Narra Mariana

Después de que Giselle insultara de todas las maneras posibles a Antonio, él como mejor opción decidió que lo mejor era retirarse y dejarla en paz para que se relajara.

—Okey eso fue extraño, muy extraño. —dijo J.B.

—¿Oye Giselle te encuentras bien? —pregunte.

—Sí. —dijo reaccionando de lo que parecía un trance.

—¿Chocolate? —dijo Justin abriendo su mochila y sacando una caja de chocolates. —Están buenos, prueba Gis te hará bien. —dijo mientras aún masticaba.

—Gis ¿Estas bien? —dije ya que ella sólo miraba la caja de chocolates. ¡Oh no! Los va a secuestrar. —Justin alejate lentamente de Gis y después... ¡Corre! —demasiado tarde Gis corrió hacia él y le arrebató la caja para después irse corriendo.

—¡¿Pero que demonios?!... Gis... Oh oh ¡Noooooooooo! Giselle ¿Que hiciste? Mis bebes ¡Nooooo! Deja de arrancarles la vida. Oh pequeños, por favor no me dejen no, yo... yo los amo. —dijo Justin fingiendo llorar de rodillas en el suelo. —Ella es malvada viste como los arrebató de mis manos y se los llevó, ella me ha roto el corazón.

—Mmmm... Hola chicos. Justin toma tus chocolates, sabes que soy débil no debiste sacarlos, pero recapacite y pensé en dejarte dos, pero...

—¿Peroooo? —J.B la miraba horrorizado. 

—De regreso digamos que ellos me hablaron y me dijeron "¡Oh grandiosa Giselle piadosa por favor comenos no queremos morir a manos de Collins!" y digamos que los mire y ellos me miraron y me los comí para evitar su sufrimiento. —término Gis dándole la caja vacía a Justin.

—¡Por Dios! ¡Cinco minutos! Cinco y terminaste con ellos eres... eres... —Justin no sabía que decir.

—Grandiosa, fascinante, tú ídola, todo eso ya lo sé. ¡Ahora vámonos de fiesta! —grito Gis. 

—Te acabaste sus chocolates, Gis eres grandiosa. —dije y Justin me miro con cara de pocos amigos.

—Lo sé, pero tenemos planes ¿No es así? —pregunto Gis.

—De echo. —dije.

—Sí entonces. ¿Cual es nuestro plan? —pregunto Justin.

—Estaba pensando en pasar todo el fin de semana juntos como cuando teníamos cinco, podríamos comenzar desde hoy y el lunes nos iríamos juntos a la escuela. —dijo Gis.

—¡Sí! —gritamos Justin y yo. —Gis no es mala idea pero y ¿Nuestros padres? —pregunté.

—Los míos no son problema alguno, ellos están ocupados en sus negocios y les vale un pepino así que... ustedes están igual que yo, para nuestros padres primero son los negocios antes que la familia. —dijo Gis en resumen.

—De acuerdo yo me apuntó. —dijo Justin. —¿Y tú Mar? Sabes que no es lo mismo si no estamos juntos los tres.

—De acuerdo. Vamos que estamos esperando. —dije con entusiasmo.

—Bueno primero pasamos a la casa de Mar, pasa por su ropa, se cambia y escoge buena ropa para está noche con nuestra ayuda, tu pijama, ah se me olvidaba y el uniforme. Lo mismo contigo Justin.

—Y por último tu casa. Oh sí somos los tres mosqueteros.

—"TODOS PARA UNO Y UNO PARA TODOS" —gritamos los tres y la gente a nuestro alrededor nos miraba raro.

Narra Giselle

Llegamos a mi casa como a las tres y media, eso creo en la entrada encontré a Kia.

—¿Niños van a comer algo? —pregunto Kia.

—No gracias, sólo sube a mi cuarto tres sandwiches y refresco, por ahora solo comeremos eso. Ellos se quedaran todo el fin de semana hasta el lunes. —dije para que se preparará para el desastre que quedaría.

—De acuerdo, niños. —dicho esto se retiró.

—Muy bien, todos a mi cuarto el último en llegar duerme en el piso por una noche. —después de eso todos corrimos lo más rápido que pudimos, Justin llegó primero, Mar y yo quedamos empate.

—Bueno esperen aquí. —fui a mi armario y saqué un cambio de ropa y me fui a cambiar al baño, cuando regrese J.B y Mar estaban riendo con la comida sobre la cama.

—¿Y cual es el chiste? —dije subiendo a la cama.

—Sólo recordábamos cuando nuestras madres eran amigas y nos vestían igual a los tres. —dijo Mar.

—Claro como olvidarlo, cuando teníamos seis. ¿Se acuerdan ese halloween fue raro? —pregunté.

—¿Cuando tú y Mar se disfrazaron de princesas ,tú con un vestido rosa claro y Mar con uno azul celeste? —pregunto Justin.

—Sí y recuerdo que tú eras nuestro apuesto príncipe. —dijo Mar riendo.

—Sigo siendo apuesto. —dijo el ego de J.B. —¿Y recuerdan al niñito que llegó queriendo robarme a una de mis princesas?

—Oh sí como olvidarlo pobre Gis. —rió Mar.

—Cállate Mar. —dije entre risas.

—Lo recuerdo perfectamente. —dijo Mar, mientras yo recordaba aquel día.

Flash Back

Llegó un niñito corriendo a nuestra dirección vestido de príncipe y detrás de él su padre. Se veía un poco extraño.

—¿Papá? —dijo él. 

—¿Dime que pasó pequeño? —pregunto su papá dejando de hablar con nuestros padres. Recuerdo que ese día nuestras madres se quedaron en casa a repartir dulces, mientras que nuestros padres nos llevaban casa por casa.

—¿Papá porque ese niño que está vestido de príncipe lleva a dos princesas y yo no tengo ninguna? —dijo aquel pequeño.

—¿Te gustaría tener una princesa? —pregunto mi padre, el niño sólo movió su cabeza hacia arriba y abajo. —Escoge a la que quieras, que esa será tu princesa. 

—Quiero a la del vestido rosa. —dijo el niño muy alegre.

—No, ella es mi princesa y no te la presto. —dijo Justin parándose frente a mi.

—Entonces a la de vestido azul. —dijo de nuevo el niño, todos los adultos nos miraban como sí fuéramos la única cosa entretenida.

—Tampoco te la prestó, ella también es mía. —dijo Justin un poco molesto mientras extendía ambos brazos frente a nosotras.

—¿Papá por que no me quiere prestar a una princesa? —pregunto el pequeño a su padre.

—No lo sé, pregúntale y lo sabrás. —respondió este.

—¿Por que no me quieres prestar a una princesa sí tú tienes dos? —pregunto el niñito a Justin.

—Por que las dos son mis princesas y las quiero mucho, sí te doy a una me voy a poner triste, por que las dos son mis amigas y mis princesas, sí yo te prestara una es como que sí te estuviera entregando mi corazón, y sí yo te entregó mi corazón entonces moriré. Y además nadie me roba a mis princesas. —respondió Justin tan seguro de lo que decía.

—Entiendo, entonces eso quiere decir que seré un príncipe sin princesa. —dijo el niño cabizbajo.

—Yo seré tú princesa, pero con una condición. ¿Si? —dije. 

—De acuerdo está bien. —dijo el niño de nuevo alegre.

—Que tú y tu papá caminen con nosotros así yo estoy con Justin y contigo. —dije.

—¿Papá sí podemos? —preguntó el niño, muy ilusionado, mirando a su padre.

—De acuerdo. Aaron creo que mi hijo quiere que Gis sea su princesa está noche. —dijo el papá del niño.

—Justin por favor no te enojes conmigo, yo no quería que te enojaras, yo sólo quería que todos estuviéramos felices. —dije llorando.

—No Gis, tú dijiste que querías ser su princesa, cuando tú y Mar dijeron que serían mis princesas, no se vale, eres una mala amiga, mentirosa. —dijo Justin llorando igual que Gis.

—Justin no te enojes con Gis ella sólo quería ayudar, Gis no llores sabes que Justin nos quiere mucho por eso dijo eso, no fue a propósito. —dijo Mar llorando también.

—Hijo será mejor que nos retiremos para que ellos arreglen sus problemas. —El niño siguió a su padre y se fueron, Justin se enojo y no me hablo por una semana.

Fin Flash Back

—Oye Gis. —dijo Mar pasando una mano por mi cara. —En que piensas llevamos como cinco minutos hablándote.

—Sólo recordaba ese día y como se puso Justin no me hablo por una semana. —dije pensativa. —Una semana... fuistes cruel.

—Sí fui malo lo merecias, me cambiaste. A mí nadie me cambia. —respondio con indiferencia.

—Oye oye me he dado cuenta de algo el papá de ese niño es muy parecido al papá de Antón. —dije.

—¿Que quieres decir? —preguntó Mar.

—Creo que Antón era ese niño. —respondí segura de mis palabras.

*En la foto Emma y Aaron Adams*