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Capitulo 11

Narrador omnisciente:

Cuando los primeros rayos solares se asomaron por las copas de los árboles que se encontraban cubriendolos, supieron que era el momento de ir a donde se encontraba su hijo, pero antes debían de pasar comprar algunos regalos. Pasarían navidad en casa de Leila, ahí su pequeño abriría los regalos, ademas de que estarian con Charlie, Elizabeth, Bella, Edward, Reneesme, Jacob, Billy, Sue y sus hijos.

Cuando ya tuvieron los regalos y se cambiaron, Jasper se quedó un rato en la residencia Cullen, mientras que su esposa iba a la reserva a saludar a Emily, Sam y Paul. Tenía demasiado tiempo que no los veía, por lo que iría para ver como se encontraban. 

Al llegar a los límites de la reserva, noto como un lobo de color negro y otro gris se acercaban a su carro, al estar estos en el límite de la carretera y el bosque bajó su ventanilla, para poder ver mejor a los que consideraba sus amigos, estos al verla, aullaron en modo de saludo.

LLegó a la casa del alfa junto a los dos lobos, al estos transformarse en humanos y cambiarse salieron del bosque, ella bajó de su carro en sus manos llevaba los regalos para los chicos y sus improntas.

Estaba por llegar al lado de ambos lobos, cuando la puerta se abrió y de ella salieron los demás miembros de la manada quileute. Leila no reconoció a muchos, pero aun así noto como ninguno de los miembros le gruñia lo que le hizo pensar que ya sabían de su existencia.

-Hola-hablo a los que conocía.

-Leila, hasta que vienes a visitarnos-el primero en hablar fue Sam, mientras que le daba un abrazo y ayudaba con los regalos que cargaba.

-Nos tienes abandonados brujita-la chica río mientras era estrechada entre los brazos de Paul.

-Perdon, pero el tener que gobernar el infierno, criar a un niño que crece cada que quiere y ahora con lo que paso con Isabella y su hija, mi tiempo libre es mínimo-mencionó con una pequeña sonrisa-... pero espero me disculpen y acepten los regalos.

Dijo mientras señalaba las bolsas y cajas que Sam ahora llevaba por ella.

>>¿Se encuentran Rachel y Emily en casa?

-Claro, pero ahora no son las únicas improntas-hablo Paul.

-Pero son a las que conozco, así que caminen, quiero abrazar a mis amigas-sin esperar a que los chicos dijeron o hicieron un movimiento, Leila con su magia los hizo caminar a la cabaña.

Toda la interacción de ambos lobos y la bruja, era visto por todos los integrantes de la manada, ya fueran antiguos o los más nuevos. Al ingresar en la cabaña Leila hizo que Sam dejara los regalos enfrente del pino que tenían en su sala, para después ir a la cocina donde esperaba ver a ambas chicas.

-¿Quien tiene cabello rubio, ojos rojos y las extraño?

Dijo mientras entraba por el umbral de la cocina y miraba a Emily, Rachel y otra chica haciendo galletas de jengibre. Todas alzaron la mirada, pero la primera en reaccionar fue Emily que dejó todo lo que tenía en las manos para poder ir a abrazar a su amiga.

-¡Leila! ¿Cuando llegaste?-dijo mientras que la abrazaba, ambas saltaron en su lugar, pero esto no duro mucho ya que Rachel se les unió.

Detrás de Leila se escucharon risas, por lo que las tres chicas se separaron y miraron como el alfa y Paul se encontraban con el ceño fruncido, mientras que otro chico reía por la situación.

-A ustedes jamás los han recibido así, sus improntas-mencionó aguantando su risa.

-Es porque a mi me aman más que a ellos.

-Alejate de nuestras improntas, son nuestras-habló Sam serio, por lo que Emily fue con el.

-No te enojes Sam, yo tengo a Jasper, Emily te tiene a ti y Rachel a Paul-miró a las chicas con una gran sonrisa-. Las extrañe demasiado, pero ahora lo importante, ¡Traje regalos para todos! Perdon si no les gustan, pero a los únicos que supe que comprarles fue a ellos cuatro, a los demás no los conozco, solo sé de su existencia por los Cullen.

-Yo tengo una pregunta-hablo un chico que se veía más joven que los demás, Leila lo miró divertida ya que suponía que preguntaría por lo que solo asintió- ¿Por que tus ojos son rojos pero no hueles a chupasangre? ¿Que eres?

-Los ojos son por nacimiento y soy una bruja, alguna otra pregunta.

-¿Como conoces el infierno?

Todos la miraron atenta ante esa pregunta, menos los lobos màs antiguos de la mana ya que estos ya conocían la respuesta por lo que rieron.

-Mi nombre es Leila Luzbel Morningstar, soy la reina del pandemonium y gobernante del inframundo desde que Lucifer me dio los títulos, ya que es como un padre para mi... Ahora vamos a la sala, quiero ver que les parecen sus regalos, antes de irme.

-No te quedaras a comer-menciono Rachel.

-Lo siento pero prometí a mi madre que iríamos con ellos, pasar la navidad. Jasper me espera con su familia para irnos.

Todos abrieron los regalos que Leila trajo, para todos era algo maravilloso, ya que a los chicos de la manada les regalo una pulsera negra con el símbolo de su manada, mientras que para las improntas era una parecida pero más delgada. A los chicos les gusto pero mas al escuchar lo que harían. Todas tenían un hechizo de localización y protección por si algo les pasaba a las improntas ellos pudieran encontrarlas y ayudarlas con mayor rapidez.

-Les tengo otro regalo, aunque es más para las improntas y es una propuesta. Mi madre junto con Charlie irán al infierno, en lo que dura la batalla contra los vulturis, para tener una mayor protección, por lo que si así lo desean, puedo dejar que las chicas tambien vayan y que cuando todo termine ustedes las puedan recoger, claro si es que les parece bien. Sino, simplemente les puedo proteger la casa para que ningún vampiro pueda ingresar.

Todos quedaron en shock, el primero en salir de el fue Sam y hablo.

-No sería demasiado arriesgado para ellas por ser mortales.

-En realidad ahora no lo es, antes lo era porque Lucifer tenía el acceso prohibido a mortales. Pero yo lo mantendré solo para enemigos, las personas que yo invite podrán entrar y salir cuando quieran. Claro solo podrán estar en el palacio para evitar que se vallan a perder, pero ahi tendran agua comida y una habitación con personal las veinticuatro horas.

-Nos dejarías hablarlo-mencionó Paul.

-Claro, ahora ire con mi familia, pero cualquiera que sea su decisión, vendré al anochecer.

Se despidió de todos y tomo rumbo a la casa Cullen para ir con su marido a casa de su madre.











Al llegar a la casa de su madre, ahí ya se encontraban todos, busco con la mirada a su pequeño pero no lo encontro, asi que fue directamente a donde se encontraba su madre, en la cocina para preguntar por su bebé.

-Hola mamá, feliz navidad-dijo mientras que la abrazaba.

-Que bueno que llegan hija, Bélier no a querido salir de tu habitación desde que amaneció-habló su madre, muy preocupada-. No quiso siquiera comer galletas navideñas.

-Iré por el-aviso a su esposo-deja los regalos en el árbol.

Jasper asintió y dejo todos los regalos debajo de este, para luego ir junto a su hermano, para que se saludaran.

Leila subió a su habitación donde se encontraba su pequeño, la puerta se encontraba cerrada con seguro, pero aun así la bruja sabía que su pequeño estaba dentro gracias a que escuchaba su respiración.

-Bebé ¿puedo pasar?

-Solo si eres mi madre y no mi abuela tratando de imitarla.

La bruja abrió la puerta con magia y busco a su hijo, notando que este se encontraba acostado en la que era su cama antiguamente.

-¿Que tienes pequeño? ¿Por qué no quieres bajar con los abuelos?

-No es que no quiera bajar... -el niño miró a sus manos con nerviosismo-es que hay un tono como si algo me estuviera cantando, pero la abuela dice que no hay música ¿Que me está pasando mamá?

Leila miró a su hijo asombrada, podría ser que su pequeño haya encontrado a su tua cantante, en alguno de los invitados.

-Creo que seria mejor que hablaras de este tema con tu padre cariño-dijo mientras acariciaba su mejilla con su dedo-. Pero por ahora, creo que lo mejor seria que bajaramos, tu abuela se encuentra preocupada porque no quisiste galletas.

-¿No me esta pasando nada malo?

-No, hijo es algo bueno, pero aun eres muy pequeño, esperemos un poco de tiempo más...

En eso Leila escucho como la puerta de su casa se abría nuevamente y por ella entraban más personas, logro reconocer el aroma de sus tías y primos.

>>Acaban de llegar tus tíos de Greendale, ¿vamos?

-Claro.

El niño con más emoción se vistió con un pantalón de vestir negro y una camisa de color guinda, sobre ella se puso un chaleco negro y sus zapatos del mismo color.

Al bajar las escaleras, Jasper ya se encontraba esperando a su llegada, los demás se encontraba en la sala sentados alrededor del árbol, los más jóvenes se encontraban sentados en la alfombra mientras que los adultos estaban en los sillones o como Billy Black que se encontraba en una silla de ruedas.

-Miren quien decidió por fin bajar-mencionó Leila a su familia.

Elizabeth se paró de su lugar y fue a donde estaban para abrazar y besar las mejillas de Bélier. Al entrar en la sala, las miradas de su familia cayeron en ella y su hijo, para luego ver a Jasper, a ellos llegaron Edward y Bella que se encontraban viendo la nieve en la cocina. Edward soltó una risa, mientras que palmeaba el hombro de Jasper, por lo que vendría a continuación.

La primera que habló fue Hilda, que se encontraba junto al doctor Cerbero.

-¿Quien es el pequeño?

Leila miró con una sonrisa forzada a su familia, mientras que Sabrina intentaba no reír, pero hablo antes que ella.

-Cuéntanos primita, quien es este hermoso niño que parece de once años-Bélier miró a su madre con duda, para luego mirar a los invitados que según su madre eran familia, por lo que se adelantó y presentó con voz tímida.

-Un gusto soy Lucas Bélier Hale Morningstar Ritz. Soy hijo de Leila y Jasper-las tías de Leila junto con sus primos, Nick y Prudence que los acompañaban se le quedaron viendo para después ver a la pareja.

Sus tías miraban a Leila sorprendida, pero era claro que el niño era de ambos era un hijo biológico ya que tenia una combinación de los ojos de Leila, además del cabello y el físico que nadie podía negar que se parecia ambos. Luego miraron la sala y se dieron cuenta de que Charlie estaba presente por lo que no podrían preguntar algo que pudiera delatar el lado vampiro del chico.

Zelda se levantó de su lugar y se encontraba alterada, los demás solo estaban sorprendidos.

-¡¿Cómo es que no sabiamos que tenias un hijo LEILA LUZBEL SPELLMAN?!

Todos en la sala se quedaron callados.

-Bue.bueno tía, teóricamente Sabrina sí sabía, ella es la madrina de bautismo de Bélier-mencionó con una sonrisa tensa, su tía miró a Sabrina.

-Luego hablare con las dos...

-Yo quiero conocer al pequeño-dijo Hilda interrumpiendo a su hermana, el pequeño se puso detrás de sus padres, al ver la emoción de Hilda.

Leila sonrió ante su acción, su hijo podía ser el niño más serio y que le gustan las bromas, pero al conocer gente muy entusiasmada seguía siendo el mismo pequeño que se asustaba.

-Perdonalo tía a Bélier es muy tímido con las personas que se emocionan de más. Pequeño no debes de temer, ella es tu tía abuela Hilda-la señaló para luego señalar a cada miembro de su familia-, ella es tu tía abuela Zelda, ellos son tus tíos Ambrose y Sabrina la cual también es tu madrina.

El niño miró a los presentes, pero su vista cayó en dos figuras que lo miraban fijamente y sin poder creerlo, por lo que pregunta a su madre y esta rio.

-¿Quienes son el chico y la chica que me ven con cara de sorpresa?-Leila los miró y dijo.

-Son mi mejor amigo y tu tío Nicholas Scratch y la pareja de tu primo Ambrose Prudence.

Nick fue el que hablo.

-Y pensar que la pequeña Leila, alguna vez me dijo que no sería madre y que el amor era puro cuento-mencionó con burla, ganándose una mala mirada de la chica y las parejas de ambos.

-Recuerdo que no era la única que no creía en el amor Scratch o ¿quieres que te haga recordar?

Aunque Sabrina y Jasper sabían que sus parejas tenían un pasado, también sabían que a quienes amaban eran a ellos y no entre ellos, pero siempre serían amigos. Todo esto no quería decir que a Jasper esto no le causara celos, porque que su esposa y compañera estuviera con alguien más antes que él le hacía hervir los pensamientos.

Pero toda discusión terminó cuando Bélier grito por la sorpresa. El se había mantenido viendo a cada uno de los invitados hasta que llegó a la chica de piel canela con cabello hasta los hombros y de color oscuro, ella dejó caer su plato de comida, cuando el niño la miró a los ojos.

-¡Mamá! ¿Que le paso?-dijo el pequeño que se acercó a Leah, la cual se mantenía viendo a la nada.

Jasper tomó a su hijo y lo alejo, mientras que Jacob y Seth se levantaron rápido para sacarla de ahí, antes de que pasara algo malo.

-Por que se llevan a la chica que estaba escuchando esa melodía tan tranquila mamá.

Leila miro preocupada a Jasper, como le dirían que Leah era su tua cantante, ¿como era siquiera posible que su hijo tuviera tua cantante si tan solo tenía meses de edad?

-Ella tenía cosas que hacer, pero volverá no tienes que preocuparte-todos miraban la escena con preocupación-. Porque no abres el regalo que te trajimos.

El niño abrió sus regalos, al igual que los demás, en lo que volvían los lobos; Leila no estaba molesta con Leah por haberse imprimado de su hijo y menos porque sabía la historia de la chica, simplemente tenía miedo que su hijo se alejara de ella, por estar más tiempo con la que sería su compañera en un futuro no tan lejano. Jasper por otro lado estaba molesto, porque tendría que soportar el olor a perro mojado todo el día.

Bella se acercó a su padre.

-Papá no tuvimos tiempo para envolver el tuyo pero aqui esta-menciono mientras que le entregaba un sobre y Charlie lo abria-. Son cinco días de pesca en el río Fraser, para ti y Elizabeth.

-Sale mañana.

-Vaya sensacional-mencionó mientras miraba los boletos, pero luego miro a su hija-. Pero no puedo aceptarlos...

-No hay devoluciones...

-No podemos porque pasaremos una semana en casa de Leila, iremos junto con Sue, Emily, Rachel, Billy algunos amigos mas-hablo Elizabeth a la pareja dejándolos sorprendidos.

-¿No prefieres ir a pescar papa?

-Me encantaría claro, pero con Elizabeth quedamos que iríamos a casa de Leila, además ahí tendremos todo a la mano, será como ir a un spa, con todo pagado.

Bella se sorprendió por lo que dijo su padre, aunque no mencionó nada, ya que aunque no le parecía lo mejor sabia que no habría lugar más seguro para ellos que estando en un lugar donde los Vulturis no podrían llegar a ellos.

-Mama-hablo Belier a su madre- ¿Cuando volvera a venir?

En ese momento aparecieron todos los miembros de la manada de Jacob, Belier al notarlas, fue directo a la chica; Al estar frente a ella, la abrazo y para una no tan sorpresa de los presentes Leah lo cargó en sus brazos.

-¿Se encuentra bien, señorita?

-¿En serio mi hijo tenía que hablar igual que su padre?-pregunto con sarcasmo para si misma Leila.

-Me encuentro bien, pequeño. Me podrias dejar hablar con tus papis un momento.

Sin que nadie se lo imaginara, el pequeño beso la mejilla de Leah antes de que esta lo dejara en el suelo y se fuera a donde se encontraban sus abuelos.

-Ahora si parece ser hijo de Leila-mencionó con burla Ambrose, haciendo reír los demás.

-Que gracioso Ambrose.

-Leila, Jasper-les hablo Leah-. Me gustaría pedirles el permiso de estar junto con Belier. Creo que ambos ya saben que me e imprimado de su hijo, pero no quiero que piensen mal, no es lo que ustedes creen... quiero decir la imprimación no solo es un ámbito romántico, su hijo tendrá la protección completa de ambas manadas, ya que esa es nuestra ley más poderosa, será su protectora, amiga o la mejor hermana mayor que haya tenido...

-Pero al final sera tu compañero o me equivoco-hablo Jasper con los brazos cruzados.

-Eso es solo si el lo quiere, yo aceptare ser solo su amiga si el lo desea, pero no podre mantenerme mucho tiempo lejos, siempre tendre que estar a su lado ya que si no mi loba moriría.

-Te entendemos-hablo Leila-. Lo aceptamos, aunque no será fácil para nosotros y tienes que saber que vivimos en el infierno y eso no cambiará-la loba los miro preocupada-, podrás ir a verlo siempre que quieres, tambien podras pasar el tiempo que desees en el infierno si lo necesitas.

-Gracias-dijo Leah sin poder contenerse abrazo a Leila, la cual se sorprendió.

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-ortiz6acosta

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