Yuri despertó cuando sintió que le soltaban su mano. Todo su brazo se adormeció de inmediato y se quejó en voz alta, sobándose la piel. Dimitri le sonreía con dulzura, acercándole una bandeja llena de comida; arrugo la nariz y se cruzó de brazos, dandole la espalda.

—Come un poco, Yuri, no has comido nada en un día entero y el efecto del supresor pasará pronto.

El muchacho se tensó al escucharle y lo vió, algo asustado pero sin demostrarlo.

—Pasaremos tu celo juntos —sonrió acariciando su mejilla—. ¿Estás emocionado como yo?

—Suéltame —le quitó la mano de un golpe y se puso de pie, comenzando a caminar lejos de él.

Los vidrios de la ventana abarcaban desde el techo hasta el piso del cuarto, tenía una vista amplia de la ciudad de París. Se veía hermoso, pero no le gustaba la compañía que tenía, hubiera preferido llegar ahí con Otabek y Saoirse.

Tomó aire y suspiró, podía sentir el calor de nuevo, pero tenía que luchar contra su propio instinto para contener su celo. Su cuerpo entero reaccionó a la defensiva cuando sintió la mano del otro en su cintura y se giró para alejarse de él lo más que pudo.

—Te dije que no me tocaras.

—Oh Yuri, no seas tan duro —le sonrió avanzando un par de pasos—. Sé que deseas esperar hasta que nos casemos, eres tan tradicional —soltó una risita, acercándose otro poco más—. Pero si estamos destinados a casarnos, entonces no hará daño el estar juntos, ¿no lo crees?

—Tú no eres mi destinado —dijo viéndole con el ceño fruncido—. No voy a pasar mi celo contigo y no voy a casarme contigo.

—Yuri —murmuró su nombre como si acariciara cada letra con la lengua—. ¿Por qué eres tan cruel? Tú no eres así.

Frunció más el ceño y se alejó otro poco, sin despegar la vista de él.

—Tú eres un buen omega, cálido, sonriente y servicial, eres hogareño y estás en la edad perfecta para tener familia —no entendía, ¿qué pasaba con Yuri? ¿Por qué era hostil con él? —. ¿Por que huyes de tu alfa?

—Entiende que no eres mi alfa —dijo alzando la voz a cada palabra—. Jamás vas a serlo.

—Yuri me lastiman tus palabras.

— ¿Qué querría yo contigo? —no le importaba ya, diría lo que fuera necesario para que lo odiara y dejara, prefería morir a estar con él—. Eres un zorro, que no tiene nada para mí.

—Yuri, cállate.

—MI alfa, es un lobo, en sus venas lleva la sangre del gran creador —se sintió en ventaja, tal vez podría huir si él se enfadaba—, ¿por qué querría que mis hijos llevarán tu sangre cuando pueden ser superiores a ti?

— ¡Cállate! —se volteo y tiró la pequeña mesa comedor que estaba ahí.

—No me servirías para nada —alzó la voz, dando pasos muy lentos a la puerta.

— ¡Eres un malagradecido! —rugió tirando el espejo de la pared, estaba cegado de ira—. Después de todo lo que he hecho por ti, ¿así me pagas?

—No has hecho nada por mí, solo eres una molestia, ¿por que apareciste en mi vida?

El zorro giró hacia él, avanzando con grandes zancadas y le tomó con fuerza de la mandíbula, sin importarle si sus dedos quedaban marcados en su piel.

—Cuando venga mi alfa y te arranque la cabeza, quiero verte llorar y suplicar —dijo por último, rogando en su interior que Otabek llegara pronto, porque no sabía cuánto iba a poder resistirse...aunque no tenía idea si su alfa de verdad sabía dónde estaba.

El golpe en su mejilla no se hizo esperar, el cuerpo de Yuri cayó al suelo por la fuerza con la que el puño de había estampado en su rostro. Pero no lloró, no hubo quejas ni súplicas de ninguna clase cuando el alfa se inclinó a su altura para seguir golpeándolo.
Lo que si hubo fue forcejeo y un par de patadas y golpes con las que trató de escapar. Porque Yuri no iba a morir de rodillas, si es que lo hacía, sería de pie y con el orgullo hasta el cielo, peleó con él todo el tiempo.

—Voy a hacer que te tragues todas tus palabras —gritó el zorro, tomándole del cuello para tratar de darle fin a eso, si Yuri no era suyo tampoco iba a serlo de aquel lobo ladrón.

Enterró las uñas en sus manos y siguió pataleando hasta que consiguió golpearlo en el estómago. Dimitri le soltó alejándose para buscar aire, adolorido y algo confundido.

Yuri no perdió tiempo y se puso de pie, corriendo al baño para alejarse de él. Azoto la puerta al entrar y puso el seguro, escondiéndose en la bañera, cubriendo sus oídos después para no escuchar los gritos del otro al intentar entrar. Tenía que esperar un poco más, su omega le pedía que lo hiciera.

—Bien, no abras —gritó el otro, aún enfurecido—. Necesitas tiempo para pensar en tus palabras y tus malas acciones.

Quiso encogerse más en su escondite, no quería saber.

—Pero cuando vuelva, más te vale tener una actitud diferente hacia tu alfa...o tendré que disciplinarte.

Cerró los ojos y tensó la mandíbula, incapaz de moverse de dónde estaba o de contestar. Escucho el portazo de cuando Dimitri salió y luego el seguro que ponía por fuera para que no intentara escapar, de ninguna manera.

Jadeó, sus manos temblaban y en su cabeza se repetía lo que acababa de vivir como si fuera una mala película que quería olvidar por completo. Su rostro se sentía hinchado y no quería ni mirarse al espejo, seguramente en poco tiempo, todas las marcas rojas se pondrían moradas y entonces se vería aún peor.

Mordió su labio y contuvo un sollozo, sus padres jamás le habían pegado, se había peleado en la escuela pero eso  ocurrió de forma completamente diferente. Posó una mano en su rostro y cerró los ojos, ¿así era ser un omega en el mundo real?, porque eso no le gustaba nada.

Hey y'all!
Pues nada, este capítulo es corto y conciso :) a lo que va xD no me maten que Beka ya aparece en el que sigue y Chan Chan chaaaaan

Les dejo algo bonito que le robe a y-nikiforov

Gracias por leer, votar y comentar!
Lof, smooches y galletitas

Rave (◡‿◡✿)