
capitulo 2
Lohan
Franco me miró gustoso, y un poco divertido entre sí mismo al ver mi cara con incredulidad al notar de quien había señalado.
Estaba asombrado, divagando en aquellas ideas nada gratas sobre como Franco sabía de la existencia de Keyt por si mismo.
Y vaya mierda, jamas en mi vida pensé que hablaría de Keyt.
¿Por eso me necesitaba tanto? ¿Vio el interés de Keyt en mi? ¿Me estuvo también vigilando todas las noches que Keyt me miraba de esa manera hasta que se atrevía a hablarme?, porque si, notaba a Keyt desde antes, era difícil no hacerlo, ella era esa clase de chica que llegaría un lugar y se haría notar.
–¿Me estas hablando de Keyt?– pregunte despacio, quizá esperanzado que fuese una mala jugada y entendiera mal. No la conocía, pero seria menos difícil si no la conociéra del todo aunque sonara muy desgraciado.
Franco ríe abiertamente, como si hubiese dicho algún chiste que lo matara de la risa. Me mira con los ojos entrecerrados aún con la sonrisa dibujaba en el rostro.
–Keyt es un cero a la izquierda. Es elemental para el plan– eleva sus hombros—. Hablo de su querida amiga– dice, tomando un sorbo de su vaso
—¿Entonces debo salir con Keyt?
–Mientras más cerca de ella te mantengas, más facilidad tienes de llegar al punto clave. La amiga de Keyt es una santurrona no será sencillo.
–Dudo que quiera verme queriendo llegar a ella cuando salgo con su amiga– veo bailar a Keyt con una chica al ritmo de la música de My oh my en la pista a lo lejos.
¿Por que es tan importante todo esto?
–Tu sabrás que hacer. Inventa un personaje o lo que sea si eso te ayuda
–No estamos en un programa de televisión
–Entonces finge y haz que si— me mira con fastidio y rodando los ojo—.Solo importa su amiga, no Keyt.
–¿Y cual es la amiga?– se pasa la lengua por los labios, disfrutando mucho de mi curiosidad.
–Adela Gromeng.– disfruta decirlo, pude notarlo.
–¿Que tan importante es en la vida de Keyt?
–Da igual, aquí es el nivel de importancia que tiene para su padre.
–¿Quién es su padre?
–Un agente policial.– se me erizo la piel
Y las dudas nuevamente aparecen. ¿Estaré haciendo bien? ¿Y si busco otra solución? Toda esta mierda puede ser peligrosa y joderme más de lo que ya estaba.
No puede, ya lo es.
Me cuestione mentalmente. ¿Tan grave podía ser todo este rollo?
Miro a la pista nuevamente, con los brazos flexionados en la barra, observando a Keyt aún con aquella chica, que era de su misma altura, un cabello abundante por la cintura y llevaba un vestido ceñido al cuerpo color azul. Pero su rostro era un misterio por estar dando la espalda hacia mi lugar.
Keyt se encuentra con mi mirada al instante, ella dice algo sin apartarme la vista de encima, y la chica que la acompaña voltea matando mi curiosidad.
Y si Keyt era guapa, su amiga también lo era, sus ojos brillaban, tenía las mejillas acaloradas y mostraba un aire de superioridad a pesar de estar a muchos pasos de mi, sentí una corriente en los dedos al ver su escote, que era una discreta pero llamativa V que le hacía favor a su piel pálida y realmente provocativa.
Me fulmina unos segundos con la mirada para dirigirse nuevamente a Keyt para decirle algo, que está ríe y niega levemente con la cabeza.
¿Debía hacerlo?
–Hazlo por eso que necesitas Lohan– Franco suelta al verme pillarlas bailar.
–¿No debo hacerle daño?
–¿Eso es lo que te asusta?– ríe burlón
–No voy a matar a nadie– aclaro seriamente decidido
Franco ladea la cabeza con una sonrisa pícara
–Debes saber algo tan importante que te persigue– da una mirada rápida a la pista–.Pero debes averiguarlo por ti mismo— toma lo que queda de su vaso para hacerme una seña que me acercara y pudiera oírlo mejor.
Me acerco desconfiado.
–No renuncies aun. Debo enseñarte algo, y tu trabajo funcionará para enganchar a estas dos.
Trago grueso. ¿De verdad iba a hacerlo?
Empezaba aquel impulso de miedo y arrepentimiento.
–Franco yo no...
–Lohan, los putos juegos me van mal. No me hagas perder el tiempo si vas a dudarlo en cada oportunidad que tengas– se toca la sien, frotando levemente de ella— Luego de que te enseñe que putadas hacer, no hay vuelta atrás.
Siento el nudo en el estómago, mis manos sudar frio y otra vez ese leve cosquilleo.
Y de repente me imagine lejos de Greg si alguna familia llegaba, tenía tiempo ilimitado, y el estaba en ese puto lugar, necesitaba también para su medicación y demostrar que podía hacerlo, que yo podía tenerlo junto a mi. Necesitaba ese dinero, para Greg, para mi, irnos. Podría hacerlo si aceptaba toda esta propuesta, podía hacer aquello y luego huir. Como si no hubiera pasado nada, como si eso nunca existio.
Ese era el plan.
A la mierda.
–Enséñame que debo hacer–asiento levemente. Franco sonríe abiertamente y se que le gusta mi decisión.
–Bienvenido, Lohan– elogia con los brazos elevados en total emoción maliciosa.
–Lohan...– Tara nuevamente insiste haciendo acto de presencia– Es hora de nuestro descanso para cenar. ¿Has terminado?– escanea rápidamente a Franco. Que se que el puede sentir toda la mala vibra que a Tara le causa su sola presencia y a Franco le encanta.
–Me márchare. La búsqueda de chicas hoy está floja– Franco hace un ademán con las manos y lanza unos billetes a la barra por los tragos, le guiña un ojo coqueto a Tara y se termina de ir.
–Ese tipo me da mala espina– Tara dice cuando Franco finalmente se marcha– No estés cerca de el– dice haciéndome soltar una risas, lo que solo me mira seria.
–Pareces una novia Tara.
–Lohan es en serió.
–Estoy bien, solo es un tipo en busca de tragos y chicas. Trabajamos en un bar– digo obvio.
–No es eso...solo que....– la tomo de los hombros.
–Va todo bien– ella me mira fijamente, para luego asentir no muy convencida– Cambiemos de tema. No quiero hablar de nada relacionado a trabajo.
–Vale...– arrastra las palabras pensativa— ¿Quieres ir mañana al cine? Sacaran una película muy buena de zombies– sube y baja sus cejas.
–Me encantaría acompañarte. Pero debo ir a casa de mi hermana– asiente– No sabía que eras la clase de chica que veía películas de zombies.
–Hay muchas cosas que no sabes de mi querido Lohan. No te tomas el tiempo de conocerme más que de trabajo– hace un puchero.
–No es cierto– miento. Sabia que era así, pero con ese empleo, turnos extras y con visitar a Greg, tener alguna relación amistosa con personas complicaba mis tiempos.
–Te he dicho que mientes mal.
–Yo no miento mal.
–Cierto. Me mientes muy fatal a mi.– sonríe egocéntricamente.
–Eres una exclusiva.
–Me encanta serlo– Da un paso hacia a mi, sin apartarme la mirada.
–Uy, yo no estoy borracho para hacerte un cumplido.– digo burlón a su lema.
–No necesitas estarlo, puedes hacerlo.– ella rie divertida.
–¿Podrías servirme un trago? Por favor— la voz de Keyt aparece nuevamente rompiendo la conversación.
Ella debía tener un imán personal de cada vez que Tara se me acercaba.
–Debe ser una puta broma– murmuró
–Calma, yo me encargo de las universitarias borrachas– le digo cerca del oído para que solo ella pueda escuchar, pero en vez de reírse, se aparta soltando un gruñido y alejándose para salir de la barra dando un portazo sonoro con la puerta trasera del bar.
–Tu amiga esta de muy mal humor– Keyt agrega.
–Es un trabajo pesado.– explicó buscando la copa y el trago que Keyt pidió, para servirlo y entregarle
–Gracias.– toma de el–.Deberia tomar un descanso, relajarse. Las chicas solemos hacer esas cosas.
–Es la persona más relajada que conozco.– y era cierto, Tara era calma, tranquilidad y nunca estaba de mal humor, a menos que Drake llegara, su aura bajaba, como con las universitarias tontas y borrachas que ella muy poco toleraba.
Siempre estaba haciendo algún chiste para pasar el rato y platicar conmigo en turno compartidos.
–Si tu lo dices.
–Es mi amiga– ella asiente.
–¿Y a tu novia le gusta eso?– toma un sorbo sin apartarme la vista.
Se a que venía aquella pregunta pero si iba a hacer todo aquello, debía mantener el lazo con Keyt hasta aclarar las cosas con Franco.
–No, yo no tengo novia– le brillan los ojos al saber que escucha lo que quiere oír.
–¿Y buscas una?– esboza una sonrisa ladina.
–Estoy abierto a opciones.– le sigo el juego.
–Podemos salir algún día.– acaricia mi ante brazo suavemente, haciendo movimientos leves en círculos sintiendo sus finos dedos
–Me agrada la idea
–Te daré mi número telefónico
–Perfecto– ella sonríe
Ya no había vuelta atrás.
Con la manos en los bolsillos, justo enfrente de la puerta de la entrada, me pensé mejor si era correcto estar en este lugar, podría mejor buscar maneras de sacar mis pertenencias del apartamento y ir buscando algún sitio o aceptar unos días con Leyla, pero apreciaba mis orejas y era peor estar sin ellas.
Tome una bocanada de aire y me arme de valor a tocar el timbre. No pasan muchos segundos cuando escucho unos pasos acercarse a la puerta, por lo que me aparto y espero dándome ánimos mentalmente para soportar a mi familia en sus aura más insoportable de lo que resta del día.
–¡Lohan, hermanito!— Leyla abre la puerta completamente para acercarse y abrazarme hasta dejarme sin respiración
Esta chica debía tener una leche materna potente en el sistema que le da cierta fuerza.
–Has venido– se separa de mi y se aparta para darme el paso y entrar
—Si bueno, bajo amenazas
La casa de Leyla era elegante, moderna y olía mucho a flores, lo que me hizo hacer una mueca al instante por ver tanto color y alegría, no estaba acostumbrado cuando vivía toda mi vida en un hogar con olor a ratas y a pañales de Greg recién nacido junto a Leyla y mamá.
–¿Te gusta?, Dante me dejo toda la decoración– dice orgullosa con la cara en alto por su magnífico jardín convertido en hogar
–Lo supe en cuanto tu olor a flores de cementerios me invadió mi pobre olfato— ella hace una mueca ofendida con la mano en el pecho.
–Eres tan cruel. A Dante le fascino– eleva una de sus cejas
–¿Que me fascinó?– Dante pregunta uniéndose a la conversación
Dante no era el mejor cuñado de todos, pero tampoco era lo bastante fastidioso como Leyla, por lo que lo toleraba.
Y aunque era siete años mayor que Leyla, eso no impedio meterse en las bragas de ella cuando tenía apenas diecisiete cuando el tenía sus poderosos veinticuatro. ¿Lo suficiente para no agradarme?, claro. Pero Leyla ya está lo suficientemente adulta para darse cuenta
—Que te encantó mi decoración—Leyla lo abraza por la cintura, dándole un beso sonoro logrando una mueca de mi parte
Para esto no vine.
–Pues...es lindo, si— da una sonrisa de labios cerrados.
–¿Por que siento que mientes?—mi hermana le mira achicando los ojos
–No miento
–Claro que lo haces— insiste
–Lohan esta aquí cariño, no hablaremos de decoración
–Por favor, vomitare por esta conversación o por este puto olor a flores– arrugo mi nariz, era insoportable
Leyla tenía un gusto muy peculiar o no lo tenía.
–Son unos crueles, ambos. Yo me esforcé demasiado— y aquí viene el drama de Leyla.
–Cielo, y estamos orgullosos de eso. ¿Cierto Lohan?– ambos me observan, Leyla con la mirada juzgando y esperando mi respuesta de brazos cruzados y Dante con "Dile que si para que deje el tema"
–Claro, amo drogarme con el olor a flores— Dante me reprocha con la mirada ante mi sarcasmo, pero Leyla se lo creyó, por lo que es suficiente.
Leyla a veces le cuesta comprender el sarcasmo, no era imbecil, prefería mentir a soportar su drama, a lo que ambos ganamos.
–¿Y como vas en tu trabajo Lohan?– Dante pregunta al notar el silencio incómodo en ese instante
–Bien, lo mismo de siempre.
–El bar Ghosting'Op ¿no?
–El mismo
–Si, pagan un sueldo miserable ahí. No se como lo soportas– dice
Y se a que va esta conversación.
–Lohan es muy bueno en sus empleos, seguro le va genial– Leyla me sonríe.
–Si, eso es un empleo un poco mediocre— Dante ríe
–Cariño– Leyla reprocha en voz baja.
–Bueno, mediocre es meterse con una jovencita siendo un adulto pero eso no te lo impidió, tu deberías de saber de esas cosas– digo, Dante aprieta su mandíbula y se que le di en el punto donde le molestaba, lo que Leyla me da una mala mirada.
–Lohan– Leyla advierte. Y se a que venía, debía ser amable, como siempre.
–Leyla ya es mayor– justifica.
–Actualmente, y mírate treinta añotes estas cumpliendo cuñado. Felicidades— le sonrio falsamente, y se que en estos momentos si Dante pudiera sacarme a patadas lo haría, puedo saberlo con solo sentir la mirada fulminante encima de mi, pero sabe que Leyla lo mandaría muy lejos si hace tal cosa
—Lohan, no arruines esto, es un día importante, por favor—Leyla dice, logrando activar mi lado defensivo.
¿Para que me invitaba si debía fingir que me agradaba estar aquí?
–Eres mi hermano y te quiero, por eso te he invitado– como si pudiera leerme la mente, me suplica una vez más que me comporte
Odiaba que Leyla me importara demasiado para tener que aguantar toda esta estupidez. Es de las pocas personas que son mi punto débil, la protegeria de todo aunque sea una fastidiosa.
Suspiro y asiento
–Tranquila, esta todo en orden
–De acuerdo– me da una sonrisa ladina— Vamos al jardín, debes ver a Dakota– ella toma a Dante del brazo, tras este darme una última mirada fulminante sin decir nada más, y caminar con ella hacia la puerta trasera para que los siguiera.
Suspiro frustrado. Solo yo aceptaba estos eventos para deshacerme de todo al momento.
Al cruzar aquella puerta todo fue una bomba, ver a mi madre ahí con Dakota en brazos me revolvió el estomago. Sabía que había probabilidades de que estuviese, pero también de que no
Y yo deseaba que se le presentará cualquier improvisto que le permitiera llegar.
A veces no entendía como Leyla podía soportar a mamá. Quizá porque ella supo perdonarla, cosa de la que ya aún no era capaz
Debía soportar su presencia también. Suficiente tenía con el imbecil de Dante y porque ahí era su hogar. La última vez que la vi fue hace meses, mientras menos podía cruzarme con ella en mi vida lo hacía, solo nos hablábamos cuando se trataba de Greg, pero también lograba evitarlo lo más que pudiera a menos que fuera una emergencia.
Ella al notarme su expresión de sonriente cambia a una sería, me observa unos segundos repasandome para luego apartar la mirada de manera rapida y evitarme para seguir jugando con Dakota en sus piernas
–Mamá, Lohan ha venido—Leyla se acerca a ella, yo mientras dudo si hacerlo o no, pero termino por acercarme a pequeños pasos cuando Leyla me mira suplicando que lo haga
–Hola, Lohan– saluda, a lo que doy un movimiento de cabeza sutil para no tener que soportar más esa situación de mierda
–Pensé que sería bueno compartir juntos— Leyla me acaricia el hombro. Sabe que evito a mamá, tanto que tuvo la gran idea de invitarla al mismo sitio.
–¿Juntos?, me parece que no estamos todos— digo amargamente soltándome de su agarre.
–Hemos intentado traer a Greg pe..
–Ya lo hable con Lucía— imterrumpo la explicación de mi madre, sabía más de Greg que ella, no necesitaba sus explicaciones. Ella me asiente levemente sin mirarme
Mamá no me miraba desde entonces. Desde ese día.
Tenia la creecian de que si las personas te evitaban, era porque sabían que te habían lastimado. Que algo malo te habrían hecho para recibir una versión distinta a lo que eras antes con ellas.
Y se había ganado esa distancia y odio de mi.
–Mira, Dakota esta enorme—Leyla cambia el tema mostrando a mi sobrina, que a pesar de ser aún de meses estaba enorme y con unos cachetes teñidos de rosados y regordete.
Se veia muy adorable con ese pequeño moño celeste en su poco pelo crecido pelirrojo y vestido azul de tutú.
Ella también era mi punto debil.
Leyla la acerca a mi, tras tomarla de los brazos de mamá, para que pueda cargarla dejando un ligero pañuelo lila para su baba encima de mi hombro
–Hola ardilla– la tomo en brazos, haciendo que mueva sus manos diminutas en el aire cerca de mi rostro al besarle la frente
–Extraña a su tío Lohan— dice Leyla, observando maravillada la escena al ver que su hija no dejaba de mirarme con esos enormes ojos verdosos. Que se que saco de Leyla, eran idénticas.
Gracias a Dios, si no se me haría difícil amarla pareciéndose al patán de su padre.
–Yo a ella— y si lo hacia. Sonrio.
Pero Dakota no merecía un tío estresado y preocupado por sus deudas personales. La amaba, pero la amo demasiado como para que me vea siendo un tío de lo peor, alguien que no podía ofrecerle su mejor versión de sí mismo. Merecía crecer en un ambiente precioso donde Leyla y Dante podían dárselo
Merecía cosas increíbles.
Y yo no lo era
–Deberías venir a verla más seguido
–Ella tiene a sus padres. No necesita de un tío cruel—cito irónicamente, levantando una ceja hacia ella, refiriéndome a sus palabras de hace unos minutos.
–No eres cruel, solo estas herido— siento un nudo formarse en mi estómago, pero decido no decir nada más.
Lo último que necesito es a Leyla modo psicóloga, y suficiente tuve con su drama de olores florales
–¿Por que es un día importante a parte de que tu pedofilo cumple años?—ella me mira fulminante.
–Le dieron un mejor puesto en la empresa donde trabaja, por lo que ha invitado a su familia, algunos amigos y a su jefe—genial, ancianos en traje bebiendo vino ahora también debo aguantar.
–Así que es muy importante– me dice señalando con su dedo índice
–Ya sé
¿Cuanto faltaba para largarme de aquí?, No quería ni venir. Leyla tenía un poder increíble de hacer decidir bajo presión
Miro a Dakota entre mis brazos que seguía con sus manos haciendo puños y soltando pequeñas burbujas de saliva con pucheros
–¿Y donde están los ancianos formales? Solo veo a dos idiotas parecidos a Dante y su familia ricachonas— hago una mueca al lugar donde Dante estaba haciendo un asado con los que seguramente eran sus padres o hermanos, hablando y tomando cervezas.
Y luego mi patética madre intentando integrarse, riendo de algo que le decía algún familiar de Dante
–Deja de llamarle así
–Es que lo es, no es como que sea mentira—me encogí de hombros, meciendo a Dakota.
–Eres desesperante. Debes respetar Lohan...– ruedo los ojos a su pequeños discurso de que debo respetar a Dante, que es un hombre ejemplar y no se cuantas palabrerías.
No porque tenia treinta años significa que debía respetarlo, era anciano pero no el rey
–Si si, ¿por qué no están?. Entre más rápido llegan más rápido tengo de irme– eso último lo dije un poco más para mi mismo
Si no Leyla se ofende.
–Deberían ya estar aquí—mira su reloj en su muñeca– No se porque han tardado...– el timbre suena cortando sus palabras.
Ella mira a Dante a la distancia, que le devuelve la mirada nervioso y ella le sonríe calidamente haciendo señas con su dedos y gesticulando "suerte", a lo que el se retira para abrir la puerta tras pedir permiso y pasar rápidamente por nuestro lugar para darle un pequeño beso a Leyla.
Que fue asqueroso presenciar nuevamente.
–Esta muy nervioso, es importante para el ese puesto– orgullosa me dice
Pero sinceramente me vale un rábano la vida de Dante.
Pero supongo que me cuenta porque esta muy emocionada por el, y aunque nunca he sentido que alguien se emocione por mi de la manera que Leyla lo está por Dante, eso me dio una pequeña punzada en el pecho.
Vemos a Dante entrar con dos hombres, que a simple vista demostraban poder, aires de grandeza y superioridad a todos lo que estábamos ahí.
Era como ver a Franco, con la diferencia que el demostraba peligro, vibras de hacerte algo si le tocabas un pelo, pero al mismo tiempo elegancia, pulcros y oliendo a lociones caras. Vestian camisas de vestir, pantalones negros y relojes costosos. Uno de ellos llevaba una botella de vino y a su lado una señora con un vestido impecable floreado por debajo de las rodillas, con un peinado digno de observar y preguntarte cuanto tardo en hacerlo
Pero, lo que más me impresionó de toda la situación no fue ver tipos creyéndose lo mejor del mundo por tener tanto dinero como para comprar seis autos en menos de una semana y tener a sus esposas viudas aseguradas por años.
Si no la chica que estaba aun lado de uno de ellos, estaba de brazos cruzados con una mueca de fastidio notable a pesar de que sonreía saludando a las personas que Dante presentaba entre sí. Se veía muy radiante en ese vestido color verde oliva, le resaltaba la piel tan preciosa que tenia e incluso mucho más que la noche anterior en el bar, como una muñeca irreal.
Me pilla mirándole y pude ver como tenía la mirada más fulminante hacia mi persona, nunca me había sentido tan juzgado como cuando fijó sus dos ojos azules claros en mi, detallando cada milímetro, creando un espacio entre los dos donde ella me mira sin ninguna vergüenza de verla analizandome, como para no perderse nada.
Sintiendo los dedos con ese leve cosquilleo como cuando la miré por primera vez, decido sosténersela, pero no hace más que dar una última repasada de arriba y abajo, para dejarlo fijamente en mi mirada burlona.
Ese aire de superioridad no iba a hacerme sentir pequeño
Ella la aparta sin más con el entrecejo fruncido
Esa chica no solo era un plan simple con lo atractiva que era, no era solo un punto a toda la situación como Franco me decía
Era mucho más que eso
¿Pero que diablos hacia la amiga de Keyt aquí?
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