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Décimo Cuarta
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Capítulo
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Ambos se quedaron en silencio, el mayor intentando no incomodar demasiado al contrario, por lo que solo se quedó en el lugar, abrazándolo de igual manera protectora que había adquirido antes.

- Bien. Y no te preocupes, no te haré nada -

Le dijo en un intento de tranquilizarlo, cosa que funcionó. El menor suspiró pesadamente mirando al piso desde su perspectiva, y en ese silencio se quedaron ambos por unos segundo, en donde el ambiente se puso de manera sorprendente, tranquilo, para nada incómodo.

- Po-Por cierto, ¿qué haces aquí? -

Pregunto el menor después de un tiempo en el que permanecieron así. Y también para sacarse esa duda de encima.

- Vivo por aquí -

"Genial…" pensó al escuchar su respuesta, se frotó su cara con una mano y volvió a mirar al frente, separándose un poco del contrario. Por lo menos ahora no tenía esos mareos que le habían dado antes de tropezar, pero se seguía sintiendo mal en el sentido de los otros síntomas.

- Gracias por ayudarme, Error, pero creo q-que ya me tengo que ir a mi casa, aparte dejé solo a Gradient, y -

- Enserio vas a ir hasta tu casa en este estado...? No creo que sea muy buena idea... -

- ...Lo sé… -

Le respondió con un hilo de voz, apenas y podía quedarse parado en donde estaba, aparte que sentía como sus piernas flaqueaban, y que si no fuera que el contrario le estaba sosteniendo, ya hubiera caído.

- Si quieres, te puedo llevar yo a tu casa, en el auto, así no tienes que ir por la calle -

Por esa propuesta que le hizo, suspiró levemente, no tenía otra que aceptar, sabía que el contrario solo le quería ayudar.

- No te preocupes, no te voy a secuestrar -

- Jm~ está bien, gracias -

Error quedó unos segundos en silencio antes de reír levemente extendiéndome su mano a Ink.

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El mayor había llevado a su auto al omega, quien en el pequeño tiempo que estuvo dentro, no podía soltar su cinturón de seguridad. Por alguna razón, eso era lo único que le mantenía tranquilo, ya que estaba muy alterado dentro del auto. Además se sentía mareado, con fiebre y ahora con una pequeña molestia que tenía en la parte baja. Solo el aroma que inundaba el auto le calmaba. Mientras que el alfa, solo se mantenía en silencio, no sabía bien de qué hablar.

- ¿Te puedo preguntar algo? -

- S-Si... -

- ¿Por qué saliste de casa en este día, no sabías que era tu celo? -

El menor se quedó en silencio unos segundos, antes de responder…

- En realidad… no, no lo sabía, aún faltaba algunas semanas, según mi calendario… -

El mayor miró de reojo al contrario, sin preguntar nada más, y volviendo al silencio de un principio.

Pocos minutos pasaron hasta que el auto estacionó al frente del edificio en donde el menor vivía. Eso calmó finalmente a Ink, quien suspiró levemente mientras miraba al mayor con una pequeña sonrisa.

- Gracias.. -

Le agradeció al contrario, antes de que el Alfa ayudara al omega a ir hasta su casa.

•◦✯◦•

Ink acababa de entrar a su departamento, tratando de no hacer tanto ruido para no despertar a su niño, aunque no sabía si estaba dormido o ya se había despertado. Con ese cuidado se acercó hasta una vitrina, en donde allí buscó su medicina para el celo. Se tomó uno si más tardar, ahora solo tendría que esperar a que hiciera efecto. Después de eso le entró la duda de si su hijo ya se había despertado, por lo que se acercó a la habitación con cuidado, y al abrir la puerta escuchó como alguien empezaba a correr hasta él. Al parecer lo estuvo esperando todo ese tiempo.

- Papi~ -

El omega sonrió mientras se agachaba a la altura del contrario para recibir su abrazo. El niño sonrió mientras le abrazaba, aunque a los segundos se separó repentinamente. El mayor le miró con duda, aunque en ese momento se dio cuenta de que el olor a las feromonas de un alfa estaba entre su ropa, había olido esas feromonas, cosa que no estaba acostumbrado. 

- Siempre vigilando lo que hago.. así no se puede vivir -

Le respondió con un tono de gracia, sacándose el abrigo que traía seguramente el olor de aquel Alfa. Aunque ahora era su olor el que se hacía muy presente, cosa de la que el menor tampoco estaba acostumbrado, pero solo volvió a recibir otro abrazo de parte del menor. Sonrió levemente, y con la poca fuerza que aún le quedaba lo alzó.

Gradient podría ser muy chico aun como para entender lo que le pasaba a su padre, pero sabía que en esos días que su padre actuaba "extraño" era porque estaba "enfermo". Siempre que notaba eso, se quedaba a su lado cuidándolo, a su manera, y ayudándole a hacer algunas cosas que él podría llegar a hacer.

- Vamos a comer? -

Le preguntó el mayor mirándole con una sonrisa.

- Si! -

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