Capitulo 2
Narra Leila:
Eran las ocho de la mañana y era el día de mi boda, se suponía que este día tendría que empezar con la mejor de las actitudes pero... no lo tengo y la culpa es de los tres reyes infernales.
Cuando estaba desayunando lo que me había preparado Esme, los tres se aparecieron en mi sala, solicitando una visita a los nueve circulos infernales. Al parecer para ellos que la reina se vaya a casar no es nada importante o no les interesa, si es que tienen algo más que hacer.
Así que ahora me encontraba aquí, haciendo un reporte sobre como estaban funcionando cada circulo infernal junto con Lucifer, la única ventaja era que cada circulo tenia su forma en la que pasaba el tiempo, por lo que no llegaría tarde a mi boda. Luego de estar seis horas en todos los circulos infernales regrese al palacio, donde me informaron ya comenzaban a llegar los invitados y mi prometido ya se encontraba alistándose.
Me fui a dar un baño, al salir en mi cuarto encontré a Lilith, Alice, Sabrina, Rosalie, mi madre y a Esme, siendo acompañadas por dos de las empleadas del palacio.
-¿Como te sientes querida?-pregunto Esme.
-Emocionada, al principio me sentía cansada mentalmente por culpa de los reyes infernales que me hicieron ir a los nueve circulos, pero ahora que veo cada vez más cerca mi boda. Me siento emocionada, nerviosa, lista para el siguiente paso.
-Estoy tan feliz por ti mi pequeña, se va a casar con su compañero de vida, con su otra mitad-hablo mi madre con lagrimas en sus ojos.
Quería ir a abrazarla, pero antes de que pudiera las dos empleadas del castillo comenzaron a guiarme a una silla, para comenzar a peinar y maquillarme. Mientras que me arreglaban nosotras seguimos hablando, las chicas me preguntaban cosas de mi infancia, recuerdos que tuviera con mis padres, amigos o familia.
Ya solo faltaba que me colocaran el vestido cuando los nervios se hicieron tan grandes, quería ver a Jasper, no sabia si el se terminaría arrepintiendo por casarse conmigo. Tenía un miedo creciente en mi pecho, de que el se aburriera de mi o que simplemente pensara que esto no es para él.
-¿Qué tienes Leila? Te noto nerviosa-hablo Rosalie.
-¿Qué pasa si Jasper se arrepiente? ¿Qué pasa si piensa que esto no es lo suficiente para él y decide irse...
No pude seguir diciendo mis dudas, porque todas empezaron a reírse de mi.
>>¿Por qué se ríen de mi?
-Nos reímos porque... mi pequeña, eso que sientes son los nervios de una novia antes de casarse con la persona que de verdad ama y te aseguro que Jasper estará igual que tu en estos momentos.
-¿Eso es cierto?
-Claro Leila-hablo Lilith-. Ahora es momento de colocarte el vestido-les hizo una seña a las dos trabajadoras y me ayudaron a colocar el vestido, pusieron mi corona y en sima de esta el velo, ya estaba lista.
Deje que las chicas me vieran y sonrieron en grande, en ese momento tocaron la puerta.
-Adelante-hablo Lilith.
-Hola-hablo de forma tranquila Lucifer, mientras entraba-. Te vez perfecta pequeña, de verdad que Jasper tiene mucha suerte por tenerte a su lado.
-Gracias pa... Lucifer-note como su miraba era de tristeza.
-Crees que podamos hablar antes de tu boda.
Mire a mi madre, ella solo me señalo con la cabeza para que fuera con él.
-Esta bien-todas salieron de la habitación, dejándonos a nosotros a solas.
Lucifer me miraba pero cuando lo mire por fin, el cambio de lugar su mirada note en su mirada duda, no sabía muy bien el porque de ese tipo de mirada pero pregunte:
-Entonces, ¿Qué necesitabas?
-Como sabes no soy de andar dando rodeos así que seré lo más directo que pueda con esto... Cuando te fuiste de aquí junto con Amadeus Ritz y Edward Spellman, me quede con la incertidumbre de que cuando volvieras no me fueras a llamar nunca más padre, tú eres una de las personas que más quiero en lo que llevo de vida, Leila, eres mi pequeña... yo no quería que me dejaras de ver como me veías cuando nos conocimos, me veías como si fuera la persona a la que tú querías llegar a ser y ahora lo eres, eres mucho mejor que yo.
>>Solo pido que no me vuelvas a ver como lo haces ahora, tal vez no soporte mucho el que no me llames padre o papá Lucifer, pero por favor no me mires con frialdad e indiferencia.
No sabía que contestar, ni siquiera me daba cuenta de que era de esa forma como lo miraba, nunca le perdí el respeto que sentía por él, aunque sabía de sus acciones. Lucifer siempre fue la persona en que quería llegar a ser por su poder y como controlaba todo, pero ver a mi padre fue un gran golpe a mi parecer.
>>Ahora quiero que me permitas ser la persona que te entregue a él hombre que amas, y que amaras por el resto de tú vida, la cual será muy larga.
Lo mire sorprendida, pero asentí.
-Sería un placer que me entregaras a Jasper... padre.
Note como su sonrisa se ensanchaba por mis palabras, extendió su brazo hacia mi.
-Vamos, creo que es hora de que te lleve al altar.
Juntos caminamos al salón del trono donde se llevaría acabo la ceremonia, cuando entramos todos los presentes se pusieron de pie. Alce mi mirada notando a mi familia y a la de Jasper en primera fila.
Jasper se encontraba escaleras arriba del balcón, aun lado de él se encontraba estaban los tres reyes infernales. Cuando llegamos al pie de la escalera, Lilith se puso detrás de mi sosteniendo la cola de mi vestido, con ayuda de ambos subí las escaleras, hasta poder encontrarme junto a Jasper.
Ambos nos miramos, los dos nos miramos y sonreímos, Lucifer se puso en el centro unos pasos más atrás de nosotros. La ceremonia comenzó.
(...)
La boda ya había terminado, ahora nos encontrábamos en la celebración, al ser la reina del pandemónium, muchos nos felicitaban, notaba como Jasper se tensaba cada vez que alguno de los demonios se nos acercaban.
Había veces en las que él gruñía cuando algún demonio me sonreía o me saludaba muy agradable. Me lleve a Jasper por un momento a un lugar más apartado para poder hablar con tranquilidad con él.
-Amor... ¿Qué tienes?
-No tengo nada, Leila-menciono mientras que me abrazaba.
-Dime la verdad, amor.
-Odio que tantos demos y espíritus se te acerquen, que te saluden con tanta confianza... recuerdas una de las primeras conversaciones que tuvimos, tú me dijiste que los mejores eran los demonios.
-Jasper-él tenia la mirada en nuestras manos-Jasper, por favor mírame-levante su mirada, para que me viera a los ojos-. Quiero que recuerdes que antes de conocernos, yo era un tipo de bruja, pero desde que tú llegaste a mi vida, cambie... por ti es que cambie. Por ti es que ahora soy quien soy, sin ti no hubiera logrado conocer muchas de las cosas, que he logrado desde que llegaste a mi vida, es por eso que quiero que sigas en ella.
Jasper aun se notaba en su mirada un poco de duda, por lo que suspire y seguí.
-No hay, persona, brujo, vampiro o demonio con él que quisiera estar más que contigo-y bese castamente sus labios, cuando me separe el nos volvió a unir en otro mucho mas largo.
>>Tienes que saber, que ninguno de los invitados a estado conmigo, solamente dos de los presentes en la fiesta lo estuvieron-Jasper me miro interrogante a lo que reí.
-Así quieres que este tranquilo, princesa.
-Deberías de estarlo porque uno es la pareja destinada de mi prima Sabrina y la segunda y más importante es mi maravilloso esposo Jasper Hale.
(...)
Ya había pasado una semana de mi boda con Jasper en el infierno, ahora nos encontrábamos alistando todo para la boda que seria en Forks, estábamos a tan solo dos días más de casarnos aquí. Cuando planeamos las bodas con Jasper decidimos que nuestra luna de miel, seria después de casarnos las dos veces.
Ahora estaba junto con Alice viendo como daban los últimos toques en la residencia Cullen para la boda, Alice se encargo de diseñar el vestido que llevaría, no me dejaría verlo hasta el día de la boda, por lo que no sabia como me quedaría, aunque según ella luciría genial en mi.
Después de la boda junto con Jasper nos alejaríamos de todo y todos durante un mes entero, si es que no nos perdíamos por más. La boda de Isabella seria dos semanas después de la nuestra, por lo que no alcanzaríamos a estar en ella.
Cuando fue nuestra boda en el infierno, no pude conocer al clan Denali, ni a los amigos de Jasper, ya que cada vez que intentábamos acercarnos a los demás vampiros, algún demonio o espirito distinto se acercaba a felicitarnos, por lo que le pedí una y mil veces perdón a Jasper y le dije que cuando nos casáramos en Forks, dejaría que me presentara a todos los que él quisiera.
Con Lucifer la relación había mejorado, ahora ambos volvíamos a ser los de antes de que pasara todo lo sucedido desde el bautismo oscuro de Sabrina. Pasamos más tiempo juntos, aunque tengo que admitir que lo noto un poco diferente y no se el porque, trate de preguntarle, pero dice que esta bien. No lo obligue pero sabe que no me creo eso de que "esta bien".
-¿En qué piensas?-me preguntó Damon.
-Cosas del infierno, nada de gran importancia.
-¿Todo bien?
-Si, solo tengo unas dudas-lo mire, el esperaba a que siguiera hablando-. Es Lucifer, siento que me oculta algo importante, lo noto con un comportamiento extraño. Quiere que me aprenda todo lo que conlleva ser su sucesora lo antes posible... él nunca había sido así conmigo.
-Tal vez solo quiere que seas una buena gobernante.
-No lo creo, él esta pasando más tiempo conmigo, como en los viejos tiempos, además de todo el trabajo que me deja. Pero se que es por alguna razón y presiento que no me gustara.
-No lo pienses tanto, pequeña-paso su brazo por mis hombros-. Mañana es día de fiesta, mañana se volverán a casar Jasper y tú.
Mire como estaba quedando todo, ya no faltaba mucho, la verdad es que me gustaba como estaba adornado, tenia un poco de tonalidades oscuras, aunque el color que predominaba era el blanco.
-Gracias por ayudarnos, se que Alice ha echo la mayoría de los arreglos, pero todos han ayudado más que yo y eso que es mi boda.
-No tienes que agradecer, todos lo hacemos porque te apreciamos, además de que siempre te encuentras ocupada en el infierno y Alice es la más feliz por organizarla. Solo no vuelvan a hacer una despedida de soltera, como la de la otra vez.
Solo me reí, al recordar como el día de la boda, Paul y Sam me fueron a reclamar porque había contaminado los pensamientos puros e inocentes de sus improntas, esto también fue reclamado por los vampiros, aunque ellos se indignaron con sus compañeras.
(...)
Narrador omnisciente:
Leila y Jasper se encontraban cada uno en una de las habitaciones de la casa Cullen, Alice y Rosalie no habían dejado hablar a Jasper y Leila desde el día anterior, alegando que era una tradición para ellas.
-Es hora Leila-dice Alice mientras entra dando saltitos junto con Rosalie, entre sus manos un porta vestidos color blanco-. Es hora de que veas tú vestido y te lo pongas.
Dejaron el vestido en un ganchito para que lo sostuviera mientras quitaban la funda, al hacerlo un hermoso vestido de color blanco, y algunas partes en color bronce se mostro ante los ojos de Leila. Rosalie que traía una caja de color blanco entre sus manos la dejo en el tocador y la abrió para que Leila notara su contenido.
Esta contenía un par de tacones blancos con detalles en color bronce como el vestido, además de traer un par de guantes blancos que le cubrirían hasta la muñeca.
-¿Trajiste la corona?-pregunto Rosalie.
Leila asintió y con un movimiento su corona apareció en sus manos, con mucha delicadeza la vampira rubia la sostuvo entre sus manos y la coloco en el escritorio.
-Es hora de prepararte-sin más Rosalie se encargo de su maquillaje mientras que Alice la peinaba.
-Gracias chicas, no se como agradecerles todo esto-fue lo único que dijo Leila, ya que tenia ganas de llorar.
Al terminar las dos vampiras de su trabajo, ella se miro al espejo con una sonrisa, le encantaba como había quedado al final. Tomando el vestido entre sus manos, entro al baño para colocárselo.
Ya estando lista con él vestido puesto salió, miro al frente notando a sus amigas y madre frente a ella. La ultima la miraba con ganas de llorar, como en su boda del infierno. Alice que le coloco la corona en el peinado, se le acerco nuevamente para colocar el velo sobre ella; solo faltaban los zapatos y guantes.
-¿Cómo es que me encuentro más nerviosa ahora que cuando fue la boda infernal?
-Puede ser, porque ahora te casaras por lo que Jasper cree, en un lugar el cual no dominas por lo que es normal sentirse ansiosa.
-Vaya, creo que me desmayare-menciono con nervios-. Si me caigo será su culpa-menciono mientras las señalaba.
Las cuatro soltaron una pequeña risa, Leila se coloco con ayuda de su madre los tacones y guantes, al terminar ella lucia como una reina. Su porte y elegancia eran el que toda mujer envidiaría, tenia la elegancia y gracia de un cisne.
Se escucharon unos golpes a la puerta que las interrumpieron, de esta se escucho la voz de Charlie, el cual pedía permiso para entrar.
-Se puede, todas están presentables-esto ultimo hizo que Leila soltara una pequeña risa.
-Adelante, Charlie-menciono.
El adulto entro, viendo a su hija política que lucia más bella que nunca, él quería verla antes de que se casara con el chico Cullen, él sabía que ya se había casado pero para él esta era la boda que contaba y que no le daría miedo de presenciar.
-Te vez hermosa Leila.
-Muchas gracias Charlie, es algo extraño traer un vestido blanco para...
Leila no pudo terminar de hablar, porque una pequeña paloma de un color blanco brillante se poso en el respaldo de la silla del escritorio, esta llevaba en su pico una rama verde de olivo, Elizabeth y Leila al ver esto se sorprendieron y asustaron.
-¿Qué es esto?-pregunto el único hombre en la habitación.
La paloma miro a los ojos a Leila, esta con desconfianza alzo su mano derecha mostrando su dedo índice, el ave se poso en el y dejo la rama de olivo en el aguate, esta se hizo pulsera al rededor de la muñeca sorprendiendo al humano y a las vampiras, la bruja y su madre, solo admiraban todo en estado de shock, la mayor fue la primera en hablar.
-Al parecer acepta la boda.
-Mm-fue lo único que pronuncio su hija junto a un asentimiento, la paloma emprendió vuelo nuevamente saliendo de la habitación y perdiéndose en el cielo.
-Alguna podría decirnos que acaba de pasar-menciono con calma fingida Rosalie, pero antes de que le pudieran contestar la puerta fue abierta dejando ver a Esme y Carlisle Cullen, que venían con cara asustados.
El patriarca del clan miro la muñeca de la bruja dándose cuenta de que tenia el mismo brazalete que ahora su hijo portaba, su esposa venia con otra noticia.
-Leila acaba de llegar un regalo para ti y creo que es mejor que lo veas ahora, antes de que alguien más lo note-lo ultimo lo dijo aun más bajo y dando una mirada a Elizabeth.
-Alguien podría explicarme porque acaba de entrar una paloma a la habitación de Jasper colocándole una rama de olivo como pulsera.
-Madre, podrías explicarles, lo que significan estas pulseras de favor. Mientras iré con Esme a ver el regalo-su madre un poco confundida acepto.
Mientras que les explicaba, Leila salió de la habitación con destino a donde se encontraba el regalo, Esme escuchaba la explicación al igual que todos los vampiros presentes en la residencia y sus alrededores.
Cuando llegaron a la sala, Leila no podía creer lo que sus ojos miraban. Su padre con un traje negro se encontraba nuevamente ante sus ojos, ella quería llorar y saltar a sus brazos.
-¿Papá? ¿Cómo... por qué...-no podía formular una pregunta congruente y completa, lo que ocasiono la risa del hombre.
-Al parecer Lucifer es más bondadoso de lo que pensaba.
-Él no es malo, padre-defendió Leila-. Puede que no haga muchas cosas buenas, pero no por eso es una persona mala, él fue desterrado de su hogar por no querer quedarse a la sombra de su padre, él quería ser como él, que estuviera orgulloso de él. Todo termino mal... si, pero el tiene más bondad que muchas de las personas en la tierra, padre.
-En eso tienes razón, pequeña. Por eso es que logre que me dejara venir a verte el día de hoy, no pude asistir a la boda en el infierno, pero me gustaría verte caminar al altar, y me haría aun más feliz él... ¿dejarme ser quien te escolte por el camino a tu futuro marido?
-Claro, padre-Leila le dio un abrazo a su padre, pero ambos se separaron al escuchar unos tacones bajar de las escaleras.
-¿Amadeus?-pregunto la mujer con sorpresa y ojos cristalinos que venia bajando junto con su actual pareja.
-Elizabeth... y tú debes de ser Charlie Swan-ambos hombres se saludaron cuando estuvieron uno frente al otro, mientras que Elizabeth aun no podía con la sorpresa.
-Al parecer Lucifer me dio un gran regalo de bodas madre.
-Pero.. ¿como?
-Quería ser quien acompañara a mi pequeña reina por el altar a su destino junto con Jasper, por eso estoy aquí, querida-menciono él hombre con una gran sonrisa en sus labios-. Me alegra de ver que de verdad eres feliz Elizabeth, no puedo pedir nada mejor para ti.
-Gracias, Amadeus.
Leila que noto como Charlie se encontraba incomodo con la presencia de su padre hablo, para presentarlos como se debía.
-Charlie, te presento a Amadeus Ritz mi padre-él humano se quedo sorprendido, pero solo pudo preguntar algo incomodo.
