Jimin:

Yoongi estaba entre mis piernas lamiendo y chupando mi falo. Es extraño, pero a él le gustaba hacer eso, decía que mi sabor era lo más delicioso que había probado, y eso es porque no se ha probado a sí mismo.

—Oh Dios... —suspiré, acariciando su cabello.

Mientras sentía su lengua por todo mi miembro, pude sentir algo extraño en él, y lo supe porque le acaricié la espalda mientras disfrutaba del placer que me daba con su lengua.

Su cuerpo tembló en cuanto sintió mis manos y lo sentí bastante tenso, ¿eso estaba bien? Lo detuve y lo tomé de la barbilla para que me mirara a los ojos, estos estaban vidriosos.

—¿Estás bien? —pregunté. Él mantuvo una mirada sorprendida y asintió; estaba mintiéndome. Hemos estado casi toda nuestra vida juntos y nuestra conexión no es un mito. Nosotros nos conocemos—. ¿Por qué mientes? ¿por qué quieres ocultarme cosas?

Y sin decirme nada, me envolvió en un beso de esos que hacen mi cuerpo vibrar. Acarició mi cortada del pecho mientras me besaba, unas sensaciones que me excitaban demasiado; pasión y dolor.

Y después de acariciarme y besarme se separó, sonriéndome.

—Estaba preocupado por Jungkook. Debe ser difícil para él saber que eres su hermano también. —dijo acomodándose a un lado de mí, envolviéndome en un abrazo.

—Ese bastardo, estará bien. —comenté rodando los ojos.

Odiaba que Yoongi pensara en Jungkook mientras teníamos intimidad.

Mi novio suspiró y se levantó poniéndose su ropa. Miró su ropa un largo rato, y a su calzón le encontró un hoyito, jugó con él un momento para después continuar con su acción.

—Voy a salir —decidió—. Iré a comprar cosas que nos hacen falta.

—Voy contigo. —dije, y antes de poder levantarme, él me detuvo.

—Hoy te quedas con nuestro hermano —me ordenó—, y si le haces daño, no me volverás a ver en tu vida.

¿Toda la vida?, ¿qué sería de mí sin Yoongi en mi vida? Debía comportarme como un buen hermano para el inválido.

—¿Y no quieres que vayamos todos? —pregunté.

—No. —me dijo secamente y se salió.

Yo me apresuré a vestirme, y cuando salí, él ya no estaba. ¿Por qué estaba molesto conmigo? Habíamos tenido sexo, eso siempre lo arregla todo.

—Dijo Yoongi que nos quedaríamos solos —habló el de la silla de ruedas—. ¿Puedo ver televisión? 

Ugh, me giré a verlo, en una de sus piernas tenía una gasa que se sujetaba con una venda. Yoongi quiso curarlo él mismo. No puedo lastimarlo porque no podemos ir al hospital. Llamarían a nuestros padres porque aún somos menores de edad.

—Tú sabes que sí. —le contesté rodando los ojos.

Jungkook me sonrió y se fue hasta la sala. Ese maldito enfermo encendió la televisión en el canal para niños. No había notado que aún tenía a su muñeca Kookie con él, la sentó para que viera la televisión con él. Patético. 

No lo miraba del todo convencido en estar conmigo solo. Pero no planeaba hacerle algo. Yoongi dijo que me abandonaría y yo no me quiero quedar sin él. Al parecer, si quiero estar con mi príncipe, tengo que cargar con el pequeño idiota. Fui a la cocina para cocinar algo, claro, también debía hacer algo para él; planeaba un espagueti. A Yoongi le gusta cómo me quedan.

Mientras el espagueti se preparaba volví a mirar a la sala, Jungkook estaba temblando y tomó a su muñeca con fuerza. ¿Pues qué caricatura estaba viendo?

Jungkook:

Tomé a Kookie al sentir, de nuevo, la mirada de Jimin. Estaba muy asustado. él me miraba desde la cocina. Antes su carita estaba hichadita y sus ojitos eran casi inexistentes, pero ahora, su rostro está hundido y sus ojos se pueden ver debido a las enormes ojeras que tiene; no digo que no lo quiera, es solo que no quiero que me vea así, me estaba asustando mucho.

Se acercó un poco más mirándome y sin despegar la vista de mí.

—¿Qué miras? —me preguntó.

—Bob E-Esponja. —contesté. 

Jimin sonrió y se sentó a un lado de mí.

—Yoongi y yo lo mirábamos juntos. Él iba a mi casa y lo veíamos en la sala. Yo tenía una televisión enorme, y él decía que era como estar en un cine. —rió levemente.

Me pareció extraño el que me contara eso, nunca lo había hecho. Ahora tenía mucho miedo, mucho más que cuando se me quedó mirando desde la puerta.

—Mi hermano me dijo de esa tele. —comenté, ya estaban los comerciales.

—¿Tu hermano te hablaba de mí?

—Tú también eres mi hermano.

Frunció el ceño, ¿dije algo malo? Sujeté a Kookie muy fuerte.

—Lo sé, pero eso no te pregunté.

—Sí, siempre hablaba ti, dijo que mucho te quiere y que- —no pude terminar porque azotó su mano sobre mi mejilla. 

—Habla bien, yo no soy Yoongi para estar adivinando lo que dices. —me dijo entre dientes. 

Cerré mis ojos, esperando otro golpe que nunca llegó. Mis ojos se llenaron de lágrimas, me había dolido mucho este.

—Vuelve a decirlo.

—Me decía que te quiere mucho. —dije más tranquilo, intentando ir lentamente, pensando en las palabras que seguían.

—Muy bien Jungkook —dijo apretando mi mejilla—, ¿ves que no es tan difícil?

Yo aún seguía llorando, ¿qué diablos estaba pensando?

Jimin:

Yoongi ha sido muy blando con el inválido; estoy seguro que incluso miente con lo de sus piernas. 

—Yoongi creía que eras un peligro —volteé a ver a Jungkook, pero él estaba entretenido viendo televisión—, por eso es que él está contigo, porque te tiene miedo.

Miré a la cocina y no podía creerlo. Mi padre estaba parado justo ahí.

—¿Q-qué? —pregunté asustado—. Pero tú estás muerto.

Miré a Jungkook, quien me miraba muy asustado.

—Sigues haciendo las cosas mal, siempre lo has hecho —abrí mis ojos demasiado. Si había alguien a quien le temía, no quería decirlo, pero mi padre siempre fue mi miedo más grande. Siempre me daba razones para odiarme u odiar la vida que me tocó, era simplemente horrible, yo quería que él estuviera con mamá y que la amara. Quería una familia normal—, no sirves para nada.

—¿Cómo entraste aquí? —pregunté con miedo— ¿Qué quieres? 

Él solo me miró y me sonrió con burla. Lo vi acercarse hacia mí, comencé a temblar y a llorar.

—¿No querías a papi contigo?

Continué llorando como un bebé, sus peleas en casa me hicieron mucho daño, en especial su costumbre de ser perfeccionista, yo solo era un niño.

—¡Yoongi! —grité— ¡Yoongi! —llevé mis manos a mis orejas y grité con todas mis fuerzas el nombre de mi novio, intentando llamarle. Obviamente no iba a venir, por el contrario, Jungkook se acercó a mí y me miró muy asustado.

—¿Con quién hablas?