Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

1


Desde el punto de vista de cualquier observador imparcial, el matrimonio de Liam Payne era perfecto. Algunos días, incluso, el Omega podía hacer como si lo fuera. Después de todo, tenía una bonita casa en primera línea de playa de Bondi, la más famosa y hermosa de Sydney. Tenía tres hijos encantadores, dos niños y una niña. Tenía un Alfa que cualquiera le envidiaría ... en la superficie. Zayn Malik no sólo era
alto, moreno y dinámicamente atractivo, sino que también era suficientemente rico como para no tener ninguna clase de problemas económicos.

De todas formas, superficie era la palabra clave. Su matrimonio iba perfectamente de puertas afuera. Por debajo, Liam se estaba volviendo loco lentamente de frustración. Y, detrás de esa frustración estaba el
miedo de que aquello fuera lo único que se pudiera esperar de Zayn ... una casa, una familia y un Alfa atractivo a su lado. Su marido vivía su propia vida, que Liam sospechaba que estaba bastante apartada de la suya, incluso cuando él estaba a su lado. Como en ese momento.

Esa noche Liam le había hecho su cena favorita, escalopes al vino. Zayn la estaba disfrutando, pero sin compartir ese disfrute con él. No se producía ninguna clase de contacto visual ni comentarios apreciativos.
Ninguno de los esfuerzos especiales que el castaño había hecho estaba teniendo el menor efecto. Lo que no era precisamente una buena recomendación para los consejos que había leído en una revista sobre como revitalizar un matrimonio.

Su cambio de imagen personal había fallado miserablemente. Si Zayn había notado algún cambio en su apariencia, era evidente que, para el Alfa, era de lo más irrelevante. Lo cierto era que no había dado ninguna señal de verlo con una apariencia nueva y deseable. Liam se preguntó si hubiera debido poner más cuidado con su arreglo. Había estado tentado de teñirse el pelo dramáticamente, pero al final, no pudo soportar pensar en deshacerse de su tono castaño. Así que simplemente había pedido que lo ayudaran con otro peinado. La estilista le había sugerido aplicar delineador de forma que sus ojos miel tuvieran un
aspecto más misterioso, pero todos esos esfuerzos fueron un desperdicio con Zayn, incluso su atuendo nuevo, por el que tanto tiempo le había costado decidirse.

Para Liam, esos pantalones negros de satén y la camisa a rayas, le había parecido un conjunto elegante y, a la vez, sensual. Pero no había despertado el menor interés en su Alfa. Tal vez si hubiera elegido otra cosa más atrevida, si fuera más atrevido con todo ... Pero eso no estaba en su naturaleza. Por otra parte, tal vez es que simplemente fuera imposible atraer de nuevo a Zayn a su lado. Cualquier cambio que él hiciera, Zayn lo vería como puramente superficial, como un cambio en la decoración de la casa. Si lo que hacía le agradaba a Liam, por él estaba bien. No afectaría para nada en lo que pensara, sintiera o hiciera.

Como sus inútiles intentos de evocar un comportamiento romántico con el arreglo de la mesa esa noche. Zayn había hecho un comentario sobre el centro de mesa a base de flores exóticas y los candelabros dorados, preguntándole si estaba experimentando para alguna fiesta con cena en el futuro. Había dicho que aquello era un cambio innovador para las rosas. No se le ocurrió que aquello pudiera ser para los dos. Liam se había sentido demasiado desanimado para decírselo. No hubo nada de romance en el servicio de la cena. Ellos siempre cenaban en el comedor y con los cubiertos de plata y vajilla de lujo. El pelinegro pensaba que esas cosas no
eran para mostrarse, sino para ser usadas y no le importaba que algo se pudiera romper. Solía decir que nada es irreemplazable, pero Liam no estaba de acuerdo completamente en eso.

Se dedicó a juguetear con la comida en el plato, se había quedado sin apetito. La falta de respuesta emocional de Zayn le preocupaba mucho. No había sido tan evidente mientras habían tenido a sus hijos. Los dos los amaban mucho pero Zayn, ¿realmente lo
amaba a él? Liam estaba empezando a dudarlo. Y lo que era peor, estaba empezando a preguntarse si alguna otra persona no le estaría proporcionando a su Alfa lo que no buscaba en él.

—¿Hay algo que requiera mi atención personal antes de que me vaya de viaje el domingo?

Esa pregunta de Zayn lo hizo desear gritarle que él mismo, pero cuando sus miradas se encontraron, la del pelinegro, de lo más impersonal, le hizo callarse. Estaba claro que Zayn se refería a problemas con la casa, el coche o los niños. Liam se tragó sus angustias privadas y decidió preguntarle a su vez.

—¿Sólo vas a estar fuera unos días, no? ¿Una semana en Londres y otra en París?

—Sí, las reuniones están todas programadas. No creo que haya retrasos.

—Muy bien. Si necesito algo ya te llamaré.

El pelinegro asintió y le dedicó de nuevo su atención a lo que estaba comiendo mientras decía:
—En Londres me quedaré en Durley House. Está en Knightsbridge, muy cerca de Harrod's. Si quieres que te compre algo allí, te daré el número de teléfono antes de marcharme.

Luego Zayn siguió cenando como si nada. Pero Liam sabía muy bien que ese viaje de negocios a Europa no era como los anteriores. Estaba muy claro anteriormente y Zayn le había dado ahora la primera evidencia tangible de ello.

—¿Por qué el cambio? —le preguntó Liam procurando parecer despreocupado. Zayn lo miró inexpresivamente, pero levantó una ceja como obligándolo a explicarle la pregunta. —En Londres siempre te has quedado en Le Meridien. ¿Por qué no esta vez? Pensaba que te gustaba ese sitio—dijo el Omega tratando de que no se le notara el estado de ánimo.

—La familiaridad tiene sus ventajas. Pero también se puede hacer aburrida. Me gustaría un cambio.

Familiaridad ... aburrida ... cambio ... ¿Es que se estaba volviendo neurótico aplicando esas palabras a lo que Zayn pudiera sentir por él? Muy sensible a la distancia
que había entre ellos, a la falta de verdadera intimidad, Liam vio como Zayn dedicaba de nuevo su atención a la comida, lo observó mientras se la llevaba a la boca con el tenedor con un ritmo que negaba cualquier perturbación de su espíritu.

A veces Liam encontraba heladora su auto suficiencia. Como en ese momento. Hacía que deseara llamar más su atención, le gustara a él o no.

—Nunca había oído hablar de Durley House. ¿Pertenece a alguna cadena de hoteles europea?—Zayn agitó la cabeza mientras seguía masticando. —¿Qué es lo que te interesó de ese sitio? —insistió Liam—. ¿Lo conociste en un viaje de negocios?

—¿Y qué importa eso? Ahora he reservado una habitación allí —respondió Zayn sonriendo sardónicamente—. Para bien o para mal. Te dejaré los números de teléfono de contacto por si el celular se me apaga. Te prometo que no será ningún problema para ti.

Esa sorprendente utilización de las palabras y el tono en que las pronunció hicieron que Liam se amotinara.
—¿Te causa demasiados problemas responderme a unas preguntas perfectamente naturales, Zayn?

La mirada de sorpresa del pelinegro lo hizo ruborizarse. Era de lo menos característico por parte de Liam que se enfrentara a Zayn de alguna manera. El Alfa era cinco años mayor, tenía treinta y tres años y Liam veintiocho,
además de ser mucho más maduro y sofisticado, un verdadero hombre de mundo. Era un especialista en electrónica que empezó a triunfar cuando tenía poco más de veinte años y ya llevaba las riendas de una multinacional antes de enamorarse de Liam y casarse
con él. Era un hombre de decisiones certeras, con una confianza total en sí mismo, capaz de salir adelante en cualquier cosa en que se metiera.

Durante los últimos seis años, Liam se había contentado con complacer al Alfa. Después de todo, no estaba nada mal que Zayn le proporcionara todo lo que quería. Y Zayn lo llevaba haciendo desde el primer día en que se conocieron. Hacerle preguntas
simplemente no le había parecido adecuado. Hasta ese momento. Ya llevaban juntos casi siete años y, ahora se daba cuenta de que la crisis de los siete años no era ninguna tontería. No quería darse por enterado, pero sentía que Zayn estaba perdiendo, que había perdido más bien, interés en él como su esposo. Hacer el
amor se había convertido en algo ocasional y monótono desde el nacimiento de su hija, la tercera y última de sus hijos, una niña muy deseada para completar la familia que tenían planeada. Era como si, una vez que Liam hubiera servido a sus propósitos, ahora se viera relegado a ser la madre de sus hijos.

Esa desagradable sensación que llevaba meses haciendo lo que podía para evitar, lo volvió a embargar. Miró a Zayn, que parecía sorprendido, con un aire rebelde en la mirada, sin importarle lo que él pudiera pensar de su comportamiento. No quería vivir con él así el resto de su vida. Sólo tenía veintiocho años y le quedaban muchos años por delante. Quería más de él.

Zayn entornó los párpados pensativamente.
—¿Qué te está preocupando? —le preguntó adoptando un aire de paciencia mientras dejaba lo que quedaba de su comida a un lado y tomaba su copa de vino. Luego se relajó en su silla y esperó a que Liam se lo explicara mientras sonreía levemente, como para animarlo.

Eso hizo que Liam se sintiera como un niño rebelde. Zayn parecía estar dispuesto a concederle su atención el tiempo necesario como para resolver todos sus problemas. Y, aún así, lo cierto era que nunca había una verdadera comunicación de doble sentido. Zayn se centraba exclusivamente en Liam, lo sacaba sus pensamientos y los analizaba constructivamente, pero nunca revelaba los suyos propios. El Omega solía encontrar aquello inmensamente halagador, semejante concentración en sus necesidades y deseos. Eso demostraba una profundidad de sentimientos que lo
rodeaba de seguridad emocional. Pero se había llegado a dar cuenta de que esa era la clase de seguridad que se le da a un niño, del que no se espera que comprenda muy bien el mundo que le rodea. Ahora Liam encontraba esa actitud inmensamente frustrante. Era como un blindaje, detrás del cual, Zayn escondiera sus pensamientos íntimos, su vida interior, completamente oculta.

—¿Te das cuenta de que no hablamos de nada más que de lo que les pasa a los niños? —dijo el castaño tomando al toro por los cuernos— de lo que compro para la casa o el jardín, para mí, o ... Todo cosas domésticas. Pedazos triviales de vida hogareña...

Zayn frunció el ceño momentáneamente, pero lo quitó en cuanto se le ocurrió una réplica tranquila.
—Yo no encuentro eso trivial. ¿Por qué tú sí? Recuerdo muy bien que siempre has dicho que tu máxima ambición en la vida era formar una familia, después dedicarte a ella y al hogar.

Y era cierto. Lo seguía siendo. Y Liam sospechaba que era por eso por lo que Zayn se había casado con él... un Omega joven además fértil que estaba ansioso por proporcionarle una familia.

—¿Es que, de repente, te resulta eso menos satisfactorio que lo que esperabas que fuera?—Zayn le preguntó eso bastante secamente.

—Deja de preguntarme cosas a mí. Es de ti de quien yo quiero saber más. ¿Por qué no puedes responderme a mis preguntas en vez de ignoradas?

El Alfa hizo un gesto como de disculpa. —Dime en qué y cómo te he ofendido. No me había dado cuenta de que no estaba satisfaciendo tu curiosidad ardiente.

Liam estaba ardiendo, pero no de curiosidad, precisamente. Zayn le estaba haciendo parecer ridículamente puntilloso y él no veía nada ridículo en sus preocupaciones. Eran cosas importantes, críticas para saber qué era lo que estaba fallando en su relación. Cosa que a Liam no se le ocurría. Respiró profundamente y habló decidido, decidido a que Zayn no se tomara sus preguntas como algo irrelevante.

—Te estaba preguntando sobre Durley House.

—Así es.

Liam apretó los dientes. —¿Por qué vas allí ahora?

—Ya te lo he dicho. Será un cambio.

—¿Y por qué el cambio?

—Es un sitio pequeño en comparación, está lejos de ser un gran hotel, menos impersonal, más adecuado para hacer que la gente se sienta en casa.

—Suena muy íntimo.

—Bueno, eso espero -dijo él, dejando bien claro que su curiosidad se viera satisfecha con eso.

A Liam no le gustaba la idea de que Zayn estuviera en un sitio íntimo con su asistente personal, que lo iba a acompañar a ese viaje. Jean-Paul pudiera ser que
fuera un tipo dedicado a su trabajo, pero ese esbelto Omega rubio de treinta años no carecía de sexo y, aunque estaba casado o viviendo con un tipo, no tendría nada de raro que pudiera encontrar atractivo a Zayn.

Zayn no sólo tenía el aura de poder que todas las personas encontraban fascinante, sino que era un Alfa extremadamente atractivo que parecía tener mejor aspecto según se hacía mayor, era más impresionante, más distinguido, más de todo. Jean-Paul llevaba con Zayn seis meses. Había aparecido con una increíble lista de éxitos en su currículum y, sólo un tonto no lo habría contratado. Por otra parte, ser el asistente personal de Zayn Malik era un trabajo que tenía que atraer a gente muy cualificada. Pero a Liam le hubiera gustado que ese Omega no fuera tan atractivo.

¿Era coincidencia que el Omega castaño se hubiera dado cuenta cada vez más de la distancia que había entre Zayn y él desde hacía precisamente seis meses? ¿Jean-Paul le estaba proporcionando la causa y el efecto de ello? ¿Había sido cosa del rubio el que se
quedaran en ese hotel en Londres?

—¿Cómo es de pequeño? —insistió Liam—. ¿Es uno de esos hotelitos con sólo unas cuantas habitaciones?

Con un aire de querer dar por finalizado el tema de una vez por todas, Zayn le contó como era el sitio.
—No tiene habitaciones como un hotel. Se especializa en suites y sólo tiene once. Proporcionan todas las comodidades para ser utilizadas como oficinas e, incluso, te organizan fiestas privadas. No está nada mal para hacer negocios.

Y Jean-Paul haría perfectamente el papel de anfitrion, pensó Liam, celoso.

—Bueno, espero que sea un buen cambio para ti. Si Jean-Paul y tú ocupan dos suites, seguramente el personal se ocupará bien de ustedes.

El Alfa miró la copa que tenía en la mano, como examinando el vino. Liam evitó un suspiro exasperado. No podía obligarlo a abrirse a él. Sospechar que Jean-Paul lo estuviera animando a ser infiel era, probablemente, ridículo. Zayn no haría nada que no
quisiera hacer. El Alfa era siempre el que elegía. Pero daba igual, Liam sentía que había algo más en la elección de hotel de lo que Zayn le estaba diciendo.

—Una suite —dijo el Alfa—. Es un apartamento con dos habitaciones, con su propio salón, cocina, cuarto de baño ... Es como una casa lejos de casa. No hay ninguna necesidad de tener dos suites.

El estómago se le contrajo al Omega como si le hubieran dado un puñetazo y soltó lo primero que le pasó por la cabeza, sin pensar. —¿Vas a compartir esa casa con tu asistente personal?

—Es lo más conveniente.

—Muy conveniente —dijo Liam mientras le hervía la sangre—¿Se te ha ocurrido que yo podría decir algo en contra?

El Alfa lo miró pensativamente. — Y, ¿por qué lo ibas a hacer?

—No me gusta que vivas con otro Omega, Zayn.

—Es un viaje de negocios, Liam. Yo vivo aquí contigo. Me voy de negocios y luego volveré a vivir aquí. Contigo. ¿Qué podrías decir en contra de que tenga a mano a Jean-Paul cuando estoy haciendo negocios?

¡Oh, la medida condescendencia de ese pequeño discurso! Liam se estremeció. Pudiera ser que su Alfa fuera inocente pero ¿qué podía estar pensando ese asistente personal suyo? Y ¿había pensado Zayn en la posibilidad de tener un poco de sexo de paso?

—¿Te ha sugerido Jean-Paul ese hotel? —insistió Liam.

—Sí, ha sido él—respondió Zayn sin ninguna duda que demostrara culpabilidad—. Uno de sus anteriores jefes lo usaba y pensó que a mí me podría venir bien.

—Por no mencionar a él mismo—soltó el Omega sin pensar.

Zayn lo miró de forma completamente inexpresiva, de la misma manera que hacía que sus hijos se quedaran quietos con lo que estuvieran haciendo. —Eso es una tontería, Liam. Jean-Paul estará trabajando muy duramente, tanto o más que yo, durante este viaje.

Liam tomó su copa de vino y le dio un trago, tratando de calmarse. No le gustaba nada que Zayn dijera que hacía tonterías. Tal vez tuviera una mentalidad chapada a la antigua, pero no encontraba que fuera una tontería que su Alfa compartiera un apartamento con otro Omega, estuviera de negocios o no. No podía pedirle que no fuera, pero algo tenía que hacer.

—Me gustaría ir contigo en este viaje, Zayn. No es demasiado tarde para arreglarlo, ¿no? Incluso podría ir en otro vuelo, si fuera así.

—¿Por qué ... ? —. Entonces el Alfa sonrió y agitó la cabeza como si Liam hubiera dicho el mayor de los absurdos. —Si quieres ir a Europa, Liam, yo te llevaré. Pero organizándolo de una manera adecuada, de forma que te resulte placentero y confortable, verás y harás todo lo que quieras. Hay que pensarlo y ...

—Quiero estar contigo en este viaje. Quiero estar contigo —insistió el Omega.

Zayn suspiró impaciente y lo miró intimidantemente mientras hablaba, midiendo sus palabras para estar seguro de que Liam lo entendía.

—Voy a estar trabajando todo el día. El que me acompañes es algo de lo menos práctico. No voy a tener tiempo para entretenerte.

—No necesito que me entretengas, Zayn. Eso puedo hacerlo yo solo. Lo llevo haciendo ya desde hace bastante tiempo mientras tú trabajas. Lo puedo hacer
también en Londres y París. Y, cuando tú termines de trabajar por el día, yo puedo hacer que de verdad ese apartamento sea una casa lejos de casa para ti.

—Ya estoy pagando por eso —dijo el Alfa dejando la copa sobre la mesa y levantándose—. Es una idea ridícula, Liam. Déjalo y sé un buen chico.

—¡No soy un niño Zayn! —respondió el Omega mientras lo seguía.

Zayn lo miró por encima del hombro. —Entonces, actúa responsablemente. Piensa un poco en tus hijos. Nunca antes los has dejado. Irte a Europa de repente, no los preparará para la ausencia de su padre Omega. Si quieres extender tus alas, por lo menos hazlo con una preparación razonable y no por un impulso posesivo ciego.

Con eso el Alfa se apartó de Liam y se dirigió a su despacho, donde se solía dedicar a jugar eternamente con sus ordenadores o a oír música.

Posesivo ... ¿Por qué lo había dicho Zayn de esa manera? ¿Es que Liam no tenía el derecho a ser posesivo? Era su Alfa. La mano le temblaba cuando dejó la copa sobre la mesa. Se sentó de nuevo y
entrelazó las manos en el regazo, luchando por contener la turbulencia emocional que sentía en su interior. El dolor, el miedo, la incertidumbre, la sensación de vacío.

Era un buen papá. Quería ser un buen esposo.
Una cosa no eliminaba a la otra, ¿verdad? No podía dejar a los niños con una gente desconocida. Aunque sólo serían dos semanas. Lo podían echar de menos, pero eso no les haría ningún daño. Tal vez fuera
una equivocación empeñarse en ese viaje, pero no lo podía evitar. De alguna manera sabía que su matrimonio dependía de él y que tenía que ir. Tenía que hacer que cambiaran las cosas entre Zayn y él y hacer que el Alfa lo viera como una persona, su Omega, su esposo.







Hey! ¿Qué les parecería leer esta historia? 💟 espero sus opiniones...

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro