9. No puedes vencerme
–¿No lo soportas, o no me soportas? Jongin, ¿estás avergonzado de esto? ¿Quieres ocultarlo porque no te gusta que te vean conmigo o algo así? Ni siquiera tenemos una relación como para que sientas que debes empujarme lejos. Estás actuando extraño y estás siendo ridículo. Necesito una explicación y sé, con certeza, que eso no te va a traer problemas.
–¡No! No es eso– el chico movió la cabeza y se tapó el rostro. –No entiendes.
–Sí, eso ya lo sé. No entiendo nada. Comprendo que no quieres que sepan que somos cercanos. Lo entiendo, créeme. Pero fingir que no somos amigos, ¿por qué te meterías en problemas por ser mi amigo? En la oficina es obvio que Chanyeol y Baekhyun están de acuerdo con que nos llevamos bien. Además, nadie puede decirte con quién puedes llevarte y con quién no. Desde que todo esto comenzó, ya que no sabemos ni qué es lo que tenemos,me parecía que actuabas de manera extraña, pero empiezo a dudar de ti otra vez.
Jongin se dio cuenta que acababa de hacer una escena de celos, pero nadie más estaba involucrado, porque se celaba a sí mismo. Evidentemente Kyungsoo iba a sospechar de algo así y sentirse confundido, pero no podía decirle que odiaba que fuera lindo consigo mismo. No podía decirle que podía ver desde fuera como le sonreía o como se preocupaba por él, si se supone que eran la misma persona. Pero, al mismo tiempo, le desesperaba la idea de ver a Kyungsoo intentar con todas sus fuerzas coquetear con el original.
–Tengo miedo de ser descubierto.
–Oh, Jongin.
Kyungsoo sintió ternura. Lo entendía. Vivir en una sociedad conservadora donde su relación sería vista con mala cara sin lugar a dudas era algo que le dejaba sin motivación a muchas personas, era algo que asustaba y que preocupaba. Lo entendía, lo entendía tanto.
–Te comprendo, ¿sabes?
–No. No lo haces.
Kyungsoo no supo como reaccionar ante una respuesta tan rápida y cortante. Cuando se dio cuenta que lo estaba arruinando todo, el otro chico pidió cinco minutos para aclarar su mente. Se disculpó por sus reacciones y prometió regresar, pero necesitaba un poco de aire fresco. El dueño de casa parecía dudoso, pero al final decidió no insistir y dejar que el muchacho se tomara su tiempo. A veces pensarlo a solas y con la cabeza fría le ayudaba también.
Jongin estaba abrumado por las emociones que no debía sentir, pero que sentía. Quiso desaparecer, pero algo lo detuvo. No era algo, era alguien. Casi. Sus intentos por escapar serían arriesgados y hasta estúpidos, entonces sólo se limitó a avanzar, para no estar cerca de la casa de Kyungsoo y no ser descubierto.
–Interesante.
No hubo respuesta. Jongin se sentía totalmente atrapado en ese momento y eso no era nuevo. Miró para todos lados y se dio cuenta que si caminaba un poco más, había un espacio más bien apartado donde nadie los vería.
–Y además precavido. Has aprendido mucho en este mundo, ¿verdad?
Tuvo que continuar en su monólogo, porque Jongin se mantenía callado, no era posible escuchar ni su respiración.
–Bien, ya que estás tan comunicativo hoy, seré rápido– se burló. –Las historias se vuelven aburridas cuando no hay algo que desencadene el clímax, ¿sabes? No hay nada peor que estancarse en los detalles cotidianos.
Jongin frunció el ceño. ¿Qué intentaba decir con eso? ¿Era una amenaza?
–Me refiero– continuó. –A que no podemos permitir que tu historia aquí sea así, ¿verdad? No después de la valentía que has demostrado al no cumplir con tu misión a tiempo y seguir aprendiendo y experimentando. Creo que es momento de que empiece tu clímax. ¿Quieres aprender? Pues aprende.
–¿Eso qué quiere decir?– se atrevió finalmente el muchacho a preguntar.
–Que no voy a dejar que esto se convierta en una aburrida y monótona historia de amor. Me gusta más la aventura, la adrenalina... la sangre. Es roja y llamativa. Así que prepárate para lo que viene.
***
Kyungsoo estaba tan furioso, que Jongin se asustó. Habían regresado de unas vacaciones sanadoras, pero el muchacho parecía odiarlos a todos. El único que se atrevía a preguntarle cosas y tratarlo como si nada era Baekhyun. Pero ya todos sabían que Baekhyun no le temía a nada. Los otros dos parecían muy recelosos, a pesar que el muchacho no había dicho ni hecho nada.
–Bueno, es hora de la reunión– dijo el líder en voz alta y todos se juntaron. Lo único que había conseguido Kyungsoo en toda la mañana, había sido un gruñido. Ahora, entre todos, tal vez podría hablar un poco.
Mientras tanto, incluso si había hecho todo lo posible para ser profesional y no mezclar los asuntos personales con el trabajo, era evidente que Kyungsoo estaba molesto. Chanyeol y Baekhyun supusieron que algo había pasado fuera de la oficina y Jongin estaba totalmente consternado porque no recordaba haber tenido ningún desencuentro con el muchacho, como para que estuviera tan furioso con él. Porque era obvio que su molestia iba en su contra. Así que dejó que pasara el día, aguantando las malas, caras, sus miradas furiosas y la actitud tosca y seca de un enojado Kyungsoo. Lo hizo con mucha paciencia y esperó a que quedaran sólo los dos en la oficina para intentar averiguar lo que pasaba.
–Kyu...
–No. No quiero escuchar tus excusas. Esta vez te pasaste. No importa lo que digas, voy a seguir molesto contigo– le interrumpió el mayor de los dos.
–Pero...
–Han habido otras cosas, que he podido soportar. Esta va a parecer insignificante, pero no lo es. ¿Tienes idea de cuánto tiempo estuve esperando? ¡Todo el maldito tiempo libre que tuve! No puedo creerlo que lo desperdicié esperando que dieras señales de vida. ¿Fue divertido? ¡Supongo que sí!
Jongin repentinamente recordó que había prometido enviarle unos dibujos que diseñaron juntos, algo que no era precisamente del trabajo. Supuso que si tenían un par de días libres, podía dejarlo para después. Tal vez, Kyungsoo realmente quería aprovechar sus días de vacaciones para hacer algo con eso. ¿Podía alguien enojarse tanto por algo así? ¿Era esa la razón? No lo parecía, pero no se le ocurría otra cosa.
–Yo, no sé... lo sie...
–¡No quiero una disculpa! Quiero respuestas. ¿A dónde fuiste? ¿Qué estuviste haciendo todo este tiempo?
–Estuve... en casa. No salí de mi casa. Estaba muy cansado y se supone que íbamos a descansar...
–¿Cansado? ¿Esa es tu excusa?– preguntó con indignación el muchacho.
–Bueno, es que iban a ser dos días de relajación para alejarnos de...
–¿De qué? ¿De mí?– exigió saber Kyungsoo. –¿Te escondiste todo el fin de semana porque no fuiste capaz de enfrentarme? ¿Me dejaste esperando como un idiota sólo porque estabas cansado? ¿En serio quieres que crea eso?
El muchacho parecía no sólo enojado, sino herido. Jongin estaba demasiado asustando y confundido para entender lo que pasaba. Temía preguntar y que más acusaciones salieran de la boca de su compañero de trabajo. No sabía cómo manejar la situación y eso le frustraba. Le hubiera gustado pedirle de buena manera que se calmara y que lo hablaran, pero no sabía cómo enfrentar a Kyungsoo. Por alguna razón se cohibía cuando se trataba de él.
–¿Por qué? ¿Por qué?– El chico se cubrió el rostro con ambas manos, porque estaba muy molesto y frustrado, no quería decir cosas hirientes. Pero, Jongin pensó que estaba llorando y su primer instinto fue consolarlo, así que se acercó sin pensarlo demasiado y lo abrazó.
Kyungsoo se sorprendió del gesto y, cuando se separó un poco, lo encontró cerca de él, así que hizo lo que había estado deseando desde hacía muchísimo tiempo: besarlo otra vez. Pero no fue cualquier beso, lo empujó hasta el escritorio, se colgó de su cuello y lo atacó de improviso. Jongin no pudo hacer nada para detenerlo y, cuando se dio cuenta lo que estaba pasando, entró en pánico. Se separó confundido y alterado, pero Kyungsoo aprovechó eso para respirar un poco y enseguida atraparlo otra vez, acariciando su espalda, sus piernas o tomando su rostro para profundizar el acalorado beso. Jongin seguía sintiendo que algo no iba bien, correspondió un poco, pero se rindió con facilidad. Jamás en su vida había disfrutado tanto de un beso. Sólo una vez antes había tenido una experiencia así con otro chico y no había salido nada bien. Así que aceptó sanamente que, si bien no le desagradaban los muchachos, prefería a las mujeres. Pero con Kyungsoo parecía que la cosa cambiaba drásticamente.
–Creo que debemos parar– pidió el líder del grupo y Kyungsoo, un tanto aturdido, lo miró con fastidio, por la interrupción.
–¿Por qué?
–Porque...– el muchacho intentó buscar una excusa que no sonara como un rechazo. –Porque estamos en la oficina. No lo sé, es un poco incómodo y además...
–Entiendo. Tienes razón, no es el lugar, no es el momento. Lo siento, yo sólo me dejé llevar y creo que hice que te sintieras incómodo. Lo siento.
–Me gustó– susurró Jongin un tanto avergonzado, pero no dijo nada más y tomó sus cosas.
–¿Qué dijiste?– si bien había escuchado perfectamente, necesitaba una confirmación más grande y esperaba que el menor de los dos se la diera, pero no lo consiguió.
–Dije que... no es que hayamos hecho algo malo, pero realmente no es el lugar. Creo que debemos dejar las cosas claras y despejar un poco nuestras mentes antes de nada.
–Bien.
Kyungsoo todavía parecía molesto y Jongin no sabía cómo mejorar las cosas. Pero no mentía cuando dijo que quería dejar las cosas claras, despejar su mente para tomar una decisión. Si bien lo conocía desde hacía mucho tiempo, no era cercano a su compañero de trabajo. No sentía que podían simplemente besarse y asumir cosas por eso. No se sentía listo para establecer una relación de ningún tipo con nadie, menos con Kyungsoo, porque eso tomaba algo de tiempo, al menos para él. Además, eran compañeros de trabajo, algo que dificultaba aún más las cosas. Tendría que buscar la manera de decirle eso a Kyungsoo sin que suene a un rechazo. Técnicamente lo era, pero su intención no era alejarlo, sino conocerlo mejor, antes de nada pasara. Era lo más razonable. No tuvo mucha oportunidad de despedirse porque el otro muchacho se marchó con un adiós muy sutil. Jongin cerró los ojos y respiró con fuerza. Iba a ser muy complicado. Cuando se subió a su auto para regresar a casa, se dio cuenta que nada de lo que había pasado era imaginario y que tendía que enfrentar la realidad.
–¿Qué demonios?– se preguntó a sí mismo en voz alta.
***
Kyungsoo dio vueltas en su auto por un rato y fue a varios lugares antes de regresar a casa. Compró un foco en una ferretería, compró un poco de fruta en una tienda y, por alguna razón absurda, decidió ir a una farmacia y conseguir preservativos y lubricante. No lo hizo porque tuviera ningún tipo de plan, pero jamás lo había hecho antes. Estaba tan acalorado por el beso, que la idea no salía de su mente. Pensó que sus parejas anteriores siempre traían cosas con ellos y él jamás tenía nada, algo que había frustrado varios encuentros. Así que quería estar listo. Por alguna razón, eso le hizo sentirse adulto así fuera una tontería completa.
Estacionó su auto y tomó el par de bolsas para caminar hasta su casa lentamente, esperando que se hiciera oscuro y que el Jongin con cabello negro, ya no verde, pero que conservaba sus lentes de contacto y su actitud encantadora, llegara e hiciera todo lo que el aburrido Jongin de la luz del día nunca se atrevía, usando los artículos que había comprado. Su imaginación voló. Luego, regresó al Jongin de la oficina, que parecía tan inexperto y cobarde, aunque un poco más maduro y racional. Y eso lo enojaba, porque una persona así no era apta para una aventura, mientras que un chico con el pelo verde y la sonrisa fácil era la persona perfecta para cometer una locura.
Dejó las cosas a un lado y buscó sus llaves. Se demoró intencionalmente. Buscó en sus bolsillos, luego en su saco, luego en su bolso. Luego, le tomó muchísimo tiempo abrir la puerta y meter una por una las bolsas, a pesar de que pudo cargarlas sin problema desde su auto. Lo mismo con los zapatos. Se sacó uno y luego otro, desesperando por completo a Jongin, que lo había estado siguiendo desde hacía un tiempo y se moría de la impaciencia.
–¿Cuánto tiempo más te va a tomar?– sonaba enojado y, por alguna razón, Kyungsoo disfrutó eso. Lo que no sabía es que no sólo sonaba, sino estaba completa y totalmente furioso.
Había sido testigo del acalorado beso que Kyungsoo había iniciado en la oficina y no podía estar más celoso y frustrado. No podía reclamarle el haber estado con alguien más, porque sería ponerse en evidencia, pero tampoco podía evitar sentir que le estaban robando a su persona especial. Cada vez que pensaba que no debía alimentar emociones que no debía experimentar, se consolaba pensando que desaparecerían en cuanto dejara ese cuerpo ajeno y débil.
–¿Desde cuándo estás aquí?– quiso saber el dueño de casa con una sonrisa.
–¿Acaso importa?
–Quiero saber. ¿Te arreglaste para venir? Eso debe significar algo, también me da curiosidad el por qué estás aquí después de lo que pasó. ¿Por qué viniste, Jongin?
–Porque...– atrapado en esa mente humana, intentó buscar en una respuesta que lo ligara a la conversación que había escuchado entre el verdadero Jongin y Kyungsoo. –Porque pensé en lo que pasó y quiero hablarlo.
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