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06. Fin 1/2

Sus pisadas se hundían en el espeso barro que se encontraba bajo sus pies, dificultandole el paso. Las gotas de lluvia golpeaban fuertemente su cara, y resvalaban por sus mejillas limpiandole la suciedad que se había acumulado durante días y la sangre. Su sangre, la que había emanado la noche anterior de su antiguo brazo.

Le dolia toda la extremidad, eso cabía destacarlo. Notaba, aunque Paul había hecho un exelente trabajo, que la zona en donde le habían amputado su brazo le ardía de una manera descomunal.

Tord avanzaba sin rumbo. Sólo caminaba. Deseaba alejarse de todo, de todos. Llegar a un lugar tan alejado en donde nadie lo viera morir, solo.

Sin amigos.

Se pasó la mano sana por la cara para despejar un poco la visión, puesto que las gotas de lluvia le dificultaban la vista del bosquecillo por el que se estaba trasladando. ¿Bosquecillo? Tal vez era un bosque gigante, no lo sabía.

Sólo sabía que cambiaría hasta que sus piernas no aguantaran más, que caminaría hasta caer y desfallecer del cansancio.

Y ¡Tack! Su pie se dobló al dar un mal paso pisando una raíz gruesa de un robusto arbol, el cual estaba seco. Cayó de cara al suelo, y esta dió con más raíces y rocas. Su cabeza dió un ruido sordo al caer, indicio de un grave golpe.

Enseguida sintió como por la cara le resbalaba la sangre caliente contrastando con las frías gotas que lo bañaban. Su mejilla estaba pegada al suelo lleno de barro y hojas caídas de los árboles. Sólo podía oír un agudo pitido que le molestaba la cabeza. Su vista se nubló completamente en pocos segundos. Estaba aturdido.

Cerró los ojos con fuerza. Su brazo ardía más ahora que había impactado con el irregular lecho, y la sangre que brotaba de su frente y de su labio, el cual se había mordido con el impacto, dejaba un rastro por toda su cara.

Y de repente, no sintió nada. El pitido se hizo más agudo, la vista se le nubló más y ya no pudo ver.

...

Paul caminaba sin ningún rumbo aparente, al igual que Tord. Sólo se guiaba por algunas ya removidas huellas en el barro y por sus instintos. ¡Vamos! Casi siempre le guiaban al lugar correcto.

Las gotas de lluvia humedecían las vendas que tapaban su ojo derecho, la estropeaba, a tal punto de que, luego de haber recorrido unos cuantos minutos el bosque que se extendía y en el cual se ocultaba su fuerte, optó por sacarsela dejando al descubierto la magullada herida y su ojo derecho completamente ciego. Seguía viendo con total normalidad, con venda o no, de todos modos el ojo no podía ver.

El otro lo acompañaba en secreto a una distancia prudente, para que no notara su presencia. Se movía agilmente por entre troncos y ramas sin hacer el menor ruido, pero sin perder de vista a aquel que era su superior.

No debería haberlo seguido.

Pero Patryk tenía miedo.

Miedo a lo que podía tenerles planeado el destino. Miedo a perder a Tord

Miedo a perder a Paul

En serio, estaba mal de la cabeza. Por que él... Odiaba admitirlo, lo mantenía en secreto. Debería haber salido de la armada en cuanto pudo, no era correcto sentir lo que el sentía por Paul.

Pero Patryk amaba a Paul.

¿Loco, no? Si Tord hubiera sabido de lo que él ocultaba, hubiera sido expulsado de la armada. No le hubiera molestado mucho, pero Paul... Paul estaría avergonzado de que un hombre, el cual era soldado entrenado, con el que sólo había compartido unos cuantos meses, gustara de él.

La lluvia había parado, pero las nubes anunciaban que, seguramente, seguiría luego de unos cuantos minutos. Patryk suspiró apoyándose levemente en un árbol,  alejando esos pensamientos de la cabeza. Había parado porque Paul se había detenido para mirar por alguna razón al gris y nublado cielo.

De repente, sus superior cayó de rodillas. Acto seguido, miró al suelo.

Y comenzó a llorar.

A Patryk se le encogió el estómago. Nunca había creído posible ver a Paul llorar. Pero lo estaba haciendo.

Estaba llorando.

-¡Paul!- gritó, y corrió hacia él. Tal vez había tomado la decisión equivocada, pero no le importó. Se arrodilló frente a él, sus rodillas se hundieron el lodo ensuciandose, quedando los dos cara a cara.

El otro levantó la vista hasta encontrar con su ojo sano los ojos de Patryk.

-No sabes seguir órdenes, ¿Verdad?- musitó, en un intento de permanecer firme, y tratando de parecer enojado.

Pero notó que la mirada de Paul se había relajado

Como si estuviera agradecido por que Patryk lo hubiera seguido.

-Paul...- Patryk no pudo evitarlo. Le pasó el dedo índice por su lloroso orbe, y el otro no se lo impidió. Cerró su ojo en cuanto la piel que recubria el extremo del polaco tocó su párpado inferior, secándole algunas lágrimas del rostro- Paul, No llores.

Paul se lanzó a Patryk dándole un abrazo, y ocultando su cabeza sobre su hombro. El polaco quedó perplejo unos segundos, pero correspondió el abrazo.

-Patryk, soy un fracaso- apretó con sus dos manos el traje lleno de barro de su compañero- Lo lamento tanto...

-No eres un fracaso, idiota- el de cabello largo le interrumpió y tomó el cabello de Paul, acariciandolo suavemente, dejando atrás sus miedos- Haz hecho más cosas que ningún otro. Eres genial. Paul, eres un genio. Y hay muchas más palabras para describirte, pero no soy muy bueno alagando a las personas. Sin embargo, me parece raro de ti que ya hayas renunciado en buscar al Líder. Todavía tengo esperanzas. Y tu deberías tenerlas también. Después de todo, tu eres el líder ahora. Tu eres mi guía en este momento. Eres como mi padre ahora, la persona que nunca tuve en mi niñez. Y yo...-Patryk suspiró y cerró los ojos. Llegado ese momento, le importaba poco y nada lo que pensaban los demás. Él sería lo que en realidad era a partir de ahora-...Y yo... Paul, yo te amo.

Silencio.

Paul se separó de Patryk y le miró a los ojos.

El otro bajó la vista, apenado. No podía creer que se le había confesado a su superior, en ese momento. Había sido un estúpido, lo había arruinado todo.  Abrió la boca dispuesto a disculparse, pero Paul le detuvo los labios.

Le detuvo los labios con un corto beso.

- Patryk, yo también te amo- susurró a su oido

Patryk sintió como si estuviera a punto de llorar de la emoción, y le propinó otro beso, más largo y mucho más satisfactorio que el otro.

Por un momento, el mundo desapareció.

Por un momento, sólo eran ellos dos.

No me maten. En serio quería la Otp en esta historia :'v

Tuve que dividir esta wea en dos porque me estaba quedando muy larga así que... En el transcurso del día de hoy cuelgo la segunda parte.

Nos leemos ¿?

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