Kyungsoo estaba profundamente dormido, cuando Kai se despertó con la impresión de que estaba en peligro. Desapareció de inmediato y fue hasta el monte Namsan. Era su lugar favorito después de la casa del chico. Estaba lejos y se sentía cómodo ahí. Aparecer en medio de la noche en aquel lugar lo golpeó fuerte, porque hacía algo de frío y él llevaba puesto exclusivamente la ropa de dormir.

No tenía mucha energía para ir a más lugares, pero lo intentó. Finalmente regresó a la casa y cuando sintió las mantas calientes, descubrió por qué los humanos podían sentir fuertes emociones con detalles que parecían, a otros ojos, insignificantes. El calor que el otro chico emanaba era impresionante. No por su intensidad física, sino emocional.

–Estás helado–murmuró semi dormido el dueño de casa y lo abrazó, cubriéndolo mejor, quedándose dormido acurrucado a su lado.

Antes de dormir, Kai le había pedido tiempo, para explicarle bien lo que sucedía y el chico estaba tan cansado, que simplemente aceptó. No sabía que había dejado al otro chico con la gran tarea de explicarle cosas que le iban a parecer absurdas y que lo enojarían, casi con seguridad.

También tenía otro problema. No podía alejar al Jongin real de Kyungsoo, porque trabajaban juntos. Odiaba verlos sonreír, emocionarse cuando hablaban y ponerse nerviosos.

Y, lo peor de todo es que no sabía cómo protegerlo. Era la única leyenda que faltaba de copiar y buscarían cualquier manera de obtenerlo. A su favor, estaba la información que había recibido. Si llegaban a llamar demasiado la atención, bastaba con despertar o alertar a sus protectores para que todo empezara de nuevo e hicieran cualquier cosa para defenderlos.

Pero esa era la táctica final, el recurso que usaría en caso de que todo saliera mal. También pensó en la posibilidad de cambiar papeles con el verdadero Jongin. Buscar la manera de suplantarlo para enviarlo a él y poder quedarse, pero sabía que era una fantasía sin sentido. No sabe de lo que serían capaces, de lado y lado, de hacer si una leyenda original terminaba permanentemente secuestrada en ese lugar. No quería ni imaginarlo.

–¿No puedes dormir?– murmuró Kyungsoo, sorprendiéndolo.

–Tengo frío

–Entonces abrázame.

***

Jongin notó que Kyungsoo estaba esquivo. Se portó de manera muy amable, agradeció muchísimas veces la preocupación de todos sus amigos, pero no lo miró a los ojos. Se escudó en las incansables preguntas que le hacían Baekhyun y Chanyeol, además de todo el trabajo supuestamente acumulado, para no hablar con él.

¿Había hecho algo mal? ¿Se había mostrado demasiado ansioso? ¿Había dado demasiados pasos y lo había asustado? Kyungsoo parecía tan dispuesto a avanzar, ¿por qué en ese momento se estaba arrepintiendo? No quería mostrarse ansioso y desesperado, pero en el fondo sabía que estaba un poco ansioso y desesperado. Lo mejor era mantener la calma. Hablar con él cuando fuera pertinente, buscar una manera en la que no se sintiera incómodo y que todo resultara maduro, adulto y...

Kyungsoo hablaba por teléfono casi a escondidas, parecía susurrar, como si estuviera preocupado por algo. Jongin sintió una curiosidad basada en los celos. ¿Hablaba con Kai? La última vez que estaba enfermo, fue lo mismo. Siempre estaba con alguien. Si estaba en una relación, ¿por qué lo había besado? ¡Dos veces! Necesitaba respuestas. No podría seguir con sus intensiones de invitarlo a salir si no dejaba las cosas bien claras.

–No es el momento para berrinches. Debes descansar y recuperarte y yo tengo que trabajar. No vas a venir, ¿no te he dado suficientes razones? Escucha bien... ¡Jongin!

–¡No me llames así!– se quejó Kai por el teléfono.

–Tengo que irme ahora, te llamo luego.

–¿Estás con él? ¡Estás con él!

Kyungsoo cortó la llamada y no pudo disimular. Era obvio que tenía culpa, que estaba nervioso y parecía como si lo hubiera atrapado cometiendo un crimen. Jongin sólo lo tomó del brazo lo guió fuera de la oficina, frente a un Chanyeol impresionado y un Baekhyun divertido.

–¿Qué fue eso?– quiso saber el gigante.

–El comienzo del drama.

–¿Drama?– el chico se volteó para mirar a su compañero, un tanto intrigado.

–¿Qué buena historia de amor no tiene un drama?

Kyungsoo se cruzó de brazos. Estaba un poco preocupado por toda la situación, pero eso no justificaba la actitud de Jongin. No se sentía la persona idónea para pedir explicaciones, pero alguna razón debía haber para ser arrastrado, a un lugar apartado y frente a los demás.

–¿Pasó algo?– se atrevió a preguntar el mayor de los dos.

–Iba a hacer la misma pregunta. Creo que estás actuando extraño y quiero saber si es por mi culpa.

–¿Por tu culpa?

–Sí, Kyungsoo, por mi culpa. Tal vez te presioné demasiado, mostré más interés del que debía, te asusté un poco con mis confesiones. Pero... tú me besaste primero. Luego yo lo hice, pero fui correspondido. Todo parecía a paso lento pero seguro. Desde que te enfermaste todo se ha vuelto un tanto confuso para mí.

–Necesito tiempo– soltó el chico. –Dame un tiempo para acomodar mis ideas. En serio no quiero lastimarte, pero hay algo que...

–¿Algo o alguien?– interrumpió Jongin.

–¿Perdón?

–¿Es por ese tal Kai del que siempre hablan con Baekhyun? ¿Estás saliendo con él? ¿Está contigo cuando te llamo? Si estás en otra relación, puedes ser sincero conmigo. No sería mi situación favorita, pero prefiero la verdad.

–Oh, Baek tocó el tema de Kai, eso es verdad.

Kyungsoo cerró los ojos. Le había comentado a Baekhyun lo de Kai para dar a entender que le gustaba Jongin y así había sido comprendido. Pero ahora que sabía que eran dos seres distintos, ya no podía aceptar que se trataba de una palabra clave para referirse a él mismo. ¡Todo era tan complicado!

–¿Lo prefieres a él? ¿Es él de la buena suerte? ¿Lo llamaste cuando estabas enfermo y a mí me dejaste de lado? No quiero ser pesado, lamento si te agobio... pero no quiero que me rompas el corazón.

La sinceridad del muchacho lo hizo sentirse miserable. Era lo último que quería hacer. Pero ya no estaba tan seguro de cómo se sentía con respecto a Kai y Jongin, siendo dos personas distintas, pero se había enamorado de la versión conjunta y se le complicaba separarla.

–Jamás te haría daño, Jongin. Por eso necesito tiempo para ordenar mi cabeza y que podamos hacer las cosas bien.

–¿Juntos?

Aquella expresión era exactamente la misma que le ponía Kai cuando se comportaba igual de adorable. ¿Cómo podían ser tan parecidos? Ni los gemelos tenían tantas cosas en común. Todo era tan idéntico. No quería darle esperanzas, mientras no supiera cómo manejar la situación, pero no podía decirle que no, especialmente cuando lo miraba así.

–Sí, Jongin.

El chico se inclinó y lo besó. No fue un beso profundo, no fue apasionado, sus labios a penas se rozaron. Y, aún así, la explosión de emociones y de confusión dentro de él lo dejó mareado. No había diferencia con Kai. Lo había besado tantas veces y se sentía igual. Emocionalmente distinto, pero físicamente igual. Cada vez todo era más y más enloquecedor.

***

–Hueles a él.

–Extraña forma de decir bienvenido a casa– se burló Kyungsoo. –Seguramente huelo también a Baekhyun y Chanyeol.

–No. Sólo a él.

–Tenemos una conversación pendiente, Kai. Hoy hablé con Jongin y me di cuenta que es imposible que no sean hermanos gemelos. Son demasiado parecidos en absolutamente todo. Si te sacas los lentes de contacto no podría diferenciarlos.

–Porque tenemos el mismo ADN.

–Como hermanos gemelos. ¿Los separaron al nacer como en las películas?– quiso saber el dueño de casa.

–No.

–¿Se pelearon y Jongin no sabe que regresaste?– continuó preguntando.

–No.

Kyungsoo suspiró. Dejó sus cosas y se lavó las manos. Luego empezó a buscar ingredientes para cocinar algo. Iba a ser una larga conversación, un poco de energía les caería bien. El chico lo siguió a la cocina y no dejó de abrazarlo y tocarlo. Se sentía cálido y muy bien, pero demasiado parecido. ¿Cómo dos personas que no se habían criado juntas podían ser tan exactos?

–¿Podrías explicarme entonces cómo es que son tan iguales teniendo el mismo ADN sin ser hermanos? No soy experto en genética, pero no tiene mucho sentido lo que dices.

–Soy un clon.

Kyungsoo se echó a reír con ganas y siguió pelando un par de papas mientras calentaba el arroz. Sacó y cortó más vegetales mientras repetía con gracia una y otra vez la palabra "clon". ¡Tanta imaginación! Se volteó para quejarse por la burla hasta que sus ojos se encontraron.

Kai hablaba en serio.