Taehyung siempre pensó que en dos meses no era posible enamorarse tan profundamente de alguien, pero, observando al hijo de su paciente, comprendió que tal pensamiento jamás tuvo en realidad algún tipo de discernimiento. Su corazón nunca había latido tan frenético y desesperado por alguien.

Amar nunca había sido algo fundamental en su vida, amarlo, a veces dolía, pero a la vez la paz de ese amor le atraía.

Jeon Jungkook era en demasía la persona más hermosa y magnífica que alguna vez el alfa pensó conocer. Aquel rubio era el dueño y el máximo exponente de sus fantasías, más dulce y doloroso que una utopía. Taehyung soñaba a diario con el chocolate y el melocotón de su aroma, el hombre era su delirio.

El pequeño alfa estaba rico en valores, dicha sea esta, una de las características en él que más amaba. Jungkook era armonioso y generoso, laborioso y sentimental. Una quimera.

Taehyung estaba consciente de las abusivas jornadas de trabajo que tenía el chico, puesto que en el tiempo que llevaba atendiendo a su madre, pudieron consolidar una agradable amistad, juntos compartían muchos de sus acontecimientos personales, y en más de una ocasión sirvieron de consuelo al otro.

Quizás dolía verlo y saber que no podría ser suyo, pero él solo trataba de conformarse con esa bella amistad, nunca podría ser más que un amigo en la vida del otro alfa.

Aun recuerda la ocasión en la que sentados en una banca en el parque del hospital, Jungkook le comentó el proyecto que tenía de vida.

«Yo estoy dando cada parte de mí para trabajar y poder pagar el tratamiento de mamá, gracias a la Diosa Luna y a ti TaeTae hyung, está dando buenos resultados. Cuando mi madre disfrute de una buena salud, mi propósito será graduarme de la Universidad y encontrar una omega con la cual compartir mi vida y tener mi más deseada familia»
     

Fue difícil para él escuchar aquellas palabras dichas con tanto entusiasmo y anhelo, realmente comprendía que no había forma en la cual su amor secreto pudiera ser correspondido.

¿Dos alfas juntos? Jungkook era alguien sumamente tradicional en algunos aspectos, sin contar con el hecho de que sería imposible para ellos tener una descendencia, y ser padre era uno de los mayores deseos de su amado alfa.

Un frágil y delicado sueño nunca durará mucho.

Reprimir sus sentimientos era sin lugar a dudas su mejor opción, sin importar cuando sufriera y llorara en las noches por un hombre que nunca lo miraría con amor, no podría dejar de desear para Jungkook lo que este tanto anhelaba y necesitaba. Intentaría ser fuerte por él, sin importar que en susurros dolidos, su alma lo abandonara.

😎 hola bebés~