Capitulo 17
Narra Bella:
Entre en la cafetería junto a Erick, el cual me acompaño a comprar mi desayuno después de elegir lo que comería, me guio a una mesa donde se encontraban varias personas más nos sentamos mientras que el me presentaba.
-Les presento a Bella Swan mi nueva amiga-dijo Erick pasando su brazo por mis hombros-Bella ellos son Jessica, Ben, Angela, Lauren, Tyler y Mike.
-Así que ya conociste a mi amiga Bella-dijo Mike el que estaba a mi otro lado.
Repentinamente sentí como Tyler me daba un beso en la mejilla y salía corriendo mientras que le quitaba la silla a Mike y decía "mi chica" y Mike fue detrás de él.
-No puede ser, es como en el primer grado eres como el juguete nuevo-menciono Jessica.
-Sonríe-me dijeron para luego tomarme una foto-o lo siento es para el reportaje-menciono Angela una chica de cabello oscuro con gafas.
- ¿Qué? -murmure por la sorpresa de la foto.
-No hay reportaje Angela, no vuelvas a hacerlo-regaño Erick a Angela.
-Está bien solo...
-Tienes mi apoyo bebe-dijo Erick mientras se iba a otro lado.
-Escribiremos otra editorial acerca de los chicos y las bebidas alcohólicas.
-Podrías escribir sobre el desorden alimenticio o sobre el relleno en los trajes de baño.
-Ese está muy bueno y sabes no eres la primera que me lo comenta tal vez si haga sobre eso-dijo un poco más animada Angela.
-Es exacto lo que creí-menciono mientras se reía un poco Jessica.
Mientras comenzaron a hablar yo me distraje y empecé a observar la cafetería y en una mesa alejada en el fondo al otro lado de la habitación de donde me encontraba note en una mesa a siete personas. No hablaban ni comían más que una de ellas a pesar de que todos ellos tenían frente a ellos una bandeja de comida. No me miraban como todos de una manera estúpida como casi todos los demás, por lo que no había peligro: podía estudiarlos sin temor a encontrarme con un par de ojos excesivamente interesados. Pero no era eso lo que me atraía la atención de ese grupo de chicos.
No se parecían lo más mínimo a ningún otro estudiante. De los cuatro chicos, uno era fuerte, tan musculoso que parecía un verdadero levantador de pesas, y de pelo oscuro y rizado. Otro, más alto y delgado, era igualmente musculoso y tenía el cabello del color de la miel. Otro, era alto pero no tanto como el chico de cabello color miel, también era delgado, era igualmente musculoso como el segundo, su cabello era oscuro y ondulado. El último era desgarbado, menos corpulento, y llevaba despeinado el pelo castaño dorado. Tenía un aspecto más juvenil que los otros dos, que podrían estar en la universidad o incluso ser profesores aquí en vez de estudiantes.
Las chicas dos de ellas eran polos opuestos, pero la tercera resaltaba aún más en el grupo de personas, aunque si fuera por su tono de piel estaría casi igual que ellos. La más alta era escultural. Tenía una figura preciosa, del tipo que se ve en la portada del número dedicado a trajes de baño de la revista Sports Illustrated, y con el que todas las chicas pierden buena parte de su autoestima sólo por estar cerca. Su pelo rubio caía en cascada hasta la mitad de la espalda. La chica baja tenía aspecto de duendecillo de facciones finas, un fideo. Su pelo corto era rebelde, con cada punta señalando en una dirección, y de un negro intenso. La tercera, la que llamaba más mi atención era una chica de cabello bastante largo ondulado y de color miel como el del chico que estaba abrazándola, lo traía sujeto en una cola de cabello larga y con un poco de flequillo, pude notar que su estatura era normal pero se veía más joven que la mayoría de los presentes.
Aun así, todos se parecían muchísimo a excepción de la chica de cabello color miel. Eran blancos como la cal, los estudiantes más pálidos de cuantos vivían en aquel pueblo sin sol. Más pálidos que yo, que soy albina. Todos tenían ojos muy oscuros a excepción de la chica que llamo mi atención la cual tenía sus ojos de un tono marrón pero parecía tener un toque de rojo, a pesar de la diferente gama de colores de los cabellos, y ojeras malvas, similares al morado de los hematomas. Era como si todos padecieran de insomnio o se estuvieran recuperando de una rotura de nariz, aunque sus narices, al igual que el resto de sus facciones, eran rectas, perfectas, simétricas. Pero nada de eso era el motivo por el que no conseguía apartar la mirada, aunque como en todo lo demás esa chica resaltaba a comparación de la familia ya que ella, aunque se parecía a ellos era todo lo contrario en si lo único que encontraba entre ellos similar era el tono de piel y la perfección. Continué mirándolos porque sus rostros, tan diferentes y similares al mismo tiempo, eran de una belleza inhumana y devastadora. Eran rostros como nunca esperas ver, excepto tal vez en las páginas retocadas de una revista de moda. O pintadas por un artista antiguo, como el semblante de un ángel. Resultaba difícil decidir quién era más bello, tal vez la chica rubia perfecta o el joven de pelo castaño dorado.
- ¿Quiénes son? -pregunte.
-Son los Cullen y Rits-dijo Angela.
Jessica soltó una tonta risa al igual que Lauren y fijaron la vista en la mesa.
-Son Edward, Emmet y Alice Cullen, Jasper y Rosalie Hale y bueno la que está siendo abrazada por el de cabello miel es Leila L. Rits. Todos viven con el doctor Cullen y su esposa-dijo Jessica.
-Bueno todos menos Leila-menciono Lauren.
Miré de soslayo al chico guapo, que ahora contemplaba su bandeja mientras desmigajaba una rosquilla con sus largos y níveos dedos. Movía la boca muy deprisa, sin abrir apenas sus labios perfectos. Los otros seis continuaron con la mirada perdida, y, aun así, creí que hablaba en voz baja con ellos. ¡Qué nombres tan raros y anticuados!, pensé. Era la clase de nombres que tenían nuestros abuelos, pero tal vez estuvieran de moda aquí, quizá fueran los nombres propios de un pueblo pequeño. Entonces recordé que mi vecina se llamaba Jessica, un nombre perfectamente normal. Había dos chicas con ese nombre en mi clase de Historia en Phoenix.
-Son... guapos.
Me costó encontrar un término mensurado.
- ¡Ya te digo! -dijo Jessica mientras asentía y soltaba otra tonta risa-. Pero están juntos. Me refiero a Emmet y Rosalie, Damon y Alice, y bueno Jasper y Leila, y bueno viven juntos todos menos la última pareja obviamente.
Su voz resonó con toda la conmoción y reprobación de un pueblo pequeño, pero, para ser sincera, he de confesar que aquello daría pie a grandes cotilleos incluso en Phoenix.
-Pero aun así Leila ha cambiado mucho la personalidad de Jasper ya no se le ve como antes que parecía estar sufriendo-menciono Angela.
-Pero aun así no tardo ni dos días y ya era amiga de todos los Cullen cuando ellos no se juntaban con nadie-dijo Lauren con un toque de envidia.
-Tal vez sea porque nadie se les acerca y ella logro acercarse y hablar con ellos-ahora el que la defendía era Ben.
-Pero nos cambió por ellos ya ni siquiera nos saluda-dijeron al mismo tiempo Jessica y Lauren con una nota de reproche.
-Pues a nosotros todavía nos saluda y nos habla-dijo en tono burlesco Erick.
Al parecer hablar de Leila era un tema delicado así que decidí dejarlo de lado y seguir con mis dudas.
- ¿Quiénes son los Cullen? -pregunté-. No parecen parientes...
-Claro que no. El doctor Cullen es muy joven, tendrá entre veinte y muchos y treinta y pocos. Todos son adoptados. Los Hale, los rubios, son hermanos gemelos, y los Cullen son su familia de acogida.
-Parecen un poco mayores para estar con una familia de acogida.
-Ahora sí, Jasper y Rosalie tienen dieciocho años, pero han vivido con la señora Cullen desde los ocho. Es su tía o algo parecido.
-Es muy generoso por parte de los Cullen cuidar de todos esos niños siendo tan jóvenes.
-Supongo que sí- admitió Jessica muy a su pesar. Me dio la impresión de que, por algún motivo, el médico y su mujer no le caían bien. Por las miradas que lanzaba en dirección a sus hijos adoptivos además que a Leila parecía tener le rencor, supuse que eran celos; luego, como si con eso disminuyera la bondad del matrimonio, agregó- Aunque tengo entendido que la señora Cullen no puede tener hijos.
Mientras manteníamos esta conversación, dirigía miradas furtivas una y otra vez hacia donde se sentaba aquella extraña familia. Continuaban mirando las paredes y no habían probado bocado.
- ¿Siempre han vivido en Forks? -pregunté. De ser así, seguro que los habría visto en alguna de mis visitas durante las vacaciones de verano.
-No-dijo con una voz que daba a entender que tenía que ser obvio, incluso para una recién llegada como yo-. Se mudaron aquí hace dos años, vinieron desde algún lugar de Alaska.
-Y ¿Leila? -quise saber de ella también, porque no la recordaba.
-Ella se mudó el año pasado junto a su madre, ella viene de Greendale-la mire sorprendida-si como escuchaste del pueblo de las brujas-dijo con una mirada furtiva mientras me lo decía y miraba a Leila.
-Pero ya sabemos que son puras leyendas, además de que es muy buena persona-menciono Angela.
-Bien tal vez sean puras leyendas pero debes de admitir que es un poco extraño que aunque Leila es un año mayor que todos en esta mesa, se vea más joven que todos en ella además de que quien pierde un año escolar y es inteligente como ella-dijo con burla Lauren.
-Eso no tiene nada que ver y ella nos explicó por qué el de ir atrasada.
En eso note como la chica que describieron como Alice se llevaba a Leila y pude notar como el novio de esta cambiaba su rostro por uno como si estuviera molesto, mi mirada se alejó de ellos y volví a notar a el más joven de los Cullen, levantó la vista mientras yo los estudiaba y nuestras miradas se encontraron, en esta ocasión con una manifiesta curiosidad. Cuando desvié los ojos, me pareció que en los suyos brillaba una expectación insatisfecha.
- ¿Quién es el chico de pelo cobrizo? -pregunté. Lo miré de refilón.
Seguía observándome, pero no con la boca abierta, a diferencia del resto de los estudiantes. Su rostro reflejó una ligera contrariedad. Volví a desviar la vista.
-Se llama Edward. Es guapísimo, por supuesto, pero no pierdas el tiempo con él. No sale con nadie. Quizá ninguna de las chicas del instituto le parece lo bastante guapa -dijo con desdén, en una muestra clara de despecho. Me pregunté cuándo la habría rechazado.
Me mordí el labio para ocultar una sonrisa. Entonces lo miré de nuevo. Había vuelto el rostro, pero me pareció ver estirada la piel de sus mejillas, como si también estuviera sonriendo.
Los cuatro abandonaron la mesa al mismo tiempo, escasos minutos después. Todos se movían con mucha elegancia, incluso el fortachon. Me desconcertó verlos. El que respondía al nombre de Edward no me miró de nuevo.
.~.~.~.~.~.
Narra Leila:
Nos encontrábamos en el todo terreno de Rosalie esperando a que salieran Alice y Edward de la escuela, cuando Alice salió todos nos subimos al carro de Rosalie y después de un rato vimos a Edward salir de la escuela como si el mismísimo señor oscuro lo estuviera persiguiendo, se subió a su carro sin mirar a sus hermanos y Alice en eso se paralizo un poco, al parecer había tenido una visión, todos de manera desconcertada nos miramos y luego a Alice la cual su vista demostraba tristeza.
Fuimos camino a su casa ya que Alice me había invitado y por lo que sabía Jasper ya les había contado que mi madre ya sabía desde el día de mi fiesta y que también lo sabía el señor oscuro. Cuando llegamos a su casa Alice entro seguida de todos por último íbamos Jasper y yo, el cual me llevaba rodeándome los hombros con su brazo.
-Jasper, ya-dije separándome un poco de él.
-Pero me han separado de tu lado desde la hora del almuerzo fue una tortura para mi, princesa-menciono en lo que me guiaba para que fuéramos a su casa.
-Jasper solo fueron unas horas y ahora estamos juntos y el único olor a sangre que hay soy yo amor-dije tomando sus mejillas para que me viera.
-Lo sé pero, amo tu olor, amo tu presencia y no creo poder estar mucho tiempo sin tu presencia-y lo finalizo dándome un pequeño beso en los labios, para seguir con nuestro camino a su casa.
- ¡Que bien que han entrado! Creí que tendríamos que ir por ustedes-dijo Emmet divertido.
-Ja.ja.ja eres muy gracioso Emmet-dije rodando los ojos.
-Brujita te vas a quedar bizca si sigues haciendo ese gesto-menciono con burla Emmet mientras que Damon soltaba una risa y abrazaba por los hombros a Alice la cual seguía con una mirada perdida.
-Alice ¿todo está bien? -se giró a verme.
-Él se fue, va hacia Alaska-dijo en tono preocupado.
- ¿Que fue exactamente lo que viste Alice? -quiso saber Esme, la cual no sabía en qué momento había llegado.
-Vi que iba detrás de Bella, pero después cambiaba de rumbo e iba con Carlisle y de ahí se iba hacia Alaska corriendo. No sé si valla a regresar pero ahora sé que esa chica su olor es más fuerte para Edward más que para cualquiera de nosotros-me quede pensando un rato y yo la mire con duda.
- ¿Crees que sea su tua cantante? -quise saber, pero al parecer eso no le gustó nada a Rosalie.
-No puede ser-dijo enojada y salió de la habitación.
- ¿Alice? -pregunto Esme, con una pequeña sonrisa en su rostro.
-Creo que puede ser más que su propia tua cantante, creo que puede su compañera-menciono y vi que tenía una pequeña sonrisa en su rostro.
-Entonces mis visiones se harán realidad-dije más para mí pero se me olvido de que estaba junto a una familia de vampiros que me escuchaban y me puse nerviosa-creo que tengo que irme, lo siento Alice pasaremos otro día juntas.
Me levante mientras que todos me miraban sorprendidos, Jasper se levantó y me tomo de la mano.
-Lo siento Jasper se me olvido de que tenía que hacer algo, te veo en la noche-dije dándole un beso en la mejilla y salí corriendo.
- ¡Luz! -escuche que grito Alice, me detuve y la mire- espera te llevo.
No quise decir nada más y dejé que me llevara a mi casa el camino a mi casa fue silencioso, hasta que ya estábamos a punto de llegar ella hablo.
-Luz crees que podamos hablar sobre tus visiones-yo asentí un poco insegura.
-No creo que sea lo correcto pero creo que tú ya sabes una parte de las visiones porque ya las empezaste a tener, Alice solo espero que las que he tenido no se vuelvan realidad porque si eso pasa, ella descubrirá lo que ustedes y lo que yo soy-la mire y ella tenía la vista enfocada en el camino.
Llegamos a mi casa y antes de que me bajara del carro, ella me puso una mano en el hombro.
-Luz creo que no deberíamos de decirle a nadie sobre las visiones, si algo pasa será porque tiene que pasar.
-Alice, solo espero y no te equivoques, necesito que me prometas que si algo pasa no me abandonaras, ni tú, ni Damon y mucho menos Jasper-dije viéndola directamente a los ojos.
-No sé porque quieres que te prometa algo que sabes que nunca va a pasar ahora eres parte de la familia y Jasper es tu alma gemela él nunca se separara de ti por nada del mundo.
-Solo prométemelo, Alice, tengo un muy mal presentimiento-mire a mi casa y note que Nori salía y se sentaba en el porche.
-Está bien si estas más segura con una promesa, te lo prometo y Jasper vendrá a las 8:00-me despedí de ella y me fui a mi casa, cuando estaba en la puerta acaricié a Nori.
-Hola pequeña-las dos entramos y ahí fue cuando Alice arranco su carro y se fue.
Fui directo a la cocina, me prepare algo de comer y vi una nota en la encimera era de mi madre diciendo que iba a llegar tarde, terminando de comer me dirijo a mi cuarto donde me puse a hacer mi tarea eran las 7:30 pm cuando termine todo y me puse a leer unos libros que tal vez me ayudarían con mis epifanías. Estaba tan metida en mi libro que no sentí cuando Jasper entro a mi cuarto y tomo uno de mis hombros, causando que gritara.
- ¡Ahh! -grite y lo iba a golpear si no fuera porque el me detuvo la mano y estaba por reírse.
-Todo bien mi pequeña-dijo aun sosteniendo mi mano.
-Jasper cuantas veces tengo que decirte que no entres así a mi cuarto-el soltó una risa soltando mis manos, así que tome una de mis almohadas y como estaba distraído se la a vente y no pudo esquivarla a tiempo haciendo que le pegara en el rostro, lo que hizo que parara de reír y me mirara serio y yo comencé a reír.
-Pequeña no debiste hacer eso-menciono y antes de que pudiera hacer algo ya me sostenía de la cintura.
-Pero lo hice-dije juguetona.
-Eres mala conmigo Leila Luzbel Rits-menciono mientras me acercaba más a él.
-Te amo Jasper Hale-note como su mirada se oscurecía.
-Yo te amo más Leila Rits-y me beso lo cual siento que fue como sellar una promesa-tengo algo que decirte.
- ¿Qué paso? -nos acomodamos en mi cama yo me senté recargada contra la cabecera y él puso su cabeza en mis piernas, yo comencé a acariciar su cabello-amo tu cabello.
-Mi verdadero apellido es Whitlock-cuando me lo dijo lo mire un rato.
-Entonces señor le gustaría que le siguiera contando sobre nuestras festividades-dije mientras que le seguía acariciando el cabello y note como cerraba los ojos.
-Claro princesa-me dedico una pequeña sonrisa.
-Bien como sabes la primera es el bautismo oscuro la cual es cuando una nueva bruja o brujo se une al aquelarre firmando con su nombre y sangre el libro de la bestia el cual es un contrato que habla sobre que el señor oscuro nos puede usar para hacer cumplir su voluntad cuando quiera y que a cambio él nos otorgara parte de sus poderes lo que nos hace más fuertes.
- ¿Entonces en cualquier momento podrías cambiar de personalidad y serias él?
-Eso no es así él nos pide en nuestros sueños cumplir con una tarea para ver si estamos dispuestos a cumplir con sus órdenes, todas las tareas son diferentes dependiendo de la bruja o brujo del que se trate.
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-ortiz6acosta
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