Capítulo 19
Jimin:
Conozco esa mirada, le estaba coqueteando a mi novio; detesto a los entrometidos, a los chicos que solo quieren meterse con mi novio. Seguro se vieron en el supermercado; no puedo ni imaginarme a mi novio siéndome infiel, seguro por eso estaba fumando.
Además de que ese idiota nos interrumpió.
—¿Gusta café? —preguntó Yoongi.
—Claro. —contestó.
Mi novio le invitó a sentarse, luego me miró para que me pusiera a poner el café y servir a nuestra visita. ¿Qué piensa que soy? Me giré molesto a buscar una ollita para calentar agua. Había una abajo, la tomé y la llené de agua como para cuatro tazas.
—No hay café. —dije calentando el agua.
—Yo compré. Ahora mismo voy por él. —salió por el mandado que había dejado en el auto.
Miré desde la cocina al policía. Estaba mirando la televisión con Jungkook. Es un comportamiento muy extraño para un policía.
—¿Por qué crees que está aquí? —me giré asustado al escuchar la voz muy cerca de mi oído.
Era este sujeto que abusó de mí; yo me quedé estático, asustado, aterrado. Era mi violador, que yo asesiné. Sentí mis ojos humedecerse, ya no quiero seguir viendo a estas personas.
—¿Y-Yoongi? —llamé desde la cocina.
—Yo te diré, este policía quiere llevarlos a la cárcel. Primero se portará muy amable y después los hundirá, ¿ya viste su arma? Quiere matar a Yoongi.
¿Eso era cierto? ¿Por qué debería creerle a una alucinación?
—De-déjame solo, por favor. —murmuré, cerrando mis ojos con fuerza.
—¿Te encuentras bien, mi amor? —abrí mis ojos encontrándome con el rostro de Yoongi preocupado. Secó mi sudor con su suéter y después me dio un casto besito.
Había comenzado a sudar demasiado.
—Sí, es que me quemé. —reí nerviosamente, comenzando a acomodar el mandado.
—Tranquilo, solo no actúes extraño. —dijo ayudándome a guardar las cosas.
—No, cariño. —respondí componiéndome de la conmoción de hace rato.
Mi novio se quedó conmigo a preparar el café. Hice uno separado y le puse veneno para ratas. Yoongi solo me observaba, pero no me dijo nada acerca de eso, al parecer ambos habíamos pensado lo mismo.
Seokjin:
Mi café ya estaba tardando, volteé y me encontré con los chicos dándose un beso. Al parecer eran pareja, miré al niño de reojo quién me miraba atento con esos enormes ojos.
—Mucho gusto —le dije extendiendo la mano. Él me sonrió y sujetó mi mano saludándome. Miré su muñeca, no acostumbro a ver niños con muñecas, pero esto era muy adorable—. Qué bonita tu muñeca. —comenté intentando ganar confianza.
—Kookie su nombre es. —me respondió.
Aquello sonó extraño, pero entendible.
—¿Te gustan mucho las muñecas? —sonrió y asintió con la cabeza— ¿No te gustan los policías? —miró mi placa con atención y después mi rostro—. Lo tomaré como un no. Y dime, ¿desde hace cuánto vives aquí?
—Poquito.
—¿Cómo te llamas? Yo soy Seokjin, pero puedes decirme Jin.
Me miró sorprendido y después sonrió, amistosamente.
—Jungkook.
—Qué bonito nombre tienes —algo que puedo notar es que este niño parece actuar como una niña o alguien más infantil, por sus ojos le calculo unos trece años. Debe estar cerca de ellos o ya los tiene. Él solo se sonrojó por mi cumplido. Estamos tomando confianza, eso es muy bueno—. ¿Cuál es tu relación con esos chicos? —le pregunté, no quiero ni imaginar que lo hayan secuestrado. Porque vivir en un lugar así de escondido, debe tener sus razones.
—Son mis hermanos —vaya, la situación se ha vuelto algo incestuosa. Miré su silla de ruedas y le pregunté acerca de ella—. No puedo caminar ni sentir dolor en ellas.
Tenía una venda en una pierna, ¿qué habrá pasado allí?
—Lo lamento mucho, pequeño.
—Aquí está su café. —el joven chico de labios carnosos, me lo entregó. Le di un sorbo y este me supo muy extraño, que solo bastó un sorbo para notar lo malo que estaba.
—¿Ocurre algo oficial? —preguntó el otro chico.
—Es que se encontró un sembradío de marihuana cerca. —les expliqué
—Es nuestro. —contestó el chico de rasgos más femeninos.
—Qué bueno que lo admitan —dije. Claro que conozco ese sembradío. Yo soy el oficial que cuida el sembradío de los policías nuevos—. El problema aquí, es que, los que se encargaban de la labor de transportarla no han aparecido en días.
—¿Usted está de acuerdo con esto? —preguntó el chico de tez pálida, sorprendido.
—Una parte de ella es para uso medicinal. Bueno, creemos que este lugar fue al último que llegaron. Escuché que eran buenos amigos. —miré al chico pálido y de cabellos negros y él tragó saliva.
En definitiva ellos tienen que ver en este caso.
—No los conocíamos del todo, solo Namjoon venía a conversar con mi novio, y Taehyung... —habló el chico pequeño, se quedó callado mirando a la nada.
—Bueno, necesito realizarles unas preguntas para unas investigaciones.
El chico que me trajo el café sonrió levemente. Le dio un sorbo a su café. Me vi obligado a dar otro sorbo, sería de mala educación dejar la taza llena cuando yo acepté el café, solo que creo que le hacía falta azúcar.
No podía seguir pensando en ellos como chico paliducho, chico afeminado. Debía comenzar por sus nombres.
—¿Cómo se llaman? —saqué una grabadora y comencé a grabar.
Ellos la miraron confundidos, pero no cuestionaron sobre ella.
—Min Yoongi.
—Park Jimin.
Tenían apellidos diferentes. Esto no me lo esperaba, entonces quizás su relación no era incestuosa. Aun me sigo preguntando qué hacen aquí y por qué el niño dice que son sus hermanos.
—¿Cuándo fue la última vez que vieron a Namjoon y Taehyung?
—Llevamos bastante tiempo sin saber de ellos. —respondió Yoongi.
—No, cerca de cuatro días. —dijo Jimin, serio.
Miré que su pareja, este lo miró como sorprendido. Claro, no pudieron ponerse de acuerdo. Eran culpables. El simple hecho de mentir lo hace sospechoso.
—¿Qué hicieron cuando los vieron?
El chico apretó la mandíbula. Pude ver al otro chico acariciarle la pierna, como si intentara darle consolación de algo, y el niño en silla de ruedas se fue a su habitación.
—Ocurrió algo malo, no nos gustaría hablar de eso. —contestó Yoongi.
—Esto los convertiría en sospechosos. —solté esperando respuesta.
—Taehyung me violó —dijo al fin—, y lo asesiné.
Vaya, ahora veo lo que sucedía.
—Lamento eso, pero sabe que existen las denuncias, ¿y dónde está Namjoon?
—Le disparamos, porque me prometió que no nos pasaría nada y me violó uno de sus empleados. Era lo justo. —sus ojos se tornaron oscuros, me dio una sensación de miedo.
Claro, yo tampoco sería el mismo si a mí me sucediera eso.
Debía asimilar esta situación.
—Creo que... —me levanté— debes venir conmigo.
—¿Qué dice? Fue en defensa propia. —me reclamó su novio.
—Debe declararlo en la comisaría. Además, hay más casos que me hace pensar que tienen que ver con este chico —su novio se puso delante de mí—; debe declarar dónde están los cuerpos, cómo los asesinó, y le haremos un estudio para ver si necesita ayuda psiquiátrica. —le expliqué.
Eso pareció calmarlo. Él sabía que había algo malo con su novio, porque volteó a verlo con esos ojos de arrepentimiento.
—¡Yoongi! —gritó el chico—. No dejes que me lleve.
—Jimin —le dio un beso y suspiró, comenzando a llorar—, no sé qué hacer.
Jimin lo miró sorprendido y poco después él también comenzó a llorar.
He visto esto tantas veces. Era de esperarse que sucediera, estando ellos solos, seguro estaban acostumbrados a estar juntos siempre. Esposé una mano del sospechoso, y antes de poder esposarle la otra mano, sentí cómo me costaba trabajo respirar. Tosí demasiadas veces. Tuve fuertes escalofríos y comencé a sudar a gotas.
Ambos chicos me miraron sorprendidos, y vi asomarse una sonrisa en el rostro del sospechoso. Él me hizo esto y lo estaba disfrutando. Me tiré al piso abrazándome a mis piernas, mientras temblaba, la boca la sentí seca. Recordé a mi familia, a mi abuela en especial, cielos, debí hacer caso a la comisaría de esperarme a tener más pruebas para que no me dejaran venir solo.
Poco a poco los dolores en el pecho aumentaron y mi respiración se aceleró tanto hasta que...
Jimin:
Espero que ya haya muerto, no quiero ensuciarme las manos para deshacernos de él.
Yoongi seguía sorprendido por lo que acababa de pasar. Claro, él lo sabía, seguro pensó que no funcionaría o no sé.
Sentí un gran alivio al verlo muerto, porque iría a prisión y mi novio lo iba a permitir. Parece que Yoongi piensa deshacerse de mí, después de todo lo que hemos hecho. Tendré que estar más atento a mi propio novio. No soportaría que quisiera huir de mí. Yoongi es mi vida, y si él me deja, me quedaría sin motivos para vivir.
Me he hecho bastante dependiente de mi novio.
—¿En qué piensas? —le pregunté con curiosidad
—En nada, mi cielo —dijo volviendo a Tierra y abrazándome—. ¿A este lo lanzamos por el muelle?
—Tendremos que enterrarlo también.
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