4. Dulces mentiras
Kyungsoo está regresando a su departamento. Deja su auto estacionado en una calle cercana y camina tranquilamente hasta su edificio. Las luces de la calle iluminan un poco su camino. Sube las escaleras hasta el segundo piso y teclea la clave para entrar. Se saca los zapatos y deja todo en un perchero. Se lava las manos y, al ver la hora, decide que una pequeña comida no le hará nada mal. Abre su refrigeradora y se da cuenta que no tiene nada con qué acompañar la pequeña porción de arroz que le quedaba.
¡Las compras! Había estado tan ocupado esa semana, que se había olvidado por completo del ir al supermercado. Ese tipo de cosas no le pasaban con frecuencia, pero era la primera vez que estaba a cargo de algo tan grande y que lo motivaba a trabajar como loco. Anotó en los pendientes de su pizarra que debía hacer compras, tomó un poco de dinero y sus llaves. Salió y fue a una tienda para conseguir algo rápido. Tenía hambre y un ramen no le vendría nada mal.
La bolsa negra con sus cosas golpeaba rítmicamente contra su pierna. Tal vez había exagerado un poco con las cosas, pero no importaba, de todas formas iba a necesitar unas cuántas cosas para desayunar o tener hasta proveerse de comida para el mes. Además, estaba muy cansado y una buena merienda le sentaría bien. El chico pensaba en su horario cuando escuchó unos pasos detrás de él. Siguió avanzando y se dio cuenta que alguien le estaba siguiendo y que no estaba imaginando cosas. En un segundo, paró y se volteó listo para atacar. El muchacho tras él se asustó por el movimiento inesperado.
–Vaya, que rápido, ¿dónde aprendiste eso?– preguntó el chico alejando una mano cerca de su cara, que estaba lista para golpearlo.
–Hice un servicio militar adelantado. ¿Qué demonios haces aquí?
–Vaya, que agresivo, ¿dónde aprendiste a actuar así?
–¿Te parece esto divertido?– Kyungsoo se relajó un poco y, antes de recibir una respuesta, siguió caminando.
–¿Qué cosa?
–Seguirme. ¿Cómo sabías que vivo por aquí? ¿Me seguiste desde antes? ¿Tienes algún tipo de problema? No puedo creer que tú...
–¿Por qué estás a la defensiva?– la pregunta irritó al chico de sobremanera.
–No estoy a la defensiva.
–Te oyes bastante a la defensiva– provocó el chico.
–¿Qué demonios quieres aquí, Jongin? Pero te voy a pedir una respuesta decente y no las tonterías que balbuceas cuando alguien te descubre en falta en la oficina.
–Vaya, que hiriente. ¿Esto también te lo enseñaron en el servicio militar adelantado?
–¿Te estás burlando de mí?– Kyungsoo alzó una ceja incrédulo.
–No era mi intención– una sonrisa bonita se dejó ver.
–No me estoy quejando. Estoy sinceramente sorprendido. ¿Acaso en la noche repentinamente tienes personalidad y puedes enfrentarme sin esconderte detrás de Chanyeol o rogarle a Baekhyun que te defienda?
–Tal vez es mi habilidad secreta escondida. Por las noches soy muy elocuente.
–Deberías sacarla durante el día, te convendría más que poner cara de cachorro herido cuando te digo lo que haces mal.
Jongin dejó salir una carcajada y, como seguía caminando a su lado, una luz por fin lo iluminó y mostró algo que Kyungsoo no esperaba. Tenía maquillaje. Y no sólo eso, debajo de una chaqueta de cuerina que brillaba, parte de su abdomen se podía ver. Sus pantalones eran increíblemente apretados y su cabello era... verde.
–¿Pero... qué?– Kyungsoo volvió a parar en seco y se volteó un poco para observarlo con detenimiento. Parecía disfrazado para una fiesta de Halloween.
–¿Pasa algo?
–¿Por qué tienes ese aspecto? ¿Acaso por la noche tienes otro trabajo? ¿Vas a capturar a Batman?
–¡Qué buen chiste! Pero no. Digamos que este es mi yo más... natural.
–¿Cómo esto puede ser natural? ¿Estás metido en alguna secta extraña?– el mayor de los dos hizo un gesto de disgusto y se adelantó un poco.
–¿No te gusta?– quiso saber Jongin.
–No, realmente– admitió de inmediato Kyungsoo. Sé que te vas a quejar por esto, pero te ves un poco ridículo. Es decir, es de noche, hace un poco de frío y tú tienes el ombligo al aire. Tienes tanto maquillaje que no quiero saber cuánto tiempo te va a tomar sacarte eso de la cara y... estás intentando ser agradable conmigo. ¿Puedo pensar que estás ebrio o que consumiste algo ilegal? ¿Debería denunciarte?
Jongin empezó a reír fuerte otra vez. Se veía tan seguro, tan relajado. No parecía el chico un poco ansioso y temeroso de la oficina con el que tenía que trabajar. ¿Personalidad múltiple? ¿Debería preocuparse de que el líder de su equipo juegue al cosplay rarito en la noche y vaya a buscarlo en su casa?
–Me tengo que ir– anunció después de controlar sus carcajadas. –Fue interesante encontrarte en el camino. La próxima vez prometo no usar tanto maquillaje.
–¿Te vas?
–¿Quieres que me quede?– Jongin guiñó un ojo al verlo tan sorprendido y le regaló una sonrisa de lado que hizo que su estómago diera un vuelco repentino que, definitivamente, no le gustó.
–No.
–¡Qué honesto!– celebró Jongin.
–Pensé que me estabas siguiendo para decirme algo, pero si te vas así, tal vez... realmente fue sólo una coincidencia.
–No te entusiasmes– el muchacho acarició su mejilla con un dedo. –Si hubiera querido venir a verte, las cosas hubieran sido diferentes.
Mientras Kyungsoo preparaba el ramen le dio vueltas al asunto casi con obsesión. Se preguntó cómo es que alguien podía cambiar tanto en tan poco tiempo. Esa mañana había lloriqueado porque se le regó el café. ¿Qué le pasaba a Jongin? ¿Cuál era su verdadera personalidad? ¿Se estaba burlando de él? Al principio no creyó lo de la coincidencia, pero esa extraña versión de Jongin aseguró que no tenía idea de dónde vivía y terminó por irse sin dar muchas explicaciones o mostrar ningún tipo de curiosidad.Tampoco parecía muy interesado en verlo o seguir hablando. Pudo tratarse de una verdadera coincidencia. Pero era realmente extraño: su ropa, su aspecto, su seguridad.
Al siguiente día, Kyungsoo observó a Jongin en busca de pistas. Sus uñas estaban limpias. No había restos del tinte en su cabello, tampoco tenía nada de maquillaje. La sonrisa de lado, llena de seguridad había desaparecido y sólo estaba la expresión de niño bueno que tanto le fastidiaba. Su voz no se escuchaba tan grave, más bien sólo pudo oír su risa chillona y los aplausos de Chanyeol mientras Baekhyun decía algo divertido. ¿Dónde había quedado el burlón y atractivo muchacho de la noche anterior? Le habían devuelto al Jongin que no podía responder a un comentario crítico sin hacer un mohín infantil y eso no era divertido. Quería al divertido, al interesante.
–Jongin, ¿vamos a tomar en cuenta lo que dejó la empresa como modelo de lo que quieren, o vamos a empezar de cero?– preguntó con firmeza, como si quisiera ponerlo a prueba.
–Estaba pensando en dos propuestas: una enteramente nuestra y otra que siga un poco lo que ellos nos sugirieron. No me gustan mucho sus ideas, por eso pensaba en crear contenido original. De esa forma pensarán que tienen opciones y que trabajamos en sus ideas, pero tuvimos unas mejores... ¡Pero sin decirles eso! Es más como... ¡sus ideas son buenas, pero tenemos las nuestras también!
–Bien. entonces trabajaré en lo de la empresa y les dejaré las iniciativas– sentenció Kyungsoo y se cruzó de brazos.
–Si quieres la propuesta propia, eres libre de dar tus ideas. Estoy seguro de que harás un maravilloso trabajo. Me encanta tu trabajo– Jongin sonrió de oreja a oreja y se fue. No era igual. Eran las mismas facciones, pero no era lo mismo.
Imposible. No podían ser la misma persona.
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