Capitulo 13
Narra Leila:
Cuando Alice apareció en el campo de batalla pude ver como toda su familia se relajaba, al parecer comprendieron que ella no los había abandonado si no que ella tenía su propio plan por si Aro no respetaba el acuerdo que tiene con el infierno.
Leila sentía la presencia de dos personas más además de ellos. Noto como los vampiros de la guardia los detenían, ella podría escuchar lo que decían pero prefería concentrarse en las actitudes que mostraban
Note como Alice extendía su mano y la dejaban seguir su camino para mostrar creo que una visión. Al llegar a su lado cuando vi que tomaba su mano yo me concentre para poder estar preparada, al primer movimiento que viera abriría una ventana que transportaría a mi ejercito de ángeles caídos.
Solo tuve que mirar al frente un segundo para darme cuenta que los ojos de Aro demostraban simple terror, la visión no duro más de tres minutos cuando el se giro para mirarme. Alice lo miraba solo a él. Por lo que decidí escuchar lo que decían.
-Ahora lo sabes, ese es tu futuro, a menos que decidas alterar su curso.
-No podemos hacer eso, la niña sigue siendo una gran amenaza.
-Y si aseguran que se mantendrá oculta de los humanos. Podremos irnos en paz.
-Por supuesto, pero como lo demostraran.
-Ya te lo dirán.
Al campo entraron las dos presencias que sentía, eran un hombre alto una mujer, ambos vestían ropa de tribus, ambas personas se acercaron a donde se encontraba Alice.
-Estuve buscando a mis propios testigos en las tribus Ticuna de Brasil.
-¡Hay suficientes testigos...!
-Dejala hablar-dijo serio Aro.
-Yo soy mitad humano, mitad vampiro como la niña. Un vampiro sedujo a mi madre, que murió al darme a luz, mi tía Huilen fue la que me crío... yo la hice inmortal...
-¿Qué edad tienes?-pregunto Isabella, sin poder contenerse.
-Ciento cincuenta años.
-¿A que edad llegaste a tu madurez?-quiso saber Aro.
-Yo me hice adulto siete años después de nacer, desde entonces soy así-mire a mi hijo.
Sabía que el no era igual a él o a Reneesme por mi parte ya que tenia magia en sus venas, pero al menos sabia que tenia una probabilidad de que viviria bastantes años con nosotros, después de todo los brujos somos simples mortales hasta que Lucifer nos llega a bendecir a algunos.
-¿Y tu dieta?
En serio no me creyeron cuando les dije de lo que se alimentan. Vaya confianza que tienen.
-Sangre, comida humana puedo vivir de ambas.
-Estos niños son parecidos a nosotros-hablo Marcus, pero como siempre Caius debía lanzar leña al fuego.
-Aun así los Cullen se han vuelto amigos de los lobos, son nuestros enemigos-Aro lo miro y luego a los Cullen, para regresar a sus hermanos.
-Queridos míos, aquí no hay peligro alguno. No habrá pelea... hoy.
Alice se giro con una sonrisa en su rostro, mientras que Caius se gira molesto para retirarse. Toda la guardia junto a los testigos y Marcus siguieron el ejemplo de Caius de retirarse, el único que faltaba en irse era Aro, que antes de partir miro a cada uno de los testigos, para detener su mirada en Leila y asentir hacia ella con respeto.
Luego se quedó mirando a Carlisle y su familia.
-Que recompensa-sin más se fue.
-Están en retira es el momento de atacar-habló uno del clan Rumano, la verdad es que no me importaban sus nombres.
-No será hoy-dijo con firmeza Carlisle, ellos me miraron y yo les negué.
-¡Son unos tontos! Habrá pasado la oportunidad, pero ellos no perdonarán, lo que paso aqui.
Por esta acción ambos vampiros se fueron, cosa que no le interesaba a nadie.
Todos se encontraban felices ya que no había ocurrido ninguna pelea, Jasper tomó a nuestro pequeño en brazos, para bajarlo del lomo de Leah, Lucinda me dedico una sonrisa, antes de inclinar su cabeza, miro a mi hijo y volvió a verme a mi.
-Es bueno saber que nuestra reina es capaz de no solo controlar a los demos del infierno, sino también que no se deja pisar por nadie que se crea mejor que los integrantes de la familia Morningstar.
-Es bueno sacar la basura de vez en cuando-le guiñe el ojo y ambos reímos.
Deje de reír cuando note al clan Denali, acercarse.
-Hola-me saludo Irina, con una pequeña sonrisa nerviosa.
-Hola Irina, me alegra ver que te encuentres bien-dije de manera tranquila, mientras que Jasper me tomaba de la cintura, acercándome a él y a mi hijo.
Los lobos ya se habian ido a Leah la veriamos despues en casa de los Cullen, para platicar sobre cómo vería a Bélier.
-Es todo gracias a usted, debo de agradecerle que me haya salvado, sin usted no me encontraría en estos momentos viva-me dijo, en sus ojos pude notar el arrepentimiento, la tristeza y duda.
-No debes de disculparte, al final de cuentas eres parte de la familia de mi esposo y como le dije a los vulturis ustedes al igual que los Cullen, tienen mi protección. Solo te pedire que si vas a volver a ir con los vulturis tengas pruebas de la verdad y lo compruebes por ti misma, no dejes que el rencor gane. Te lo digo por experiencia.
-De verdad gracias por esta nueva oportunidad. Debo decir que ver al perro cuando venía a disculparme por lo de la boda fue una sorpresa muy grande para mi, por eso es que no lo soporte.
-Que tal si esas disculpas no me las das a mi, sino a los padres de la niña y a los demás Cullen. Aunque te comprendo, odio a los hombres lobo desde que era niña, además Isabella y yo nunca nos llevaremos bien.
Jasper rió por mi comentario, al igual que su familia, aunque Isabella solo hizo una mueca, ya que ella sabía que era cierto.
-¿Por qué no te agradan los lobos mami?-me preguntó mi pequeño cuando estábamos los tres.
-Luego te contaré la historia, pero la culpa la tiene tu tio Nicholas.
Jasper al escucharme soltó un gruñido posesivo, ya que él recordaba todo lo que pasó su esposa.
-Es hora de irme su majestad, tengo que terminar con el castigo de algunos demonios-me dijo Lucinda para irse en un remolino de fuego.
Nos encontrábamos en la casa de los Cullen, Jasper se encontraba despidiendo de sus amigos, mientras yo estaba junto con Alice y Damon, los cuales me miraban divertida. Les había contado que Bélier era la impronta de Leah, por lo que Damon no paraba de burlarse.
Yo esperaba a que la manada o los que tenían improntas llegaran, ya que los llevaría al infierno por sus parejas. Aunque no eran los únicos que querían ir, por lo que esperaría a que se fueran la mayoría de los testigos.
Cuando se fueron sus amigos el se acerco junto con Bélier, ambos nos sonreímos con calma, ya todo el peligro había pasado y por fin podíamos respirar con tranquilidad, ya sea aquí o en el infierno.
Antes de llegar a mi, Bélier corrió a donde se encontraba Reneesme jugando con las dos vampiresas Senna y Zafrina. Ambos niños comenzaron a jugar entre ellos.
Mire a la derecha y ahí se encontraban Jacob con Edward, ambos miraban a los niños jugar aunque más bien veían a la pequeña Reneesme. Jasper me abrazo y jalo con hacia a el.
-Tendremos por un rato a nuestro pequeño, o al menos eso parece-mencioné.
-Ya veras que si amor.
-Listo para regresar al infierno o prefieres quedarte una temporada aquí-lo mire divertida.
-No tendrás problemas con el consejo infernal.
-La verdad es que ahora me respetan más que antes.
-¿Por qué?
-Te enteraras cuando nos encontremos halla, pero espero y no te enojes mucho.
Mencione con una sonrisa traviesa, el me tomo de la cintura y nos besamos, hasta que escuchamos a nuestro pequeño gritar el nombre de Leah e ir a abrazarla.
