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The New Broken Scene


"We are the Queen and the King

Of the new broken scene"



-Bienvenida de vuelta-

Eso fue lo primero que Nakamoto Akira escucho al abrir sus ojos. Necesito parpadear varias veces con intención de acostumbrarse a la fuerte luz sobre ella, notando un familiar espacio. Una tonta habitación blanca a la que no tenia deseos de volver luego de todo lo que sucedió. Parecia lo suficientemente grande para albergar a dos personas en ella, con cortinas de color rojo suave, y lo que parecían ser un montón de maquinas.

Su vista se hizo al costado notando que muchas de ellas estuvieron conectadas a su cuerpo por vaya a saber uno cuanto tiempo. Eso logro que su ceño se frunciera, creyendo por un momento que habia vuelto a ser examinada por su falta de reacción al dolor. Pero en cuando diviso el par de cosas en la mesa a su lado, supo que estaba muy equivocada. Un sobre rojo sangre, flores de procedencia desconocida, y lo que parecía ser una paleta de frambuesa.

-¿Señorita Nakamoto?- la voz del principio la llamo de nuevo -¿Puede escucharme? ¿Cómo se siente?-

Esa mujer desconocida la hizo darse cuenta que no se encontraba sola ahi dentro. Parada a una distancia prudente, se encontro a quien parecia ser una medica. Ropa oculta por una bata de un tono blanco impecable, planilla repleta de sus datos en mano, cabello armado perfectamente, y una sonrisa de tranquilidad. Como si quisiera transmitirle ese mismo sentimiento a ella tambien

-Tranquila, todo esta bien- la doctora se acerco a ella -Estas un poco confundida pero pasara en unos minu...-

-¿Como es que estoy viva?-

Akira la interrumpió de golpe, recibiendo una mueca de sorpresa al instante. Suponía que luego de estar inconsciente por al menos dos días, la mujer a cargo no pensaría que lo primero que se atreviera a preguntar al despertar, fuera eso. Pero no podía evitar pensar que era algo inevitable considerando de quien venia. Tal vez por esa razon no dijo nada, carraspeando levemente para poder explicarle muy por arriba que sucedió.

-Hubo un accidente en el centro de Shibuya-

Nakamoto la escucho con una ceja alzada, dándose cuenta que no le estaba diciendo nada de lo que ella pregunto. Solo hablaba sobre como un pequeño accidente logro que terminara herida y en ese hospital. Como los médicos hicieron todo lo posible para atenderla mientras estuvo fuera esos dos días. Y que ahora solo quedaba descansar.

La mujer no se dio cuenta, pero ella dejo de escucharla al instante. Sus ojos giraron por el cuarto mientras fingía prestar atención, encontrando algo mas interesante. Colgando contra uno de los muros diviso una pequeña pantalla que pasaba las noticias contando una historia muy diferente a la de su medica. Entendía que solo queria aminorar el impacto ante sus palabras por el estado en el que se encontraba.

Pero eso a ella no le importaba.

Akira queria saber la verdad. O bueno, al menos una parte de eso. Porque según las noticias ella termino donde termino gracias a que un meteorito impacto en el área de Shibuya. En ese mismo lugar donde al parecer ella termino envuelta. Era realista, y algo que jamás hubiera pensado que serviría como tapadera. Pero ahora que lo escuchaba en cada television, radio o teléfono, pensó que la gente era capaz de creer incluso en la mentira mas grande.

-Y luego te trajeron aquí para...-

Esa mujer la estaba irritando demasiado.

-Sh- la silencio de golpe -Solo dime... ¿Cómo es que estoy viva?-

Nakamoto volvió a interrumpir con la misma pregunta del principio haciendo que la medica al fin suelte un suspiro cansador y explique la verdadera razon. Parecia haberse dado cuenta que no ganarían en contra suya cuando se trataba de ese tipo de cosas. Y no importaba cuando diera pelea, al final la chica acostada sobre la camilla igual ganaría.

-Debe de ser un milagro- la doctora escribió en sus planillas -Cuando los paramédicos dieron contigo tu corazón se habia detenido por un poco mas de un minuto-

Akira elevo una ceja ante eso, sintiendo como si hubiese sido todo una vida en ese estado. Mas no dijo nada, esperando que la mujer continuara con su explicación. Mientras, se sentó sin una pisca de ayuda pasando sus ojos por todo su cuerpo. Noto que tenia una venda en su abdomen que daba toda la vuelta y cubría una gran herida. Tambien se encontro con un par de moretones en sus brazos. Y finalmente una intravenosa en su mano derecha.

-¡No puedes hacer eso!- la mujer grito alterada -Es lo que te estuvo manteniendo con vida-

Nakamoto se habia quitado la intravenosa con suero de golpe dejándola a un costado para que ya no le molestara. Su acción parecia hacer que la medica perdiera toda su paciencia, tomando el objeto con intención de volverlo a colocar. Pero solo basto una afilada mirada de su parte con intención de que no se acerque a ella de nuevo.

-No importa, ya estoy bien- la menor movió su mano como si nada -Ahora dime... ¿Que paso luego?-

-Supongo que eres fuerte- la mujer soltó un segundo suspiro -Porque entre la vida y la muerte, decidiste vivir-

Akira la miro por unos largos minutos fijamente, curvando sus labios a medida que pasaban los segundos. Su mente sabia muy bien que habia elegido al final del día. Pero no podía evitar creer que habia demasiadas incógnitas en el medio que no lograba descifrar por completo. Por lo que solo quedaría seguir con la teoría de que estuvo entre el borde la vida y la muerte por mas de un minuto.

No habia manera diferente para explicar su situación sino.

-No estaba... no estaba sola ahi- ella dijo luego de un largo silencio -Habia un muchacho de cabello blanco-

Su doctora comprendió que no iba a poder hacer nada con ella, cerrando su ficha con un poco de frustración. No solo le sorprendía lo lucida que se encontraba luego de todo lo que atravesó en el poco tiempo que llevaba ahi. Tampoco era capaz de entender porque sonría luego de que escucho lo que escucho.

-Él esta bien- la mujer se acerco a la puerta -Ha venido a verte un par de veces mientras estabas inconsciente.

Akira asintio con un raro sentimiento en su interior ante el gesto. Supuso tambien que él era el culpable de las rosas a su costado y de la paleta de frambuesa. Porque luego de tantas sesiones que paso junto a ella en el consultorio del doctor Asahi, el muchacho se sabia todos sus gustos de memoria para ese punto.

Pero todavía habia algo que no cuadraba.

-¿Vino alguien mas?-

La medica freno ante esa pregunta, girando su rostro para negar levemente. Eso fue todo lo que Nakamoto necesito para comprender, esperando que abandonara la habitación de una vez por todas para poder estar en soledad. Sabia que habia alguien recostada en una camilla en su otro costado, pero la cortina gris entre medio de ambas la resguardaba lo suficiente.

Por esa razon se estiro levemente, ignorando la punzada en su estomago, antes de tomar uno de los últimos objetos que quedaban en su mesa de luz. Decidió que la paleta la comería después y con mas tranquilidad. Por lo que solamente agarro ese sobre blanco que resaltaba entre todo lo demas.

Era pequeño, con forma cuadrada, y una corona dibujada en la parte inferior derecha. Sus dedos delinearon levemente eso ultimo, notando cada uno de esos detalles. Desde el color y la forma marcada en la que fue hecha hasta como parecia tener varios corazones fingiendo ser un par de piedras preciosas.

-Todo estaba planeado, ¿eh?-

Akira dijo eso para si misma, finalmente abriéndolo y viendo exactamente que habia. Dentro se encontro con un papel color blanco, del tamaño de su palma, junto a una figura que resaltaba en el centro. Sus labios se curvaron una vez mas cuando noto la forma en la que ese rojo sangre delineaba a la perfección dos cosas. Primero, el cuerpo de una mujer. Y segundo, el palo de esa carta.


En sus manos tenia a la Reina de Corazones.


Se veia mucho mas brillante y elegante que las del maso común, logrando que su mente fuera al pasado con intención de encontrar de donde provenía. Claro que, no debía hacer mucha cuenta, porque en instante entendió de donde provenía. No era de ese ultimo minuto en donde vio toda su vida pasar por delante de sus ojos.

Esa era de mucho antes.

La primera de las dos que tuvo en su poder.

-Para la nueva Reina de Corazones- la chica leyó las inscripciones -Tu sabrás que momento es el indicado para usarla-

Akira se quedo mirando por unos segundos la carta, donde de un lado tenia a la reina, y del otro esas palabras perfectamente escritas. Esa fue toda la paz que demostró antes de comenzar a reír como si no hubiera nadie mas ahi. Sus labios soltaron suaves risas que incrementaban a medida que pasaba el tiempo, logrando que un par de personas a las afueras se frenaran. No eran lo que uno llamaria exageradas ni tampoco maniáticas.

De hecho, parecían cargadas de diversión.

-Vaya...- una voz llamo por ella -Cuando dijeron que estabas loca, no mintieron-

Su compañera de cuarto parecia tener una sonrisa en sus labios mientras la miraba con un poco de rareza desde un costado. Habia escuchado cada parte de la conversacion con su medica, que al final, fue inevitable no correr la cortina para verla. Lo que encontro, no era lo que esperaba. La chica sobre la camilla parecia estar perfecta incluso luego de haber tenido heridas graves en casi todo su cuerpo.

Ella habia visto millones de médicos intentar reanimarla con todo lo que tenían. RCP, haciendo uso de un desfibrilador, e incluso dándole una inyección de epinefrina para poder hacer que su alma volviera a su cuerpo. Nada de eso habia funcionado. De hecho estaba muy segura que esa muchacha despertó por merito propio y no por la intervención de nadie.

Y ahora estaba ahi, riendo como si no hubiera estado a punto de morir, mientras sostenía lo que parecia ser una carta. Debía admitir que su fuerza de voluntad era grande. Pero algo dentro suyo le decía que estaba viva por algo mucho mayor de lo que un simple mortal pudiera pensar. Ella estaba ahi porque alguien por arriba de ellos se aseguro que así fuera.

-Supongo que dicen muchas cosas sobre mi-Akira dijo con calma mientras la miraba -No seria la primera vez que escucho algo como eso-

Nakamoto analizo a su compañera cuando recordó que era una habitación para dos. A su lado y reposando en la camilla, se encontraba una muchacha bastante engreída. Tenia un par de años menos que ella, ojos tan negros como sus mechones, y su aura era un poco oscura. Pero lo que mas le llamo la atención, fue que esa supuesta explosión realmente se llevo una parte de ella.

-No me sorprende- la chica señalo el sobre -¿Tienes admiradores acaso?

-Algo así-

Algo así era muy relativo para la verdad.

-Seguro es del chico que viene a veces- la muchacha le señalo otra posibilidad y llamo su atención -Como sea... no es mi problema-

-Exacto niña, no es tu problema- Akira rio divertida mientras la miraba -¿Como te llamas de todas maneras?-

-Akane Heiya, ¿Y tu?-

Nakamoto no necesitaba escuchar su nombre cuando ya lo sabia. Pero aun así hizo una leve conversacion a la vez que se sentaba sobre su camilla. No respondió con el suyo como ella lo esperaba, sino que solo le guiño un ojo mientras se movía por la habitación en busca de sus pertenencias. Heiya la miro con curiosidad mas no se entrometió en sus asuntos. Después de todo, ella también se escapaba a veces para deambular los pasillos.

Solo que Akira tenia una buena razon para hacer algo como eso. Ella necesitaba saber si todas sus suposiciones eran correctas. Por lo que cerro la cortina que las dividía cuando tuvo lo que deseaba en mano. Sus labios hicieron una mueca de asco mientras miraba la bata de hospital que tanto aborrecía, cambiándola rápidamente por unos shorts negros de algodón y un top de la misma tela pero color rojo.

Ni siquiera se puso zapatillas, solo abandono la habitación con medias cortas que seguramente se mancharon. Eso le importo tanto como las raras miradas que recibía de quienes pasaban por sus costados. Algunos pacientes como ella que parecían estar en proceso de recuperación hacia ya varios días. Otros familiares que esperaban por sus seres queridos de la manera que la mujer que le dio la vida no hizo. Y finalmente doctores que observaban en su dirección mas de una vez para asegurarse si era ella o no.

-Disculpa...-ella freno a una enfermera -¿Donde puedo encontrar a Chishiya Shuntaro?-

-Al final del pasillo querida- señalo en esa dirección -Habitación 010-

Akira asintio notando como se iba con rapidez y entraba a la sala del quirófano. Sus ojos fueron directo a la rendija de un costado, notando como una paciente todavía batallaba para dejar ese limbo entre la vida y la muerte. A pesar de que no lo parecia su mente sabia que esa mujer iba a lograr abrir sus ojos mas rápido de lo que todo el mundo creía. Después de todo, no se encontro con ella en una tercera ronda.

Se la debía de alguna manera.

-008, 009, 010- la chica conto cada puerta -¿Shuntaro? ¿Estas aquí?-

Su voz pareció alertar a las personas dentro. Parecia que ella no era la única con habitación con mas de un paciente, porque quienes la recibieron, no fue quien esperaba. Por supuesto que eso no impidió que sonriera levemente al notar quienes se encontraban dentro.

En el lado derecho diviso a un muchacho bastante confundido que corto la conversacion con su hermano para verla. Akira le guiño un ojo cuando se dio cuenta de esos ojos de perrito mojado a los que se acostumbro en el ultimo tiempo se veían sumamente perdidos ahora.

-Hola, niño bonito-

Ella dijo como si nada, recibiendo una pequeña y confundida sonrisa del chico. El mismo que se sonrojo levemente sacando una risa de su hermano menor. Ambos suponían que luego de estar en el centro de Shibuya por tantas horas, un par de rostros quedaron con ellos.

Esa era la única idea coherente.

-Haz silencio, chica de rojo-

La segunda persona que encontro fue el mismo muchacho que dijo esas palabras. Sus labios se curvaron rápidamente en una sonrisa, girando su rostro para encontrarse con el culpable. Era el que la miraba con ojos analizantes desde su camilla y una ceja alzaba revelando el espacio vacío de su piercing.

Akira noto rápidamente que las quemaduras en su cuerpo no estaban distribuidas a lo largo de él. Mas bien cubrían un par de partes como su pecho, clavícula y la mitad de su rostro. El mismo espacio que poseía una gasa para calmar el ardor y sostener cualquier medicamento que hayan puesto en la lastimadura.

Él se habia llevado la peor parte.

-¡No me digas que hacer!- ella se quejo divertida -Ya tuve suficiente de eso... Niragi-

-¿Como demonios sabes mi nombre?-

El pobre parecia bastante alterado.

-Lo dice en tu ficha-

Nakamoto señalo la carpeta sobre la mesa a los pies de su cama, logrando que el paciente baje sus niveles de ansiedad. La chica no le dio mucha importancia a eso aun así, continuando hacia donde se encontraba lo que buscaba. O mas bien quien buscaba.

Chishiya Shuntaro estaba recostado en la ultima camilla con los ojos cerrados y una mueca de paz que no se veia todos los días. Noto que ya no tenia ningún tipo de suero para soportarle su linea de vida, así como tampoco parecia estar en un mal estado. Lo único que poseía diferente, era un pedazo de gasa que sobresalía por su cuello.

Por lo que esa medica dijo, Chishiya habia despertado antes que ella. Lo que la llevaba a pensar que tal vez sus heridas no eran tan letales como parecían. Pero no podía evitar pensar que, si él no habia batallado demasiado por su vida, entonces sus suposiciones probablemente no serian acertadas.

Y eso dolía.

-Supongo que tu eres la niña que visitaba siempre- el chico del piercing la llamo -Al fin vienes a verlo tu-

-Oh, lo siento- ella dijo con sarcasmo -¿Preferías que lo visitara desde el mas allá?-

Ambos sisearon con irritación en dirección al otro antes de quedarse en silencio. Eso fue todo lo que necesitaron para que los dos dejaran salir una pequeña risa por sus infantiles actos. Estaba claro que podían llevarse bien si eran capaces de tirar ese tipo de comentarios como si fuera un deporte.

Aun después de todo.

Akira lo miro por unos segundos demas, enviando un asentimiento en su dirección en forma de paz. Uno que fue correspondido de la misma manera, logrando que sus ojos brillaran. Era obvio que muchas cosas no habían cambiado en lo absoluto. Ni él, ni ella, ni tampoco el peliblanco al que giro su vista.

Su mirada quedo prendada en él mas de la cuenta, dando un millón de vueltas en su mente en base a lo que sucedería luego. No sabia si queria saber que esperaba por ambos en el futuro si sus elecciones no habían sido las mismas. Por mas que no quisiera admitirlo en voz alta, en su interior habia algo que se removía en desesperación gracias a eso.

-Si me sigues mirando así...- una voz masculina la sobresalto -Pensare que te gusto mas de lo que parece-


Chishiya Shuntaro estaba despierto.


-Lo dices como si tu no me miraras de igual manera-


Y Nakamoto Akira estaba ofendida.


-Supongo que no puedo negarlo- el muchacho la hizo sonreír con esa frase -Me alegra que estés de pie. Ya no se cuanto mas iba a soportar verte en la camilla-

Akira asintio un poco culpable, tomando asiento como indio a la altura de su abdomen. Eso hizo que el chico se tomara su tiempo para observarla detenidamente. Primero reparo en su brillante sonrisa, esa que le regalaba al saber que todo estaba bien con él. Lo segundo fue que aun en ese desastre, se las arreglo para usar algo rojo.

Tanto su remera como los accesorios sobre ella.

Estaba muy seguro que de haber tenido un labial de ese color, incluso lo estaría portando para pasear por los pasillos. Pero nada de eso llamo tanto su atención como las dos alhajas rojas en cada una de sus orejas que iluminaban la habitación casi sin quererlo. No eran muy pequeñas pero tampoco muy grandes. Mas bien un tamaño normal que hacian resaltar las piedras de color sangre en forma de corazon.

Estaba claro cual fue su elección.

-¿Quien es el que me mira ahora?- Akira se burlo trayéndolo a la realidad -Y para tu información, desperté hace un par de horas...- estiro su mano por la camilla -Y espere un poco antes de poder escaparme y venir a verte-

-Cuando no, tu escapando de las habitaciones de hospital- él apoyo la suyo sobre la de ella con una sonrisa divertida -No me sorprende que puedas hacerlo tan fácilmente-

-Que puedo decir, soy genial- esa frase parecia repetida -Pero estoy bien. Y al parecer... tu igual-

Su frase parecia tener algo oculto.

-Lo estoy-

Chishiya asintio tranquilo, entrelazando sus manos para formar un agarre. Con su pulgar delineo cada parte de sus dedos casi sin pensarlo, notando lo mucho que le habia afectado no saber que sucedió con ella. Su mente no podía evitar ir de un lado a otro repitiendo todo ese desastre en el que se vieron envueltos, llevándolo a creer que habían creado una especie de conexión a la que nadie iba a ser capaz de romper.

Ya no estaban solos.

-Tu habitación es mas grande que la mía- ella comento mirando sus alrededores -Aunque yo solo tengo una compañera, no dos como tu-

El muchacho noto que Nakamoto parecia estar cambiando el tema con sutileza. Eso logro que la mirara fijamente una vez mas, pensando seriamente como diría lo que queria. Tenia varias cosas que poner sobre la mesa y no estaba seguro de como lo haría. O peor aun, como terminaría para ambos.

-Si... la conocí la ultima vez- Chishiya igualmente le respondió -Me molesta que hable tanto. Es como si no cerrara su boca ni un segundo-

¿Que no le molestaba? Eso era una mejor pregunta.

-No puedes criticarla- Nakamoto lo miro con diversión -No cuando tus compañeros son ese niño bonito de allá, y la copia de Jack Sparrow por acá-

El muchacho de piercings dejo salir un sonido de exasperación ante sus palabras, olvidando que le cayo bien en un principio. Y, aunque internamente no podía evitar pensar que su comparación fue bastante ingeniosa, algo dentro suyo le decía que ese titulo no era para él. Ella solo se estaba burlando de la gasa en su ojo que pasaba como un parche pirata.

Pero él no era el pirata.

Esa pareja a su lado tenia mas posibilidades de ser catalogados como un pirata y una sirena. En el caso de ella era hermosa pero mortal para hombres y mujeres. Mientras que en el caso de ese peliblanco se notaba la arrogancia y un nivel aun mas alto de peligro del que Akira demostraba. Juntos serian un dúo que nadie podría frenar jamás en su existencia.

-Que desesperante eres-

Niragi se defendió con esas palabras aun así, concentrándose en sus asuntos cuando la escucho reír. Nakamoto no tuvo problema alguno en burlarse de alguien que supuestamente no conocía, incluso moviendo su mano al final para que no se lo tomara en serio.

-Solo dos minutos y ya tienes a todos alterados-Shuntaro le dijo con diversión -Viniendo de ti, no me sorprende en lo absoluto-

La chica le saco la lengua muy maduramente, notando como el peliblanco se movía por entre la sabana. Espero pacientemente a que se acomodara contra la pared detrás suyo y sobre el par de almohadas, notando que tenia algo entre sus manos que no lograba notar que. Su cuerpo dio un movimiento hacia delante para poder tomarlo, antes de que el brazo de Chishiya se moviera en dirección contraria.

-Lamento que la cita se arruinara- Akira dijo con un llamativo tono de voz -La próxima vez elije un lugar donde no caigan meteoritos del cielo-

Shuntaro sabia exactamente que estaba haciendo. Usaba sus palabras para que bajara casi por completo la guardia, y se relajara. Eso le permitiría no solo descubrir todo lo que deseaba, sino que además tomaría el papel entre sus manos en algún momento de descuido. Nakamoto no era alguien predecible para el resto.


Pero si para él.


-Lo tendré en cuenta, mi amor-

Akira elevo su vista al instante que escucho ese apodo, abandonando sus ganas de conseguir lo que sea que estuviera entre sus manos. Y en su lugar, se concentro en la sonrisa arrogante en el rostro de Chishiya. El mismo que la miraba con emoción brillando en sus ojos mientras le daba una vuelta al papel en su agarre.

-No me mires así- Shuntaro dijo burlón -¿Acaso creíste que serias la única?-

El muchacho extendió su brazo para mostrar exactamente que se encontraba en su agarre. Y la chica delante suyo pareció quedarse en silencio por primera vez en toda su vida. Nakamoto se inclino hacia delante para tomar la carta, admirando por varios segundos el dibujo en el centro.

Tal y como en su caso, era un cartón color blanco y del tamaño de su mano con diversos dibujos en ella. De un lado poseía la figura de un hombre portando una corona con orgullo. Solo que en lugar de tener un corazon en cada esquina, o estar hecho con color rojo, este venia con otro tipo de detalles.


En cada esquina habia un Diamante.


-Te lo dije, Ki- el peliblanco continuo tranquilo -No solo pienso en mi... Y te conozco lo suficiente como para saber cual iba a ser tu elección.

Akira soltó una suave risa inclinándose hacia delante para poder acercarse a él. Shuntaro recibio su cuerpo tranquilamente, permitiéndole recostarse contra su pecho con suavidad antes de que sus dedos se enredaran los mechones negros. Ambos se quedaron observando la carta entre las manos de la chica por varios minutos antes de que ella tomara algo de su bolsillo.

El muchacho acepto lo que le entregaba, posicionando la carta a un lado de la suya para poder compararlas. Eran casi iguales salvo por el color, demostrando en cada una sus preferencias en el centro. Estaba claro que tomaron una decisión antes de salir de Borderland. Ella porque entre su mente habia algo que la incentivaba a quedarse en el lugar de Mira. Él porque no habia forma de que la dejara sola ahi dentro.

Claro que, los dos todavía tenían sus dudas de porque funciono como funciono. Probablemente estaban dándole la oportunidad de cambiar un poco la historia al final. Especialmente si podían recordar al otro de la manera que lo hacian, o cuando se encontraban en el mundo real todavía. Pero a pesar de eso, algo dentro de ellos le decía que habían tomado la decisión correcta.

-Para el nuevo Rey de Diamante- la chica leyó las inscripciones -Tu sabrás que momento es el indicado para usarla-

Nakamoto noto que las inscripciones al otro lado de la carta eran exactamente las mismas que en la de ella. Solo que en esta ocasión volvía a cambiar la figura y el palo. De la misma manera que esas personas dejaron un mensaje para ella, una frase fue puesta en el Rey de Diamantes que su novio consiguió.


Akira no era la única en el poder ahora.

El Rey y la Reina finalmente estaban en el trono.





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