Antes de que te enfades, lo siento... Pero es que quería darte una sorpresa.

Te prometo que no he leído nada del diario. Solo lo he cogido para escribir esto y darte una pequeña sorpresa.

El problema es que no sé por dónde empezar.

Primero me gustaría felicitarte. Felicitarte por aguantar todo lo que te ha pasado. Por mantenerte firme a pesar de todo lo que te ha pasado recientemente. Cualquier otra persona se hubiera derrumbado a la primera. Pero tú no. Tú te has mantenido fuerte y has seguido adelante, a pesar de todos los problemas que has tenido. Sobre todo hace poco.

Lo segundo es dejarte claro, que pase lo que pase me tienes a mí. No me iré de tu lado. Te conozco desde que éramos niños. ¿Te acuerdas? Inseparables desde siempre. Íbamos todas las tardes a la tienda de chucherías. Tú siempre comprabas esos caramelos de sabor a coca cola que tanto te gustaban, mientras que yo siempre compraba mi helado favorito de sabor a fresa. Siempre íbamos con nuestras bicis. Dábamos una vuelta por la ciudad, pero no importaba lo que hiciéramos, porque siempre acabábamos en el parque de los pajaritos. Sé que seguramente no te acuerdes, pero te puedo asegurar que tengo grabado a fuego esos recuerdos en mi cabeza. Recuerdos que atesoro con toda la añoranza y cariño del mundo. No voy a separarme de ti. Nunca.

Por último y no menos importante, retomando la conversación de ayer, me gustaría preguntarte una cosa.

¿Te gustaría ir a cenar este fin de semana, en plan... una cita?

Seguramente te enfades conmigo por esto, pero por favor, espero que veas que mi intención no es violar tu intimidad o algo parecido. Solo quería darte una sorpresa y creo que la mejor manera de dártela era esta. No te enfades, porfaaa.

Claudia