-Nada de amor, nada de amigos, solamente busco el éxito. No necesito una relación. No ablandaré mi puño. Soy exactamente lo que quiero y quien quiero ser. Soy exactamente lo que soy porque camino y hablo como una maquina. Ahora estoy convirtiéndome en mi profecía auto-cumplida.

—Apresúrate, Rubén; antes que alguien nos vea.

  —¿Qué nos hará el recepcionista por salir del Hotel?, ¿demandarnos?

 —Que rápido le matas la diversión a las cosas.

  —Esta bien — salí corriendo sin ver a donde mi dirigía.

  —¡No tan rápido!

 —¿Quien te entiende, cojones?

(...)

  —Posa para la foto — me tiré en la acera y ella rió — Puedes pintarme como a uno de tus putos francesos— debido a las solitarias calles su risa resonó por todas partes en cuanto comenzó a reír.

  — Para empezar se diría franceses y terminando te estoy fotografiando. 

  — Para empezar:  Que rápido le  matas la diversión a las cosas y para terminar puedes fotografiarme como a uno de tus putos franceses.

 — ¡Rubén! —  me dijo con tono regañón —   Tómate esto en serio.

 — Nunca me han fotografiado.

  — Ash, esto será más difícil de lo que pensé.

  — ¿Qué, exactamente, quieres que haga?

 — Actúa normal, como si yo no estuviera aquí.

—¿Segura?

  — Sí.

 — ¡Kendall, Kendaaaaaaall, ¿donde te metiste, Kendall?!— aunque estuviéramos a cinco kilómetros del Hotel, estoy muy seguro de que todos pudieron escuchar su risa.

  — Eres un pringao  — dijo apenas pudiendo dejar de reír.

(...)

Recorrimos toda la ciudad, con cada paso que dábamos Kendall tomaba una foto y yo me acojonaba y deseaba volver al Hotel donde todo es seguro.

 —Kendall...

  —Shhhh, no lo digas. Volveremos pronto solo quiero una última foto.

 — Tómala rápido  —ella me miró y sonrió, de un tiempo para acá ya se lo que significa esa sonrisa —¿Qué?

  — Quiero una foto del sol asomándose.

(...)

  — Son las cuatro de la mañana.

 — Pronto saldrá.

  — ¿Crees que sea legal entrar en un lugar abandonado en este país?

 — Ya cometiste un delito en España, ¿no es interesante hacerlo en otro país?

  — Estas loca.

 — Eso es lo que dices ahora, en un par de semanas tu serás el loco pero solo y únicamente por mi— quedé en shock por sus palabras tan repentinas — Es lo que siempre pasa, me meto con los peores tipos para que no se enamoren, no puedo enamorarme Rubén. Todos los chicos quieren algo al principio, y si estoy con ellos es porque estoy dispuesta a dárselo pero por alguna u otra razón luego se enamoran, que estupidez.  Existe un tonta y vieja leyenda que dice que ciertas chicas nacen como una maldición: Tienen una belleza que atrae a todos los chicos, pero cuando esta decidida en empezar una relación con alguno de ellos, al chico le pasa algo, muere, le deja de gustar, se tiene que ir de la ciudad, etcétera; yo soy todo lo contrarió, nunca me he enamorado; cuando me aburro de ellos me salen con que me aman, detesto eso.

 — ¿Te gustaría enamorarte alguna vez?

  — Esa es la cosa, con todos esos chicos, aunque lo intentará, no me podía enamorar de ellos, todos dicen ser diferentes pero al final son igual; todos quieren conquistarte con lo mismo, todos usan los mismo trucos. Sabes bajo esta fachada de puta que tengo, deseo tener hijos en algún momento, pero cuando me imagino con ellos, nunca imagino un esposo—. Todo se me hacia incomodo, por mas que Kendall me gustará esto era mucho para mi.

  — Tal vez eres lesbiana.  — Trate de bromear para calmar las cosas.

  — Oh amigo, te aseguro que soy muchas cosas pero una de ellas no es lesbiana. No tengo nada en contra  de ellas pero estoy muy segura de que me gustan las chicos.

  — ¿Porque me dices todo esto a mi? 

  — Por que tal vez tu seas el primero del cual me enamoré — me sorprendí al escuchar eso— ¡Te lo creíste todo!

  — ¿¡Qué!?   — ¿qué clase de juego tan perverso esta tratando de jugar esta chica?

  — Por favor Rubén, ¿en serio pensaste que tendría ese lado tan sensible?

  — Pues... yo.. no lo se.. yo creí.

  — Y aún así lo tuviera no iría por lo vida diciéndoselo a la gente. — Cogió su cámara y tomo una foto al amanecer que se empezaba a asomar. — Ya vayámonos que se hace tarde.