3. El más fuerte
Chanyeol, Jongin y Kyungsoo se conocían desde muy jóvenes. Mientras los dos primeros mantuvieron una amistad de muchos años, el tercer chico fue desapareciendo poco a poco de sus vidas. Fue muy cercano a Chanyeol por un tiempo, pero jamás se llevó con Jongin.
Cuando estaban en el colegio, Kyungsoo no tuvo mucha suerte con los amigos. Su mala visión le hacía tener una mirada fuerte, que ahuyentaba a las personas. Cuando lo conocían, se daban cuenta de lo equivocados que habían estado al juzgarlo, pero no siempre tenía oportunidad de reivindicarse. Chanyeol era de las pocas personas que se habían portado bien y, en realidad, después de cantar juntos muchas veces para los eventos culturales o sociales de la escuela, terminaron siendo buenos amigos.
Pero Kyungsoo había escuchado las cosas que decía la gente de él y, cuando eso pasaba, se alejaba porque no quería tener conflictos con nadie. Es por eso, que un día después de las clases, se encontró con Chanyeol y él estaba con un par de amigos. El gigante lo invitó a comer y Kyungsoo aceptó con ganas. Dijo que recogería sus cosas para irse y, cuando estaba regresando, escuchó como uno de los chicos que estaban con Chanyeol decía que no quería comer con él, porque le daba miedo.
Se armó de valor y fue de todas formas. Pero Kyungsoo se mantuvo distante, callado y no parecía muy feliz. Luego, se enteró que mucha gente hablaba de lo malo y lo intimidante que era. Supuso de inmediato que la persona detrás de todas esos chismes, era ese chico alto y de cabello negro, amigo de Chanyeol que había dicho abiertamente que no quería verlo, porque se asustaba. Lo había escuchado de su propia boca comentar que él le causaba temor, cuando jamás le había hecho nada malo a nadie. Desde entonces, Kyungsoo se mantuvo amable y educado con todos, pero le mostraba verdadera hostilidad al chico del cabello negro y labios prominentes.
Un día, Kyungsoo y Jongin iban a entrar en un mismo local. Iba a ser un encuentro completamente casual que debía terminar con su extraña enemistad. Ese día, se suponía que se verían, se saludarían y Jongin intentaría ser más amable, después de enterarse por Chanyeol que el chico no era lo que aparentaba. Terminarían comiendo algo delicioso y, al darse cuenta del mal entendido, se volverían los mejores amigos. Pero eso no logró pasar, como se supone que debía. Un extraño hombre vestido de rojo detuvo a Kyungsoo en el momento adecuado y le hizo ofertas para un negocio irresistible, mientras era verdaderamente insistente. El muchacho quiso deshacerse del que parecía un evidente estafador, pero ese tiempo de distracción fue suficiente para que Jongin saliera del lugar y nunca se encontraran.
Por lo tanto, la reconciliación que estaban destinados a tener, no sucedió. De esa forma, los chicos se fueron alejando y más malos entendidos se interpusieron entre ellos. Jongin estaba convencido de que el chico lo odiaba sin razón y Kyungsoo no dudaba que toda su mala fama se debía a la mala intención de Jongin. Se graduaron, fueron a carreras distintas y, siempre que se veían por sus amigos en común, el ambiente se volvía tremendamente incómodo.
Con el tiempo, Chanyeol y Jongin, que eran vecinos, empezaron a trabajar en un proyecto donde pudieran juntar sus habilidades y las de otras personas. Conocieron a Baekhyun después de buscar talentos y habían pasado varios años de trabajo en conjunto y formaron una buena amistad. Baekhyun siempre solucionaba sus problemas, era divertidísimo y, además, muy responsable. Era el mayor de los tres y su creatividad y sus habilidades parecían no tener límites. Tuvieron éxito en varios de sus proyectos pequeños, pero se superaron cuando se dieron cuenta que podían hacer publicidad a gran escala. Ganaron un par de concursos, pero normalmente las empresas pedían que en el grupo se incluyera el perfil de un comunicador social o un experto en marketing para poder concursar. Buscaron por meses a la persona adecuada, pero nadie tenía ideas frescas, inteligentes y que fueran acorde con su filosofía de trabajo.
Baekhyun pensó originalmente en Kyungsoo, pero después de escuchar las historias de Chanyeol de lo famosos que eran Jongin y él para hacer que el ambiente fuera incómodo, desistieron. Pero después de tantos intentos sin solución para conseguir a alguien que valiera la pena, intentaron probar suerte. De todas formas, habían pasado muchos años y tal vez esos viejos rencores juveniles y absurdos habían pasado por completo. Ambos eran profesionales capaces de comportarse en un ambiente laboral, no tenía por qué haber ningún problema.
–Podría cortar la tensión con un cuchillo y seguiría ahogándome– susurró Baekhyun en medio de la sala.
–Te lo advertí– comentó Chanyeol, igual de bajo. –Siempre es así.
–¿Pero qué demonios les pasa a estos dos? ¿Eh? No han dicho nada y aún así puedo notar que se odian.
–No creo que sea odio– supuso el gigante. –Sólo se sienten incómodos el uno con el otro.
–¿Y cómo es que hasta yo puedo sentirlo? Esto es horrible. Si vamos a trabajar con ambos, quiero que usen una bolsa de papel en la cara. Me van a quitar días de vida si siguen con este ánimo.
La presentación de Kyungsoo fue pulcra, directa y muy profesional. Con sus gruesos anteojos de marcos negros, que se acomodaba cada cierto tiempo con un suave empujón, y una ropa semi-formal en tonos neutros, expuso con su voz gruesa lo que estaría dispuesto a hacer si fuera parte del grupo. Habló de sus habilidades, sin jactarse de nada o ser pretencioso, y la experiencia que tenía. También puso límites en cuanto a las actividades que estaba dispuesto a manejar, todo de manera muy profesional. Los tres muchachos estaban impresionados.
–Me encantan las ideas de tu portafolio. Eres muy creativo y se nota que eres responsable– le elogió Baekhyun. –Si mis socios están de acuerdo, creo que eres la persona que estamos buscando.
–Yo estoy de acuerdo– dijo Chanyeol sonriéndole a su amigo.
–Yo también– anunció Jongin de inmediato, sorprendiendo a todos. Kyungsoo pensó que entraría, pero con la negativa del chico. Su inmediato acuerdo lo dejó un poco impresionado.
–Agradezco mucho su confianza. Sé que han estado buscando a la persona adecuada por algún tiempo, así que espero poder cumplir con sus expectativas.
Los chicos les habían pedido a los candidatos que prepararan algo relacionado con el proyecto que tenían en marcha con la empresa. Como no sabían para qué era, lo hicieron como si se tratara de una prueba. Pero, en realidad, querían ver si las ideas se podían acoplar a su verdadero proyecto. Kyungsoo parecía que había nacido para trabajar con ellos. Jongin se había prometido a sí mismo ser maduro, objetivo y profesional. No se sentía en lo más mínimo feliz de tener a ese muchacho con ellos desde su perspectiva emocional. Pero, como profesional, era lo mejor para todos.
–Me odia– se quejó mientras se lavaba las manos en el baño, Chanyeol lanzó una carcajada.
–Regresas a ser el mismo chico asustado de colegio– se burló. –No te odia, ni siquiera te conoce. No te dejes llevar por su expresión. Es una persona increíblemente amable.
–Nunca dije que no lo fuera. Pero eso no quita que me odia.
–No seas ridículo– se quejó el gigante. –Ahora vas a tener oportunidad de trabajar con él y verás la diferencia. Es una buena persona, no odia a nadie.
–No lo sé. El poco tiempo que nos conocimos me odiaba sin razón. Ahora tiene una excusa perfecta.
–¿Y cuál podría ser la excusa perfecta para odiarte?– el gigante se cruzó de brazos, impaciente.
–Dejé caer su portafolio, él lo recogió y me miró feo. Estoy seguro de que va a mal interpretarlo como una falta de respeto a su trabajo.
–¿Cuántas veces te tengo que decir que su mirada es así por que su vista es mala. También estás ciego, deberías comprenderlo.
–¡Yo no estoy ciego! Sólo tengo un astigmatismo...
–Es lo mismo– le interrumpió Chanyeol. –Ahora deja de lloriquear. Digamos que, efectivamente, te odia. ¡No es el fin del mundo! Es un profesional excelente que será parte de nuestro proyecto. Pudo ser como cualquier otro– Jongin asintió con la cabeza y el otro chico asumió que había comprendido.
–Pero tenía que ser justamente él– murmuró para sí mismo.
***
Kyungsoo parece siempre estar enojado.
¿No es Jongin muy infantil para ser el líder?
Kyungsoo no parece estar de acuerdo con ninguna de mis ideas.
Jongin hace mohines, ¿se pueden hacer ese tipo de caras en una oficina?
Kyungsoo se comió mis frutas. Estaban marcadas, ¿por qué se comió mis frutas?
Jongin dejó la puerta del baño mal cerrada a propósito.
Kyungsoo toma demasiado café, tal vez por eso tiene mal genio.
Jongin le puso un osito de peluche a su lápiz, ¿están seguros de que es el líder?
Kyungsoo me mira feo. ¡Kyungsoo me mira feo!
Jongin usó mi cargador sin permiso. Lo hizo a propósito.
Baekhyun se iba a volver loco con las quejas que recibía todos los días de lado y lado. Mientras Jongin se veía sinceramente preocupado y hasta atemorizado por el nuevo integrante del equipo, Kyungsoo parecía una bomba de tiempo y tanto Chanyeol como él temía que en algún momento terminara golpeando al muchacho. Al principio, le causó un poco de gracia la revalidad, dos semanas después y el proyecto aprobado... sabía que era un candidato para manicomio.
Eran imposibles. No había forma de hacer que se pusieran de acuerdo. Cada vez que tenían que hacer algo juntos, las cosas se complicaban. Kyungsoo eran un trabajador modelo, no podía pedirse nada más de él, excepto un poco de paciencia. Jongin podía parecer un poco inmaduro, pero ese era sólo su exterior. No era el líder por que sí, sus ideas, su organización y su talento eran sólo unas de las tantas razones por las que les habían llevado a donde estaban. Su forma de expresarse no era la del típico joven prepotente. Era dulce, amable y hasta adorable. Chanyeol y Baekhyun se habían acostumbrado a eso, e incluso agradecían que fuera así. Pero Kyungsoo lo detestaba con toda su alma. Era evidente que quería a alguien fuerte y decidido al mando. Jongin lo era, pero no lo parecía. Kyungsoo tendría que descubrirlo con el tiempo.
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