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Capítulo 3.

Summary: entra un hombre con ojos azules, su nombre es Louis.

No está seguro qué le devuelve la conciencia.

Tal vez es el dolor en su cabeza. Las luces fluorescentes reflectándose contra la mesa. El dolor en su muñeca dislocada, de nuevo, en un ángulo incómodo y restringidas por las esposas de metal.

Tal vez está sorprendido por la falta de su ropa y sus cosas. Su mochila, chaqueta y botas ya no están. Sus malditas botas ya no están y ahora quiere matar a quien las mantiene de rehén, porque ha pasado por el mismo infierno con esas malditas botas.

Mierda. Todo lo golpea de un momento a otro. Lo recuerda ahora. Un campamento. Acaba de encontrarse con otro campamento. Y lo encontrarán entre sus documentos, verán qué fue lo que hizo y lo torturarán porque eso es lo que hacen y luego lo matarán.

Mira con desesperación alrededor de una habitación vacía; no hay manera de escaparse, porque eso sería imposible, incluso con sus habilidades, pero de alguna manera, tal vez, si terminara con su vida ahora mismo, así no tendría que darle la oportunidad de que el ejército lo haga. Eso sería una maldita humillación, hizo votos de que no saldría de ninguna situación de esa manera.

Pero, nada. Está encadenado. ¿Cómo pudo ser tan estúpido?

Harry escucha voces detrás de la puerta, se detienen, él escucha. No puede entender nada de lo que están diciendo, sólo escucha a dos hombres discutiendo, ¿quizá? Entonces la puerta se abre, y su alma casi deja su cuerpo.

Es un hombre joven que se ve de la misma edad que su antiguo líder, casi en la mitad de sus veinte años. Su cabello castaño desordenado y despeinado, usa lentes. El rastro de una barba cubre su barbilla. Lleva una camisa del ejército. Jeans negros. Mira a Harry con alegría y la sonrisa de alguien que tiene poder y derechos.

Harry quiere matarlo.

El hombre pasa un buen momento moviéndose de un lado a otro, sus ojos revoloteando sobre él como si fuera un juguete, evaluándolo, probablemente imaginando todas las formas posibles de lastimar a alguien como Harry. Es probable que Harry parezca un adolescente asustado, lo que es cierto, menos la parte de adolescente. Pero, por supuesto no lo demuestra. Nunca lo demuestra. En cambio, aprieta la mandíbula y mira hacia arriba, reuniendo todo el odio que puede en su mirada. El hombre inclina la cabeza y levanta una ceja. Se mete la mano en el bolsillo de atrás. Harry está casi seguro de que va a sacar una pistola y parpadea, sólo una vez. En cambio, este hombre horrible saca su diario.

El diario de Harry.

Su ritmo cardíaco salta mientras el hombre abre la portada, moviendo sus ojos lentamente sobre las palabras escritas. Los intestinos de Harry se tuercen con una rabia horrible, violenta.

"2 de junio, 2018," el hombre lee— tan lentamente, maldita sea. Lo está disfrutando, ese maldito bastardo. "Eddy murió hoy. La cirugía de Ni ha durado toda la noche. Z está tan enojado conmigo que no creo que vuelva a hablarme de nuevo. Sé que lo arruiné. Es mi culpa."

Harry cierra los ojos y los aprieta. Sabe que no debe dejar que esto lo arruine; no puede. Ignora el dolor en su pecho, su cabeza, su muñeca. El hombre sigue leyendo.

"30 de junio, 2018. Tuve un sueño sobre Gem anoche. Estaba llorando cuando desperté. Z me dijo que llorar era de maricones. Le dijo que eso era ofensivo y él se rió. Comimos un huevo y una tostada para el desayuno y tuve que ir a la enfermería y le di un poco del mío a Ni. Está muy triste por lo de Ed, especialmente porque no puede caminar."

"Basta," Harry dice, y se da cuenta de que esas son las primeras palabras que le ha dicho a alguien en un largo tiempo.

El hombre hojea las páginas del diario, ignorándolo. Se detiene a la mitad, y Harry no puede ver en qué página está, pero sabe de alguna manera, gracias al dolor en su estómago y al nudo en su garganta.

"27 de marzo, 2019," el hombre continúa. Las manos de Harry tiemblan. Lo sabe. "No pude hacer nada para detenerlo. Ahora Z no está y ellos me están buscando."

El hombre levanta la silla de la esquina de la habitación, la cual Harry se había negado a ver. Las luces parpadearon. Tal vez sus ojos revolotearon. Está bastante seguro de que está viendo doble ahora. Por cómo se siente, definitivamente tiene una contusión y está mareado, enojado y quiere volver a dormir.

Están a unos centímetros de distancia. Si Harry no tuviera esas malditas esposas, probablemente sería capaz de acercarse a él, agarrarlo por el cuello y golpear su cara contra la mesa.

Pero su muñeca está rota. Y no puede ver bien. Sólo eso.

"Bienvenido al mundo, rayo de sol," el hombre dice, con acento de Yorkshire y una sonrisa. Harry lo quiere muerto. "Estuviste inconsciente por un tiempo. ¿Te sientes bien?" Alza sus cejas, esperando una respuesta.

"Vete al infierno," Harry suelta.

"Puedo darle una mirada a esa muñeca," el hombre le dice. Harry se pregunta si él tiene un nombre o será siempre conocido como el tedioso hombre que robó mi diario y a quien voy a matar tan pronto tenga la oportunidad. "Puedo colocarla de nuevo en su lugar."

"No me toques, maldita sea," Harry sisea, tratando de alejarse lo más que puede. Sabe que no tiene sentido pedir que lo dejen en libertad. Pero tal vez, sólo tal vez, su tiempo se acabó.

El hombre alza una ceja, ladeando su cabeza. "Eres realmente terco, ¿no es así, pequeña mierda?"

Harry junta un buen poco de saliva en su boca y la escupe en la cara del hombre. Él se toma un momento, suspira, y limpia su cara con el borde de su camisa. Sigue como si no hubiese ningún problema, como si no pudiera matar a Harry ahí mismo si quisiera.

El hombre apila un montón de papeles en la mesa. Harry no se había dado cuenta de eso tampoco. Su cabeza está muy arruinada, y es mucho más notorio ahora, palpitante y adolorida. Puede oír la sangre pulsando en sus oídos y en sus dedos.

"Harry Styles, 22," lee. "Manchester. Una hermana mayor, buenos padres. Asesinados durante el golpe." Hay algo malo en este hombre, y sólo le toma un momento darse cuenta que es porque es inglés, porque es joven, y si Harry está en lo correcto, está en un campamento, lo que significa que puede ser administrado por un ejército extranjero y... Dios, su cabeza duele. Está malditamente cansado. "Transportado al primer campamento militar a los 16, escapaste a los 19. El segundo en el ranking. El más inteligente en tu escuadrón."

Harry lo mira.

"Voy a matarte."

"Haz eso," el hombre contesta, despreocupadamente, y Harry se imagina un tonto saludo para acompañar el tono de su voz. "Pero deberías arreglar esa muñeca primero."

Sin preámbulo, se inclina, toma la mano de Harry y endereza el hueso, haciendo un pequeño sonido. Harry trata de evitar la queja que quiere salir, pero falla, un dolor punzante subió por su antebrazo hasta su hombro y se asentó sobre su cabeza.

"Ahí tienes, no estuvo tan mal," dice. "Este es el trato, niño. Te haré algunas preguntas. Si no respondes, leeré otra página de tu pequeño libro. Si te llegas a poner insolente, te golpearé. ¿Estamos claros?"

Harry cierra su boca con fuerza, parpadeando el agua que está en sus ojos que, definitivamente, no son lágrimas. No, señor.

"Te hice una pregunta."

"Bien," Harry gruñe, sus dientes y mandíbulas apretadas.

"No escapaste de tu campamento, ¿no es así?"

El cabello detrás de su cuello se para y la piel de gallina se asienta en sus brazos.

"No sabes una mierda acerca de mí," dice, tirando de sus muñecas con algún tipo de rabia. Hay líneas profundas alrededor de ellas; pronto le saldrá sangre. "Y si sabes qué te conviene, me dejarás ir. Nadie tiene que salir herido." Sabe que es una mentira. Por supuesto que tiene que herirlos. Va a matar a este hombre y a sus lacayos, y matará a tantos como sea posible antes de escapar de nuevo al bosque.

"Di lo que quieras," el hombre dice, divertido. "No te dejaremos ir. Eres demasiado valioso. Te hice una pregunta."

"¿Por qué te importa mi maldito campamento?"

De repente, un puño se acerca a su cabeza y apenas tiene tiempo para prepararse antes de que la mano golpee un lado de su mejilla. Le toma un momento, tratando de parpadear las manchas en su visión y las lágrimas (ya las aceptó como tal), tratando de alejar el dolor.

"Te dije sobre mis condiciones," el hombre dice. "Me gustaría que las cumplieras porque me gusta que estés consciente. No escapaste de tu campamento, ¿no es así?"

Harry cierra su boca firmemente, preparándose a sí mismo para otro golpe; no llega, y esa es una de las cosas más desconcertante sobre este interrogatorio, en realidad sería mejor ser golpeado que enfrentar otra pregunta. No puede anticipar nada, no con la espontaneidad de este hombre. Gracias a Dios, después del campamento, había sido cuidadoso con lo que escribía en su diario, listo para algún asalto o ataque o cualquier cosa, en realidad, pero ahora no importaba porque este hombre sabe cosas que nadie más debería saber.

Este hombre lo conoce.

Y, Harry piensa y trata de verse como si su cuerpo no estuviera a punto de colapsar por el miedo, su estómago contraído por no haber comido nada en días, su garganta cerrada porque no haber consumido un almuerzo decente en años, el hombre voltea la página, a una marcada en su diario, y sigue leyendo.

"1 de agosto, 2017," Harry recuerda ese día y muerde su mejilla lo suficientemente fuerte como para saborear la sangre. "Alex se dio cuenta de que me gustan los hombres. No sé cómo, porque Z es la única persona a la que se lo había dicho, pero me reportó. Un par de guardias me golpearon, pero dijeron que era demasiado valioso para matarme. Creo que me quebraron un dedo."

Un silencio pesado cae sobre la habitación mientras Harry traga audiblemente la bilis por su garganta.

"¿Sabes lo que el gobierno le hace a la gente gay?" El hombre dice calmadamente, sin dejar el libro y sin mirar a Harry.

Harry siente un poco de sangre caliente cayendo de su nariz.

"Los ejecutan," el hombre dice, fríamente. "Por suerte, para ti, eso es todo. No puedo matarte, no aún. Eres la única persona que ha visto un campamento por dentro."

Y... ¿Qué?

"Confía en mí, desearía poder hacerlo," el hombre continúa, cerrando el diario y volviendo a ponerlo en el bolsillo de su pantalón. Harry lo mira. "Te odio. Eres mierda del gobierno, si me preguntas. Pero, desafortunadamente, Harry Styles, eres exactamente el tipo de persona que necesitamos ahora."

Harry sorbetea un poco, sintiendo la sangre alrededor de su boca repetidamente, mira al hombre, quien lo está mirando con una expresión ligeramente de rechazo en su rostro.

"¿Cuándo fue la última vez que comiste, niño?"

"No soy un niño." Esas son las primeras palabras que salen de su boca una vez que se ha tragado la sangre, y se odia por eso; odia estar tan a la defensiva, odia estar expectante y esperando el gruñido que su estómago hace. Y odia la idea de cómo su mente salta ante el pensamiento de carne, vegetales y pan.

"22 es como un niño, en mi libro," el hombre dice. "Considerando que eres un par de años más joven que algunos de mis hombres."

"¿Quiénes son tus hombres?" Harry tose.

"No eres tan inteligente, ¿verdad? Mis hombres no son de tu incumbencia. Mantenerte vivo debería estar en la cima de tu lista de prioridades."

Se levanta, dejando a Harry sentado ahí, todavía atado a la maldita mesa, su estómago aún está vacío y su nariz aún sangra, su visión es borrosa y sus oídos zumban, es dejado ahí para absorber cada golpe en cada oración. Definitivamente tiene una contusión.

"Volveré de inmediato," el hombre dice después de un momento, y luego se va.

🔥🔥🔥

Cuando el hombre regresa, es con una botella de agua y un caliente plato de comida.

Harry trata de evitar que llegue a él. Real, realmente lo intenta. Pero esa es la cosa, está tan desnutrido que ya pasó el momento de racionalidad y puede sentir el hambre subiendo por sus intestinos, por el vacío en su estómago.

"¿Qué es eso?" dice, con voz ronca.

"La cena," el hombre dice sencillamente, dejando el plato y un tenedor de plástico frente a él como si no significara nada, como si esa no fuera la primera comida decente que ha sido puesta frente a él desde que tenía 16. "Te sacaré las esposas. Pero antes de que hagas algo, recuerda que, afuera de esas puertas, hay hombres armados con rifles de asalto, esta base está totalmente fortificada así que no serías capaz de escapar incluso si fueras Houdini, mi nombre es Louis y no te mataré." Saca una llave de su bolsillo y Harry se detiene por un momento, mirando la comida frente a él. Un trozo de carne. Un poco de puré de papas. Un poco de arvejas. Un pedazo de queso.

No lo heriría, ¿cierto? Sólo... comer algo.

Y, entonces, algo en la luz envía una daga de dolor a través de su cabeza y el dolor lo trae de vuelta a sus sentidos. ¿Cómo podría creer que este hombre —Louis, dijo que era su nombre— no está tratando de matarlo? Harry no ha tenido buenas experiencias con líderes de campamentos. No importa si este hombre lo dirige o no. Lo que importa es que Harry ha sido golpeado y atacado y detenido en alguna... instalación bajo la tierra.

No puede sacar los ojos lejos del plato, sin embargo. No dice nada, no se mueve cuando Louis se acerca a él firmemente, no respira mientras la pequeña llave suena y las esposas pierden fuerza lentamente.

Sus muñecas duelen. Trata de mirar hacia otro lado.

"Come," Louis dice severamente, sacándole por completo las esposas. "Esta es la única cosa que comerás hoy."

Es veneno, la voz en su cabeza susurra. No lo hagas. Es veneno.

"No," Harry dice, su voz haciendo eco.

"¿Quieres que me vaya?" Louis alzo una ceja, tentadoramente. "No es veneno o algo parecido. Lo prometo," sonríe, levantando su dedo meñique.

"Déjame ir," Harry responde, sintiéndose pequeño en esa silla de metal. "Por favor. Nadie tiene que morir. Por favor." Por un pequeño momento, la luz se atenúa y no sabe si es por su visión defectuosa o la habitación en sí.

"Las últimas palabras que he escuchado, es de gente rogando," Z dice, francamente. "Como que ya sabes que vas a morir. ¿Por qué te harías quedar como un estúpido?"

Harry se encoge.

"Eso no funcionará en mí," Louis agita su dedo casi con desaprobación y Harry lo odia. "Si comes o no, es tú decisión."

Las luces se atenúan de nuevo. Está deshidratado, hambriento, cansado, adolorido y realmente sería muy fácil recostarse un momento y morir ahora mismo, pero no lo hace. Pelea ante eso.

Entonces, sucumbe, y con manos temblorosas toma la botella de agua.

"Ese es un buen muchacho," escucha que Louis dice, pero vagamente se da cuenta sobre el zumbido de sus oídos. Siente el frío camino del agua bajando por su garganta, la siente viajar por su pecho y caer fuertemente en su estómago. Un poco de agua cae por su mentón, hacia su polera. Vacía tres cuartos de la botella, retirándola por una fracción de segundo para tomar una bocanada de aire antes de terminarla.

"¿Está bien?" Louis inquiere, Harry lo ignora, tomando el tenedor, colocando el trozo de carne en su boca y mastica dos veces antes de tragar. No es tanta comida, viéndolo de lejos; la porción es pequeña, y hay una reflexión en el fondo de su mente de su sobreviviente interno que le dice que guarde comida para cuando la necesite, pero está tan hambriento.

Harry limpia el plato.

Realmente no le importa si parece una especie de animal, si ha botado comida en la mesa mientras Louis lo mira atentamente, su mirada quema en la cabeza de Harry y se queda ahí. Harry nunca se ha sentido tan patético, obvio, lleno y contento. Además, ¿es realmente importante que al momento de que la mitad de la comida se ha ido, tenga ganas de vomitar? No. No importa. Su estómago probablemente se ha reducido al tamaño de una ciruela por no comer bien en años, pero no va a permitir que eso lo detenga.

Harry mastica su último pedazo de comida y lo traga. Pasa su lengua por sus dientes. La comida está sabrosa. Es la cosa más maravillosa que ha probado.

"Bien, entonces," Louis dice, cruzándose de brazos, todavía mirando cómo Harry se limpia la boca con su mano buena. "Esto es lo que pasará, niño." Harry lo mira. El hombre no puede tener más de 30. "Te irás a bañar. Te cambiarás. Serás revisado por médicos. Alguien te mostrará tu celda temporal. Estarás atado todo este tiempo y no harás ningún maldito movimiento o pondré una bala en tu cabeza. ¿Estamos claros?"

Harry aprieta las manos, al igual que su mandíbula. Un poco de cabello cae sobre uno de sus ojos, podría cortárselo. Ahora está en sus hombros, enmarañado, sucio y oscuro. Se siente tonto, satisfecho y piensa que tal vez, esa fue su intención todo este tiempo. Hacerlo sentir lo suficientemente contento como para, simplemente... obedecer órdenes.

"Sí," Harry dice. "Estamos claros." 

🔥🔥🔥 

La primera vez que Harry estuvo en cuarentena, tenía 18.

Z le había dicho que no debía estar asustado. No tenía que tener miedo cuando las figuras con trajes lo retuvieran, que no tuviera miedo cuando lo arrojaran a una carpa oscura y solitaria como si no pesara nada. Que no gritara, que no llorara. Que siempre había una manera de salir.

La cosa era, que él debía haber muerto. Debería haberse enfermado más y más hasta que sus intestinos lo hubiesen comido desde dentro hacia fuera, como había escuchado que sucedía. Ya estaba mostrando señales. Lo iban a matar. Lo sabía. Lo que no sabía era qué tan pronto iban a hacerlo.

"Trataré de ir a verte," Z le había susurrado con voz baja en su oído antes de que los guardias lo levantaran y lo arrastraran en la suciedad. Todavía puede sentir el barro, atascado bajo su lengua y entre sus dientes.

Z nunca vino a verlo.

Por 37 días, estuvo solo.

Entonces, cuando no murió, lo dejaron ir.

 🔥🔥🔥 

Louis lo lleva a una habitación con tres duchas y tres baños.

Harry traga la bilis que sube por su garganta. Por un momento, está en un campamento, acurrucado en una esquina dura y aferrándose a su cara sangrante, sacudiendo una mano invisible sobre su hombro. Louis le da una mirada curiosa y crítica con sus ojos penetrantes color diamante.

"Ocúpate de ti mismo," dice, sus ojos pasando por su cuerpo. Harry aprieta sus dientes. "Estaré afuera. Recuerda, si llegas a intentar algo, estarás muerto en un parpadeo. Eres valioso, pero no tanto."

"Vete a la mierda," Harry casi lo muerde. "No puedes obligarme a hacer una mierda."

"No," Louis responde, una expresión divertida en su rostro. Se cruza de brazos. "Pero puedo intentarlo. Y creo que tienes una idea de que hombres como yo saben diferentes maneras de hacer que alguien haga cosas."

Se paraliza. Pasa su lengua por un poco de piel masticada al interior de su mejilla, el sabor de la sangre es ácida y aguda. Mierda. No debería estar aquí. Esto es como un campamento, no importaba si el gobierno estuviera a cargo o no. Todavía está en un campamento. Es un maldito campamento. ¿Cómo podría haber sido tan estúpido?

Su cabeza duele. De repente, las luces se atenúan por un momento y, como si fuera una ola pasando sobre él, su visión se vuelve borrosa, sus rodillas se doblan y se balancea hacia el piso antes de poder detenerse, en su último momento de consciencia, escucha a Louis decir su nombre antes de que el mundo desaparezca.



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