2. La caída
–Y recuerden, hay sólo una oportunidad. Tomaremos sus códigos, para que sea fácil identificarlos. Para atrapar al número 10, necesitaremos al número 1. Para atrapar al 99, necesitaremos al 21. Y, para atrapar al 12, necesitaremos al 88. Estudien sus personalidades, sus oficios y las cosas que los caractericen. Sólo podrán regresar cuando tengan a los originales por su voluntad. Remplazarán a los que ya tenemos y los mantendrán a salvo. Si son descubiertos, todo puede arruinarse.
***
Kim Junmyeon está caminando con su elegante traje de tres piezas, mientras revisa su celular. Lleva en su brazo los papeles del juicio que acaba de ganar y está de regreso al bufete de abogados con una sonrisa de satisfacción. Tendría que llamar a Lay para que se encargara de los clientes chinos, como siempre y todo quedaría perfectamente arreglado. El teléfono empezó a sonar y pensó que su socio le había leído el pensamiento, pero no. Era un número desconocido.
–¿Aló?– contestó, pero sólo se escuchaba estática. –¿Hola? No se escucha bien. Que extraño, ¿será un cliente?
El hombre quiso cortar la llamada, pero la pantalla de su celular se congeló. En medio de la calle, luchó un poco con el aparato, pero sus papeles cayeron y todo se volvió un desastre. Enojado, murmuró maldiciones en voz baja mientras intentaba recoger todo.
–¿Necesitas ayuda?– preguntó alguien
–Si, muchas gra...
***
Kim Jongdae recibió a sus empleados con una sonrisa encantadora. En cuánto las puertas de la enorme cafetería se abrían, el trabajo no paraba, así que las primeras horas eran esenciales para el perfecto funcionamiento y organización del día. Por eso, la primera media hora, establecían tareas y se preparaban para cualquier eventualidad. A veces los meseros hacían falta y tenían que llamar por apoyo.
Los encargados de la comida, los encargados del bar, los encargados de la caja y de las mesas fueron establecidos. La gente empezó a entrar y a hacer sus pedidos cuando el teléfono del jefe empezó a sonar.
–¿Minseok te dijo a qué hora llegaría?
–A media mañana– indicó el encargado. –Dijo que supervisaría con el diseñador los acabados del nuevo local.
–Perfecto, muchas gracias.
–Aquí está el informe de presupuesto que me pidió– una jovencita le entregó una carpeta con documentos que Jongdae agradeció con un gesto. El celular seguía sonando, era un número desconocido.
–Seguramente se trata de la empresa de lácteos, permiso– dijo saliendo y saludando a un par de clientes. Cuando contestó, se escuchaba un poco de estática. Preguntó un par de veces si era el señor Cho de los lácteos, pero no hubo respuesta. Caminó un poco, para no obstaculizar el paso para los clientes de la cafetería. Intentó colgar la llamada, pero no fue posible. Alguien pasó por su lado y lo golpeó en el hombro. Se disculpó, pero desapareció rápidamente, mientras los papeles de Jongdae volaban por el aire.
–¡Oh, no!– intentó guardar su teléfono, que seguía sin funcionar mientras intentaba recuperar sus documentos.
–¿Necesitas ayuda?
–¡Sí! Muchas gra...
***
Kim Jongin caminaba con sus audífonos puestos. Bailaba un poco cada cierto tiempo y tarareaba la alegre canción que resonaba en sus oídos. Llevaba una gorra, unas gafas y un bolso colgado a su hombro. Tenía una reunión con Chanyeol y Baekhyun para hablar con su inversor. Después de casi dos largos años, habían conseguido el apoyo económico lo suficientemente importante para poder seguir con su proyecto multidisciplinar. Si todo salía bien, su pequeño negocio tendría el apoyo de una empresa y así podrían surgir. Chanyeol era diseñador gráfico, Baekhyun ingeniero en computación y él mismo se había graduado como ilustrador. Se encargarían de hacer la publicidad para las empresas, sólo les faltaba un comunicador social. Ese día, iba a conocer al último candidato.
–¡Llegaste!– exclama Chanyeol al verlo, se acercó y lo rodeó con su brazo por el hombro –Nos esperan a las cinco para mostrar nuestro proyecto. Necesito añadir sólo una diapositiva más con la persona que nos falta y tendremos el perfil completo. Tenemos un pie adentro, Jongin. ¡Un pie adentro!
–Hemos hablado con demasiadas personas relacionadas con el marketing y la comunicación social, pero nada nos convence. ¿Crees que aceptaremos a quien sea sólo para cumplir el perfil? Nuestro trabajo hablará por nosotros.
–Sólo mira esto– pidió su amigo y Jongin tomó el portafolio.
Las ideas eran frescas, agradables, sin excesos, tampoco le faltaba nada. El equilibrio perfecto. Las artes también eran originales e interesantes, con un poco de retoques serían increíbles. El muchacho se emocionó increíblemente al verlo. Parecía la persona perfecta para trabajar con ellos.
–Este material es increíble, ¿dónde se ha estado escondiendo esta persona?
–¡En nuestras narices! Y ya está aquí. Puntual y educado, tal como necesitamos.
–¿Ya está aquí?
–¡Sí!
Con el portafolio en mano, sintió su celular vibrar en su bolsillo. Lo buscó mientras guardaba sus audífonos. Era un número desconocido. Pidió permiso para contestar la llamada, cuando los documentos se le cayeron al piso provocando un ruido seco. Baekhyun y la persona que los esperaba salieron. Sus ojos se encontraron en ese momento mientras su celular seguía vibrando.
–Tengo que atender– susurró Jongin.
***
–¿A China?– quiso saber el director de bufete de abogados. –¿Por qué iría a China en un momento como este? Su juicio terminó, se supone que iba a tomar un caso más antes de sus vacaciones.
–No me sorprendería que fuera a ayudar a Lay con un caso, así sea como asesor. Se toma muy en serio su trabajo– explicó la secretaria.
–¿Pero...?– adivinó el gran jefe, con los brazos cruzados.
–Parece que sólo fue por vacaciones, pero me sorprendió un poco su actitud y, más que nada, su aspecto físico.
–¿Por qué?– se sorprendió el hombre.
–Buen– explicó la secretaria. –Parece que se tiñó el cabello de rojo.
–¿De rojo? ¿El cabello? ¿Para irse de vacaciones?– el director lo pensó un poco. –Tal vez realmente tenía demasiadas presiones y realmente necesitaba unas vacaciones.
–Actuaba extraño– insistió la mujer.
–Llamaremos a Lay, tal vez él sepa lo que está pasando. No te preocupes mucho, es muy responsable y organizado, pero incluso los mejores necesitan un respiro.
***
–¿Encargada? ¿Yo?– la joven se sorprendió mucho al escuchar
–Es sólo por unos días. Sabes que Jongdae ha estado actuando demasiado extraño estos días, creo que es el estrés del nuevo local.
–El otro día hasta desapareció después de contestar una llamada, estábamos sinceramente preocupados, pero regresó con un look nuevo.
–SÍ, es un poco extraño– comentó Minseok. –Creo que lo mejor es que no nos encarguemos de la cafetería mientras vemos lo del nuevo local. No estaremos aquí con mucha frecuencia y por eso prefiero que te hagas cargo de todo. Eres la empleada que más tiempo ha estado trabajando aquí y en quien más confiamos. ¡Tómalo como una promoción!
–No sé qué decir– admitió la muchacha.
–Di que sí. Estaremos tranquilos sabiendo que todo está en buenas manos mientras nos hacemos cargo del nuevo local. Si todo sale bien, podrías ser una directora permanente.
–¡Eso sería maravilloso!
–¿Verdad que sí?– Minseok sonrió complacido. –Entonces, organicemos todo para que puedas trabajar y yo iré a buscar a Jongdae, esperando que no haya hecho nada loco con su cabello de nuevo.
Ambos rieron y se pusieron a trabajar.
***
–¿Por qué no contestas?– preguntó Chanyeol.
–Quise hacerlo, pero se congeló la pantalla y luego se acabó la batería de mi celular, así que se apagó– Jongin hizo un mohín tierno. –Y no traje mi cargador.
–Típico de ti. Ese pobre teléfono ha tenido tantos accidentes, que me sorprende que siga funcionando– comentó Baekhyun con una risotada, intentando disimular –Entren, tenemos una reunión importante.
Kyungsoo recogió su portafolio del suelo y lo apegó a su pecho mientras de inmediato, Jongin regresa para buscar algo en el suelo. El chico se paseó por unos segundos, con clara preocupación.
–¿Buscas esto?
Jongin levanta la vista y ve el portafolio en brazos de su invitado. Chanyeol llegó para salvar el momento e invita a todos a entrar. Los tres muchachos tuvieron una larga conversación, centrándose exclusivamente en los negocios y, para nada, en la parte personal. Quisieron ser lo más maduros, centrados y objetivos posibles. Fue así como llegaron a la conclusión que trabajar con Kyungsoo era lo mejor para su proyecto. Estrecharon las manos y se propusieron a impresionar a su posible nueva empresa. Baekhyun codeó a Chanyeol y le hizo caras. Tal vez ese momento parecía que todo iba a estar bien. Pero, en el fondo,sabían que no iba a ser fácil tener a esos dos en la misma oficina.
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