Capítulo 4.
Summary: Harry no sabe dónde está.
"¡Silencio!"
Un mano fue presionada sobre su boca. La lamió. La mano fue quitada con disgusto y sintió su boca transformarse en una sonrisa; una sonrisa que se sentía familiar, con la que podía soñar, una sonrisa que se sentía extraña para su yo de ahora. Para su yo real.
"Sh, va a venir..."
Escucharan los pasos que se desvanecían, riéndose donde sus rodillas chocaban, sus brazos envueltos alrededor de sus cuerpos. Harry sonrió grande, y brillante y la cortina se abrió de repente.
"¡Já! ¡Los tengo!"
Z maldijo fuertemente. "¡Te dije que dejaras de reírte, H!"
Harry explotó en risas, tocándose el estómago, rodando del armario.
"No estuviste lo suficientemente callado, estúpido," Niall lo molesta con cariño, revolviendo su cabello. Harry decidió no reclamarle por su gesto infantil, sólo por esa vez.
"Vamos," Z dijo, levantándose y limpiando su ropa. Z nunca sonreía, pero ahora miraba a Harry, riéndose. "Vamos a encontrar a los otros."
🔥🔥🔥
Alguien está tarareando.
Cree que reconoce la canción, y por un segundo piensa que es Z. pero no, la voz es demasiado profunda y lenta y Z no está ahí.
No está en su casa, no está en el campamento. No está acostado en algún lugar duro en el bosque; no hay ningún tipo de nieve metida entre los recovecos de su ropa. Está... bajo tierra. Lo sabe por la presión en sus oídos. Pero las luces. Son demasiado brillantes. El aire está limpio. Piensa, brevemente, que todavía está soñando. Siente una venda enrollada con fuerza alrededor de su cabeza, el pulso en sus oídos está tranquilo. No está soñando.
Mira el techo mientras la voz continúa tarareando: es Amazing Grace. Recuerda haberla cantado en el colegio para un show de talentos cuando era pequeño y el mundo era maravilloso.
"Ah," la voz dice, y se acerca. Los ojos de Harry queman. "Estás despierto. ¿Cómo te sientes?" Hay una pausa mientras espera por su respuesta, pero no llega. Pasa su lengua por su mejilla.
"Harry," la voz dice, y pretende no encogerse. "¿Sabes dónde estás?"
Quiere reír. Estúpido. No, no sabe dónde demonios está. Le encantaría descubrirlo. Pero, primero, le encantaría un poco de té, por favor. Y tal vez, sus cosas. Y un auto. Y una carpa. Y también quiere a su familia de vuelta. Hay un millón de cosas que le gustaría pedir, pero pide sólo una que pueda cumplirse.
Amazing Grace, how sweet the sound.
"Agua," susurra, un sonido hueco saliendo detrás de su garganta.
"Bien. Está bien." No puede mover su cabeza, pero siente un vaso de plástico presionado contra su labio; siente que lo inclina hacia atrás, lavando la parte posterior de su garganta. La necesidad de toser sube desde su pecho. Lucha contra eso, traga duro.
"Ahora," la voz continúa. Deja que sus ojos se cierren, porque, de alguna manera, se siente seguro y cómodo en esa cama. Como si los últimos diez años de su vida hubiesen sido un sueño y finalmente ha despertado ante una mano cariñosa y tranquila, en una pieza cálida. "¿Recuerdas qué te pasó?"
El campamento, piensa. El campamento. Y también recuerda que su vida está muy lejos de ser de ensueño, él sólo tiene recuerdos dolorosos como fantasmas, y el dolor en su cabeza es muy, muy real y tangible.
"Mi cabeza," susurra.
"Está bien," la cara de la persona entra en su línea de visión; ojos azules, cabello suave. Su boca es una mueca consternada. "Te caíste, Harry. Te golpeaste muy fuerte la cabeza. Ahora estás a salvo."
A salvo. No, nunca ha estado a salvo. Necesita salir de ahí.
Trata de sentarse, ignorando el dolor en su cabeza, pero no tiene éxito, y su estómago se revuelve cuando se da cuenta de que está atado de nuevo. Está amarrado, y no tiene a dónde ir. Trata de girar su cabeza. Palpita por el dolor. Trata de pelear contra ello. Su vista se pone un poco borrosa.
Recuerda este tipo de dolor. Debía haber tenido como seis años, cuando se cayó de su bicicleta. Golpeándose la cabeza fuertemente en el pavimento. Le dijeron que era una conmoción cerebral leve, y no tenía permitido andar en bicicleta por un par de semanas, pero estaba bien.
Un miserable como yo fue salvado.
"Hey, tómatelo con calma," la voz dice. Harry ve un abrigo blanco por el rabillo de su ojo. "Tienes una contusión. Tienes que descansar."
"¿Dónde estoy?" dice. Su muñeca duele. Tiene que salir de ahí.
"Hey," una voz nueva dice, más suave y más amable. Más hogareña. "Harry." Cree reconocerla. ¿Z? ¿Niall? "Respira. Dale un momento, Jack."
"¿Dónde estoy?" Harry repite, más demandante esta vez. Siente la punzada de una aguja arriba de su codo, y desea poder sacársela.
"Te explicaremos todo con el tiempo." Gira su cabeza, reconociendo a quién le pertenece la voz. Louis, su cerebro le dice. Pero Louis no es un amigo. Louis dislocó su muñeca y leyó su diario personal. Louis es, por lo menos, su mayor enemigo.
"Vete a la mierda," suelta, su mal humor venciendo la parte racional de su cabeza. "Desátame."
"No tan rápido, niño. ¿Quieres respuestas o no?"
Se detiene, pensante. Le gustaría algunas respuestas. Le gustaría que lo desataran. Le gustarían muchas cosas, pero no considera que alguna de ellas sea remotamente posible.
"Eso. Hagamos un trato, ¿sí?" Louis se inclina y lo mira. "Te diré algo, y tú respondes una pregunta," la táctica se escucha mucho menos aterrorizadora de lo que era, originalmente, el interrogatorio; no necesita dar nada a cambio, realmente, si no quiere, y lo contempla en silencio por un momento, apoyándose en la almohada, en la cama, asintiendo una sola vez.
"Estás bajo Londres. El chico detrás de mí, es Jack. Es un doctor. Estás a salvo. No te mataremos."
Harry ha escuchado esas palabras miles de veces por un millón de personas diferentes y las odia. No te mataremos, le dicen mientras lo colocan en la parte oscura de un camión. No te mataremos, dicen mientras lo drogan, lo atan y lo dejan para que muera.
"¿Por qué estabas en el subterráneo, Harry?"
Harry se encoge ante los ojos azules. No debería estar así de asustado. Pero todavía está atado a esa estúpida camilla, y nadie ha hecho ningún tipo de movimiento para aflojarse las esposas, hay dos hombres en la habitación con él; dos hombres, más viejos, más fuertes, más nutridos e hidratados, y Harry, por el momento, es todo lo contrario. Sabe qué pasará si hace enojar a alguien y eso es, probablemente, lo que más lo asusta.
"La tormenta," dice, calmadamente y espera que pase como una respuesta.
"¿Eso es todo?" Las cejas de Louis se arrugan, y por un momento Harry piensa que podría ser un amigo, otro soldado, luego recuerda que Louis sabe cosas que nadie más debería saber, y siente cómo el frío recorre su pecho.
"¿Por qué más estaría ahí?" Harry trata de decir, pero sale como un balbuceo cansado. Siente cómo su cerebro trata de que vuelva a dormir, pero se resiste.
"No puedes ser tan cuidadoso," Louis responde, como si Harry ya no lo supiera.
El otro hombre, Jack, todavía está parado sin moverse o ser inmutado en la esquina de la habitación, en silencio. Harry lo mira una vez. Es bastante alto, delgado. Bien proporcionado. Se mantiene de pie con confianza. Evidentemente, está bien alimentado y no está hambriento, no por la manera en la que mantiene su espalda recta y sus hombros relajados. Harry piensa que, con un poco de esfuerzo, podría derrotarlo. Sin embargo, Louis es otra historia; no es particularmente alto y se ve bastante menudo, pero Harry no pierde de vista la pistola en la parte de atrás de su cinturón. Su plan de escape no funcionará.
"Estás aquí porque necesitamos tu ayuda," Louis explica, severamente, notando o no la manera en la que los ojos de Harry se pasean entre el cuchillo en su cinturón, o prefiere ignorarlo. "Eso no significa que confiemos en ti. O que te dejaremos caminar libremente. Sabemos de lo que eres capaz."
Harry lo sabe. Él sabe que ellos saben de lo que es capaz.
"Hablando de eso," continúa. "Mataste a dos de nuestros hombres. No creas que no enfrentarás consecuencias por ello."
Consecuencias, piensa y casi se ahoga.
"¿Por qué no me matan ahora?" pregunta, duramente. "¿Qué bien le haría yo a otro campamento?"
Otro bajo tierra, silencioso, escondido de otros campamentos. Sin soldados, hasta el momento, ni tiendas de campaña, ni perros de búsqueda, ni órdenes o golpizas sólo porque pueden hacerlo.
Bien.
"Esto no es un campamento," Jack, el doctor, dice de repente y Louis se gira y le da una mirada que no pasa desapercibida por Harry. "¿Qué? Tiene que saberlo."
"No sabemos para quién trabaja todavía," Louis insiste. "Si es un soldado, sabes qué pasaría."
"¿Por qué no lo matamos ahora, entonces? Si no podemos tomar ese riesgo."
"Sabes por qué, Jack. ¿Está listo para caminar?"
"Le traeré una silla de ruedas," el doctor murmura, tocando la barba de su mentón. La cabeza de Harry duele; esa inútil pelea de qué es mejor hace que sea difícil resistirse a no rodar los ojos. Se da cuenta de que esto se siente demasiado familiar, la forma en la que los hombres conversan. Como Z y él. Como Ed y Niall. Un dolor se forma en su garganta, quiere salir de este lugar.
Está bastante seguro de que la parte social de su cerebro ha sido apagada, al menos desde el campamento. Su deseo de estar con otras personas, el encanto natural que tenía antes de todo esto. La constante sonrisa, y su instinto para bromear. Sí, toda esa parte murió junto a sus padres y fue aniquilada con el incendio. Ya no estaba. Así que, no le importa si no ha hablado con otra persona en meses, y tal vez debería... rendirse. Y sería más fácil. No importa porque sabe qué pasará cuando se acerca a las personas y no dejará que pase de nuevo.
También sabe que no tiene oportunidades respecto a la silla de ruedas; la gruesa y apretada banda alrededor de su cabeza hace que caminar sea (diez veces) más difícil de lo que ya era porque su equilibrio está mal y ha perdido su visión periférica y si se niega, bueno, no sabe cuál será su castigo. Está rígido por estar tanto tiempo en la cama, pero aleja a Jack cuando trata de ayudarlo. No necesita ser tratado como una especie de niño. Cree que ha visto más del mundo que ambos hombres combinados.
"¿A dónde me llevan?" Harry dice mientras Jack empuja la silla de ruedas hacia adelante. Las luces se reflejan en las paredes y tiene que cerrar los ojos por un momento para evitar vomitar por todo el bonito, agradable y limpio suelo de baldosas.
"A conocer a la persona que está a cargo," Louis dice. "Deja de preguntar cosas."
"Pensé que tú estabas a cargo." Harry dijo. Todavía no se ha acostumbrado a lo extraño que es escuchar su propia voz.
"Cállate." Le dice, así que lo hace.
🔥🔥🔥
El hombre a cargo se llama Ben y a Harry realmente no le agrada. De hecho, lo detesta.
La primera cosa que el líder, Ben, le exige a Harry es que le diga exactamente quiénes eran sus compañeros de escuadrón en el campamento. Cosa que, al principio, se niega a decir. Pero, luego ve a Louis por el rabillo del ojo, su actitud sumisa, sus ojos revoloteando nerviosamente por la habitación. Así que miente, y ese fue su primer error.
"No lo recuerdo," gruñe, y recibe una cachetada en la cara que deja su mejilla ardiendo y puede ver estrellas.
"Su cabeza está en recuperación," Jack suelta ansiosamente. "Tiene una contusión."
"Vivirá." Ben dice. La piel de Harry arde.
La segunda cosa que Ben le pide, es que recite el código militar de solidaridad. Es el código que los soldados británicos compartían entre ellos mismos para mostrar su oposición al golpe; Harry se lo aprendió, por supuesto, pero sus amigos y él nunca lo habían recitado. Supo casi de inmediato que ninguno de esos hombres había estado dentro de un campamento, si creen que recitar el código es algo que hacen regularmente. Sus carpas eran monitoreadas y siempre había alguien escuchando todo. La única cosa que tenían eran sus pensamientos.
"No soy un soldado," Harry dice firmemente. "No peleo para nadie, así que, si quieres que sea parte de tu maldita Rebelión, deberías meterte ese pensamiento por el culo."
Otra cachetada en su otra mejilla.
"Ben," Jack le advierte.
"Tienes dos opciones," Ben dice, ignorándolo. "Podemos encerrarte de nuevo. Sin comida. Sin agua. Sin baño. O, puedes escucharme y evitarte a ti mismo dolor innecesario."
Harry no responde. La decisión parece que ya ha sido tomada por él.
Así que, cuando Ben se inclina un poco más cerca, como si estuviera cómodo, Harry lo golpea en la cara.
Casi logra golpearlo de nuevo antes de que los otros hombres lo estén agarrando de los brazos, por detrás, pero deben ser más fuertes de lo que parecen; colocan sus brazos firmemente atrás y está seguro de que, si trata de hacerse más adelante, podrían arrancarle los brazos. Así que. Tal vez no fue una decisión muy inteligente. Pero no puede evitar sonreír y ruborizarse de placer cuando ve a Ben enderezarse y limpiarse la sangre de la nariz.
"Este nos salió audaz." Dice, sus dientes manchados con rojo. "Quiero que haga cada prueba de tolerancia que tengamos. Gases lacrimógenos, de adrenalina. Resistencia al estrés. Todo. Después lo colocan en una celda. Veremos qué tanto aguanta antes de que se vuelva loco."
Harry probablemente se habría reído si no se sintiera tan enfermo.
La cosa es que, ha pasado por incontables pruebas de resistencia. Ha sido expuesto lo suficiente a veneno y gas, probablemente ni siquiera se daría cuenta si alguien le colocara un trapo empapado de cloroformo en la nariz. Cree que esto lo hace menos humano, pero lo ha usado a su favor.
"El proceso de inmunización," Z tosió, frotándose los ojos rojos. Harry parpadeó el fuego en sus propios ojos. Estaban escondidos detrás de su carpa, lejos de la vista de todos. "Nos lo dan poco a poco. Malditos sádicos de mierda."
"Pero, eso es bueno, ¿cierto?" Harry susurró. Siente las mejillas húmedas, pero no era por alguna reacción emocional. Sólo se estaba recuperando de las lacrimógenas. "Al final, seremos inmunes."
"¿Te das cuenta qué significa eso?" Z responde, aturdido. "Quieren que seamos sus pequeños soldados perfectos. Estoy harto de eso, hombre. No dejaré que me hagan eso."
"Crees que sabes en qué te estás metiendo," Harry dice mientras lo sacan en silla de ruedas de la habitación, sus manos atadas y torcidas con fuerza detrás de su espalda. "Crees que lo sabes todo. No tienes idea, no tienes una maldita idea de quién soy."
No puede ver la cara de Ben; da vuelta la esquina antes de poder verla.
🔥🔥🔥
La primera vez que fueron atacados, fue durante la primera evacuación. Recuerda que estaban en Manchester en ese tiempo, en un complejo de apartamentos en el centro. Debió haber tenido como 14, lo que significaba que su hermana todavía estaba con él, pero el bebé todavía no había nacido. Las alarmas se habían encendido, las sirenas sonando fuerte y tronando. Era la mitad de la noche un martes. Se habían levantado de la cama, pero Gemma lo había detenido.
"¡Nos encontrarán!" Harry exclamó, joven y asustado.
"Quieren llevarnos lejos como lo hicieron con papá y mamá," le dijo. "Nos quieren llevar a unos campamentos."
"¿Qué hacemos?"
"Escondernos," ella dijo, así que pasaron una hora abrazados en la bañera detrás de la cortina, tapándolos, hasta que un fuerte sonido se escuchó en la puerta.
Los capturaron. Y pelearon con todo, mientras eran arrastrados por el pasillo, por las escaleras, arrojados a la cálida noche de primavera, justo con otros adolescentes que gritaban, todos temiendo por sus vidas y sus rostros morados, rojos, con moretones y cortes.
Una sola lata había sido arrojada a la multitud y Harry la había visto en cámara lenta; sabía exactamente lo que era antes de que lo golpeara, el olor horrible y la niebla que los cegaba.
No había soltado la mano de su hermana en ningún momento.
A mí, Harry piensa. Sus ojos ardiendo con los residuos de sus dolorosos recuerdos. Me querían llevar a mí a un campamento.
Aunque habían pasado otros tres años hasta que, finalmente, lo habían dejado en uno. Para ese entonces, ya se había vuelto bueno en eso de resistir.
Ahora, en una habitación sin ventilación, un zumbido en sus oídos, agachado en el duro suelo, sus rodillas apoyadas en su pecho, mira el lado positivo y piensa que las cosas podrían ser mucho peor.
Sabe que el espejo del otro lado se ve por ambas partes; ni siquiera tiene que confirmarlo. Sabe que, en un establecimiento así, un espejo significa que está siendo observado. Después de que lo sacaran sin ceremonias de su silla de ruedas y lo dejaran en la habitación, lo primero que pudo pensar fue no mirar su propio reflejo, sabiendo que, quien fuera que estuviera al otro lado, probaría un poco de su propio odio.
Su pecho arde, y se lo soba con una mano, usando la otra para cubrirse los ojos. Parpadea en la oscuridad de su propia mano, con cayos y deteriorada.
Está en la habitación por diez minutos. Sus oídos queman y sus ojos pican y traga fuerte cuando escucha que la puerta se abre, temblando con resistencia. Estoy igual, Harry piensa.
"Debería haberse desmayado." Jack dice, como si fuera un hecho. Harry tiene el presentimiento de que Louis rueda sus ojos, porque puede sentir ese tipo de cosas.
"Sí, bueno," escucha, luego es arrastrado por los hombres y trata de esconder el quejido que quiere hacer, pero falla, y se encuentra con los ojos del doctor, suaves y preocupados. Por un momento, piensa en otra persona. Su mente le está jugando trucos crueles.
"¿Dónde te duele, Harry?"
Parpadea un par de veces.
"¿Dónde te duele, H?"
Tomó una bocanada de aire, buscando frenéticamente oxígeno mientras su garganta se cerraba y la humedad en la parte delantera de su camisa, se extendía.
"No lo sé," murmura, en blanco.
"Jesús santo, deja que se siente, Jack."
Mientras lo sientan en la silla de ruedas, Harry siente una repentina desesperación por irse del lugar, alejarse de esas personas. Esto no es bueno para él. No es donde debería estar. Si tan sólo hubiera evitado la estación, ya estaría lejos de Londres.
Dos pruebas más, piensa. Entonces seré capaz de pensar con la mente despejada.
La prueba de adrenalina es bastante sencilla; lo pinchan en la parte superior del brazo, un breve mareo. Los simuladores de dolor, un poco de dolor en la cabeza y nada más extraordinario —para él, al menos. La prueba de resistencia al estrés, las descargas eléctricas, desagradables y cansadoras. Al final, está cansado, lacio y obediente, no puede realmente enfocarse en nada más que en el latido débil de su corazón y el temblor de su cabeza. Si su corazón latiera menos, estaría muerto. Es un pensamiento reconfortante.
"¿No crees que lo hemos llevado al extremo?" La voz es distante, como si Harry no estuviera en su totalidad ahí. Está bastante seguro de que ambos hombres creen que está inconsciente. Casi lo está, pero todavía no, está en un estado entre alerta y dormido. Lo suficientemente cansado como para pensar que está soñando.
"No lo decidimos nosotros," uno de ellos dice. Piensa que es Louis.
No le gusta Louis. Ni un poco. Ni siquiera es porque es el segundo a cargo. No es porque Harry ha sido criado para odiar a las figuras de autoridad. No es por su intimidación sin sentido. Es por su falta de cuestionamiento. Su ciega obediencia a Ben, el líder.
Harry sabe que las personas como Louis son las más peligrosas. Personas como Jack, son las personas que mueren primero.
Lo colocan en una cama, más suave de lo que había anticipado. Libera un suspiro de dolor, cierra los ojos con fuerza. Hay una presión en su pecho que lo habría hecho entrar en pánico hace unos años, pero ahora está familiarizado con ella. La enfermera del campamento le había llamado asma, su hermana le llamó ansiedad. Él le llama vida.
"Mierda, está muy herido, hermano."
Cree que una parte de su polera ha sido levantada. Es una capa muy delgada entre su piel y el resto del mundo, y se estremece de inconformidad.
"Mierda."
"No fuimos nosotros, ¿cierto?" Jack dice.
"No." La voz de Louis vacila. "No. No le haría esto."
"Fue una multitud." Harry jadea, el último poco de su energía drenada.
"¿Una multitud?" Jack repite.
"Hicimos una búsqueda la semana pasada, no había enfermos en el área."
"No son enfermos," Harry tose con irritabilidad. "Sobrevivientes. No me digan que son de esos teóricos anti-anarquistas de los que hemos escuchado."
Se quedan callados, entonces, Harry no sabe si sentirse aliviado o decepcionado.
Entonces, lo dejan y está solo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro