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— ¡Hyung! Está muy rico el helado.
Se encontraban nuevamente juntos en la heladería cerca del trabajo del alfa mayor.
Jungkook solía ir a visitarlo en sus descansos cuando no tenía que encargarse de alguna diligencia. Para Taehyung era sumamente tierno verlo en aquellos momentos en los que aparecía en su consulta, con una lonchera en sus manos mientras le preguntaba con unos ojos brillosos parecidos a bambi si ya había tenido su almuerzo, o cuando lo esperaba en las puertas de su trabajo para encaminarlo a su casa, bajo la excusa de que era muy tarde y podía ser peligroso para su persona.
— Kookie— el rostro del alfa se mostró con un semblante fuerte y preocupado. Sus ojos resplandecían con miedo, melancólicos.
Jungkook observó con detenimiento la expresión del alfa intentado descifrar la causa de su malestar, o la aparente incomodidad sobre alguna situación. Su corazón latiendo preocupado al intuir que algo podría ir mal con su madre.
— Uh. ¿Qué sucede Tae? ¿Por qué esa cara? ¿Pasa algo malo con mamá?
— Jungkook sé que esto posiblemente no sea de tu agrado, estoy consciente del peso que tendrán mis próximas palabras y sé que seguramente lo voy a arruinar todo.
Taehyung tomó entre manos temblorosas las del otro alfa y lo observó fijamente, sus ojos tristes y vacíos abrieron un hueco en el pecho de Jungkook. Su olor se amargó en cuestiones de segundos, pero a pesar de su evidente tristeza nunca abandonó la suave sonrisa de sus labios, ese hombre que lo observaba confundido y preocupado, solo merecía las mejores de las sonrisas. Le gustaría que de ser posible, el último recuerdo del alfa de él, no fuera uno en el que solo luciera destrozado.
— Anhelo que me digas lo que tu corazón sienta, por favor no te dejes guiar por lo que dicte tu mente, es nuestra mayor enemiga. No pienses en razas, costumbres, lo que está bien o está mal, no pienses en los demás, piensa en nosotros. Mírame como soy y no me desprecies luego de ver que quizás no soy como has pensado, no me olvides al ver que soy detrás de las sombras, recuérdame como soy— Taehyung acarició los dedos del alfa, mordiendo sus labios para contener un sollozo cuando Jungkook separó sus manos mirándolo confundido, alerta. — Perdóname, y te juro que nada de esto fue premeditado, Jungkook, nació de mi alma y así lo sintió mi corazón.
Las manos de Taehyung se alzaron con cuidado y encontraron un hogar en las níveas mejillas del otro. Lágrimas corrían por sus mejillas cuando observó a los ojos al otro alfa intentando decirle sin la necesidad de palabras lo mucho que estaba enamorado.
— Estoy enamorado de ti y quiero ser el hombre de tu vida— Pronunció débil, llorando con más fuerza al ver la expresión del otro alfa comenzar a encolerizarse. — P-Por favor p-permíteme conocerte y dame una oportunidad.
Jungkook se levantó de un tirón de su asiento y miró a Taehyung con una expresión sorprendida, asqueada. Quería creer que había escuchado mal, que todo fue un invento de su mente. Sin embargo veía al otro alfa llorar e intentar tranquilizarlo con gestos de sus manos, pidiéndole con voz rota que por favor lo escuche, que lo perdone.
Era cierto, había sucedido, y dolía, no sabía por qué, pero le dolía.
Su vista pareció nublarse y no pudo evitar tropezar con la mesa cayendo de rodillas en el suelo, al intentar levantarse para salir lo más rápido posible de aquel lugar.
Llevó con fuerza las manos a sus cabellos tirando de estos con rabia, se veía desperado, agitado. Recuerdos llegaron como balas a su subconsciente, un ensordecedor grito emergió de su garganta. Y le dolió, porque aquello que había dado por olvidado, volvió a torturar au mente.
«— Mami me gusta un niño del salón.
Binnie observó con ternura y amor a su dulce hijo. Se acercó con cuidado al pequeño que jugaba con un carrito y besó con cariño su cabecita de ricitos de oros.
— ¿Quién es el bonito omega cachorro?— Preguntó con voz dulce, sonriendo poquito al ver los ojos de su bebé brillar.
— ¡¡¡Se llama Jiminie!!! Es un bonito alfa que...
Un fuerte golpe en aquel delicado rostro impidió las inocentes y bonitas palabras del niño.
— Yo estoy escuchando mal. ¿Verdad Soobin? ¡Este puto mocoso no puede decir que le gusta un alfa!
— ¡Papá!— Chilló el niño al ver la manera en la que su padre zarandeaba con fuerza a su madre. Sus mejillas ya estaban pobladas de un triste llanto y su ojito ya se estaba poniendo morado.
— BORRA ESO DE TU MALDITA MENTE, INVENTA OTRO HECHO EN ELLA— Dongun golpeó continuamente la cabeza del cachorro mientras le gruñía tales palabras con su voz de mando.
— ¡Esto es para ti Soobin y este mocoso de mierda, como Jungkook siga con esas estupideces se me van de la casa! ¡No voy a mantener a una vergüenza de alfa!— Exclamó con fuerza antes de salir de la casa azotando la puerta.
La mujer se acercó al niño y lo llevó a su pecho en un fuerte abrazo intentando controlar su llanto. El pequeño sollozaba con fuerza mientras se aferraba a su madre, no comprendiendo que había hecho mal para que su papi lo observara de esa forma, su mami siempre le decía que amor era amor. No quería ser rechazado por su padre.
— Escúchame cariño, lo siento mucho pero debes sacarlo de tu mente, recuerda bien, ¿No me habías dicho que te gustaba la pequeña omega de los lazos rojos?
— Sí mami— pronunció con voz queda y neutral.
El cachorro secó sus lágrimas y observó con ojos fríos a su madre. Binnie se preocupó al ver algo fuera de lo normal apropiándose de los ojos de su niño.
— Ella es muy linda»
Jungkook intentó recomponerse del suelo sin embargo se tambaleó mientras llevaba sus manos a la cabeza. Taehyung lo tomó entre sus brazos para evitar que se diera algún mal golpe, entristeciendo al contemplar la manera en la que el contacto de su piel con la ajena, solo logró poner más alerta y agresivo al alfa.
Aquellos ojos que tanto amaba brillaron en un profundo amatista, manifestando a su lobo herido y enfadado.
— ¡NO ME TOQUES!— gritó Jungkook liberándose con brusquedad de su agarre. — ME DAS ASCO TAEHYUNG. ¡VETE!¡ME DAS ASCO!
— Me das asco Jungkook, asco.
Kim Taehyung dio media vuelta en su lugar cerrando sus manos fuertemente en un puño. No podía mentir y negar el hecho de que estaba destrozado, pero ciertamente se había preparado para este tipo de reacción.
Jungkook observó entre lágrimas el dolor y el rojo embriagador apoderarse de los iris de Taehyung cuando este lo observó por última vez antes de irse. Lo vio marcharse destruído, y sus ojos captaron la sombra que seguía esos pasos.
¿No puedes darle rienda a la voluntad que dormía bajo las sombras?
Ya falta poquito😁 Considero que en dos capítulos pequeñitos ya llegue la parte explícita y más extensa. No teman si tienen dudas, la verdad solo se esclarece en el epílogo, aunque pueden preguntarme y yo les respondo!!!
Besito.
mcridhe
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