12
¡Debí haberle hecho caso a mi mente! No debí ignorar lo que esta me repetía con el pasar de los días.
Dime ¡¿Por qué tuviste que pronunciar su nombre?! Te estaba entregando mi corazón, mi cuerpo, mi pureza y ¡tu solo pensabas en él!
¡Desería poder odiarte! ¡Quitarte de mi cabeza! ¡De mi corazón!
Ya no puedo con tantas lágrimas que caen, mi vista es borrosa y pecho duele, todo en mi duele.
Me siento roto...
Me duele solo ser su reemplazo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro