Narra Giselle

—¿Natali? —pregunto con incredulidad, ya que no puedo creer lo que veo.

—Si. —responde sonriente.

—Creí que estabas con tus abuelos en España terminando la secundaria. —digo sin poder procesar que ella esta aquí.

—Así es solo estoy aquí por su fiesta de compromiso, mañana mismo regreso a España y volveré para su boda. —responde.

—¿Cómo? —sigo sin entender como y que jodidos hace aquí hoy.

—Bonita, Natali me ayudo a entrar en razón para poder seguir luchando por ti, ella me apoyo y se convirtió en una gran amiga. —explica Anton.

—Ya veo. —digo tratando de procesar todo.

—Muchas felicidades, de verdad espero que ahora si puedan ser felices como lo merecen. —dice mientras nos abraza.

—Eso espero. —susurro.

—Bueno, vamos dentro la noche es joven y yo me voy mañana. —dice mientras me jala rumbo al jardín.

Narra Justin

—Mar ¿Podemos hablar? —digo con nerviosismo ella solo asiente y comienza a caminar rumbo a la casa.

—¿De que quieres hablar? —dice una vez que llegamos al cuarto de Gis.

—De nosotros.

—¿Acaso hay un nosotros? —bufa molesta.

—Mar si lo hay, se que últimamente hemos estado peleando y discutiendo, la verdad yo no quiero seguir con esta situación, te quiero pero no te amo y se que pasa lo mismo contigo, podemos hacer de cuenta que esto nunca paso y volver a ser los hermanos, primos y amigos de siempre. —respondo y puedo notar como los ojos de Mar tienen un brillo especial que no logro identificar.

—¿De verdad? —pregunta con incredulidad.

—Si. —respondo y ella me abraza.

—Gracias, gracias, gracias. —comienza a decir mientras besa mi cara.

—¿Por que? —pregunto con incredulidad.

—Yo... No sabía como decirte que ya no quería estar contigo, por que me había dado cuenta de que solamente te quiero y por eso los llantos por que creí que tú si me amabas y no quería romper tu corazón. —explica.

—¿De verdad? —pregunto.

—Si. —responde y esta vez soy yo el que la abraza y besa su cara.

—Yo creí lo mismo. —digo y comenzamos a reír.

—¿Amigos, primos, hermanos? —pregunta Mar.

—Amigos, primos, hermanos. —respondo y la abrazo.

—¡Oh que monos! ¿Esta todo bien? —dice Gis entrando a su recamara.

—Arreglamos todo y al fin estamos bien. —dice Mar.

Narra Mariana

—Arreglamos todo y al fin estamos bien. —digo sonriente.

—Que bueno, me alegro por ustedes. —dice Anton

—Supongo que ahora superaron su etapa de atracción y al fin podemos seguir siendo casi los mismos de antes. —dice y nosotros solo asentimos. —¡Todos para uno...! —grita Gis

—¡Y uno para todos! —gritamos J.B y yo.

—¿No deberían estar en su fiesta? —pregunto haciendo un baile de cejas.

—Si, pero me duelen los pies y vine a cambiar los tacones. —responde Gis levantando un pie y apoyándose en el brazo de Anton.

—Yo la acompaño, por su seguridad. —dice Anton mostrando sus dientes en una sonrisa.

—Bueno los esperamos y así bajamos todos juntos. —dice Jus y yo lo codeo.

—Bueenoo. —dice Gis cambiando sus tacones por unos zapatos. —Vamos. —dice comenzando a caminar tomada de la mano de Anton.

Narra Giselle

Una vez que llegamos al jardín Jorge y Natali se acercan a nosotros y logro notar la mirada que Mar le da a Jorge, así como la de Jus con Natali, ya veo, estos se superaron demasiado rápido a mi parecer.

—¿Me permite esta pieza? —pregunta Jorge a Mar.

—Por supuesto. —responde y noto como ambos van hacia la pista de baile. Sus movimientos son tan sincronizados, su cercanía, ellos simplemente son la pareja perfecta, además la forma en que Jorge la mira, nunca había visto una mirada llena de ¿deseo? ¿añoranza?

—Señorita. —habla Jus dirigiéndose a Natali.

—Vamos. —dice ella sonriente caminado de la mano de Jus y al igual que con Jorge y Mar, se nota que hay atracción y que por lo menos ambos son felices.

—Creo que ya tienes nuevos primos. —dice Anton abrazandome por los hombros.

—No lo dudo, debo admitir que se ven muy bien juntos. —digo sonriente.

—¿Quien? ¿Mar y Jorge? ¿Justin y Natali? ó ¿Nosotros? —pregunta.

—Ellos. —señalo a ambas parejas.

—¿Y nosotros? —dice fingiendo tristeza.

—Nosotros somos la pareja perfectamente imperfecta. ¿Acaso lo olvidaste? —respondo de manera juguetona.

—No lo olvidaría jamás princesa. —dice y besa mi frente.

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Tres semanas después...

Narra Giselle

—Lo puedes creer tres semanas pasaron demasiado rápido, falta una semana y yo tengo los nervios de punta. —digo mientras ponemos los nombres de las personas en las invitaciones.

—Si es como si apenas ayer te hubiera pedido matrimonio. —dice Mar con su celular en las manos.

—Si. ¿Con quien hablas? —digo tratando de ver su celular.

—Con Jorge. —dice apagando su celular. —Apúrate crees que las invitaciones se van a nombrar solas.

—Jus puedes pasarme los sobres que están a tu lado. —digo pero me ignora, así que lo volteo a ver y esta con su celular. —¿Con quien hablas? —pregunto por segunda vez en el día.

—Con Natali, para ver si es mi acompañante para tu boda. —responde obvio y me da los sobres.

—Idiotas. —susurro.

—¿Qué? ¿Idiotas? ¿Nosotros? —pregunta Jus.

—Si. —contesto.

—Por si no lo sabes si somos idiotas tú también lo eres ya que eres nuestra prima y nuestra sangre corre por tus venas. —dice Mar con una mirada de autosuficiencia.

—Además esto de las invitaciones dijeron que lo harían nuestras mamás. —dice Justin.

—Tienes razón. ¡Mamá! —grito y al instante aparece mamá.

—Dime pequeña.

—Tú y mis tías prometieron encargarse de las invitaciones, así que adiós. —digo y salgo corriendo a mi habitación, una vez adentro mando la invitación por correo a Natali.

—¿Que haces? —pregunta Jus.

—Mandando la invitación a Nat. —respondo.

—Bueno. ¿Y las demás? —pregunta Mar.

—Bueno es que entre Anton y yo repartimos la lista de invitados él una mitad y yo la otra, así fue como Natali paso a la lista que me tocaba a mi. —explico.

—Vamos por un helado al parque, solo nosotros, hace tiempo que no salimos los tres. —sugiere Jus a lo que Mar y yo asentimos.

En la foto la ropa de Gis.