-Al parecer tendremos que acostumbrarnos al olor de perro-dijo divertido.
-Ella tendrá que acostumbrarse al olor del azufre, ¿quien crees que la pasara peor?
Solo rio y me abrazo mas a el.
Ya se habían ido la mayoría de los testigos, solo quedaban el clan Denali y Garrett que se uniría a las Denali por Kate, la manada ya se encontraba lista para el viaje que haríamos, así que los reuní a todos en el patio trasero.
-Bien, espero que ninguno se maree-los vampiros me miraron con curiosidad, Emmet y Rosalie, solo cerraban los ojos-. Les pido que se sujeten de las manos, entre Bélier y yo los llevaremos.
Mire a mi pequeño que se encontraba ansioso, sosteniendo en una de sus manos a Leah y de la otra a Reneesme, sin esperar más nos transportamos al infierno, al llegar todos se intentaron sostener de algo con excepción de Jasper, Rosalie, Emmett, Bélier y yo.
Nos encontrábamos en el recibidor del castillo, frente a mí apareció Minion.
-Su majestad, que bueno es verla de nuevo.
-Hola Minion, es un gusto estar de vuelta ¿Donde se encuentran mis invitados?
-Oh sí, la señora Lilith y ellos se encuentran en el comedor. Es la hora del almuerzo, desea que les hablemos o usted irá.
-No te preocupes yo voy, ademas creo que a mis nuevos acompañantes les serviría comer algo. Tambien me gustaria hablar un momento contigo Minion, pero primero llévanos al comedor.
-Claro majestad.
Antes de que Minion les enseñara el camino, mi pequeño tomo la mano de Leah y se la llevó corriendo mientras me gritaba.
-¡Yo llevaré a Leah!-todos se rieron, hasta Minion, que miraba a mi hijo y despues a mi.
-Espero no lo tome a mal su majestad, pero su pequeño me recuerda a usted cuando el señor Lucifer la trajo por primera y usted traía a su amigo Nicholas.
-Si, eran buenos momentos. Te veré en mi despacho.
-Síganme por favor-les hablo a la manada y a los vampiros que miraban todo a su alrededor.
-Yo los veré en un momento debo arreglar unos asuntos, pero Minion los llevará al comedor donde se encuentran todos almorzando, yo me reuniré con ustedes en unos minutos-todos asintieron y lo siguieron.
-No quieres que te acompañe amor-me hablo Jasper.
-No te preocupes cariño, en un momento los alcanzo. Solo quiero darle una pequeña sorpresa a Irina.
Nos despedimos con un beso, él siguió a su familia y yo fui a mi oficina.
Al entrar en mi oficina comencé a buscar la carpeta donde venían los nombre de cada vampiro que terminaba muerto, pero su alma no era consumida por el fuego infernal. Tenía planeado darle a Irina una última vez con su amado, le daría la oportunidad de que se pudieran despedir antes de hacer que Lauren fuera consumido por el fuego infernal y que no quedara rastro ni siquiera de su alma.
Minion llegó a los minutos de haber dejado a los chicos con sus familiares en el comedor, yo ya tenía una gran cantidad de carpetas encima de mi escritorio. Nunca había pensado que tantos vampiros murieran, lo único bueno era que todo estaba clasificado por fechas, esto no sería tan difícil como pensé cuando vi la cantidad de documentos que tendría que leer.
-¿Que nombre es el que busca majestad?
-Laurent Da Revin, es un vampiro nómada que era la pareja de Irina Denali. Solo quiero que la chica se despida de su pareja por una última vez, ya que se que con esto su resentimiento a los Cullen desaparecerá.
-En qué fechas fue que murió.
-No lo tengo muy bien, solo se que fue en el tiempo que los Cullen se fueron de Forks y yo me encontraba aquí, así que buscaremos de Diciembre a mayo.
Narrador omnisciente:
Después de una hora de búsqueda, demonio y bruja por fin encontraron el nombre del vampiro, su alma se encontraba encerrada junto con miles más que habían matado a millones de humanos inocentes, cazandolos sin piedad alguna, por lo que sacar su alma sería algo complicado. Ya que si quería sacarla tendría que evitar que algún otro saliera.
Leila pidió a Minion que llevará a todos a la sala del trono, en lo que ella buscaba el alma de dicho vampiro, pero que si podia que los chicos de la manada, sus improntas y mortales, fueran a la biblioteca para no correr riesgos innecesarios con Laurent.
Leila llegó al área para sobrenaturales, tuvo que buscar el área de vampiros y de ahí, buscaría la celda en la que se encontraba Laurent. Cuando el alma de Laurent saliera de su celda, ella le colocaría un brazalete con el cual lo devolvería a su celda, ya que no quería que este escapara.
Llegó a la celda donde tenían a Laurent, era una celda con puerta de color negro y manchas rojas de ella salían gritos y quejidos, por lo que se imagino todas esas almas estarían reviviendo sus transformaciones o muertes, el que fuera peor.
Al abrir la puerta, no lo negaría, se sorprendió al ver la cantidad de sangre que en ella se encontraba; pasó desapercibida ante varios recuerdos de vampiros que no le interesaban, hasta que llegó el recuerdo que buscaba. Al parecer de Laurent, su peor recuerdo era haber muerto por los lobos.
Con eso supo Leila que hizo bien en que ellos no se encontraran presentes cuando Irina y él se reencontraran. Camino hasta llegar al momento en el que llega a estar frente a Isabella y llamó su atención.
-¡Laurent!-el vampiro sorprendido la miró.
-¿Qué haces aquí? ¿Qué es este lugar?-preguntó sorprendido y aterrorizado.
-Estás en el infierno, con exactitud reviviendo el peor momento de tu vida, o bueno de tu muerte. Solo vengo por tu alma-él la miró sorprendido-. Quiero que te despidas una última vez de tu compañera, ella lo a pasado muy mal y bueno si aceptas haré que esta tortura termine.
-¿Cómo lograrías que terminara, me reviviras?
Leila soltó una risa y lo miró con sus ojos brillando.
-Solo terminare con tu alma, no sentirás nada después de ello y podrás estar con Irina un ultimo dia ¿que dices aceptas?
-¿Cuál es el truco?
-Tienes que aceptar que ese dia, el dia que estás reviviendo intentaste asesinar a Isabella Swan.
-¿Por qué lo haría?
-¿Por qué no?, no tienes nada que perder, ya estás muerto de todas formas.
-Bien, lo haré, pero haz que esto termine.
El recuerdo se encontraba en pausa mientras que ella se encontraba presente, por lo que le colocó el brazalete antes de salir.
-Según mi padre, sentirás como si te quemaran vivo, eso es normal significa que tu alma esta formando un cuerpo ¿entendido?
-Claro.
Sin más colocó uno de sus dedos en donde se supone va el corazón y recitó el conjuro que había investigado, al alzar la mirada ya no se encontraba en el bosque de Forks, era una sala vacía de color negro, por lo que sin más salió del lugar antes de quedar ella atrapa ahí.
Laurent se supondría que ya debería de haber llegado al castillo, pero se encontraría en su despecho. Leila se transportó a su despacho y noto al vampiro como la primera vez que lo vio el día del partido de béisbol con los Cullen.
-¿Cómo te encuentras Laurent? Preparado.
-El dolor ya pasó, pero no creo estar preparado para verla una última vez. Antes de ir me podrias contestar una pregunta-la chica asintió- ¿Quién es tu padre?
-Te lo contaré mientras caminamos a la sala del trono, ahí nos encontraremos con los demás.
>>Bueno yo tengo se podría decir que tres padre, mi padre biológico, el de crianza y mi padrastro que es el único que está vivo-el vampiro la miró sorprendido-. Mi padre biológico era Amadeus Ritz un gran brujo uno de los primeros, el de crianza es el más importante y con el que más conviví, es Lucifer Morningstar, por él es que me encuentro aquí hoy en día, mi padrastro es Charlie Swan, el padre de Isabella-dijo con una mueca de disgusto-, mi madre se casó con el después de un tiempo conociéndose.
Al terminar de hablar llegaron a las enormes puertas, Leila se no se había quitado en todo momento la corona, por lo que ya estaba cansada, pero solo tendría que soportar un rato más.
Narra Leila:
Podía sentir como Laurent se encontraba nervioso, por lo que le pedí que se mantuviera quieto en su lugar, como el dia que nos conocimos con los Cullen, antes de que pasara todo lo de Victoria y James, el asintió y se arreglo su vestimenta.
Las puertas se abrieron, note como ahí se encontraban todos los Cullen, el clan Denali, Garret, mi familia (Jasper, Lilith y Bélier). Laurent se encontraba detrás de la puerta yo entre primero para hablarles, antes de que lo pudieran ver.
-Pido disculpas, por no poderlos acompañar en el almuerzo. Tenía que atender algunos asuntos que espero le agraden a los Denali. Es una pequeña sorpresa para Irina.
La nombrada me miraba entre asustada y asombrada.
>>No es nada malo-le sonreí un poco para tranquilizarla, mientras me ponía enfrente de todos-. Hace un tiempo, descubrí que la familia Morningstar podemos traer a los muertos a la vida, bueno no tan asi, solo es por un corto tiempo y solo se puede hacer con mortales o brujos. Con los mortales es más fácil, mientras que con brujos y brujas es más complicado y el cuerpo resiste hasta un mes...
-Eso que tiene que ver conmigo.
-No seas impaciente Irina... para poder traer a un no muerto a la vida es más complicado aún, ya que si algo falla, podría convertirse en un monstruo sediento de venganza, por lo que se les coloca un brazalete y solo pueden estar veinticuatro horas, antes de regresar-suspire-. Dime Irina ¿te gustaría ver una última vez a Laurent? Podrían platicar y decirse todo lo que no pudieron esa ultima vez.
Todos se encontraban en shock, pero de un momento a otro note como en los ojos de Irina se acumulaban lágrimas y comenzó a sentir frenéticamente. Ahí suspire, ya que no sabía si estaba haciendo lo correcto.
-Que bueno que dices que si, ya me estaba preocupando que no lo quisieras ver.
Con mi mano le hice una seña a los demonios que se encontraban en la puerta, de que la abrieran nuevamente, al estar completamente abierta se pudo ver a Laurent, con la mirada baja y sus manos detrás de la espalda.
La verdad era que no tenía el porte imponente que la primera vez, pero esto se debía al castigo del infierno.
-Laurent, puedes pasar-le hable-. Tendrán este día para poder platicar, decirse todo lo que no pudieron antes de que el ya no regresará, tomenlo como un último adiós. Podrán estar en cualquier parte del castillo... bueno solo del ala este, no pueden salir, ya que el brazalete de Laurent se lo impide.
-Gracias su majestad-me agradeció Laurent, luego miró a los Cullen que lo miraban con recelo, para ver a Isabella-. Pido disculpas Isabella, espero que me perdones.
Todos los Cullen se encontraban sorprendidos al igual que Isabella, ya que no pensaron que el les pediría perdón. El primero en salir del asombro fue Carlisle.
-Creo que no hay nada que perdonar ya, me parece que ya estas pagando por tus acciones Laurent, y en su momento nos ayudaste.
-Gracias y si, me encuentro pagando cada uno de mis errores, al revivir mi peor recuerdo una y otra vez.
Miró después a su compañera, la cual lo miraba asombrada aun, para acercarse a ella y abrazarla con fuerza.
>>No sabes lo que me arrepiento de haberme ido ese día de la casa, no sabes la falta que me has hecho.
-Creo que este es un momento familiar, nosotros nos iremos. Cualquier cosa que necesiten pueden pedírsela a los sirvientes.
-Gracias Leila-dijo Irina, ya más tranquila.
-No hay de que.
Sin más me lleve a todos de ahí, para solo dejar a los Denali, Garret y Laurent.
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Espero les guste, el siguiente capítulo será el final de esta historia.
-ortiz6acosta
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