
capitulo 5
Lohan
La respiración pesada de Tara se hace presente en la habitación, chocando suavemente con la mia que no quedaba muy atrás, me miraba con los ojos brillantes y las mejillas coloradas por el repentino calor, calor que yo también empecé a sentir.
Sentía de un momento a otro un espacio pequeño entre ambos, una tensión que me veía a obligado de romper o me arrepentiría luego.
Ella no me quita la mirada de encima y sentía mi corazón acelerarse cada vez más, el hormigueo y las ganas de tocarla como tanto me estaba cediendo estaba ganando mi lado razonable ante esta situación.
Tara despertó repentina curiosidad de cómo sería tocarla
Ella mueve sus brazos, llevando sus manos atrás de su espalda, dando con el broche del sujetador que llevaba, sin dejar de mirarme en ningún momento, lo suelta sin problema y hace que las tiras se deslicen lentamente de sus hombros delgados y finos, hasta finalmente caer por completo y ser apartado aun lado y dejarlos sobre la cama, dejando a la vista sus pechos que lucían apetecibles bajo aquella tenue luz y sus cimas elevadas dando señal de lo que ocasiono en ella con solo enseñarme su piel y que la observará
Trago grueso, casi quemando mi garganta y sintiendo dolerme, dolerme la entre piernas
—¿No quieres tocarme Lohan?— se relame los labios, ganado mi fija mirada a su boca
Mierda si, si quería
—Hazlo—pide jadeante, como si hubiese logrado leerme la mente o yo estaba siendo demasiado obvio
Después de su petición no me moví un centimetro, aunque el deseo que me invadió el sistema en ese momento, por impulso, lo hubiese hecho
Pero no podía.
Y quizá debía pensarlo dos veces, porque verla de aquella manera tan segura de que la besara despertó deseo de mi hacia ella, pero observarla en la poca oscuridad de la habitación, pidiendo que lo hiciera y sin importar que, no podía hacerle daño.
Las ganas fueron vencidas con el cariño que le tenía
Se veia demasiado guapa, y con los pechos sin ninguna prenda y el rostro encendido, me estaba dejando ver una parte suya que era más que piel en ese momento. Tara odiaba la atención de los tipejos en el bar, pero por lo que veo en ese momento, solo quería la mia, deseaba la mía. Y yo no podía dársela. No en aquellas circunstancias.
—Tara no puedo— suelto, tratando de mantenerme firme ante mi decisión.
Recibo un suspiro cansado de su parte.
—Lo vi venir— dice de mala manera, desconcertandome por completo
—¿Por que razón?
—Por Keyt—dice aquello, rodando los ojos y separándose de mi, para recoger del suelo la camiseta que tenia puesta.
La miro sorprendido, porque jamás pensé que podría pensar que sería por Keyt, cualquier cosa menos que fuese por ella.
—¿Que dices?— ella se coloca la camisa y se cruza de brazos, recostada de la puerta, mirándome con recelo
—Te gusta Keyt, por eso no me quieres besar— su semblante cambio, ahora era molestia que le adornaba el rostro
Y no admitir que me causó un poco de gracia, era mentir
—¿Por Keyt?— evito reír
—Si Lohan. No soy tonta, se coquetean en el bar
—Ella lo hace— sonrio de lado, viendo como cada mención de Keyt ella hace una mueca de desagrado
—Y tu la miras. Con las pechugas— hace seña de senos enormes sobre su pecho
Suelto una carcajada. Pude notarlo, pero jamás pensé así de Keyt y que Tara lo hiciera, era sorprendente.
Si, le seguía el coqueteo, pero por el plan misterioso que Franco aún no me contaba del todo, tenía cierta lógica lo que pensara bajo mis acciones.
—Es una chica guapa, no voy a decirte que no— digo de manera relajada, sin darle mucha importancia
Ella lanzó un suspiro
—A veces me digo que debería simplemente ignorar esto
—¿Lo de Keyt?
—Lo que me pasa contigo Lohan..
—Hazlo
—Para ti es malditamente fácil. Yo no te gusto— dice de manera rabiosa, casi sintiendo odio en sus palabras
No sería capaz de herirla. Y aunque deseaba por besarla, jamás arruinaría la manera en la que nos llevamos.
—Tara no me conoces— ella me mira a través de sus largas pestañas
Y era cierto, Tara solo veía mi cubierta, no mi contenido
Mi vida
—Porque no me dejas. Pero he intentado
—Mereces a alguien que te saque de la mierda, no que te lleve más a ella
—Quisiera comprender
—No lo entenderías
—¿Como lo sabes si no me lo permites?
No respondo ante eso. Porque lo último que necesitaba era pelearme con Tara, o tener algún choque de palabras con ella en estos momentos. No lo necesitaba, ni ella ni yo.
—¿Te gusta?— pregunta de repente, mordiendo nerviosamente su labio inferior
No era necesario preguntarle de quien hablaba
Y podría haberle dicho la verdad, para que supiera que no era por Keyt, y que aquella chica no me gustaba un poco, pero era más peligroso decirle la verdad. Era contarle el porqué respondia a sus coqueteo, el porque Franco me hablaba más de lo usual en el bar, y el por qué de todo. Pero era involucrar a Tara de alguna manera en todo esto.
Y era jodido
—Si—ella parece decepcionarse y se cohibide en su lugar
Pasan varios minutos en silencio, sin emitir ninguna palabra. Luego me observa parpadeando demás sin decir absolutamente nada después de eso, pero en vez de irse, como esperaba o quizá que me echará de su casa, pero solo se acerca y toma asiento a mi lado de nuevo, mirando sus pies y surgida en sus pensamientos.
—Tenía la esperanza que no—sonríe de labios cerrados, sin aún mirarme—.Esperaba cualquier explicación, menos que era por esa chica
Y por primera vez vi a Tara sin decirme algún chiste, como solia hacerlo. Ella solía saber cuando yo mentía y era un alivio que lo creyera así
—Siempre he querido besarte Lohan—confiesa—.Más que eso
Y aunque me contenía, quería hacerlo, ella lo quería y yo igual. Pero solo no quería incomodar la situación, luego ella querría seguir, buscar respuestas en preguntas vacías, no le haría aquello
No a Tara
Ella me quería, yo no de la misma forma.
—Si te beso cambiará algo—aseguro, captando su atención desde su lugar
—¿Tu quieres que cambie?— pregunta, en voz muy baja.
—Quiero que sigamos siendo amigos
–No cambiaría nada, Lohan— murmura, mirándome fijamente—. Me gustas, y se que yo podría gustarte, pero si no quieres nada formal por ahora, esta bien
—No...
—Basta. Yo lo estoy aceptando— me corta de manera brusca, esperando una reacción
—Es lo correcto Tara
—No buscaría nada— cede ansiosa, buscando una señal de mi parte
Pero mi cabeza empezaba a doler, lo suficientemente considerable para no pensar bien una respuesta. Me sentía cansado
Las horas de sueño me empezaba a afectar
—¡Alguien llama!— el grito de la compañera de Keyt, resuena por las paredes del lugar al mismo tiempo que lo sonidos tocados en la puerta de la entrada, anunciando la llegada de alguna persona—.¡Si no abres dejaré mi inciensos encendidos toda la mañana!– Tara maldice en voz baja, para decirme que ya regresaba y finalmente salir de la habitación
No me había percatado lo cansado que se sentia mi vista, mis ojos se sentían pesados y un bostezo se apodera de mi sistema. Me recuesto en el colchón, sintiendo alivio en mi espalda, ¿por cuantos minutos? no tenia idea, pero fueron suficientes para cerrar mis ojos y caer en un sueño profundo, y la oscuridad se apodera de todo
Haciéndome olvidar todo rastro de alguna preocupación
Siento un calor junto a mi cuerpo, un pequeño y delgado cuerpo, no abro los ojos pero siento un aliento pausado cerca de mi rostro de manera relajada y lenta
Me remuevo un poco en mi lugar, con la esperanza de seguir mi sueño plácidamente hasta un par de horas más. Pero un sonido estruendoso, lo suficientemente alto para hacerme abrir los ojos y gruñir por lo bajo me hace levantarme para ir en busca de lo ocasionante de aquel ruido molesto
Tomó mi celular de la chaqueta tirada encima del escritorio de Tara, y con los ojos aún acostumbradose poco a poco por la luz reluciente de la ventana, atiendo sin mirar el registrador de llamadas
—Diga— digo, de manera molesta por ser despertado.
—Por Dios Lohan. Te he llamado como mil veces— Leyla suelta un suspiro de alivio.
—¿Que quieres Leyla?—mis ganas de hablarle eran nulas
—Fui a tu departamento, pero me han dicho que ya no vives ahí— tenso mi mandíbula, sabiendo a que iba a estar discusión el día de hoy
–Ya no lo hago
—Te han echado Lohan— miro por encima de mi hombro, viendo a Tara dormir profundamente sin darse cuenta de absolutamente nada.
—¿A que viene la llamada?—pregunto en murmuró, tomando mis zapatos aun lado de la cama evitando despertarla.
—¿Donde te has quedado?
—No tienes que saberlo todo Leyla
–Solo me preocupas, soy tu hermana
–No parecía ayer eso
–No te llamo para discutir— suspira—.Te llamo para decirte que me han llamado de la casa hogar
Me para de un salto alerta, pensando lo peor y sintiendo el miedo apoderarse de todo, borrando rastro de molestia y sueño, todo al mismo tiempo.
—¿Que paso? ¿Esta bien Greg?— tomo mi chaqueta tras terminar de atarme los zapatos, preparado para salir disparado de ahí si es que Greg le ha pasado algo.
—Una pequeña crisis. Ya está estable. Por eso te he llamado como loca hace horas
—¿Estas con el?— miro por última vez a Tara, tras cruzar la puerta y cerra con delicadeza
—No, justo ahora está en observación. Estoy con Dakota y no puedo ir a verle aún hasta que Dante llegue
—¿Que lo ocasiono?— ignoro su excusa, para salir al pasillo, que se encuentra vacio sin rastro de la bruja compañera de Tara, por lo que me acerco a la puerta de entrada
—No me han querido decir nada
—Voy para allá
—Lohan no ...— corto la llamada sin dejarla terminar, quizá ganandome varios insultos de su parte tras finalizarla
Un carraspeo me hace sobresaltar en mi lugar. Me giro hacia atrás para encontrarme la extraña compañera de Tara, tomando té y con una bandana roja alrededor de su cabeza, escapando varios rizos largos de el
—Huyendo después de una noche de acción. Muy poco cabelloroso— su voz rasposa pronuncia de manera divertida.
—No hubo acción— ella rie, tomando del té y burlándose a través de la taza
—¿Por eso estas cabreado a estas horas?
—No tiene porqué— me encogo de hombros, tomando la perilla de la puerta.
—Deberías dejar un mensaje—aconseja, mirándome con sus ojos café, juzgandome de alguna manera por huir así. Aunque no lo hacía
—Que me he tenido que ir—digo sin más, saliendo de allí a toda prisa, para en busca de un taxi que me dejara en donde estaría mi pequeño Greg
Si la única persona que debía agradecer por quedarme ahí; era Tara. Mi explicación sólo se la daría a ella. Pero se lo explicaría luego
–Luces como un vagabundo—Greg menciona, de manera curiosa con sus ojos saltones marrones mirándome y ladeando su cabeza
—Un poco— tomo asiento a su lado, junto a la camilla donde se encontraba sentado, y una máquina de oxígeno conectada a el
—Has estado faltando a las visitas—dice en puchero
—Lo se. Ha sido complicado— el parece no entender del todo, pero no pregunta sobre nada, y lo agradecí, el no tenia porque preocuparse por nada. Para eso estaba yo
—Mamá dijo que tenias cosas más importantes que hacer— dijo cabizbajo, ganando que dijera una mala palabra en voz baja
Siempre haciendo cosas negativas en nuestras vidas
—No le creas. Solo estaba trabajando, para pronto irnos juntos—el sonríe contento, ilusionado
Debía cumplir mi promesa.
—¿Quieres contarme que provocó la crisis de asma de repente?, siempre traes tu inhalador contigo— el eleva sus hombros, mirando un punto fijo en la habitación
No quería hablarlo.
—Esta bien— digo para tranquilizarlo
—Te extrañe mucho— sonrio, revolviendo su abundante cabellera, logrando una mueca de molestia de su parte. No le gustaba que hiciera eso
—No soy un pequeño Lohan
—¿Ah no?
–No, incluso ya tengo novia.– dice de manera orgullosa
—Pensé que las niñas te parecían fastidiosas— elevo una ceja, recordando cuando en una de las tantas visitas a la casa hogar me hablaba de unas cuantas niñas que le parecía molestas
—Samie es diferente—dice entre risitas
—Vaya, tan pequeño y saliste romántico
–No es ser romántico, solo saber quien es especial—eleva sus hombros, chocando con el cable largo haciéndolo bufar
—¿Como sabes eso?
—Samie dice que solo lo sabes
–Y saliste inteligente también—tomo el cable para separarlo
—Odio estos cables—murmura, para cruzar sus brazos y fingir enojo
Mi hermano era un pequeño niño atrapado en el alma de un anciano, era inteligente para su edad y captaba las cosas demasiado rápido para querer desear que no lo hiciera
—¿Has comido?
—Odio la comida de aquí— hace una mueca, haciéndome reír
A pesar de su aspecto cansado, y parecer estar saliendo de una crisis asmática mantenía su sentido del humor intacto
—Tu no me extrañabas ¿cierto?-—pregunta, de manera triste.
—Claro que si—tomo su pequeña y pálida mano encima de la camilla, sintiendo sus fríos dedos.
—No me lo dijiste— reprocha
—Pero no significa que no lo hiciera
—Samie dice que debemos decir lo que sentimos
—Parece que te importa mucho lo que piensa Samie
—Me importa. Es una niña dulce— dice, y me parece adorable la manera tan inocente que admira a su niña especial, sin pena de pensar de ella en voz alta
Normalmente los niños que he visto se avergüenza de esas cosas, pero Greg lo veía demasiado natural y hablaba en toda libertad de aquello, como si fuera lo suficientemente grande
—¿Desde cuando tan entregado?—bromeo
—Me parece que es importante no guardar secretos cuando te importa mucho alguien
—¿Y si es un secreto muy vergonzoso?
–Las personas que se supones que quieres no deberías mentirle, las lastimas y ellas se ponen triste— explica, de manera calmada y con su tono de voz angelical. Cualquiera pensaría que no era un niño que está diciendo todo eso
—No debes preocuparte por esas cosas aún
—No soy un niño chiquito Lohan— vuelve a decir, haciéndome reír
—Vale señor adulto
—¿Tu guardas secretos?— pregunta de manera curiosa, agarrándome de sorpresa
—Contigo contándoles, no— el parece entender porque lo digo, por lo que sus mejillas se tornan rojas y sonríe apenado.
—Lo siento—dice encogido en su lugar—.¿Pero si tienes secretos?
—Iré a buscarte algo de comer—evito su intriga por el tema de los secretos, para levantarme del asiento y besar su cabeza—.Regreso rápido
—No tardes. Odio quedarme con mamá— me tenso en mi lugar, logrando entender ahora porque Leyla iba a decirme que no era necesario que viniese
—¿Esta mamá aquí?— pregunto de manera tranquila, Greg se altera cuando ve a mamá en un mismo sitio que el mio
—Desde que he despertado. No sé enojen— ruega, notando desesperación en su voz
—Hey, tranquilo hermanito, esta todo bien— el parece aliviarse, y escucho como la máquina de sus latidos comienza a regularse
—¿Puedes buscar alguna hamburguesa?
—Claro— sonríe satisfecho, borrando cualquier nerviosismo anterior
Vuelvo a decirle que no tardaré para salir de la habitación, encontrándome el pasillo de aquella clínica tras cerrar la puerta. Estaba desolada, solo había una señora en las sillas de espera, leyendo una revista de piernas cruzadas sumergida en su lectura.
Me dirijo al lado contrario, tropezando con la secretaria coqueta que me recibió al llegar, masticando chicle y limando sus uñas sin ninguna preocupación. ¿Eso suelen hacer todas las secretarias?
Me pierdo varias veces hasta llegar al pequeño cafetín de aquella clínica, pero finalmente puedo pedir la hamburguesa de Greg, una para el y una para mi, que al oler la grasienta carne asada me hizo rugir el estómago. Junto a los zumo de naranja y las bolsas con la comida, pagó mi pedido y listo para tomar de nuevo el camino hacia mi hermano
Pero una sorprendente figura elegante capta mi atención a la distancia antes de cruzar el pasillo que está hacia la habitación de Greg. Era un chico robusto, llevaba traje y unos lentes oscuros, movía sus manos sin parar mientras hablaba con alguien que no alcanzaba a ver del todo, este desconocido parece pasarle un pequeño bolso negro y este saca del interior de su saco unos papeles doblados, intercambiando los objetos.
No se cuanto tiempo estuve pillando aquella escena, pero creo que lo suficiente para que que aquel sujeto sintiera mi mirada encima y voltear hacia donde yo estaba con las cejas levemente arrugadas, a pesar que no lo veía del todo por los lentes, supe que le había parecido desagradable que pillara aquello, por lo que volteo enseguida de manera tensa, siguiendo mi camino a pasos largos pensando que podría alcanzarme para reclamarme. Pero nada de eso pasó, llegué a la habitación de Greg sin problema alguno, que al verme con las bolsas hace un baile de emoción en su camilla sentado, lo que me hace reír.
Minutos más tarde un mensaje de Franco adornaba la pantalla de mi celular, con una dirección y hora exacta a la que debía llegar.
Había sido muy extraño
Espero disfruten mucho el capítulo, gracias por el apoyo siempre.♡
Les dejo una imagen de como yo personalmente me imagino a Tara, pero todo es válido si se la imaginan de otra forma.
Nos veremos en el siguiente cap♡
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