Aarón
Ya conocemos la mayoría del pasado de Fer y Nahum, ¿pero qué hay de Aarón y Ash? Bueno, eso lo veremos.
Era una noche fría en invierno, la ciudad había sufrido de una extraña enfermedad que había acabado mayormente con la gente pobre.
No había algo para poder cubrirse o abrigarse para no morir de frío, mucho menos algo para poder encender una hoguera, al menos no olía tan mal por el frío, sin embargo, tenía que encontrar la forma de sobrevivir, sus padres habían muerto hace una semana, lamentablemente él también estaba contagiado, y no tenía muchas esperanzas de vida tanto por la enfermedad como por el congelado ambiente.
El hambre no se hizo esperar, por lo que decidió salir para al menos tener algo para comer, se había acabado las últimas raciones en la mañana, trató de aguantar la tarde pero en la noche estaba seguro que moriría.
Trató de pedir limosna, pero nadie se le acercaba, hasta que llegó a un restaurante donde por la parte de atrás tiraban las sobras, pero no podía comer de ahí, los perros no le permitirían robarse algo.
Al iniciar la madrugada decidió volver a casa, ya no había nadie, y no quería ser víctima de asesinato... O tal vez sería lo mejor para dejar de sentir ese dolor constante al respirar.
Antes de poder llegar se detuvo en seco, sus piernas no respondían y terminó callendo en la nieve, todo su cuerpo temblaba de frío, tal vez debía morir así, era mejor que soportar hasta inicios de primavera, sus llagas no habían sanado, era mejor morir antes de sufrir más, cerró los ojos aceptando su destino, lo último que escuchó fueron unas pisadas que poco a poco se iban acercando.
Logró despertar al no sentir aire, su cuello dolía y ardía demasiado, se levantó mareándose en el intento y terminó callendo al suelo, ¿dónde estaba? Era obvio que en la casa de algún noble, ¿pero exactamente en dónde y por qué? No sentía frío ni calor, se alteró al escuchar que alguien tocó la puerta, buscó dónde esconderse pero su cuerpo no respondió, la puerta fue abierta mostrando a un hombre alto vestido de negro y cabello largo, se acercó a él mirándolo con cierto asombro.
– ¿De verdad sobreviviste?... Bastante impresionante... Tal vez apenas habías enfermado...
– ¿Q-quién es usted? ¿Dónde estoy?... ¿Qué me hizo?
El mayor lo tomó del mentón examinandolo, la marca en su cuello estaba amoratada, no tardaría mucho en hacerle efecto, al final tomó su decisión y sonrió levemente.
– Lo importante es que te salvé, de hoy en adelante serás mi hijo adoptivo, olvida todo tu pasado... Eso ya no es relevante.
==============================
Ahora que lo pienso, nunca he mostrado la apariencia de este hombre
¿Quieren ver a este viejo sabroso hijoeputa?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro