favourite doctor
"He chose her, day after day.
Choice: that was the thing"
-Woow, eso fue insensible-
Akira se posiciono a un lado de su medico favorito, apoyando sus manos contra el barandal para poder observar lo mismo que él. Ser el conejillo de indias de las personas dentro de ese hospital le daba el espacio necesario para conocer varios de los mas oscuros secretos. Era divertido para ella deambular por los pasillos escapando de sus enfermeras, quienes para ese punto pensaban presentar una renuncia a su cargo con los problemas que les daba.
Pero para Nakamoto solo eran pobres mujeres que no sabían tratar con ella. Porque si fueran solo un poco mas observadoras, sabrían que solo iba a esa hospital por una cosa en particular. No se trataba de querer saber que rayos sucedía con ella, puesto que eso ya lo tenia presente. Lo que a ella le gustaba era escabullirse de su habitación para dejar los análisis atrás y encontrar lo único que le daba paz.
El muchacho a su lado.
-Es gracioso que tu jefe piense que te torturas por lo que hiciste- ella continuo sin esperar una respuesta -Porque es claro que no te importa. Son gajes del oficio... ¿Así lo llamaste?-
-¿Alguien alguna vez te dijo que eres muy cínica?-
Chishiya Shuntaro sonrió mientras preguntaba sin molestarse en lo absoluto. Solo se quedo a su lado, observando al piso de abajo como se le informaba a uno de sus pacientes con las terribles noticias. Ambos sabían que no era porque no tuvieran los recursos necesarios para conseguir los trasplantes. Mas bien se trataba de un cambio en las listas de espera en base a las cantidades de dinero que gente con malos principios aportaba.
-Un par de veces, si- ella no le tomo importancia -Pero por primera vez, no hablamos de mi-
-Tienes razon...- el universitario suspiro -Es mas insensible de lo que parece-
Y eso era decir mucho.
-¿No te molesta?- Akira finalmente lo miro -Todos están diciéndote que es lo que debes hacer sin pedir tu opinion...-
-¿Quien dijo que me dicen que hacer?-
Nakamoto se quedo pensando en esa pregunta, analizando todas las veces que se encontró con él. La primera vez que se conocieron fue con ella en una camilla esperando su turno para uno de sus siguientes estudios. Así fue como la pulsera que anteriormente era suya, ahora estaba en la muñeca del muchacho. Incluso con dos minutos de interacción pudo saber cosas de él.
La segunda fue en el consultorio de su medico, Asahi Kyotani. En ese momento pudo ser capaz de analizarlo mas allá de como se veia. Era claro que eran parecidos en cuanto a personalidad, así también como la forma en la que veían al mundo. En ese momento supo que iban a ser algo mas que solo conocidos.
Los siguientes encuentros se trataron de ella caminando por los pasillos con ganas de verlo. Esa probablemente era una de las pocas razones por la que seguía aceptando estar ahi. No se veían tan seguido como le gustaria, pero lo suficiente como para descubrir varias cosas superficiales sobre él.
Noto como solo estaba con Asahi porque el hombre se lo pidió y no porque se especializara en lo mismo que él. Se dio cuenta también que era sumamente inteligente gracias a la forma en que se desenvolvía. Y además, vio que no tenia problema en manipular a las personas. Esa no era la única vez que lo veia aceptar el cambio de lista de los trasplantes solo para recibir algo a cambio.
De hecho no era lo mas terrible que lo vio hacer.
-Woow -Akira finalmente lo comprendió -¿Sabes? Tengo que admitirlo. Eres bastante genial-
A pesar de todo Chishiya seguía sus principios.
Tenia claro donde estaba parado y lo que esperaba por él. Y Nakamoto admiraba eso. No porque compartiera todos los mismos ideales. Mas bien porque se dio cuenta que ella no era la única en una batalla constante con la soledad. Ese abismo de oscuridad que te llevaba directamente a tus mas oscuros pensamientos, obligándote a decidir sin importar las consecuencias. Era eso que te rompe por dentro al punto de volverte irreconocible.
-Supongo que finalmente entiendo- Nakamoto se acerco a él aun mas -No quieres intentar saber que ocurre conmigo... tu ya lo sabes porque lo viviste-
-No somos tan diferentes Akira-
Chishiya susurro en su dirección, queriendo continuar la conversación de alguna manera u otra. Pero no se veia capaz de decir nada mas, sabiendo que en cuanto abriera la boca, soltaría cada pensamiento que pasa por su mente.
Él seguía su caso muy de cerca. Le gustaba saber detalles sobre ella que iban mas allá de lo que se especificaba en las fichas. Pero era imposible descifrar a Akira si no se acercaba. Y todas esas interacciones que recordaba, eran contadas con los dedos de la mano.
A veces la veia correr de las enfermeras mientras reía. Otras atendía sus sesiones terapéuticas. E incluso estaba seguro de haberla enganchado en su piso de trabajo. Probablemente buscándolo de la misma forma que él la buscaba a ella.
Era divertido para ambos.
Porque se gustaban pero no lo entendían.
-Shuntaro...-
Akira susurro su nombre mientras giraba sobre la cama. Cada vez que cerraba los ojos, varios recuerdos de su pasado venían a su mente. Su vida era bastante aburrida en el viejo mundo si consideraban que se pasaba el día evitando la realidad. Por lo que no era ninguna sorpresa el recordar con mas vividez los últimos momentos antes de entrar al Borderland, los cuales ella catalogaba como diferentes.
-Aquí estoy-
Chishiya devolvió el gesto con el mismo tono, estirando su brazo sobre el colchón. Nakamoto fue rápida en aceptar el gesto y acomodarse contra él sintiendo al instante como el peliblanco enredaba la mano en sus mechones. Eso logro que cerrara sus ojos, acomodándose como se debía en su pecho mientras jugaba con el cierre de su campera.
Ambos parecían estar alterados.
Y realmente se notaba.
-¿Recuerdas la primera vez que nos conocimos?- el chico le respondió con un asentimiento -Mi pulsera no se cayo por casualidad-
-Lo se- Shuntaro corrió uno de sus mechones -Me tomo tiempo darme cuenta que la dejaste caer para que yo la tomara-
-Queria tener una excusa para volver a hablarte- Akira confeso con un poco de pena -Pero luego el doctor Asahi me dio la oportunidad cuando estuviste en mi consulta-
-El pobre hombre estaba desesperado- ambos rieron gracias a sus palabras -Pero debo decir que yo también aporte para estar ahi.
Chishiya también necesitaba una excusa para verla.
-Aawww...- ella dijo con exagerada emoción -Yo sabia que te gustaba desde antes-
El muchacho rodo los ojos como cada vez que ella decía algo como eso. Pero tal y como la ultima vez, rio suavemente al saber que era cierto. Akira le gustaba desde hacia demasiado tiempo, y aun si no entraban en el Borderland, probablemente habría hecho algún avance.
-No me hagas tirarte de la cama-
Esta vez fue Nakamoto quien soltó un par de carcajadas ante su tono. A pesar de lucir una mueca de inexpresividad, ella notaba algo de vergüenza en sus palabras. Y no podía negar cuanto le gustaba ser la única capaz de lograr algo como eso.
-Solo falta que te sonrojes y habré hecho todo en esta vida-
Akira termino por ser empujada del colchón, aterrizando de un golpe sordo contra la madera de su departamento. A pesar de no sentir dolor alguno, se quejo por la brusquedad, reclamándole al muchacho que reía sobre la cama.
-Bastardo-
Chishiya la escucho murmurar para si misma sin ir en su ayuda. Solamente espero a que ella se acomodara a su lado una vez mas por varios segundos. Segundos que se convirtieron rápido en minutos, logrando que se preocupara un poco. Por esa razon se asomo por uno de los bordes al instante, encontrándola recostada sobre su espalda. Tenia los brazos sobre su estomago con las piernas una arriba de la otra, y una pequeña sonrisa en sus labios.
Pensó que oficialmente se volvió loca.
-Antes que me digas lo loca que estoy...- Akira lo freno con esa frase -Escucha la realización que acabo de tener-
-Ilumíname por favor-
Chishiya la miro con diversión, bajándose de la cama para acostarse a su lado. Permaneciendo contra la madera, ambos miraron el techo como si fuera lo mas interesante del mundo. Y sin la necesidad de que ella dijera algo mas, él entendió porque se sentía tan pacifica de esa forma.
-Esta tranquilidad no es tan mala-
Nakamoto murmuro pensando en lo mucho que le hacia falta eso en el viejo mundo. Chishiya no estaba muy lejos de esa realidad tampoco. Así que no fue sorpresa que concordara con sus ideas. Ambos siempre tuvieron personalidades las cuales nadie aceptaba, decían comentarios que pasaban como insensibles, y además, no se preocupaban por nadie que no fueran ellos. Y ahora, al lado de las únicas personas que alguna vez quisieron, finalmente entendieron que ya no estaban tan en soledad como antes.
Ahora era diferente.
-Es hora de terminar con esto-
Chishiya, milagrosamente, fue el primero en tomar la iniciativa. Estiro una mano en su dirección para ayudarla a poner de pie una vez frente a ella, antes de arrastrarla fuera de ese espacio que llamaban casa, y en dirección a las calles. Akira no se quejo aun cuando lo único que llego a agarrar fue su campera en la pasada.
No lo hizo por una simple razon.
Ella también queria terminar con eso.
-Buena suerte-
Aun cuando no la necesitaba, Akira dijo esa frase mientras enviaba un beso volador en dirección a su novio. Estaban a punto de separar caminos para enfrentarse a la siguiente arena de juego al darse cuenta de las opciones que quedaban. Nakamoto no deseaba enfrentarse a alguien como lo era el Rey de Diamantes, y Chishiya no queria ingresar al de Corazones.
Ambos eran inteligentes, eso no habia manera de negarlo. Pero la inteligencia que ella poseía se veia reflejada en sus tácticas de manipulación e interacción con la gente. Sus fortalezas estaban en la forma que usaba su voz y cuerpo. Mientras que Shuntaro, si bien usaba la lógica como ella, su pensamiento era critico y respaldado por hechos factibles.
Eran un buen equipo porque eran diferentes.
Aun cuando no se notaba demasiado.
-Ki...-
Akira no giro ante la voz de su novio, quedando paralizada en el medio de la carretera. Ninguno de los dos dijo nada mas, consientes de lo que eso podía significar. Su idea era entrar a esas dos arenas de juego, salir victoriosos, y reencontrarse en el centro de la ciudad. Pero también sabían que esa podía ser la ultima vez que se vieran. Todo tenia que salir completamente perfecto para que pudieran volver a reunirse.
Y la verdad, no estaban tan seguros.
-No tienes que decirlo- ella lo miro finalmente -Lo se, porque también te amo... Así que espero vuelvas con vida-
Chishiya trago saliva, por primera vez en su vida entendiendo que lo que era estar preocupado de verdad. Las palabras de Akira golpearon su mente mucho mas de lo que le gustaria decir en voz alta. Porque no solo lo hicieron sentir, sino que además lo llevaron a moverse por el camino que los separaba sin pensarlo.
Cuando estuvo parado justo frente a ella, posiciono sus manos en las mejillas de Akira, antes de estampar sus labios con los ajenos. Su novia tardo solo dos segundos en corresponder el gesto con la misma intensidad, pasando los brazos por su cuello para profundizar aun mas. Ambos se quedaron en esa posición por mas tiempo del que admitieron, absorbiendo cada parte del otro como nunca antes.
Era claro que estaban preocupados.
Les aterraba no volver a verse otra vez.
-Shuntaro...- ella dijo al separarse -¿Estas seguro de que no quieres ir conmigo?-
-Son reyes, Ki- el chico le corrió un mechón del rostro -Tal vez no salgamos los dos con vida, y lo sabes... no quiero arriesgarme a eso-
Porque Chishiya sabia que de ser sola una persona la que sobreviviera, ella definitivamente aceptaría a la muerte como su vieja amiga. Y él no podía permitir eso. Estaba segura que no importaría sus intentos de salvarla, Akira se las arreglaría para hacerlo vencedor del juego.
Por esa razon sonrió levemente para no solo animarla a ella sino también a si mismo, antes de finalmente poner distancia entre ellos. Él fue el primero en comenzar a caminar hacia atrás en dirección a su arena de juego, sin quitar sus ojos de ella ni por un segundo.
-Y solo para que lo sepas... si tengo que decirlo- Shuntaro hablo al frenar unos metros mas atrás -Yo también te amo Ki. Incluso sabiendo lo loca que estas-
Chishiya no seria él si no enmascaraba su cariño entre ese tipo de frases. Pero a Nakamoto no le importo en lo absoluto porque sonrió abrazando esas palabras con tranquilidad. No eran el tipo de personas que decían esas cosas a la ligera, y aun así, en esa ocasión se sintió bien. Como algo imposible de seguir guardando para si mismos.
-Te veré luego, ¿De acuerdo?- el la señalo mientras se alejaba -¡Y trata que nadie te dispare esta vez!-
-¡No prometo nada mi amor!-
Nakamoto dijo con tono burlón, riendo mientras repetía sus pasos en dirección contraria. Los dos se giraron varias veces para ver al otro, sonriéndose hasta que desaparecieron de entre la vista del otro. Ese fue el momento en el que dejaron salir el suspiro mas grande de sus vidas y finalmente se adentraron en una nueva arena de juego.
Ese fue el comienzo y el final de algo.
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