prologue
Celia guardó unas prendas de ropa en la maleta que estaba sobre su cama.
En sus auriculares sonaba la canción Boulevard of broken dreams, se concentró en guardar las pocas prendas que llevaría tenía que ser una maleta ligera para su viaje.
Celia no escuchó los golpes en la puerta de su habitación hasta que Stiles se tiró en su cama cerca de la maleta.
— ¿Qué haces aquí? — se quitó los auriculares.
— ¿Te vas de Beacon, sin decirme? — se quejó Stilinski. — ¿Cuándo pensabas decirme? O esperabas que el lunes por la mañana me enterara cuando no te viera en clase de historia.
Celia se dio la vuelta buscando unas prendas más.
— Hola para ti también, Stiles — rodó los ojos Celia acomodando una playera.
— No cambies de tema Celia Melinda Argent — la señaló Stiles. — ¿Te vas por lo que sucedió con Allison? ¿Por lo que yo hice?
Celia se detuvo de buscar su chaqueta volteando rápidamente tuvo que detenerse para no caer por el repentino mareo que le dio al girar tan rápido.
Vio a Stiles que miraba el suelo de la habitación, él los ojos de su amigo tenía pequeñas lagrima. La Argent lo acercó haciendo que levante el mentón para obligarlo a verla le partió el corazón ver una lágrima resbalar por la mejilla de su amigo.
Lo abrazó.
Por más que Celia y Chris le dijeran a Stiles que no fue su culpa y que ellos no lo culpaban por la muerte de Allison, que entendían que ella se sacrificó, Stiles sentía que Celia lo culpaba.
— Escúchame Stiles Stilinski— lo miró Celia. — Tu no tienes la culpa de la muerte de Allison, no me voy por eso. Al menos no por que crea que es tu culpa — suspiro y lo arrastró hasta la cama donde se sentaron nuevamente. — Todo esto con el Noguitsune, la muerte de Allison y el engaño de Derek — suspiró. — Necesito un respiro de lo sobrenatural.
— Puedo golpear a Derek — ofreció Stilinski.
Celia río. — No funcionaria, pero agradezco la oferta.
La Argent recargó su cabeza en el hombro de su amigo quedando los dos en silencio, le gustaba esos momentos a ella y vaya que los extrañaría, le noches de películas, la muchas charlas hasta tarde o cuando salían al bosque a cazar.
Stiles se levantó causando que casi caiga al suelo.
— Tienes que prometer que me llamaras todos los días — Stiles la señaló con su dedo. — ¿Lo prometes?
— Lo prometo — Celia se levantó estrechando su mano.
Tal vez Beacon Hills le había quitado parte de su familia, pero también le dio amigos, amigos que se convirtieron en parte de la familia.
Celia pasó el resto de la tarde junto a Stiles, ambos mirando películas y buscando momentos en los que pudieran reencontrarse, claro que Stiles no quería que ella se fuera, pero la entendía.
Celia entró al departamento tras despedirse de Stiles, su padre la esperaba para cenar junto a Isaac.
— ¿Iras a Francia con nosotros? — preguntó Isaac tomando una rebanada de pizza.
Celia tomó asiento junto a su padre, Chris le sonrió.
— No — negó. — Iré por mi cuenta a un lugar sin rumbo.
— Mientras no tenga que ver con algo sobrenatural, Celia Argent — Chris la miró con una ceja alzada.
Celia le sonrió a Chris con los labios pegados y una mancha de salsa de tomate en su labio.
— No te prometo nada papá. Puedes sacar a la chica del pueblo, pero no lo sobrenatural de ella.
El resto de la cena, Celia le dio consejos a Isaac sobre Francia e incluso le dio un diccionario que le compró.
Cerca de la media noche, Celia bajó con su bolso en manos metiéndolo a la parte trasera de su auto.
— Puedes irte mañana por la mañana — ofreció Chris. — Las carreteras están menos iluminadas.
— Prefiero manejar de noche, me da tranquilidad, además si tengo sueño paro en un lugar a descansar, papá, Eli quiere irse ya — se negó Celia. — Si me voy mañana, la manada va...
El pequeño Eli Hale descansaba en la parte trasera del auto con su mantita y un oso de peluche abrazándose.
— La manda va a intentar detenerte — concluyó Isaac detrás de Chris y Celia, ambos lo miraron. — ¿Qué? También quería despedirme de mi amiga.
— Ven aquí.
Celia abrió sus brazos para abrazar a Isaac, lo quería como a un hermano, durante el tiempo que salió con Allison pasó muchos días en la casa Argent, tanto que ya olvidó de cuantas películas vieron juntos.
— Voy a extrañarte bufandas.
Chris miró a su hija antes de dejarla ir, Celia era todo lo que le quedaba después de la muerte de Allison, le dolía que se fuera, pero también sabía que no podía mantenerla retenida toda su vida, debía dejarla ir.
— Me llamaras, recuerda que si llegas a necesitar algo...
— Papá — lo detuvo Celia. — Me entrenaron como una cazadora, se cuidarme. Además no voy indefensa.
Chris la abrazó, besó su frente como cuando era una niña. Junto a Isaac la vieron subir al auto hasta que esté se marchó sin mirar atrás.
Isaac había dejado un pequeño oso de peluche de un lobo en la parte trasera para Eli. Lo había comprado en una plaza cuando llevó al pequeño Hale de compras. Eli lo había querido tanto al decir que se parecía al tío Isaac.
Celia si miró por el retrovisor, sabiendo que era vida en Beacon ya no era para ella, no diría que no volvería mentiría si lo hiciera, solo necesitaba un respiro.
Ambos necesitaban un respiro.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro