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Clever girl



Chishiya veía todo desde las sombras. 

Sabia como terminaría todo eso. La única palabra que venia a su mente era desastre. De una manera u otra acabaría presenciando la mayor masacre en la historia del Borderland. Jugar juegos en arenas separadas era una cosa. Hacerlo en el mismo hotel que muchos llamaban hogar, era otra. Claro que, para él todo eso era indiferente. Solo encontraría un lugar seguro y seria suficiente. 

El problema era Akira. 

Su novia no solo debía seguir las ordenes de Aguni, sino que también tenia deseo en sus ojos. Quería ver en primera fila como ese lugar ardía en cenizas. Y que mejor forma de hacerlo, que participando en el macabro juego. Tal vez por eso no se sorprendió de ver una capucha roja en la parte delantera de la multitud. Nakamoto estaba justo a un lado de Nigari, los dos con un par de sonrisas de lado. 

Unas que indicaban peligro. 

Ese hotel iba a conocer la destrucción. 

"Juego: Cacería de brujas"

"La malvada bruja que mato a la chica se esconde entre ustedes. El rol de la bruja no esta limitado a una mujer. Terminan el juego si encuentran y queman a la bruja en el Fuego de la Resolución"

-Esto se pone cada vez mejor- 

Akira murmuro divisando una luz en el exterior. Suponía que el lugar donde deberían quemar al culpable estaba ahi. A decir verdad, frente a sus ojos era bastante obvia la respuesta. No mucha gente podía ser la bruja. Y no pensaba así porque supiera de quien se trataba. Mas bien era consiente de que la mayor parte de esos sobrevivientes, no resultaban ser capaces de matar a alguien a sangre fría.

La lista se reducía considerablemente. 

-¿Una cacería de brujas?- Nigari pronuncio a su lado -Parece interesante- 

-Ten-

Nakamoto le entrego uno de los teléfonos, ambos compartiendo una mirada cuando todos comenzaron a alterarse. No solo se culpaban entre ellos, incluso se separaban de sus supuestos amigos con miedo a que les hicieran algo. Era como Shuntaro siempre decía. 

Ese lugar no era para todos. 

Tenias que ser muy capaz para vencer ese mundo. 

Y sorpresa, ellos lo eran. 

-¿Por que tienes sangre?- una muchacha señalo a Ann -¿Que fue lo que hiciste?-

-No es mía. Me manche cuando examinaba el cuerpo de Hatter- Akira rodo los ojos al saber que ahora todo mundo iría en su contra -Esta bala estaba en su cuerpo, y las marcas coinciden con las armas que tenemos aquí. Alguien de aquí lo mato-

Eso era mas que obvio.

-¿Sera posible que quien matara a Hatter sea la bruja?- otra chica hablo con miedo -¿No les parece raro que todo sucediera al mismo tiempo? La bruja debe ser uno de ellos...-

Nigari soltó una risa cerca del oído de Akira, que helo su piel. Era claro que el muchacho vio el momento justo en el que las manos de la morocha tocaban parte de su mejilla. No solo porque tuviera algo. Mas bien porque envió una señal directo a Last Boss. El mismo que uso su espada para acabar con quien los acusaba.

-Que problemática- el hombre hablo -Quememos a todos los que encontremos- 

-Si alguno de nosotros es la bruja- Aguni hizo su acto de presencia -Entonces todos aquellos que no sean miliares lo son. Si nadie da un paso adelante, los quemaremos a todos-

Nakamoto y Nigari se miraron. 

Eso era todo lo que necesitaban saber. 

Las reglas del militar no importaban en lo absoluto para ellos. Su única idea era sobrevivir hasta el final de juego, conseguir esa maldita carta, y acabar con ese problema de una buena vez. Y aunque seria difícil, el hecho de que no fueran parte de las presas, les solucionarían un par de trabas. 

-Vamos- 

La chica murmuro, caminando por el lobby como si fuera la reina. No les importaba adentrarse en esa masacre, porque de todas maneras, nadie se atrevería a hacerles nada. 

-¿Que planeas hacer?- 

-Terminar el juego antes de que Last Boss queme este lugar hasta las cenizas-

Por supuesto que lo vio días atrás entrar al cuarto de despensa donde guardaban la comida, ropa, armas y gasolina. Al principio pensó que se trataba de sus ganas de aislarse del mundo. Que por esa razón se escondía de todos y todas en ese asqueroso cuartucho. Cuando se decidió por revisar sus verdaderas intenciones, entendió que era algo mas grande que eso. Y ahora, acababan de indicarle que podía quemar todo lo que consideraba como un peligro.

El hotel incluido.

-Esto va a ser divertido- 

-No si terminas carbonizado Niragi- 

-Tu me cuidaras de todas maneras- se burlo él -Pasas mucho tiempo con ese niño gato. Seguro sabes como curar cualquier herida- 

Desde la sala de control, Chishiya vio el momento exacto en el que su novia le dio un golpe a Suguru. El morocho se ofendió, sobando la parte superior de su brazo como niño pequeño. El peliblanco no podía escuchar exactamente lo que decían, pero por la mueca del muchacho, creía que Akira susurro algo realmente importante en su oído. 

-¿A donde vas querida?- 

Shuntaro susurro, siguiendo a su novia por los pasillos. La misma muchacha que elevo dos dedos en señal de paz a la cámara en el techo. Eso le saco una sonrisa genuina. Nakamoto sabia muy bien que él estaba ahi, observando sus pasos con atención y cuidándola de una manera u otra. 

Akira solo tenia una idea en mente. 

Encontrar a la supuesta y verdadera reina de ese juego. 

Habia notado un montón de patrones extraños en los ejecutivos. Todos parecían esconder millones de secretos. Pero una persona en particular activaba todos y cada uno de sus sentidos. La mujer que protegió de ser asesinada por Suguru un par de horas antes. 

Mira era una excelente jugadora. 

Tal vez demasiado. 

No se veía como una loca psicótica como ella y Nigari. Tampoco una dulzura como Arisu. Mas bien parecia alguien que capaz de jugar y controlar las mentes de cualquiera que se posicionara delante suyo. Tal y como Chishiya. Y ella sabia muy bien como tratar a ese tipo de personas. 

Su novio era cerrado. 

Pero no tanto como él pensaba.

Y eso, ahora le daba la ventaja necesaria para saber que Mira era parte de ese juego a un nivel superior que ellos. 

-Sabia que estarías por aquí- 

Entro a la suite presidencial como si de una casualidad se tratara, sonriendo con malicia cuando la mujer se giro asustada. A decir verdad, ese no era el lugar mas seguro para refugiarse. Pero todos querían el puesto del líder. Y Akira vio a Mira entrar a ese cuarto infinidades de veces. 

Algo debía tener. 

-¿Que haces aquí Nakamoto?-

-Oh, ya sabes... Intentando esconderme- dijo sarcástica -Vamos Mira, pensé que me conocías mejor que eso. Después de todo... pareces tener una buena cantidad información de cada persona aquí dentro.

-Solo lo que dejan ver- 

Eso era una clara mentira. 

-La gente es curiosa ¿No lo crees?- se paseo por el lugar con tranquilidad -Todos inmediatamente comenzaron a culparse los unos a los otros, sabiendo que no existía posibilidad alguna de que alguien se animara a hacer tal atrocidad-

-¿A que te refieres Nakamoto? Deja de dar vueltas-

-Que impaciente eres mujer- rodo los ojos divertida -A lo que quiero llegar, es que muy pocas personas aquí dentro se atreverían a asesinar a alguien de esa manera tan... fría-

-Creo que las posibilidades se resumen a tres- Mira hablo con astucia -Si fuera por mi, serias la primer sospechosa. Aunque el maldito psicópata de Niragi no quedaría muy lejos. Y estoy segura que el arisco de tu noviecito tampoco. 

Parecia que la mujer sabia de su relacion con Shuntaro.

-Aww... parece que sigues mi relacion amorosa muy de cerca- oculto el enojo con humor -Pero te resolveré el acertijo para que tu pequeño cerebrito no deba pensar tanto. Los únicos capaces de hacer algo como eso, son personas con acceso a oportunidades mucho mas grandes-

Mira parecia nerviosa de repente. 

-¿Gente como los militares?-

-Gente como los ejecutivos- sonrió con malicia -O mejor aun, gente como los reyes del juego- 

-¿Que tontearías estas diciendo?- la menor creyó ver susto en sus ojos -¿De verdad crees que los creadores de este lugar se arriesgarían a venir aquí?-

-No lo se, tu dime-

-¿Como podría?-

-Bueno... después de todo, pensé que la reina roja sabría el porque- 

Akira no era a la única que apodaban de esa manera. 

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