Narra Leila:

Cuando termine de hablar, mire como todos se quedaban sorprendidos, y bueno no era para menos, pero esperaba que por lo menos uno no se sorprendiera.

-Se que es sorprendente, pero digan algo-gire a Sam, el cual se levanto de un movimiento con una expresión más seria de lo normal-¿Sam?

-¿Eres la nueva reina del infierno?

-Ahora, yo soy la reina del infierno-afirme seria.

El asintió, mire a los demás presentes, hasta que mi vista cayo en Paul, que me miraba con los puños cerrados.

-¿Qué pasa Paul?

-Pues para empezar, como quieres que te reciba si  cuando llegas, dices que eres la nueva reina del infierno. Ni siquiera un mísero aviso, se suponía que éramos amigos y me vengo a enterar al mismo tiempo  que todos-me miraba molesto-se suponía que debía enterarme antes que ellos.

-Perdóname Paul, pero ni yo sabía que eso iba a pasar, si te contara todo lo que pase junto a mi prima, todo lo que paso desde el día en que me fui, no me lo creerías.

 -No creo que halla sido para tanto-menciono molesto, note como una de las dos chicas tomaba su brazo, tratando que se tranquilizara.

-Pasaron más cosas de las que crees, tuve encerrado dentro de mi al diablo, además de que casi muero más de una vez por culpa de brujos paganos y por culpa de Calibán el príncipe del infierno...-suspire frustrada-. Mejor me iré a dar una vuelta, los veré después.

No espere a que nadie más dejara algo y me fui, no quería descargarme en contra de alguno de ellos así que era mejor irme. Paul no tenia derecho a reclamarme nada solo por ser mi amigo, lo mejor era que me quedara un rato alejada de él. Luego hablaría con Sam acerca del acuerdo para que ellos pudieran tener mi protección.

Ya había pasado un tiempo, con Sam hablamos, ahora todas las improntas tenían un hechizo de protección, por lo que estaban mucho más protegidas que cualquier otra persona o creatura sobrenatural. Mi madre y Charlie, se encontraban bajo mi protección junto con la de los Cullen, también la manada, pero estos eran más para proteger a Isabella.

Mientras que estuviera dentro de la casa nadie la lastimaría, pero si llegaba a salir, ya no era mi problema, por lo que la manada y los Cullen hacían turnos para cuidarla.

Hoy los Cullen irían de caza, por lo que mientras que ellos se iban a cazar, Bella se quedaría en la reservación, Sam me había invitado para ir en la noche a escuchar sus leyendas, pero me negué.

Yo iría a el infierno, tenía que checar unas cosas, no me podía ausentar mucho tiempo, por lo que aprovecharía.

Me encontraba ya en el infierno firmando algunos papeles, la verdad es que nunca pensé que ser reina del infierno incluyera tanto papeleo. Pero esto me hacia sentir más normal, por lo que era divertido.

Todo cambio cuando las puertas de mi oficina fueron abiertas de par en par y por ellas entraron cuatro personas, que esperaba no ver en un buen tiempo, aunque ver a una de ellas me había sorprendido demasiado.

Frente a mi, se encontraban; los tres reyes infernales y Calibán, el cual debería seguir en el noveno circulo del infierno.

-¿Que hace el aquí?

-No te alegras deberme aquí pequeña, creí que estarías feliz de saber que estoy bien-sonrió con cinismo.

-En realidad Calibán, que bueno que estas aquí-comencé con media sonrisa-. Espero te encuentres disponible, ya que me gustaría pedirte un favor, en el que tus queridos amigos podrían ayudar.

Mire a los presentes que me miraban sorprendidos, en ese mismo momento iban entrando a la oficina Lucifer junto con Lilith, los cuales al verme sonreír a los reyes infernales y a Calibán, me miraban con intriga.

-Claro su majestad que necesita-hablo con una sonrisa divertida.

Pobre iluso, no se imagina lo que le espera.

-Como se cuanto les encanta impartir castigos, creo que les parecerá perfecto estar en el vestíbulo, podrán trabajar junto con Homero, Horacio, Lucano y Electra-me miraban con una furia en sus ojos, yo les sonreí con verdadera diversión, mientras que Lucifer y Lilith no se quedaban atrás estaban divertidos con la situación-. No se podrán negar, esto también es parte de su castigo, por intento de usurpación al trono infernal.

Ya era un nuevo día, después de divertirme en el infierno, regrese a la casa, donde Jasper ya me esperaba. Hoy iríamos a su casa, para ver que podíamos hacer con el tema de Seattle.

Nos encontrábamos sentados en un sillón de la sala, junto a nosotros se encontraba Carlisle. Todos estábamos escuchando las noticias, como era de que las desapariciones iban en aumento.

Los humanos creían que se trataba de un asesino serial o de una banda de traficantes. Si esto seguía creciendo los vulturis vendrían y era lo ultimo que queríamos que pasase.

Escuche la puerta ser abierta, por ella entraron Isabella y Edward, Carlisle apago la televisión siendo el primero en hablar, seguido de Jasper.

-Esta empeorando. Tenemos que hacer algo.

-Se necesita a mas de uno de nosotros para causar el daño que reportan... muchos más y son indisciplinados, descarados-menciono serio.

-Son neófitos-afirmo Edward

-¿Qué vampiros nuevos?-pregunto Isabella, sorprendida y con una pisca de miedo.

 -Los primeros meses después del cambio...

-Es cuando somos más descontrolados, más viciosos, mas incontrolables de sed.

-Es una idea seductora-termino Emmet.

Mire a Isabella y ella estaba realmente aterrada, pero Jasper hablo hacia Carlisle, amaba tanto cuando se ponía en su modo soldado, lo hacia ver más sexy.

-Nadie a entrenado a estos neófitos, pero esto no es  fortuito.

-Están creando un ejercito, Jasper-fue más una afirmación.

-Ahora si tenemos que ir a Seattle-hablo Emmet levantándose de donde se encontraba sentado.

-¿Un ejercito de vampiros?

-Creado para pelear contra alguien...

-Somos el único clan cercano a Seattle.

-Sea lo que sea, si nosotros no los detenemos los vulturis lo harán...-menciono firme Carlisle, mirando a Edward, Jasper me acerco más a él-me sorprende que aun no lo hallan hecho.

-Tal vez ellos lo planearon-empezó Edward, como si estuviera hablando del clima-. En Italia... leí la mente de Aro... quiere que Alice y yo nos unamos a la guardia... además de que tiene una enorme curiosidad por Leila y sabe que nosotros no nos uniríamos a él, mientras que esta familia este unida.

-Un ejercito solucionaría eso-sentí como Jasper se encontraba tenso.

-Esta claro que yo los podría matar a ellos con un solo movimiento-murmure solo para ellos.

Nos encontrábamos en mi habitación, le estaba contando de todo lo que hice en el infierno y el me contaba de lo que habían cazado. El se molesto al saber que Calibán ya no se encontraba en el noveno circulo infernal. Pero al enterarse que lo mande a trabajar junto a los reyes infernales en el vestíbulo.

No supe en que momento me quede dormida, pero siempre en sus brazos podía dormir sin problemas, sin pesadillas, era lo mejor del mundo. Cuando me desperté el se encontraba ya cambiado con otro atuendo.

Me aliste ya que hoy saldríamos a dar un paseo  juntos, cuando bajamos al comedor no nos encontramos con nadie, desayune y salimos de la casa, con dirección al bosque.

Estábamos paseando tomados de las manos.

-¿Alguna vez creíste llegar a ser la reina del infierno?-me pregunto cuando nos sentamos en un claro del bosque.

-La verdad... en algún momento de mi vida me lo plantee, siempre supe que el ser tratada así por Lucifer... no era normal-suspire y sonreí-pero no me molesta, siempre lo e querido como si de un padre se tratara, es manipulador, controlador, egocéntrico y bueno pues que puedo decir es Lucifer.

>>Pero conmigo siempre fue diferente desde el accidente de mis tíos y padre, él se preocupaba mucho por mi, junto con Lilith. Por eso no me arrepiento de serlo, lo que no me gusta del todo, es que me halla creado un chico para casarme con él. Nunca se lo perdonare.

Jasper soltó una risa ante eso y hablo cuando termino.

-Pero al final no terminaste con el chico de arcilla, terminaste con un vampiro de mas de un siglo de edad.

-No solo con un vampiro que podría ser mi padre, sino con un vampiro que es un vaquero y el más sexy que eh visto en mi vida-lo rodee con mis brazos y murmure-Además ese vampiro ya esta perdonado, por todo lo que me hizo pasar.

Jasper me pego más a su pecho y comenzó a besarme, cuando se separo, se puso de pie y me ayudo a levantarme. Lo mire confundida, no sabía que hacía... una de sus manos fue a su bolsillo del pantalón y de este saco algo. Me miro a los ojos.

-Leila Luzbel Ritz, eres la bruja, mujer, reina, más maravillosa que e visto en todos mis años de mortal y como inmortal, no se que seria de mi, si te pierno. No puedo pensar, ni en estar separado de ti de nuevo por mas de cinco minutos, eres mi mundo, todo lo mío gira a tu alrededor, soy el idiota que casi te perdió, que casi perdió a la chica más especial que a conocido, a la mas fuerte, hermosa y sexy del planeta. Es por eso que hoy en este mismo prado bajo las nubes que anuncian el paso de tormenta y el que por fin logre conseguir tu perdón. Te pido a ti... Leila ¿si quieres pasar el resto de tu vida, junto a este vampiro idiota?

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-ortiz6acosta