10. Está soñando
–Dime, ¿soy el único que piensa que Kyungsoo y Jongin han estado actuando muy extraños entre ellos?– preguntó Chanyeol mientras se secaba las gotitas de sudor que caían por su frente.
–No me hables, te odio– respondió Baekhyun mientras respiraba agitadamente, estaba recostado y cubría su cara con un brazo.
–Al inicio, era como siempre. Kyungsoo le miraba feo, Jongin se sentía incómodo y el ambiente era pesado para todos los demás. Pero ahora hablan de cosas personales, se reclaman atención y juro que vi un chupón en el cuello de Kyungsoo el otro día. Si tuviera una pareja, ¿crees que nos lo habría contado? Suele ser muy reservado. Pero la forma en la que han estado actuando entre ellos. Tal vez, ¿estaré volviéndome loco por pensar que...?
–¿Quién me mandó a hacer estas cosas contigo? No puedo moverme– interrumpió Baek mientras se quejaba. Chanyeol hizo un gesto de fastidio, porque su compañero no estaba escuchando lo que le decía.
–Fue un poco de ejercicio, nada más. Creo que estás exagerando como siempre. Además todavía te falta otra ronda de abdominales.
–Maldigo a todos tus antepasados– Baekhyun se incorporó de la colchoneta donde estaba recostado, en una zona amplia del gimnasio que frecuentaban e hizo más muecas de dolor.
–Fue tu idea venir a ejercitarte conmigo– le retó el gigante. –Siempre es tu idea. Jamás te obligo a venir.
–¿Sí? Pues también fue mi idea llamar a Kyungsoo para que trabaje con nosotros y mira el lío en el que estamos con esos dos. Deberías dejar de hacerme caso cuando tengo este tipo de ideas.
–Entonces sí me estabas escuchando, yo que pensé que hablaba solo. No me digas, ¿también te preocupan esos dos?
–Son la razón por la que necesito pastillas para dormir.
–¿Tomas pastillas para dormir? Baek eso es un poco peligroso. ¿Eso no tiene que recetarlo un médico?
–No tomo pastillas para dormir, bobo. Intentaba ser divertido, pero no me dejas porque todo es literal contigo– se quejó el mayor de los dos mientras se estiraba un poco. –Ahora, dame agua y dejemos este lugar. Sé que ejercitarse es importante y lo hago con toda mi fuerza de voluntad, pero quiero darme una ducha muy larga ahora mismo, ponerme ropa de dormir y olvidarme del mundo..
–Pero te falta una ronda de abdominales– comentó Chanyeol.
–¡Deshonor sobre toda tu familia!
***
–Quiero saber. ¿Te arreglaste para venir? Eso debe significar algo, ¿por qué viniste, Jongin?
–Porque... porque tomé una decisión.
–¿Una decisión?– quiso saber Kyungsoo. –¿Qué clase de decisión?
Jongin entró y cerró la puerta tras él, se sacó los zapatos y los dejó caer donde fuera, incluso sabiendo que el dueño de casa era exagerado con el orden. Mientras estaba a punto de acorralar al otro chico, se tropezó con las cosas que estaban a la entrada de la casa. Unas pocas manzanas rodaron por un lado, pero eso no fue lo que llamó la atención del invitado. El contenido de la funda de la farmacia estaba en el piso y apareció frente a sus ojos, como esperando para ser útil.
–Esto es todo– anunció con una sonrisa que hizo que Kyungsoo entrara en un estado pánico muy extraño.
–¿Q-qué cosa?
–¿Me estabas esperando?– preguntó Jongin curioso, recogiendo los artículos.
–¡Eso! No... yo... Jongin esto es demasiado vergonzoso. Pero, maldición, soy un adulto. No tengo por qué darte explicaciones acerca de las cosas que compro.
–No te estoy pidiendo una explicación– el muchacho pasó su pulgar por su propio labio inferior. –Tengo curiosidad de saber cómo vas a usar todo esto.
–No me mires así– ordenó Kyungsoo, alejándose un poco de el invasor. –No te me insinúes y no me hagas tener esperanzas en algo que evidentemente se nos está saliendo de las manos. Ya no somos niños, no somos adolescentes llenos de hormonas que no se pueden controlar. Tenemos que poner ciertos límites y hablar antes. Estoy harto de que las cosas en la oficina sean tan difíciles. Somos profesionales, podemos hacer esto y hablar como adultos.
–Ya te lo dije– Jongin se acercó y dejó un suave y rápido beso en sus labios, mientras lo empujaba, haciéndolo avanzar dentro del departamento. –Dejemos esto fuera de la oficina. Ya sabes, en el trabajo seamos los adultos controlados y maduros. Aquí, en la seguridad de tu hogar, seremos lo que tú quieras– el muchacho rodeó la cintura del dueño de casa con un brazo y se apoyó con el otro contra la pared.
Las manos de Kyungsoo estaban sobre el pecho del alto y bien formado hombre que tenía frente a él y se sintió como una damisela el peligro. Eso lo fastidió mucho, no porque tuviera nada en contra de las damiselas en peligro, pero no quería verse débil o necesitado de ninguna manera. Especialmente con Jongin. Tal vez estaba dejando que su maldito orgullo se apoderara de él de nuevo, pero no dependía de él.
–Responde– le pidió Jongin. –Dime que seremos buenos amigos afuera y amantes aquí– más besos fueron dejados en su cuello y en su rostro. –Seré lo que quieras. La señal es...
–¿Qué cosa?
–Mis ojos... cuando mis ojos no se vean así– el muchacho lo miró directamente. –Quiere decir que estoy en modo Jongin.
–¿Y cuando tengas los ojos con lentes de contacto? ¿En qué modo estarás?–quiso saber Kyungsoo.
–En modo... Kai. Kai será la persona total y completamente rendida a tus pies, dispuesta a lo que sea por ti. Pero Jongin no, Jongin puede seguir siendo tu compañero de trabajo con el que tendrás una relación profesional y adulta. Conmigo puedes ver televisión, cocinar... tomar una ducha– su pícara sonrisa apareció. –Conmigo las cosas serán diferentes.
–¿Por qué hablas como si fueran dos personas distintas?
–Porque... lo somos. Es como si fuéramos dos personas distintas– Kai tomó su rostro y empezó a besarlo, pero esta vez ya no estaba jugando. Pegó sus cuerpos y movió su cabeza para el otro lado, con la intención de hacer el gesto más profundo y cómodo para ambos.
Kyungsoo tomó sus caderas y lo pegó a él mientras apretaba sus uñas en la tela. El otro muchacho era más alto que él y eso complicaba un poco sus acciones, así que decidió tener un poco de ventaja. Lo empujó lejos y con una mirada le dio a entender que lo quería en el suelo. No fue difícil conseguirlo, así que se sentó a horcajadas sobre él y continuó con el apasionado beso, pero esta vez tenía la oportunidad de moverse y ya no estar acorralado, sino al mando. Kai parecía estar disfrutando eso más que él mismo. Los abdominales marcados que había visto la primera noche aparecieron frente a él, pero esta vez, tenían una fina capa de sudor cubriéndolos. La imagen le encantó y besó los pequeños lunares que tenía.
–Entonces, ¿aceptas?– quiso saber el curioso invitado.
–¿Esto te parece un maldito no?– respondió fastidiado Kyungsoo, haciéndole reír.
–Que hostil. Parece que necesitas acostarte con alguien para mejorar ese genio– bromeó mientras le mostraba una caja de los preservativos que había comprado. –¿Por eso fuiste de compras?
–Cállate, Jongin– ordenó fastidiado.
–Soy Kai, ¿recuerdas? No me gusta que me confundan.
–¿Te gustan los juegos de roles o algo así?– quiso saber el dueño de casa. –¿Es algún fetiche extraño? ¿Eres un pervertido?
–¡Qué maravillosa imaginación la tuya! No soy un pervertido. Es sólo para poner los límites que querías. El fin de semana podemos ir de viaje, sólo los dos... y podría mostrarte ciertas cosas interesantes.
–¿Y por qué no me las muestras ahora?– Kyungsoo empezó a desabrochar su cinturón mientras hablaba.
–Porque no queremos asustar a tus vecinos.
Kyungsoo tragó en seco. Iba a levantarse la camiseta, lentamente, estando sobre él, cuando unos impertinentes toques en la puerta lo asustaron. Kai parecía tenso. Ambos se acomodaron un poco y los golpes fueron más fuertes.
–Creo que deberías atender. Yo iré a tu habitación.
–¿Por qué?– quiso saber de inmediato.
–Míranos. Si alguien entra en este momento, no tendrá una idea muy inocente de lo que estaba pasando aquí.
–No tardo.
Kyungsoo preguntó quién era y se sorprendió al oír la voz de sus compañeros de oficina. Abrió la puerta, sólo un poco, sin darse cuenta que tenía el cabello completamente desordenado. Se había acomodado la ropa, pero su cara lo decía todo.
–¡Hola!– Chanyeol parecía animado.
–¿Interrumpimos algo?– Baekhyun sonrió de lado.
–¿Eh? ¿Algo? No, no. Yo, iba a tomar un baño. Estaba... haciendo ejercicio.
–No sabía que hacías ejercicio. Baek y yo vamos al gimnasio con frecuencia. Deberías ir con nosotros– propuso el gigante.
–¿Ah? ¡Claro! Es una buena idea– comentó un tanto distraído. –¿A qué debo su agradable visita?
–Pasábamos por aquí y Chan recordó que tu casa estaba cerca. Salgamos todos a festejar nuestra victoria. Descansamos, pero no festejamos. ¿Qué opinas?
–¿Ahora mismo?
–Llamemos a Jongin y vamos a comer algo delicioso– intervino Chanyeol con una enorme sonrisa.
–Su casa no está muy lejos. Podemos ir ahora. Me dijo que no era un buen momento, pero lograremos convencerlo– Baek guiñó un ojo y pudo ver como Kyungsoo entraba en pánico.
–¡Mañana!
–¿Mañana?– se sorprendió el más alto de todos. –¿Qué pasa mañana?
–Dejemos esto para mañana. Organicémoslo bien, comamos carne. Realmente, no es un buen momento para mí tampoco. Y, si Jongin no puede, es el líder, no podemos ir sin él. Entonces mañana, ¿qué les parece?– Kyungsoo parecía extrañamente eufórico.
–Bueno, tienes razón. Estas cosas deben decirse con tiempo. Entonces nos vemos mañana.
Baekhyun empujó a Chanyeol por el pasillo mientras se despedía con una mano amablemente.
–¿Llamaste a Jongin?–susurró el gigante.
–No, pero por su cara estoy casi seguro de que Jongin estaba ahí adentro.
–¡¿Qué?!
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