanteros y esto le entorpecía al avanzar ocasionando que fuera despacio.
Hipo se acercó a lo que parecía ser una tienda de ropa, el castaño pego la cara al sucio cristal intentando ver algo, parece que sí, era una tienda de ropa, logro abrir la cerradura gracias a lo oxidado del pasador, -veamos que encontramos aquí, el chico dirigió la mirada a su espalda pero no encontró a nadie, - ¿Dragón? la calle lucia desierta y silenciosa, - ¡hey¡ ¿Dónde estás?, comenzó a caminar sobre sus pasos llamando a su amigo.
Chimuelo salía de una esquina, de verdad ese nuevo cuerpo no era muy útil. Los ojos de Hipo se abrieron como huevos al ver a su amigo caminando en cuatro patas.
-¿Qué...que estás haciendo? el chico se acercó su compañero
-grrrr grr (te estoy siguiendo)
-¿Por qué caminas así?
-grrr (como)
-no, no, haber levántate tienes que.....un momento..., oye Dragón di algo, ordeno esperando equivocarse.
-grrr rrrrg (como que)
-¡no!, ¡no es posible!, ¡no puedes hablar!, menciono espantado
-rrrg (¡¿QUÉ?!), más espantado
Los ojos de Hipo se llenaron de tristeza, eso no era justo, tanto trabajo que les costó (¿les?¬¬) y ese dragón no hablaba lenguaje humano, de verdad eso no era justo.
-grr, grrrsg grrr (oye Hipo que pasa)
Un golpe en su cabeza fue la respuesta.
-¡maldita sea!, ahora tienes que aprender a hablar, reclamo el chico, -pero te amuelas, vas a aprender quieras o no, sentencio firme, chimuelo lo miro asustado y asintió, -bueno, primero lo primero, tienes que caminar en dos pies, no en cuatro, haber levántate.
Hipo se levantó mostrándole cómo hacerlo, chimuelo lo imito con un poco de trabajo.
-ahora da un paso como yo, se colocó a su lado, -imita mis movimientos.
El azabache comenzó a imitarle, por desgracia su equilibrio no era muy bueno, no podía calcular y equilibrar correctamente el peso de sus alas y cola, en algunas ocasiones tropezaba o se iba de lado, por suerte Hipo alcanzaba a sujetarlo antes de que callera, al final el castaño le sirvió de bastón llevándole a la tienda.
-¡demonios!, se rompió la lámpara, ahora como voy a ver.
Una pequeña flama purpura se impactó en el mostrador, este comenzó a quemarse alumbrando el lugar.
-waaa, ¡¿puedes arrojar fuego a un esa forma?! Genial, el chico comenzó a buscar un poco de ropa para vestir a su amigo, Chimuelo lo esperaba sentado en la entrada meneando la cola.
-mmm, yo creo que esto servirá, volteo a verlo, -pero tendremos que hacerle algunos ajustes para que no te moleste, corto algunas partes de la ropa de tal manera que las alas y cola contaran con espacio necesario, en poco tiempo Chimuelo se encontraba vestido con un pantalón azul y una camisa negra, -¡te vez bien!...bueno, es hora de irse ya es tarde.
El chico ayudo a su amigo a caminar directo a la estación, tardaron un poco más de lo acostumbrado pero finalmente llegaron hasta el vagón.
-escucha dragón me tengo que ir, pero mañana regreso de acuerdo, Chimuelo negó y se sujetó a su chamarra, él quería acompañarlo, -no puedes venir, ya te lo he dicho, ese lugar es peligroso para ti, el azabache lo miro molesto, -no te enojes, te prometo que regreso mañana, de verdad...mientras practica caminar tú solo, pero cuidado en las escaleras que casi te caes.
El azabache desvió la mirada, ¿para que se había transformado? ¿para qué tanto trabajo si Hipo no lo dejaba acompañarlo? eso no era justo, él quería estar con el chico, por eso se esforzó tanto y ahora....este se negaba a llevarlo, era cruel; unas pequeñas manos tomaron su rostro.
-Dragón escúchame, donde yo vivo...ahhh, donde vivo es muy peligroso para ti, ahí no quieren a los dragones, aun con esa forma se darán cuenta de que no eres humano y te van a lastimar, ¿entiendes?
Los ojos de chimuelo se abrieron sorprendidos, ¿Qué no querían a los dragones?, guau que novedad, ¿acaso los vikingos se habían vuelto tan salvajes como antes? ¿de nuevo estaban en guerra las dos razas? Así que su amistad era un secreto de nuevo eh.
-por favor espera a que regrese mañana en la noche ¡no quiero que te lastimen!
Hipo lo miraba angustiado, y si lo desobedecía y le seguía, con esa forma seria más fácil para él cruzar, no, eso sería una locura, si bien la noche lo cubriría, en el día....en el día seria todo un escándalo, la gente lo descubriría y llamaría a la policía, oh peor, llamarían a los Templarios...no eso no lo podía permitir, si los templarios lo descubrían lo iban a matar...y él, él perdería a su único amigo.
-¡por favor! ¡por favor no me sigas! suplico el joven -es muy peligroso y no quiero que te hagan daño.
Chimuelo lo miro fijamente, se podía escuchar la preocupación y el miedo en su voz, dio un suspiro y coloco sus manos sobre las de Hipo mientras asentía, no, aun no era el momento de seguirlo.
-gra...gracias, te veré mañana en la noche ¿sí?, chimuelo le sonrió tranquilizándolo, -bueno, me voy, perdí la lámpara y me va a costar un poco más de trabajo llegar, hasta mañana, le dio una caricia a sus orejas y se marchó.
Chimuelo lo vio perderse en la obscuridad...genial parece que estaban como al principio.
--------------al día siguiente-------
-disculpa Margot, ¿tienes algún libro que mencione como aprender a hablar?...de los que usan con los niños.
La mujer miro confundida al joven, -pues...no, creo que no ¿para qué lo quieres?
-ahhh, es que llego un...niño al orfanato y quiero enseñarle.
-¿acaso es un bebe?
-.....sí....algo así ^-^
-...o.O...ah, déjame ver, ven en la tarde antes de irte, intentare conseguirte algo
-gracias Margot vales mil.
La mujer no encontró mucho material, por lo general los pequeños aprenden el idioma al escuchas a sus padres y las demás personas, le dio a Hipo algunos libros infantiles con imágenes grandes de cosas, animales, colores, etc.
Bueno si no le servían a chimuelo le podrían servir a Camicazi.
Cuando llego a su casa se encontró con un Jedan que venía subiendo las escaleras del sótano, el rubio tenía un raspón en la mejilla (que estaba inflamada) y a leguas se notaba que no había dormido en toda la noche.
-¡hola hipo! ¿Cómo te fue? pregunto mientras se restregaba los ojos.
Hipo lo miro sorprendido, ahora que lo pensaba desde que trajo ese misterioso paquete Jedan y su tutor se pasaban toda la noche en el sótano y no salían hasta la tarde siguiente.
-bien gracias...y tú ¿estás bien? te vez cansado
-si no te preocupes, el rubio le desacomodo el cabello y se retiró a su habitación.
-¿qué estarán haciendo? el castaño miro de reojo las escaleras, jamás ha entrado al sótano, su tutor se lo prohibió rotundamente, la única vez que desobedeció e intento entrar recibió una tunda que le borro las ganas de intentarlo de nuevo, -mmm, bueno la verdad no me importa lo que hagan ahí.
Camino a su habitación a dejar sus cosas, tenía que apresurarse con sus deberes y preparar lo necesario para salir en la noche. Cuando bajo de alimentar a Camicazi se topó con su tutor y Jedan, el rubio le dio una rápida sonrisa mientras bajaba las escaleras, ambas figuras se perdieron detrás de la puerta de madera. Hipo suspiro aliviado, entre más tiempo pasaran ahí menor era el riesgo de ser atrapado, salió de su casa y se apresuró a reunirse con su amigo, tenía muchas cosas que enseñarle.
Chimuelo tardo diez días en acostumbrarse a su nuevo cuerpo, practicaba día y noche, le costó mucho trabajo pero finalmente controlo el equilibrio y las dimensiones de su nuevo cuerpo, ahora podía correr por la ciudad y adentrarse en los callejones y lugares estrechos donde antes no tenía acceso, pensándolo bien ser pequeño no era tan malo.
-parece que ya no tienes ningún problema para caminar ¿verdad? que te parece si empezamos con el lenguaje, Hipo se encontraba sentado en una especie de parque.
Chimuelo se encontraba echado en el piso junto a una fogata, levanto la vista a su jinete y asintió feliz, Hipo se tumbó a su lado con un libro en manos, lo primero sería enseñarle el abecedario y las vocales.
-comencemos con las letras, haber di "A", un ligero gruñido salió de la boca del azabache, -no, escucha como lo digo, "A", mira mi boca, "A".
-waaaak
-casi, de nuevo
-waaaak
-no, otra vez "A"
Pasaron algunas horas practicando hasta que la fogata se consumió, en ese tiempo Chimuelo logro pronunciar las tres primeras vocales. Cuando terminaron se dirigieron a la salida de esa ciudad, en esta ocasión alumbraban el camino con una antorcha, ya que el chico no tenía planeado seguir gastando dinero en pilas para la lámpara; el vagón ahora contaba con más accesorios, Hipo lo decoro con unas mantas (cama provisional), algunos libros de la biblioteca, un par de lámparas, antorchas y algo de ropa.
-bueno te veo mañana.
Esa doble vida de verdad que agotaba al chico, ya tenía unas pequeñas ojeras (las cuales decidió cubrir con maquillaje buscando evitar sospechas de parte de su tutor)y últimamente se dormía en sus clases, tal vez debería de hacer un horario de visitas, o dormir un poco mientras Chimuelo practicara...bueno después le encontraría solución al asunto; entro por la ventana de la biblioteca a su casa, dejo su mochila junto a la puerta oculta por una pequeña mesa y se dispuso a cerrar su "puerta", un ruido a sus espaldas lo asusto, la puerta se abrió de golpe y la figura del padre Thomas apareció.
-¿Qué haces despierto a esta hora?, ¿Por qué esta aquí?
El chico se asustó al ver a su tutor frente a él, no se supone que no salía hasta el siguiente día, -e...escuche un ruido...vine a revisar señor.
Los ojos grises lo miraron fijamente, el hombre se acercó a la ventana para investigar, afuera solo reinaba la obscuridad y el canto de los insectos, cerro de golpe y miro al chico.
-tal vez fue un animal, ve a dormir casi amanece y tienes escuela mañana.
-s...si...señor
Hipo se apresuró a salir, podía sentir como su corazón latía a mil por hora.
Cuando el chico se fue reviso de nuevo la ventana, no había nada afuera, ¿un ruido? él no escucho nada...ni siquiera escucho a Hipo salir de su cuarto, recorrer el pasillo y entrar a la biblioteca, dirigió sus ojos grises a la puerta, últimamente su protegido se comportaba extraño, salió al pasillo y se dispuso a descansar, después hablaría con Hipo.
***///***///***///
-Casa, Perro, Rueda, manzana, las uñas afiladas y negras de Chimuelo señalaban los dibujos en un libro, su lenguaje se había pulido bastante.
-¡bien hecho chico!, toma tu premio
Los ojos de chimuelo se abrieron felices, lamio sus labios preparándose para degustar esa golosina que Hipo le daba, esa nueva forma de practicar sí que le gustaba, Hipo le dio un chocolate y observo divertido como su compañero destrozaba la envoltura para comerlo (je quien dice que los entrenamientos para perro no funcionan ^-^)
Se encontraban sentados en el estadio, sin lugar a dudas el sitio favorito del dragón, el castaño clavo su mirada en Chimuelo, en ocasiones le recordaba a un cachorro enorme y en otras a la pequeña Camicazi, la inocencia que demostraba en sus actos le fascinaba, cada cosa que le enseñaba la recibía gustoso como un niño pequeño deseoso de aprender.
-¿quieres otro? las orejas levantadas y una gran sonrisa fue su respuesta, -ey, ey, Hipo lo detuvo antes de que le quitara el chocolate, -¿Cómo se dice?
Chimuelo inflo las mejillas haciendo un puchero, -ah, me das otro por favorggg
-favor, favor
-fa-vor
-buen chico, tú premio
Chimuelo comenzó a devorar su premio meneando feliz la cola, je, de verdad le encantaban los chocolates que le traía, bueno, los chocolates y las galletas...y el pan...y las pastas...y toda la comida que le llevaba, pensándolo bien ¿Qué comía? jamás se había puesto a pensar en ello ¿Qué es lo que comía durante el día? acaso no comía nada hasta que él llegaba, O ¿Qué había comido por más de mil años? sus ojos verdes observaron la silueta de su amigo, ahora que lo pensaba no sabía casi nada de su amigo...eso era absurdo, aun no le preguntaba sobre su vida y el objetivo de enseñarla a hablar fue para conocerse mejor ¿no?
-oye...dragón... ¿tú que comes en las mañanas eh? sí, primero lo básico después indagaría más.
Chimuelo ladeo la cabeza confundido.
-ya sabes, comida ¿Qué es lo que comes mientras yo no estoy?.... ¿si comes algo verdad?
¡ah! ¡comida! el azabache se levantó de golpe mientras lamia sus dedos, parecía que Hipo tenía hambre, bueno si quería comer algo aparte de los dulces él podía dárselo, tomo al castaño de su mano y comenzó a jalarlo saliendo del estadio.
Hipo le siguió obediente, parece que si comía algo, pero en esa ciudad en ruinas ¿Qué podría ser? Chimuelo lo llevo cada vez más lejos en dirección al norte, el azabache lo arrastraba desplazándose a una gran velocidad, la enorme muralla poco a poco comenzó a desaparecer, lo mismo ocurrió con los edificios, estos empezaron a escasear.
Hipo corría intentando seguir a su compañero, no conocía esa parte de la ciudad, pensándolo bien nunca llegaba más allá del estadio. Los edificios en esta parte se encontraban en condiciones deplorables, la maleza comenzaba a reclamar el territorio, los árboles y helechos aumentaron invadiendo el concreto y destruyendo algunas construcciones.
-o...oye...espera...hasta....hasta donde....vamos...ahhh
Chimuelo detuvo su loca carrera, parece que Hipo estaba cansado, el castaño recupero el aliento recargándose en las rodillas y respirando profundamente ¿hasta dónde lo llevaría? antes de que se pusiera en pie Chimuelo lo cargo y se lo hecho al hombro como si fuese un costal, reanudo la marcha cargando a Hipo.
Se adentraron en una especie de bosque, por varios minutos los ojos de Hipo se deleitaron con la fauna del lugar, no conocía muchas de esas plantas y otras solo las había visto en libros. Finalmente llegaron a un acantilado, el azabache comenzó a descender brincando entre las rocas, cuidando no lastimar al pequeño,al llegar a la playa dejo a Hipo en la arena con mucho cuidado.
-¡te he dicho que no me cargues como si fuera un muñeco o un costal! reclamo molesto, Chimuelo solo se rio y señalo al frente.
-waaa, es, es el océano, sus ojos verdes se abrieron fascinados, frente a él se encontraba el basto océano bañado por la luz de la luna, la arena blanca parecía brillar y algunos cangrejos deambulaban por el lugar.
-comida, menciono el morocho.
-¿eh?, ¿comida?, el castaño clavo su vista en los crustáceos, -¿comes cangrejos?
-no....peces, señalando el agua
-oh, entiendo, vienes a pescar aquí ¿verdad?
-si...como....peces.
Chimuelo se acercó al agua, sus pies descalzos pronto fueron bañados por las olas, Hipo lo miro divertido, el chico corrió a alcanzar a su amigo, el agua salada y fría empapo sus zapatos pero no le molesto, en poco tiempo los dos se encontraron jugando en la orilla de la playa, salpicándose con el agua y tumbándose en la arena.
Después de un rato Hipo se sentó y contemplo el lugar, el aroma a sal y la suave brisa inundaban sus sentidos.
-sabes, donde yo vivo no se puede contemplar el océano, toda la ciudad está rodeada por esa tonta muralla y no nos deja ver más haya, incluso solo cuenta con un parque en el centro y no tiene tantas plantas como las que pasamos.
Chimuelo lo miro confundido, Hipo le sonrió tristemente.
-...de acuerdo a la iglesia este lugar es muy peligroso, por eso está prohibido venir aquí....es obvio que es una mentira verdad, el chico dirigió su vista al mar, -je, que bueno que acepte ese tonto desafío, sus ojos verdes se clavaron en los del azabache, -es lo mejor que me ha pasado.
-¿desafío? ¿Qué es?
-ah, nada importante, se paró sacudiendo la arena de su ropa-oye jamás he hecho un castillo de arena ¿Hacemos uno?el morocho asintió confundido, claro que había hecho castillos, él le ayudo ¿acaso lo olvido?, -bueno, para ser honestos no conocía el mar, es la primera vez que lo veo, gracias por traerme aquí Dragón.
*****/////*****/////
(Continúa)
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