-Perdón por preguntarlo así pero... ¿no se supone que tú padre falleció?
Padre e hija soltaron una pequeña risa.
-En realidad señor Swan, me encuentro muerto. Solo que mi pequeña esta por casarse y eh pedido un favor a Lucifer. También tengo que agradecerle, por ser él pilar de Elizabeth, no hay cosa que quisiera más yo, que ella fuera feliz con alguien más a su lado y no quedara sola.
Al escuchar estas ultimas palabras, Charlie se relajo.
-Es hora, Leila-dijo Carlisle llegando junto a ellos.
Todos se colocaron en sus lugares, mientras que Leila se mantenía sostenida a su padre. Cuando la melodía comenzó los invitados se levantaron de sus asientos para poder verla, muchos de los asistentes se sorprendieron al ver quien iba junto a Leila, otros no sabían quien era el hombre que se parecía tanto a la joven, pero pensaron y atinaron a creer que era su padre, aunque esta misma dijera que el había fallecido.
Al llegar frente a Jasper, Leila le dio una sonrisa que el de volvió, ambos mirándose a los ojos con tanto amor, un amor tan profundo y fuerte que seria difícil de romper. Jasper miro al hombre y mientras que estrecharon manos, dio un asentimiento.
(...)
Cuando la ceremonia termino, los invitados pasaron a la carpa donde se celebraría la fiesta, los invitados consistían en vampiros por parte de los Cullen, la familia de Leila, algunos amigos de la academia y algunos mortales: como eran Angela, Erick, Isabella que esta misma había invitado también a Jessica y Mike.
Jasper se veía radiante de emoción, cada vez que presentaba a su esposa con alguno de sus familiares, mientras que Leila estaba emocionada y feliz de tener a su padre con ella, pero no era él único que revivió para la boda, su tío Edward Spellman también había sido revivido, por lo que Sabrina, sus tías y su madre, no cabían de la emoción.
Cuando terminaron de saludar a unos amigos de Leila de la academia, se acercaron a ellos, el clan Denali.
Carmen no pudo aguantar la emoción de por fin poder hablar con los esposos, por lo que abrazo a Leila, sorprendiéndola, pero esta misma se lo regreso.
-Leila, te presento a nuestros primos el clan Denali-hablo Jasper.
-Mucho gusto-saludo Leila-Usted debe de ser Carmen-menciono a la mujer que la abrazo.
-Así es, él es mi pareja Eleazar-señalo al hombre que la miraba.
-Es un gusto, al fin poder hablar con usted majestad.
-Oh, no no, no debe porque llamarme así... por lo menos no aquí-menciono Leila con una pequeña sonrisa-. De verdad espero puedan perdonarme, que no nos hallan presentado antes.
-No te disculpes, querida... normal con tal puesto que tienes en el infierno, debías de presentar a tú ahora esposo.
Las cinco mujeres rieron un poco, mientras que Jasper solo miraba a su esposa con una gran sonrisa. Leila miro a las tres mujeres que faltaban y Carmen lo noto.
-Disculpa, no las presente. Ellas son Tanya, Kate e Irina.
-Un placer-menciono ella, mientras que las tres chicas la miraban y sonreían.
-Es un placer conocer a la reina del pandemónium en persona-hablo Kate.
-Solo díganme Leila, de favor. Los únicos que me llaman por mi titulo son los del infierno.
Ellas asintieron.
Platicaron un poco más con ellos, ya cuando se separaron una pareja se acerco a ellos, ambos llevaban lentes obscuros, por lo que Leila se imagino que tendrían ojos rojos, y por como lucían sabía a la perfección quienes eran, pero esto se confirmo cuando saludaron a Jasper.
-Jasper, me alegro de verte tan feliz.
-Gracias, Peter-ambos amigos se dieron un abrazo, cuando se separaron, la chica miraba a Leila con impaciencia y al ver que nadie la presentaba.
Con una gran sonrisa hablo a ella.
-Hola, me alegra por fin poder hablar y conocerte soy Charlotte-hablo con felicidad en su voz.
-Hola, mucho gusto Charlotte, el placer es mío.
-Nos alegra saber que Jasper pudo conocer a su compañera-miro al vampiro con burla-. Al parecer no puedes alejarte de las guerras comandante Whitlock.
-Al parecer no, Peter-miro a su esposa mientras que le daba un beso en la mejilla-. Pero todo lo vale, si ella esta a mi lado.
Leila le sonrió y beso castamente, hablaron un rato más los invitados.
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-ortiz6acosta
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