
49.- RESPUESTAS
Narra Antonio
—Yo... yo... te-tener... e-el... ca-camino... li-libre... co-con... Gis. —dice Jorge y siento como un balde de agua fría cae sobre mi.
—¿Cómo? —pregunto aun procesando lo que dijo.
—Si, yo estoy enamorado de Giselle desde el primer día que la vi. —confiesa y me siento traicionado.
—¿Cuando fue eso? —pregunto sin saber la razón.
—Desde una semana antes de que tú la conocieras. —dice haciéndome parecer el malo cuando no es así.
—¿Por que nunca me dijiste nada? Las cosas hubieran sido muy diferentes. —pregunto, se que cualquier persona en mi caso hubiera reaccionado de otra manera, los golpes, pero yo necesitó respuestas antes de golpearlo.
—No lo sé...
—¿Por que no te acercaste a ella? —digo, después de todo creo que hubiera sido lo mejor, de esa forma ella seria feliz.
—Buscaba la mejor manera de acercarme, pero simplemente nunca llegó esa manera, después Lorena te la presento, fue ahí cuando vi la mejor oportunidad, pero nunca me prestaba atención, siempre eran ustedes peleando, riendo, jugando, nos dejaron de lado a mi y Lorena, después vi como comenzabas a tomarle cariño como a ninguna otra chica, entendí que te habías enamorado de ella y ella de ti, desde el principio nunca tuve oportunidad con ella, siempre fuiste tú, aún que siempre tuve una esperanzas, y cuando Diego contacto con nosotros pensé que ese era mi momento, pero es ahora cuando me doy cuenta de que nunca podré estar a su lado pues ella te ama y dudo mucho que acepte estar con alguien como yo, una persona que en parte fue responsable de su accidente. —dice con los ojos llorosos, pero sin derramar lágrimas.
—Tal vez si tú te hubieras acercado a ella puede que en este momento estuviera bien y nada de lo que sufrió sería cierto. —digo lo que pienso.
—No, ella te ama y de todos modos aún que lo hubiera hecho se habrían conocido y me hubiera dejado por ti. —dice mirando hacia el frente.
—Jorge, fuiste un maldito idiota al aceptar ese maldito trato, pero lo que más me causa ganas de golpearte es que nunca me dijeras que es lo que sientes por Gis. —digo mirándolo.
—Sé que fui un idiota y lo reconozco, pero como te dije no hubiera servido de nada. —dice mirándome al fin.
—¿Cómo lo sabes? —indago.
—Tal vez tú no te le hubieras acercado de manera romántica, pero al fin y al cabo la hubieras terminado amando es imposible no amarla, además ella fue la que tomo el primer paso en decirte sus sentimientos, así que no había manera de evitarlo. —dice encogiéndose de hombros.
—Claro que la había, si me hubieras dicho lo que sentías jamás la habría aceptado como mi novia. —digo llevándole la contraria.
—Te equívocas, creí que eras más inteligente.
—¿Cómo?
—Aún que yo te hubiese dicho todo, nada cambiaría que ambos se amaran por lo cuál solo sufrirían por no poder estar juntos, en pocas palabras yo sería ese impedimento. —explica.
—¿Y acaso no lo eres ahora?
—No, yo sólo soy un obstáculo, el verdadero impedimento es que no aceptan que quieren estar juntos. —dice sin más.
—¿Y Diego?
—Al igual que yo solo es un obstáculo, el verdadero impedimento son ustedes mismos. —explica.
—No se si agradecerte o golpearte. —respondo.
—Supongo que ambas. —dice.
—Jorge por el momento no sé como tomarme esto ya que si es un poco fuerte todo lo que me acabas de decir...
—No te pido que me perdones, ya que eso sera un poco difícil, solo te pido que comprendas mis motivos y tal vez con el tiempo llegue el perdón. —me interrumpe.
—Eres un idiota, pero aún así eres mi amigo y no tengo nada que perdonar ya que te arrepientes de lo que hiciste y lo más importante dijiste la verdad, pero eso si de Collins no te salvas.
—¿Eso significa que...?
—Somos amigos. —digo y comienzo a caminar rumbo a la salida.
—¿A donde vas? —pregunta.
—A mi casa, me diste las respuestas que necesitaba, solo tengo que ordenar mi mente, para poder ir donde Diego y darle un regalito, así como también pensar como voy a hacer para que Gis recupere la memoria y explicar a Collins y Jhonson todo lo que me has dicho. —respondo a su pregunta.
—¿Eso significa que de la paliza no me salvo?
—Exacto. Como te dije yo no haré nada será Justin el que te ponga en tu lugar. —digo y me voy.
Bien para empezar debo de ir a casa de Diego, así que comienzo a caminar hacia allá.
Toco el timbre y me abre una señora de unos cuarenta años.
—¿Se encuentra Diego? —pregunto con una sonrisa.
—¿Quien lo busca? —pregunta mientras me hace pasar a la casa. —Antonio Lerman. —respondo y la señora se va, supongo que a buscar a Diego.
—¿Que haces aquí? —pregunta Diego retandome con la mirada.
—No es obvio, vengo a conversar contigo. —digo sentándome en un sofá.
—¿Que quieres? —vuelve a preguntar de la misma manera.
—Lo sé todo, no crees que tu estúpida venganza fue demasiado lejos, el problema era conmigo no con Gis, ahora por tu culpa esta en una maldita cama de hospital. —digo parandome del sofá.
—Que rápido corren las noticias. ¿Quien te lo dijo? ¿Natali? ¿Jorge? ¿Lorena? Todos son unos traidores. —dice mientras se acerca a donde estoy.
—No importa quien fue, lo que realmente importa es ¿Era necesario meterla en esto?
—La verdad, si aún que un poco de culpa me invade en algunas ocasiones. —dice encogiéndose de hombros.
—¡Eres un imbécil! —digo lleno de furia y entonces ocurre le doy un puñetazo en la nariz.
—¡Imbécil! —dice limpiándose la nariz y me devuelve el golpe.
La pelea comienza y entonces no pienso en nada mas que la furia y coraje que siento por todo lo que hizo.
—¡NO! —grita alguien su voz es demasiado chillona y es ahí cuando me doy cuenta de que me rebaje al nivel de Diego.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro