Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

24. Más fuerte

Kyungsoo no podía creer que había terminado en su departamento después de suponer que no había otro lugar a donde Kai fuera capaz de huir después de verlo con Jongin. Y tampoco podía creer que su instinto había fallado al no encontrarlo en su casa. Eso lo decepcionó y hasta le asustó, pero enseguida recordó que la había dicho a su amigo que regresaría enseguida y no le sería fácil regresar en ese momento. Buscó su teléfono y llamó para disculparse, Jongin le explicó que estaban en el proceso de darle de alta, así que no pasaba nada. También le comentó que iría directamente a su departamento y que no le importaba recibir visitas.

–No quiero ser una molestia. Debes descansar, para que te mejores lo más pronto posible. Necesitamos a nuestro líder en el trabajo, ¿sabes?

–¿Me ves como un líder?– quiso saber Jongin, con un ligero toque de emoción al escuchar esas palabras.

–Por supuesto. Eres la cabeza de nuestro grupo, creo que es algo que deberías saber después de todo lo que has hecho. Por eso te aseguro que nosotros tres nos esforzaremos al máximo para ayudarte. Yo realmente estoy agradecido de que la herida en tu brazo no afecte de ninguna forma en tu capacidad para dibujar.

–No fue para tanto. En un par de semanas estaré bien y además puedo valerme por mi mismo– insistió el menor de los dos.

–¿Estás seguro?– dudó un poco Kyungsoo.

–Sí. Pero si quieres, puedes venir a comprobarlo. Creo que me haría bien un poco de compañía.

–¿Quieres que vaya a verte? ¿Y tu familia?

–Sí, quiero que vengas. ¿Puedes venir mañana, Soo? Mi madre se quedará esta noche, porque está preocupada. Pero cuando vea que soy autosuficiente, podré dejar que alguien más me consienta.

–¿Y ese sería yo?– el chico hizo una mueca que Jongin casi pudo imaginar y se rió un poco.

–Estaría encantado de que así sea.

Kyungsoo se sonrojó y se dio la vuelta mientras caminaba con su celular pegado a su oído. Su sonrisa desapareció cuando encontró a Kai justo frente a él. Tenía el ceño fruncido y los ojos rojos, como si hubiera estado llorando. La imagen lo dejó sin palabras, tanto que su interlocutor pensó que había perdido la comunicación.

–¿Hola? ¿Kyungsoo?

El clon tomó el teléfono y cortó abruptamente la llamada. Dejó el aparato a un lado y el dueño de casa no se atrevió a quejarse. La llamada con Jongin lo había distraído de la razón por la que había regresado a su hogar. Kai no parecía para nada feliz y su expresión era entre atemorizante y, al mismo tiempo, increíblemente triste.

–Siempre que lo ves, lo besas. Todo el tiempo me dices que debemos encontrarle una solución a la situación en la que estamos y que tenemos que involucrarlo porque merece saber lo que pasa. Si es así, ¿también le vas a contar que estamos en una relación? Que vivimos juntos, que dormimos en la misma cama abrazados, que compartimos todo y que yo no tengo nada y a nadie más en el mundo que a ti. Dime, Kyungsoo, ¿por qué lo besas y le dejas pensar que tiene oportunidades contigo si todavía no hemos solucionado esto? Tú me has acusado de esconderme, de aprovecharme de que él no sabe que yo existo, pero es justamente de lo que tú te aprovechas. ¿Por qué? ¿Todavía dudas? ¿En serio quieres estar conmigo o sólo te recuerdo al Jongin que no puedes tener?

Kyungsoo tragó en seco. Todas las imágenes y la realidad de las cosas que había estado haciendo hasta ese momento invadieron su mente. Se había convencido de que no podía resistirse a ninguno de los dos, pero eran excusas. Era cierto que Jongin no sabía de la existencia de Kai, así que no le afectaba. Pero Kai sufría y estaba sinceramente herido por su crueldad. Tenía todo derecho de sentirse traicionado, porque había sido traicionado. Mientras él se había dejado llevar por sus impulsos, sin tomar en cuenta los sentimientos de la persona que decía querer, Kai sufría en silencio. Se merecía más que eso. Y Jongin también.

Su egoísmo había llegado a un punto en el que debía sentirse avergonzado de sí mismo, pedir disculpas y acabar con una actitud tan reprochable. Ese día era especialmente extraño y había experimentado muchas cosas que le resultaban complicadas de asimilar. El hecho de estar llorando en ese momento era una de ellas. Darse cuenta de lo egoísta e insensible que había sido con Kai fue un golpe duro. En cuánto descubrió que era un clon, que tenía poderes y que un extraño grupo de personas lo perseguía, se había apegado a él, había sentido empatía y ganas de protegerlo. Pero las tragedias anunciadas no llegaba y, al no experimentar nada atemorizante, se había acostumbrado a tenerlo en su casa, en su día a día, en su vida.

Estaba tan seguro de su cariño, que lo dio por seguro. Y, confiando en que eran esencialmente lo mismo, aceptaba todas las atenciones de Jongin. Se justificaba, mintiéndose a sí mismo, que no podía separarlos porque se veían igual y por mucho tiempo fueron en su mente la misma persona. Pero eso estaba muy lejos de ser cierto. Sabía perfectamente que eran dos seres distintos. La realidad es que los veía completamente diferentes desde un inicio. Y aún así, los engañaba a los dos y se aprovechaba de Kai. Porque él no tenía a nadie más, porque dependía enteramente de él y le dedicaba su vida. Y, sabiéndolo, aún así siguió jugando a los equívocos y viéndolos a ambos.

–¿Te sientes mal?– quiso saber Kai, al escucharlo sollozar.

–Sí.

–¿Te sienes mal por haberme herido?

–Me siento terrible. He sido egoísta, he sido injusto y me convertí en una persona que usa y lastima a los demás.

–¿Eso quiere decir que soy importante para ti?

–Ay, Kai, no te mereces esto.

–Tal vez sí– el clon sonrió con tristeza. –Te puse en una situación difícil. Debí secuestrar a Jongin, tomar tu cuerpo, duplicarlo, regresarlos a ambos y que siguieran su vida como si nada pasara. Probablemente me hubieran eliminado ya y no sentiría ningún dolor, ninguna decepción y nada me importara.

–Pero tampoco podrías sentir las cosas buenas– intentó consolarlo Kyungsoo.

–¿Como qué?

–El chocolate. Los baños calientes. Caminar descalzo. Dormir acurrucado.

Kyungsoo había nombrado sus cosas favoritas y eso lo había conmovido porque era su forma de hacerle saber que sí le prestaba atención. Tal vez a veces se equivocaba e iba a los brazos de Jongin, del maldito Jongin, pero al final del día Kyungsoo hablaba con él, comía con él, lo abrazaba, lo besaba y le proporcionaba calor. Dormían juntos, pero jamás se habían acostado, ya que temían, cada uno, las consecuencias que eso provocaría.

–Hay algo que me gusta más que todo eso junto.

–¿Y qué es?– quiso saber el dueño de casa.

–Tú.

***

Kyungsoo se despertó con unos golpes en la puerta. Buscó su celular para ver la hora, pero estaba apagado. Se había quedado sin batería. Cuando intentó incorporarse y se encontró con el cuerpo de Kai sobre el suyo, se sintió extrañamente aliviado y feliz. Si bien las cosas no habían quedado precisamente bien la noche anterior, no habían dejado de lado la costumbre de darse calor por las noches. Tenerlo a su lado le daba una idea de seguridad que nada podía remplazar.

La voz de Baekhyun lo sacó de su pequeña ensoñación y se levantó, se puso algo abrigado encima y salió hasta la puerta principal. Su amigo estaba despeinado y tenía su teléfono en la mano, respiraba con dificultad y parecía alterado. Entró sin siquiera saludar y sólo preguntó dónde estaba en control del televisor.

–¿Qué pasa, Baek? ¡Estás actuando como un loco!

–¿Has visto las noticias?– exclamó el recién llegado.

–Estábamos durmiendo, mi teléfono se quedó sin batería. ¿Qué está pasando?– quiso saber enseguida.

–No podemos ir al trabajo. Llamé a Chanyeol y fue por Jongin. Les dije que vengamos a tu casa, es el lugar más seguro, porque es el más lejano.

–Pero, ¿de qué estás hablando?

–Un grupo enorme de prisioneros lograron escapar y tomaron tres zonas de Seúl. Una de ellas es la de nuestra oficina. Sería una locura estar por ahí.

Cuando por fin encendió el aparato, todos los canales transmitían la absurda rebelión. Los prófugos atacaban a la policía y tomaban rehenes para evitar ser apresados. Algo como eso no tenía precedentes en una ciudad tan ordenada y segura como Seúl. Mientras escuchaban al locutor explicar la situación, Kai apareció de la nada.

–¡Qué susto me has dado! Me había olvidado de que vivías aquí– Baek colocó ambas manos en su pecho. –¿De dónde saliste?

–De la habitación– respondió Kai.

–Vaya, que literal– se burló el mayor de todos, pero se dio cuenta que su broma no surtió efecto, porque el chico estaba concentrado.

–¿Qué pasa?– intervino Kyungsoo, reconociendo esa expresión. Algo malo pasaba.

–Esto es provocado por ellos– aseguró Kai mirando la pantalla. –Todos tienen algo rojo entre sus ropas.

Era cierto. Algunos hasta iban enteramente vestidos de ese color. Otros, tenían marcas o algo que les identificara. No parecía una coincidencia. Baekhyun recordó que, desde que se enteró de ese detalle, había estado pendiente y siempre que algo malo le pasaba, alguien o algo de rojo estaba involucrado.

–Pero esto es a grande escala, ¿qué se supone que debemos hacer? ¿Es una buena idea que Chanyeol y Jongin vengan?– se preguntó Baekhyun.

–¿La familia de Jongin no estaba aquí? Su madre y su hermana lo estaban cuidado, ¿no?– comentó Kyungsoo preocupado.

–El muy terco aseguró que podía solo y dijo que nosotros nos haríamos cargo, entonces terminaron por rendirse y dejarlo porque Chanyeol se ofreció a ayudarlo.

–Les dijiste que vengan, ¿verdad?– Kai tenía el ceño fruncido al hablar. –Si no se demoran mucho, estaremos a salvo aquí todos.

El teléfono de Baekhyun comenzó a sonar, era Jongin. Cuando contestó, estuvo por un rato intentando hablar con él y convencerlo de que no hiciera tonterías. Al parecer, Chanyeol no era capaz de llegar a su casa, todos los caminos posibles estaban cerrados o tenían policías desviando todo. Tendría que rodear la ciudad por otro lado sólo para llegar donde Kyungsoo.

–No podemos dejar a Jongin solo, en ese estado con esta situación. ¿Hay alguna forma de ir a su casa y traerlo a salvo por un camino que no esté cerrado?– Kyungsoo miró a Kai, pero él hizo una mueca de disgusto.

–Voy a revisar el internet. Puede que encuentre una ruta– ofreció Baekhyun y enseguida revisó su teléfono.

–Sólo puedo llevar a una persona a la vez– murmuró Kai, adivinando los pensamientos de su pareja.

–Podemos ir a la casa de Jongin. Cuando le expliquemos un poco lo que pasa, lo traerás primero a mí, luego a él. ¿No es una buena opción?

–¡Oh! Es verdad, el clon teletransporta cosas– Baekhyun se emocionó al entender lo que pasaba.

–No me llames así– dijo Kai en tono amenazante. –¿Cómo podrás convencerlo?

–Buscaré la manera. Baek, dile a Chanyeol que venga lo antes posible. Estemos pendientes de las noticias. No podemos dejar que nadie con cualquier marca roja se nos acerque. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro