
~1~
—Ya, ya cariño, —se escuchaba la voz gruesa del alfa mientras lavaba el parabrisas de un auto, cerca de un semáforo.
En cuanto el alfa terminó de limpiar, el dueño del auto le dió unas monedas a lo que el alfa agradeció y luego se fue a una banqueta para poder poner la monedas dentro de una bolsita de cuero.
—Mira cariño, ya podré comprarte la leche que te gusta, —dice mientras con suavidad gira la manta amarrada en su tórax, para poder coger a su bebé que estaba en su espalda. —No llores, pequeño, ya mismo iremos a casa.
—Ey Chanyeol, ¿Trajiste a Chanhyun? —se escucha la voz de una chica quien sacó al alfa de sus pensamientos.
—Oh sí, mi hermana estaba ocupada hoy y no pudo cuidar de él así que tuve que traerlo, —dice sonriente mientras acuna a su hijo para calmarlo.
—Bueno, trata de tener cuidado para que no se lastime, lo cuidaría hoy, pero estoy a full, —fue lo que dijo la chica mientras masticaba un chicle.
—No te preocupes, solo estaré un rato más y luego me iré, —dijo ondeando su mano para quitarle importancia.
Se despidieron y la chica se fue a seguir atendiendo su puesto de Tteokbokki, Chanyeol volvió a acomodar a su hijo sobre su espalda para luego coger sus herramientas de limpieza e ir hacia los carros que se habían detenido por el semáforo para empezar a limpiar a cambio de lo que los conductores quisieran darle.
Pasaron algunas horas entre llantos de su hijo y algunas personas maleducadas que no podían negarse a su servicio de manera menos grosera, agradecía a los que eran más respetuosos. Así paso la tarde y sin darse cuenta, el sol ya estaba ocultándose por lo que Chanyeol prefirió coger sus cosas e irse con su bebé ya dormido.
Chanyeol estaba caminando hacia su casa ya que los buses no habían querido dejarlo subir debido a sus vestimentas sucias y mojadas. El alfa estaba acostumbrado a ello por lo que no se enojo ni discutió y prefirió hacer su camino a pie, no quería despertar a su bebé.
A veces tenía que soportar el hecho de ser asaltado teniendo que dar lo poco que había trabajado en el día, pero afortunadamente eran muy pocas veces las que le había sucedido. En esa noche no hubo nada anormal así que Chanyeol suspiro tranquilo en cuanto llegó a su casa; una humilde villa cuyas puertas eran cortinas, la única puerta real era la principal; y en lugar de un techo de loza, era de lámina, no tenía lujos, solo lo suficiente para poder vivir y Chanyeol estaba orgulloso de que aunque no era un caserón, era suyo ya que el había trabajado para tenerlo.
En cuanto entro a su casa, quitó a su bebé de su espalda para ponerlo entre sus brazos, y luego llevarlo a su cuna que estaba en una habitación junto a la suya. Realmente el cuarto de su pequeño era el que mas cosas tenía y esperaba poder seguir comprando lo necesario para él.
El alfa fue directo a la cocina para poder preparar algo con las pocas cosas que tenía, encendió la llama de la cocina para prepararse unas salchichas fritas con arroz, luego pondría salsa de tomate para poder darle un poco más de sabor.
En cuanto terminó de comer fue a la ducha para bañarse, como no quería desperdiciar el gas de su calentador de agua, debía bañarse con el agua en la temperatura del momento y en ese momento estaba sumamente fría, Chanyeol agradecía ser un alfa ya que su temperatura corporal era más alta que los demás así que soportaba bien.
En cuanto salió, se seco y se puso una vieja pantaloneta junto a una camiseta que tenía algunos agujeros por los ratones que antes venían, el gatito callejero que venía de vez en cuando para que Chanyeol le dé algo de comer, solía matar a cualquier rata o ratón que aparecía.
El alfa quedó profundamente dormido cuando su cuerpo cayó en la cama, ni siquiera se había cubierto con las mantas, realmente se sentía muy cansado.
Los ojos de Chanyeol se abrieron lentamente cuando pudo escuchar el llanto de su bebé así que se levantó y fue hacia la habitación de Chanhyun quien se movía mientras lloraba por lo que lo cargo para revisarlo dándose cuenta que tenía su pañal sucio así que se dedico a cambiarlo, daba gracias que su hijo no era un bebé difícil y siempre colaboraba con él. En cuanto estuvo limpio dejo de llorar y se durmió, entonces lo volvió a dejar en su cuna.
Chanyeol bosteza y estira sus brazos para luego apoyarse ligeramente en la cuna y ver la cara de su bebé mientras dormía, el alfa pensaba que se parecía tanto a su madre que a veces le dolía, pero mejor decidió no pensar más en ello e ir al baño para lavar sus manos y luego dirigirse a la cama para seguir durmiendo.
Apena el sol salió, Chanyeol fue a la cocina para preparar el biberón de su hijo y su propio desayuno, en cuanto terminó de comer fue a ver a su bebé que estaba empezando a abrir los ojos y cuando vio a su padre extendió sus pequeñas manos a lo que Chanyeol lo cargo para empezar a alimentarlo.
—Hoy tu tía Yoora te va a cuidar, pórtate bien, pequeño, —acaricia los pocos cabellos del pequeño que más bien eran como una pelusa clara.
Cuando Chanhyun termino de comer, su papá le puso un tierno mameluco de perro de orejas largas. Chanyeol lleno la pañalera con las cosas indispensables para su hijo y luego salió de la casa para caminar hasta la de su hermana que estaba a tres manzanas más arriba.
Mientras caminaba con su bebé en brazos, veía a algunos omegas mirándolo mientras decían cosas como que era tierno entre risitas que para Chanyeol eran molestas, realmente a excepción de sus amigos o familiares cercanos, no soportaba ya a los omegas y prefería mantenerse alejado de ellos.
En cuanto llegó a la casa de su hermana tocó la puerta y luego de unos segundos, la omega abrió saludándolo para después tomar en brazos a Chanhyun quien estaba bostezando.
—¿Qué harás hoy? —pregunta Yoora mientras acaricia la cara del bebé.
—Hoy debo trabajar en el restaurante, espero que den buenas propinas. —Suspira y hace una pequeña mueca con la boca.
—¿No has sabido nada de él? —pregunta mientras arquea una ceja.
—No y tampoco quiero hacerlo, espero no verlo de nuevo, —dice con claro enojo en su voz, pero la omega también noto tristeza que al parecer el alfa quería ocultar a toda costa.
—Entiendo, —suspira ella para luego sonreír al bebé que la miraba. —Entonces buena suerte en tu trabajo, yo me haré cargo de Chanhyun.
—Gracias, te prometo que si algún día me hago rico, te daré todo lo que quieras, —se ríe mientras dejaba un beso en la frente de su pequeño.
—Sí, sí, te lo recordare cuando llegue ese día, —dice bromeando para luego despedirse de su hermano.
Chanyeol fue a la parada de bus que estaba cerca para poder ir a su trabajo, en cuanto llego vio que estaba lleno por lo que se tuvo que ir parado, agradecía que era temprano y aún no estaba tan cansado. Al llegar a su parada, bajo y camino unas cuadras hasta llegar al restaurante donde trabajaba tres veces a la semana de camarero aunque no era algo completamente fijo.
Desde que el alfa se volvió padre soltero, sus días en realidad se habían vuelto más pesados y cansados, aunque amaba a su hijo con cada gramo de su ser, admitía en su mente que hubiera preferido tenerlo a una edad dónde estaría mejor económicamente. Sin embargo ahora ya no podía hacer nada más que seguir trabajando para intentar darle lo mejor que pudiera y que tenga una vida saludable tanto física como mentalmente.
Chanyeol se la paso atendiendo mesas todo el día y la tarde, en ocasiones tenía que poner una sonrisa falsa cuando a algún omega se le ocurría coquetearle, cuando los veía, solo podía ver el rostro de aquel omega que esperaba jamás volver a toparse en la vida y sentía como su interior se amargaba. Aunque prefería seguirles la corriente un poco ya que con eso conseguía buenas propinas y eso servía para poder comprar cosas que faltaran.
En cuanto su turno termino, dió gracias y estiró sus brazos, ahora debía ir a su segundo empleo; si pudiera, solo fuera a su casa para dormir un año, pero sabía que no podía por lo que se despidió de sus compañeros de trabajo para quitarse su uniforme e irse hacia la pizzería dónde era repartidor hasta las once de la noche.
En cuanto su trabajo termino, fue hacia la parada del bus dónde por suerte aún estaba uno, subió y fue al fondo para dejarse caer sentado mientras miraba a la ventana, sus ojos recorrieron las calles hasta que su mirada se poso en unas bancas con un rosal detrás, suspira cuando recuerda que a "él" le encantaba ir a ese parque para tomarse fotos.
Chanyeol se reprendió por andar pensando en ese omega y sacudió su cabeza para poder quitar aquella imagen de su mente, se había jurado no volver a sufrir por él y quería cumplir aquel juramento aunque a veces sentía que era muy difícil.
En el momento en que llegó a su destino, Chanyeol bajo del bus y camino hasta la casa de su hermana para tocar la puerta y ver qué ella salía con el pequeño en brazos junto a la pañalera.
—¿Sabías que era yo?
—No es como que yo reciba muchas visitas a esta hora, —se encoge de hombros y le pasa al bebé que estaba despierto.
—Siento venir tan tarde, —se disculpa mientras toma al pequeño que sonríe al verle. —¿Te has portado bien, mi niño? —dice mientras pone una expresión boba al ver la sonrisa de encías del pequeño.
—Se ha portado como un ángel, —dice la omega mirando con ternura al par en frente de ella. —Ve a casa, se nota que estás cansado. —Ella aconseja mientras se recuesta ligeramente en el marco de la puerta.
—Eso haré, se me cierran los ojos, —él dice somnoliento mientras se pone la pañalera en el hombro y procede a despedirse de su hermana.
Chanyeol se encamino hacia su casa y afortunadamente no le sucedió nada, pero cuando llegó a su casa y encendió la luz, se asustó profundamente al ver una figura parada delante de él. Su primer instinto fue sacar a la persona a golpes, pero luego sus ojos se agrandaron al ver al último ser que hubiese deseado encontrarse en su vida.
—¿Qué haces aquí? —su voz salió llena de enojo mientras apretó su agarre en su hijo como si deseara protegerlo del ser que estaba en frente.
—Quiero hablar contigo… —susurro.
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