Culminada su ducha, Jungkook decidió salir del cuarto de baño para disponer a prepararse. En el camino hacia el amplio espejo que se exponía en el cuarto vestidor, el alfa cubrió su cuerpo desnudo con una bata de seda que tomó de la encimera del tocador para protegerse un poco de los temblores que estaba comenzando a sufrir.

Frente al espejo, determinó acomodar únicamente con sus dedos sus hebras doradas para obtener un aire seductor, consiguiendo un grato resultado debido a que parte de su cabello mojado se esparció con gracia por el contorno de su rostro, adornando sus fracciones masculinas, pero hermosas.

Finalizando con su sencilla rutina, aplicó un sutil maquillaje en su rostro y esparció un perfume neutralizador en su cuello, debido a que su aroma solía ser muy fuerte e incómodo para algunos clientes.