Jimin:

La vida da mil vueltas, parece que el inválido se ha acostumbrado a vivir con nosotros. Lo lamento por él, esto no debería ser así, pero lo es y esto es lo que debía pasar, yo lo tenía planeado así.

—¿Adónde vamos Jimin? —preguntó con dificultad.

—Iremos a ver a los peces —le contesté—, te gustan, ¿verdad?

Detuve su silla cerca del muelle. Él bajó su mirada, me acerqué hacia él y acaricié su mejilla.

—Jimin... —me dijo mirándome con esos enormes ojos que tiene. No eran como los de Yoongi, eran como los de mi padre, lo detestaba bastante. Pude ver cómo estos se humedecían.

—¿Por qué lloras? —le pregunté.

—Es que... —Jungkook tragó saliva y pensó en lo que diría— nunca antes había visto algo así —miró la laguna la cual desembocaba hasta el mar. Sonrió—. Es hermoso, nunca había podido dirigirme a estos lugares porque mamá creía que podía caerme dentro del agua.

Miré con seriedad a Jungkook, y resoplé rodando los ojos. No podía lanzarlo al mar, Yoongi me odiaría.

—¿Qué te parece si le contamos esta experiencia a Yoongi?

—Me encantaría.

Lo acerqué al muelle y lo dejé un rato a que la brisa golpeara su cara. Miramos juntos el ocaso. Sentí su mano acariciar la mía y la quité de inmediato.

—Debemos volver, Yoongi estará preocupado. —dije, y lo llevé de vuelta a la casa.

Y sí, Yoongi estaba parado en el porche esperándonos. Al ver a Jungkook corrió hacia él, ignorándome por completo, justo como cuando eramos niños.

—¿Te hizo algo? —preguntó con preocupación.

—Jimin me mostró el mar. —respondió feliz.

Yoongi me miró con esa mirada muy de mamá.

—Pudiste haberlo tirado, ¡pudo haber muerto!

—¡Solo lo llevé a pasear! —grité, porque él me gritó.

—¿Crees que no te conozco? —se acercó hacia mí y me tomó del cabello—. No quiero que te lo vuelvas a llevar sin mi permiso —reí. Yoongi jaló mi cabeza hacia atrás más fuerte—. ¿Entendiste?

—Sí. —contesté con una sonrisa.

Pero Yoongi no sonreía, él me miraba con ceño. ¿En verdad se había enojado? Fue con Jungkook, quien estaba cabizbajo, y lo metió a casa.

Ese estúpido niño, solo logró causarme lástima, por eso no lo maté.

Entré a casa y Yoongi comenzó a hablar de cosas que no me interesaban, en pocas palabras: Namjoon.

—Vino hace rato y le ofrecí una cerveza, estuvimos conversando de nosotros. Tenemos bastante en común. —suspiró.

—Eso es fantástico —solté con ironía—. Veamos si él puede amarte como te amo yo —dije cruzándome de brazos. "Tenemos bastante en común".

—¡Por Dios! ¿Vas a hacer una escena de celos solo porque tengo un amigo?

—No los necesitas, yo soy tu amigo.

—Tú eres mi novio, no mi amigo. —se llevó una mano a su cabello peinándolo hacia atrás.

—Fui tu único amigo cuando no tenías a nadie, siempre he estado para ti, he hecho cosas por ti, ¿no te das cuenta lo mucho que te amo?

Acercó su rostro al mío y dijo:

—Yo también he hecho todo eso, y no por eso asesino a todo aquel que quiera acercarse a ti. —se alejó y tomó una chamarra.

—¿A-Adónde vas? —pregunté al verlo ir al cuarto de Jungkook.

No contestó, solo tomó un suéter para nuestro hermano y lo llevó hasta el auto, lo ayudó a subirse; él también estaba confundido. No entendía qué sucedía, ¿me iba a dejar?, ¿iba a regresar?

—¡Yoongi! —grité—. No me dejes solo —dije con lágrimas en los ojos—. ¿Con quién vas?

—Piensa en todo lo que has hecho. —contestó enojado. Se subió al auto y se fue dejándome solo.

—Yoongi...