-Capitulo 2.-
—Canción del capítulo: I was never there— The Weeknd.—
—Advertencia: Mala introducción a la histeria.—
—Contenido explicito.—
—Mala ortografía y malas palabras.—
—Cambió de diálogos y de palabras.—
—Descripciones malas.—
—Palabras entrecortadas o juntas.—
—Introducción de personajes a la trama.—
—Spoilers del manga/anime a partir del tomo 17 o 19 del manga y del anime a partir del último capítulo de la segunda temporada.—
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—Anime: Violet Evergarden.—
—Broche de la protagonista.-
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—Narrador omnisciente:
De todo lo malo, se esperaba sus compañeros de equipo organizarán una comida en Japón cosa que fue solo por compromiso, más no por que realmente quería, pero ahora estando rodeado de sus amigos embriagados por la sustancia líquida del alcohol.
El lugar del hotel donde residían, estaban en la zona privada que les habían compartido de esta, donde el servicio fue gratis debido a las épocas de invierno.
Estaba en este lugar por obligación. Y mirando más como los aromas de sus compañeros se mezclaban con el alcohol, le revolvía casi el olor y el aire del lugar.
Teniendo una buena resistencia al alcohol, su mente jugaba poco a poco con el y a su género interior que buscaba desesperadamente irse de este lugar, pero no esperó a la sorpresa de ver a su capitán ahora estando a lado de él.
Con una sonrisa, juro por un momento ya estar alucinando cuando vio quienes llegaban.
—Enserio invitaron a los de blue lock a este lugar ?— miró por unos instante a su capitán y al rubio que lo miraban buscando una expresión.—
Su hermano habrá vendió, fue lo único que le pasó por la mente.
—así es, no tenían muchos planes aparte los del hotel nos vigilarán para que ellos no lleguen a tomar!, nosotros si pues ya estamos mayores para poder beber— Leonardo le explico esto mientras su capitán apenas y vio cómo este se suavizó por la bebida que anteriormente estaba bebiendo.—
Esto estaría muy mal, muy mal, y más cuando vio quienes llegaban, la reunión apenas y se mostraba que estaba iniciando, la gerente pasó para darles un vistazo y trajo a sus empleados betas, para evitar que algunos cayeran por el azote del celó, que pudieran provocarse o provocar un omega.
Y así entraron aquellos atrás de la gerente, que explicó que este hotel donde se estaban hospedando era bajo la compañía de una empresa y que no se preocuparan si oían a personas hablar en diferentes idiomas, pues este hotel es únicamente exclusivo para extranjeros.
Explicando el por que vio a personas de diferentes hablas, y acentos eso explicaba de más este lugar, el buen repertorio de la barra, menú, y de sus meseros Indicaba la atención que se le daba a este lugar.
Todo se fue a la mierda para sae, pues este cansado se decidió irse, sin ser casi visto por los demás, a excepción de su capitán y de Leonardo.
—Oye...— el rubio miró al mayor de edad y de estatura para ver como el Itoshi desaparecía— Tu crees que la Omega venga ?— este le dio un sorbo a la bebida que había ordenado hace unos momentos atrás, para luego ver a Leonardo buscando su respuesta con la limonada entre sus manos.—
—No se, la verdad pero abra que averiguar— este asintió pero eso sería para otro momento de la noche que apenas daban las ocho de la noche.—
///
Sae maldijo es sus adentros, por la estupidez de sus compañeros, tal vez beber de esa mezcla extraña que se ofreció a beber por tanta instancia no fue buena idea, no negó que estaba muy buena, pero era algo fuerte.
El silencio de elevador que lo estaba llevando al cuarto donde se hospedaba, le daba la tranquilidad que tanto buscaba, pues estaba algo cansado de la presencia de sus compañeros en estado de embriaguez.
Sus ojos se posaron en el número del elevador que le indicaba que faltaban dos pisos para su destino del pasillo donde estaría su habitación.
Mientras tanto Isagi pérdida en el lugar estaba buscando a sus amigas pues las habían llamado de la empresa donde antes trabajaba medio tiempo, para una presentación de danza oriental. Pérdida por el ambiente de aromas, se perdió buscando la habitación donde se supone que dejaron sus cosas, las pastillas de su celo ahí estaban. Y justamente estaba buscándolas pues le llegó el repentino calor a cuerpo, calara señal y más cuando su entrepierna se cosquilleó y sus piernas temblaron.
El miedo en sus ojos se llegó a ella, y al de sus compañeros, que le indicaron donde estaba, pero lamentablemente la función estaba por iniciar, lo bueno es que había venido su represente para estas ocasiones y la cubriría en esta presentación mientras esta volvía a la habitación donde habían dejado sus cosas.
Pero el problema fue que al momento del que le dijo donde habitación era y en que piso, sus sentidos se nublaron y ahora sumarle la música que inundaba los oídos de todos de la melodía, fue el colmo y la mala suerte para ella.
Pues solo alcanzo a oír en que piso estaba, más no el número.
A duras penas llegó sin ser vista por nadie ni mucho menos olida por el olor que dejaba.
Cuando llegó al piso, noto por los olores del lugar que estaba vacío. Eso era un alivio para ella, pero le extraño que no hubiera nadie, pero ahora eso no importaba.
Pues la estaba pasando extremadamente mal. Su segundo género le estaba pasando la factura por haberse negado a su naturaleza obtenida de nacimiento y un proceso natural, que este mismo requería.
Nublada por el calor de su celo, la temperatura de su cuerpo ya estaba más que elevada que juraba tener fiebre de ese momento, apenas a duras penas podía moverse y caminar no sin antes tambalearse por el cosquilleo de su entrada, mareada en el proceso terminado en el suelo debido a la exitacion de su celo.
Le estaba pidiendo a gritos que alguien la ayudara, su omega, tomó el control sobre ella, ya no importaba con quien sea, solo le preocupaba ese insufrible dolor y calor que le llegaba su entrada y cuerpo.
Y vaya que su salvación estaba más que a nada de aparecer.
(...)
Sae juro oler un olor muy peculiar de alguien, no podía ser ella. O si ?, su mente y su alfa interno le estaban jugando una broma en su mente y sentidos verdad?, pues no, al avanzar más en el pasillo sus ojos se posaron sobre una femenina que estaba sentada y casi retorciéndose por el celo que le afectaba.
El olor le llegó a el, y pudo ver el color de su cabello que caí sobre ella, cubriendo su cuello y hombros, su pecho subía y baja debajo al esfuerzo dado en mantener la cordura. Podía reconocer ese color de ojos a kilómetros, era ella, maldecía en sus adentros en verla así.
El calor de su cuerpo fue subiendo poco a poco, y el celo de ella le afectó directamente a este, tratando de contenerse, maldijo por este momento, su segundo género le pedía a gritos que se dejara llevar por el calor del momento, pero el problema es que apenas se conocían, no eran anda, no tenía su consentimiento, no eran más que simple conocidos, no eran nada. Nada.
Luchando contra sus instinto de devorarla hasta dejarla preñada, su cuerpo se tenso, y más al sentir un vulto entre sus piernas, al regresar su mirada hacia su vestimenta que a duras penas trajo en seco, miró en fijo su vestimenta, el sostén adorando de oro al color azul claro que llevaba en su vestimenta. Jugaban con la falda que mostraba ver que duras penas sus piernas expuestas sin nada abajo, más que la ropa que tenia encima, las joyas que adornaba sus brazos, piernas, muslos, cuello, manos, dedos, su cara incluso en su frente estaba adornada de un piedras preciosas que colgaba agarrado de dos broches en su cabello.
La imagen fascinante de ella, lo volvía cada vez más loco a la realidad.
El Omega de la femenina, volteó sus ojos hacia la esencia que olfateó que se vio afectada por el aroma de feromonas seductoras, debido aquel alfa y olor que había recordado del día anterior.
—Sae...— apenas con algo de voz, por la garganta salió su voz, la melodiosa y débil voz, debido a la extaision y calor que el cuerpo le emanaba, contra pared entre el suelo estaba ella sentada viendo al pelirrojo que luchaba para no perder su compostura.—
Su entrada se mojó aún más ante la imagen del pelirrojo, tanto que soltó un gemido, sus piernas temblaron, esa acción provocó que soltara feromonas de manera seductora, el aroma solo despertó los deseo sexuales más comprimidos del pelirrojo que mandó al carajo todo lo razonable.
Pero eso se fue al carajo, debía de ser suya si o si.
Su cuerpo se movió solo, dejando que el olor de ella se embriagara con el suyo, dejando que su segundo género y el compartieran parte del momento. Ayudándola a ponerse de pie, los labios de ambos se encontraron buscando desesperadamente sanar la temperatura y problema de ambos.
Sus manos dirigiéndose a las caderas y muslos de la femenina, para poder recorrer y marcar cada facción en sus recuerdo, levantado sin mucho esfuerzo a la Omega, esta se aferró a sus hombros, para poder profundizar el beso que ambos continuaban, acorralada contra la pared, sus piernas se amarraron a la cintura del pelirrojo que dejó de lado una de sus manos de su cadera, para viajar al sostén adornado de la femenina.
El momento fue detenido sabiendo el masculino que estaban a la vista pública, así que sin mucho esfuerzo se fue hacia la habitación donde el residía para continuar con la factura que sus segundos géneros les cobraba por reprimirlos por mucho tiempo.
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Aferrada a la cama del pelirrojo, solo arqueó su espalda en la cama, tras sentirse tan llena de él, el aliento caliente pasó sobre su cuello, que ya estaba mordido por el, marcado por los chupetones que el había dejado en el cuerpo de ella, sus manos agarraban con sus puños hacia las sábanas mientras este llevaba el ritmo acelerado, las piernas de ella aferradas a él para no poder esa profundidad que el la llenaba.
Al entrar a su habitación que estaba todo a oscuras, el destello rojo fue lo único que pudo ver en este lugar, una clara señal de que su celo también fue despertado por la Omega bajo el, el sudor de sus cuerpo fue poco a poco apareciendo, sus mejillas sonrojadas debido a la situación y temperatura solo hacían a ambos exitarse aún más.
Sin resolver nada, ella no pensaba con claridad quien la estaba cogiendo, pues su celo tan fuerte le pegó que ni su mente la dejaba venirse hasta sentirse llena, el nido donde estaban formando sus aromas, daba la señal de que penas era su primera vez pero solo de ella.
El tiendo experiencia, ya sabía cual era el punto para ella, pues poco a poco su cuerpo se comprimía y se emocionaba contra el. Los latidos de ambos estaban a más no poder de bombear, sus segundo géneros tenían el control total de la situación llegando al extremo de que había descuido de condon entre ellos.
Llenado su cuello uterino, la dejó ver las estrellas de puro placer, sus ojos se echaron hacia atrás dejándolos en blanco y viendo como las lágrimas escapaban de ella manchando el maquillaje que se estaba corriendo por sus ojos, el cabello desmarañado, desordenado en la cama donde se llevaba a cabo la acción cometida.
Sae llenaba el ritmo fuerte con ella, era rápido, y duro golpeando varias veces el punto máximo de la Omega que estaba carcomida por la exitacion de este momento que la llenaba hasta la mente.
La cama era movida por las embestidas del de orbes turquesa, que ejerció bajo su dominio a la Omega, que la estaba pasando tan bien que rogaba por más, hacia el pelirrojo que sentía un enorme placer sexual mucho mejor del cual el había experimentado su primera vez.
Sus manos viajaron hacia sus cadera ejerciendo más presión, jurando que las marcas de sus dedos quedarían en la piel de ella, aumentado aún más sus embestidas, el hormigueo en el vientre ella, le indicaba estaba cerca cada mas cerca de su orgasmo, mas y mas se acercaba con el.
Sus gemidos eran oídos en toda la habitación, los jadeos, súplicas, todo sonido proveniente de su boca era apenas con esfuerzo de la poca voz que le quedaba a la femenina. Sus manos pasaron a la espalda del pelirrojo al sentir que se acercaba más su orgasmo, y el primero de la noche.
—Sae... sae.....— sus ojos envueltos del brillo caracterizado de los Omega, indicaba su entrega total al alfa que tenía ahora dentro suyo llenando su utero del líquido blanco que salía entre su entrada.—
Apenas tratando de respirar y oír la melodiosa voz de esta, la locura envuelta en ambos solo dejó en cargo cuando, escuchó su nombre, salir de forma tan Inocente y envuelta en el placer que se estaban brindando.
Las paredes de la entrada en su interior apretaba estrechamente más el miembro del pelirrojo que juraba sentirse tan bien adentro en esas Estrechas paredes que le estaban húmedas al placer que el calor le inundaban.
Al diablo si era menor de edad.
Su boca pasó a dejarle aún más marcas en su cuello hasta su clavícula bajando de poco en poco, oliendo el aroma de la femenina que estaba a nada de correrse encima de él. Dejando las marcas de pertenecía sobre su hermosa piel, los ojos se deleitaron con ella que estaba aceptando su sumisión bajo sus propios instintos, dejando que el la marcara con su aroma, y marcas. Sintiendo las uñas bajo su espalda, los arañazos al aferrarse a él.
La boca agarró los senos de ella uno en su boca mientras que el otro seguía el ritmo que llevaban las embestidas y rebotaban abajo de él. Esto llevó a la Omega a niveles estupidos, balbuceando incoherencias, su mente ya no pensaba y la salvia de su boca apenas era retenida.
Su hormigueo se hizo más intenso, llevándola al ansiado final de ella dejando el anillo cremoso debido a sus fluidos, su espalda se arqueó y sus ojos se abrieron lagrimeando por ese final tan ansiado, sus uñas presionaron fuertemente la espalda del joven dejándola roja, mientras el pelirrojo abusaba de su punto de placer dejándola más atontada. Sus manos viajaron por todo su cuerpo buscando ya su ansiado final, el cuerpo de la Omega se estremeció un escalofrío la hizo tener la piel de gallina al sentir su vientre más hinchado y abultado.
Sin saber donde detenerse sus manos al final se centraron en sus muslos, agarrándolos con firmeza mientras sentía una corriente eléctrica viajar por todo su cuerpo y acabar dentro de ella. Oyó un gemido por parte de ella, su espalda se volvió a arquear pegándose más a él cuando su semen quedó dentro de su utero.
Juro ver el paraíso con este hombre.
Pero como bien dijimos ahora quienes tienen el control no eran ellos, eran sus segundos géneros, que aún podían tener otro encuentro para estos dos amantes. Que sin duda alguna dejaban de lado atrás la cordura pues el placer que tenían estos aún no se apagaban.
—Crees que acabamos ?— con la voz de alfa hizo que la Omega reaccionara, sintiéndose aún más mojada por la voz ronca y la imagen que el le estaba brindando a su dolorido celo.—
—Sae....— la voz de su Omega fue quien tomó el control al removerse en la cama al sentir como cambió la posición ahora teniendo ahora las piernas temblorosas en sus hombros, mientras veía como los fluidos escapaban de su entrada que aún estaba hinchada por la acción.—
Un gemido ahogado sintió salió de sus cuerdas vocales cuando sintió otra embestida sobre su vientre aún hinchado por el semen que estaba escurriendo dentro de ella.
Su espalda arqueada por la repentina embestida solo hizo que se dejara llevar a por la Lujuria de su momento de este hombre. Sus manos agarraron firmemente la sábana sin dejar de gritar el placer apenas y a duras penas podía sentir la movilidad de sus piernas, oía sus gruñidos bajos del Itoshi mayor, que jadeaba y exhalaba fuertemente ante la posición y el esfuerzo que emanaba.
Era tan cálido el vientre de ella, lo dulce que era de ella, no lo pensó ni dos veces sobre esta situación, sus caderas pegaban y chocaban contra la pelvis de ella entrando y saliendo, sin parar. Las caderas eran perfectas para poner sus manos en ellas.
Estaba tan llena deliciosamente llena de él, el paraíso la hizo tocar, era del, de nadie más.
Sin previo aviso y en que momento, ambos llegaron al pegamos siguiente, respirando pesadamente ante el siguiente orgasmo recibido, volvió a la posición anterior con ella, esta vez llegando al jodido paraíso mientras esta se recuperaba de su orgasmo siguiente, hundiendo su rostro en su cuello, olía una y otra vez el dulce aroma de la femenina omega.
Sus orbes azules envueltos en lujuria y en ese brillo, sus mejillas sonrojadas, rogando para el solo lo hizo accionar a esa idea que su alfa interior ya tenía en la mira desde que la vio en el partido.
Sus colmillos se clavaron en ese cuello, mientras ella se retorcía por el placer y el dolor, sin diferenciar con la realidad clara debido a la pasión del momento, ella se perdió en ese momento aceptando ser marcada y llenada por el. La glande de su punta empezó hacer fricción contra el punto más alto de su himen, llorando y rogando ante sus ojos, la marca los vinculo a ambos, sin dejar de lado su acto.
Los labios de itoshi pasaron sobre lo de ella devorando su boca, el beso salvaje fue lo que necesitaban para poder llegar a ese hormigueo que les indicaba estar cerca, seguía llenándola de su esperma, sus manos en sus caderas y en uno de muslos para poder obtener una profundidad digna de alcanzar su orgasmo.
Mientras más avanzaban más se acercaba a su orgasmo el cosquilleo pasó sobre ella, el sudor baja entre su cien, mientras más la sentía cerca, más sentía que su vientre se tensaba. Meciéndola de arriba abajo, mientras la velocidad seguía en aumento, sintió su tercer orgasmo liberarse de su vientre abultado, y absolutamente lleno.
Buscando su propio orgasmo faltante, sintió el vientre llenarse y abultándose dentro de ella, implantando su semilla dentro del vientre, era evidente. Ambos ya habían tenido sellado un pacto, y sus vidas.
Ambos géneros cayeron exhaustos por el cansancio eminente, sellado ya su pacto, su cuerpo ahora requerían el descanso después de esto. Cayendo abrazados, ante el tacto del otro, el calor que emanan uno del otro fue lo suficientemente evidente para que sus aromas se mezclaran y el nudo que ambos crearon se pudiera conectar, fue arrullando a ambos hasta quedar profundamente dormidos.
Bajo la noche helada del momento, ambos inconscientemente se abrazaron mutuamente, para dormir apegados uno al otro, las cortinas ligeramente abiertas dejando ver el paisaje de las calles de Japón en la ciudad concurrida de Tokyo.
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—No puede ser....— el olor de esos dos estaba impregnado en toda esa área, la femenina de cabellos naranja miró aterrorizada, Anri que estaba con ella, también percibió el olor, al oír como unos pasos se acercaban. Pudieron ver los ojos del capitán de la sub-20 de Japón.—
Llegando apenas tomando el aire sobre el lugar, tan rápido pudor ir para ir a este lugar. Que estaba en el hotel donde lo llamaron, corrió tan rápido al por los dos nombres de Isagi y de Sae, que algo había pasado con ellos, al principio creyó que era broma, hasta que oyó lo que menos esperaba.
Sus aromas... aromas estaban en un nido de ambos.
Eso fue inesperado, esperando que fuera otra broma alago el celular y fue el mismo a revisar, viendo a la femenina de blue lock, la mentora de ojos azules, en un estado de pérdida, miró que no era mentira.
Todo esto era real.
Y por el olor, se pudo oler mucho mejor, era el aroma fuerte cuando alguien despierta.... Oh no.. no, no, no, no, todo menos eso. No podía ser cierto.
Estaban marcados.
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N/A: Aquí el segundo capítulo jajaja, esto se va a poner interesante ahora en adelante. Ya los dejé con las ganas.
Jaja
Preparen sus apuestas para lo que sigue. Por que se pondrá mejor que telenovela, más bien esta será su telenovela del mes.
Aquí por el momento. Felices fiestas uzumakis y un feliz Año Nuevo para todos ustedes bye bye!.—
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