Bakugou sintió como sus dedos eran envueltos en varias banditas por aquel hombre que se había llamar Nohiro, supuestamente, había estado tanto tiempo en la nieve que la piel de sus manos, ante los pequeños cristales que habían en la misma, tuvo pequeñas cortadas que ardían ante el movimiento.

--- Trata de no mover tus manos mucho, vas a sanar más rápido si no lo haces, también trata de comer más carnes o proteína, si eres vegano o algo así, estás muy delgado como, pareces un maldito cadáver.--- explico el señor, terminando con sus manos para continuar con otras heridas alrededor de su cuerpo.

El rubio no dijo nada, solo se quedó mirando a un punto en específico sin nada en su mente, ni siquiera sabía cómo reaccionar ante la preocupación de Nohiro, siempre pensó que las únicas personas que se preocupaban por él eran Deshida, Kariage y Touya, este ambiente es desconocido para él.

--- ¿Quién es?--- escuchó preguntar después de un rato al mayor, quien estaba reemplazando unas vendas que Kariage le había puesto por unos rasguños que su madre le había hecho.

--- ¿A qué te refieres?--- murmuró con una voz suave.

Muy suave.

La clase jamás lo había escuchado así, claro que para ellos ya era sopresa no escucharlo gritar a los cuatro vientos que era el mejor, o que insultara a alguien por alguna razón única.

Pero ahora, viéndolo así de callado y... Tan pequeño... Se daban cuenta de tantas cosas que perdieron la cuenta por completo de cuántas veces se han sentido así.

--- ¿Quién te hace esto?--- elaboró, y el niño pudo notar cierto enojo en su voz que ignoró sin escrúpulos.

--- Huh, mi mamá.--- respondió, y una vez más, todo se volvió un caos.

--- ¿Cómo mierda es posible que alguien tiene horas de conocerlo le pregunta esto y nosotros que llevamos meses con él ni siquiera pensamos en eso?--- gruñó Kirishima con veneno en su voz, tratando de afrontar la decepción de llamarse su mejor amigo y no haber encontrado esto.

Las señales, ahora que las ve, son tan malditamente claras, ¿Y él? Cómo el idiota que es ni siquiera le puso atención.

No a las veces que hablaba con su madre y regresaba pálido y cansado.

O las veces que tenía pesadillas y se quedaba con él en las noches.

O esos moretones que intentaba ocultar.

Si se dió cuenta, es solo que no quiso decir nada al respecto, pensando que el chico le diría algo cuando estuviera listo.

Que buen amigo era.

Nohiro hizo un jadeo sorprendido.
--- Creí que mentirías.--- Katsuki solo levantó sus hombros en indiferencia.
--- Ya sabías de todas formas, no es como si mentir fuera milagrosamente hacerte cambiar de opinión.--- nadie dijo nada después de eso, y el menor estuvo agradecido con eso.

Al cabo de más chequeos y silencio incómodo, el anciano se levantó del suelo seguro de que el niño estuviera completamente curado.

--- ¿Tienes hambre?--- preguntó, limpiando sus manos con una toalla que dejó en la mesita de noche.
--- No, no realmente, solo quiero dormir.--- murmuró en un hilo de voz, aún sin mirarlo a los ojos.

--- Tienes que comer algo, han pasado como cuatro horas desde que te traje, y asumo que no habías comido nada antes de salir a matarte.--- explico, preocupado ante su poca expresión siendo que antes lo insultaba a cada rato.

--- No me interesa...--- y, sin nada más que hacer, se tiró a la cama, dándole la espalda al hombre en un berrinche.

Nohiro se sentó en la cama, justo como lo haría un padre con un hijo que está enojado por no haber hecho algo que le prometió, acariciando su brazo de manera reconfortante.

--- Te dejaré dormir un rato... ¿Tienes alguna comida favorita?---

--- Mhm...--- fue su respuesta, y la memoria cambió después de ello.

Katsuki ahora estaba sentado en la cama con una mesita frente a él, había un plato con arroz, uno con sopa miso y algo de salmón frito con ensalada, olía bien, pero el simple pensamiento de comer le daban ganas de vomitar.

--- Ni siquiera lo pienses, es sorprendente que todavía sigas con esa actitud sin nada en el estómago.--- explico el mayor, sentado al lado del muchacho mientras afilaba un cuchillo. --- No tengo hambre todavía.--- murmuró en respuesta el cenizo, mirando alrededor para evitar los ojos de Nohiro.

--- Te deje dormir, y fue bastante tiempo, ahora, traga o te voy a obligar.--- gruñó, por lo que Bakugou, a regañadientes, solo pudo suspirar, tomando los palillos de madera que el peliblanco le había dado.

Tomo algo de arroz y comenzó a devorar lentamente todo en la pequeña mesita, siendo observado por el contrario, haciéndolo sentir incómodo.

--- Si sigues mirándome así te voy a apuñalar con esto.--- apunto a sus utensilios al momento que encajaba los mismos a un pedazo de salmón, haciendo reír al anciano.

--- Solo me estoy asegurando que comas lo suficiente, finge que no estoy aquí, ¿Va? Anda.---

--- ¿Cuánto llevo aquí?--- decidió preguntar, tomando otro poco del pescado con algo de arroz, no tenía que comer tanto o su estómago lo haría regresar todo de nuevo.
--- Huh, bueno... Creo que unos tres días y medio, ¿Por qué? ¿Extrañas a tu mami?--- bromeó, sacando su teléfono para revisar algunos mensajes.

--- Que te importa.--- bostezó. --- Necesito hacer algunas cosas en casa, y también enterrar el cuerpo de Coco si sigue en la nieve...--- susurró, dejando los palillos en la mesa, ya no podía comer más.

--- Hm, una agenda atareada, ya veo.--- Nohiro tomó la sopa y se la puso en frente, ignorando la mirada de odio que el rubio le había dado.
--- Termina de comer, date un baño y te llevaré a dónde quieras.---

--- ¿Y si quiero ir a Rusia?---

--- Tengo un Jet privado.---

--- ¿Enserio? ¿Quién te lo dio? ¿Tu sugar daddy aka Tutankamón?---

--- Haha, no, para tu información hay algo que se llama dinero y yo gano mucho de eso, ahora, terminate la sopa, date un baño y ponte otra ropa, apestas.--- Katsuki le tiro dedo al hombre, pero este solo le sonrió y salió de la habitación.

--- Son prácticamente iguales esos dos.--- dijo Tokoyami después de un rato de silencio, siendo respondido con varios jadeos de afirmación.
--- Me pregunto si lo veremos más en las memorias de Kacchan, parece que tuvieron un buen inicio.--- Izuku se veía algo pálido, pero todos estaban así, igual parecía que el muchacho saldría corriendo al techo para intentar saltar del mismo...

--- No creo que ser amigo de alguien así es una buena idea.--- mencionó Kariage sentándose al lado del rubio, quien parecía estar distante debido a su mirada perdida. --- No somos amigos, solo decidió levantarme como si fuera algún tipo de héroe, igual a quien le importa, seguro jamás lo volveré a ver.--- gruñó Katsuki, comiendo en silencio.

--- Supongo que tienes razón, ah, a todo esto, ¿Qué dijo tu mamá sobre entrar a la escuela este año?--- Deshida golpeó el hombro del muchacho, recibiendo un suspiro.
--- Entraré con ustedes después de estas vacaciones, creo que por fin se cansó de tenerme encerrado en la casa como un idiota.--- explicó.

--- Vamos Kat, intenta verte más emocionado, parece que ni-

--- Las cosas se van a poner peores desde aquí... Lo saben, ¿No?--- mencionó, dejando su plato vacío en el suelo.

El trío estaba en un claro del bosque, un lugar donde solían juntarse cuando tenían que pensar o simplemente hablar sobre algún tema en específico.

--- ¿A qué te refieres?---

Katsuki se dejó caer en el césped, mirando las nubes pasar tranquilamente sobre su persona.

--- No recuerdo nada de mi yo del pasado... Pero miren, estando yo encerrado y sin muchos lugares a dónde ir terminé siendo secuestrado dos veces, como unas cinco al borde de la muerte y me intenté suicidar una vez... ¿Cómo creen que todo vaya a ser ahora que estaré en la escuela?--- explico, recordando a detalle cada suceso.

Nadie dijo nada en un largo tiempo, contemplando las palabras del contrario.

--- Estás siendo muy pesimista.--- comentó Kariage, dejándose caer al lado de Bakugou.
--- Tal vez tengas razón y todos nos vayamos a la mierda, pero ¿Y si no? ¿Y si estar en la escuela se convierte en lo mejor que nos ha pasado? ¡No solo veas lo malo, flojo, también ve lo bueno! Quiero decir, ¿Recuerdas cuando hicimos nuestra base secreta? ¡Ahora comemos ahí todos los fines de semana! Encontraste a Touya, nos encontraste a nosotros, te hiciste de alguien que probablemente sea un Yakuza-

--- Espera, ¿Qué-

--- Y quién sabe, tal vez en un futuro encuentres el amor, ¡O alguna verdadera razón para vivir que solo tus ganas de humillar a todos!--- Katsuki miró al azabache por varios segundos antes de sonreír.

--- Mhm, supongo que tienes razón...---

--- Pfff, ¿Cuándo no la tengo?---

--- ¿Quieres que las enumere por cronología o de menor a mayo consecuenci-

--- ¡Cállate Deshida!---

La clase soltó unas risitas ante las tonterías de los dos personajes, proyectando así una atmósfera más tranquila alrededor de aura, lo cual se necesitaba, después de todo, las revelaciones que estaban sucediendo cada vez los dejaban más atónitos.

Cuando la próxima memoria comenzó a transmitirse, Katsuki ahora caminaba solo por el bosque, o bueno, así pensaban hasta que el hermano mayor de Shoto apareció.

--- Te ves como la mierda.--- fue lo primero que Bakugou le dijo al ver las quemaduras que abarcaban sus brazos. --- Quisiera decir que tú te ves mejor pero con esa cara llena de morado lo dudo.--- ambos rieron, comenzando a caminar juntos sin rumbo alguno a ojos del peliblanco.

--- ¿A dónde quieres ir?--- cuestionó después de unos momentos de silencio.

--- No tengo idea, intentaron subirme a una van hace rato, corrí y termine aquí, ni idea de que estoy haciendo.--- explico con tranquilidad, golpeando una roca pequeña que encontró en el suelo.

--- Vaya, uh, pensé que ibas al risco donde vemos los fuegos artificiales.--- mencionó el Todoroki, deteniéndose para ver fijamente las orejas del menor pero no encontró un color rosado típico de sus mentiras.

--- Sí, bueno, si no me creías solo hubieras preguntado, grandísimo hijo de perra.--- dijo en un gruñido el menor, a lo que Touya solo suspiro.
--- Hey, no puedes culparme, tu último intento de suicidio termino con un Yakuza, probableme pedófilo, llevándote a su casa y te quedaste ahí por tres días, ¡Tres días!--- Katsuki soltó un suspiro.

--- Lo siento, últimamente todo me tiene a la defensiva...--- explicó, masajeando su cuello para intentar descansar su mente.
--- Es el estrés, por lo general sucede cuando hay muchas cosas en tu mente, anda, escupelo todo.--- soltó una risita y se sentó en el suelo, disfrutando de los suaves cantos de las aves y el sonido de las ramas moviéndose con la pequeña brisa de invierno.

--- Eso de Nohiro sucedió como unas dos semanas atrás, anda, deja de culparlo.--- bromeó golpeando el hombro de su amigo.
--- No me interesa, vas a escucharme por el resto de tu vida, ¿Entiendes?--- con una mano, Touya apretó las mejillas del rubio, abultando sus labios.

--- Mhn...---

--- ¿Qué te molesta?--- intento el mayor de nuevo, soltando su cara para dejarlo hablar.

--- No estoy seguro... Tal vez es porque dentro de como tres meses entraré de nuevo a la escuela... No tengo recuerdos de como se suponía que tenía que actuar frente a todos, lo único que he hecho este tiempo es pasar ratos a medio morir o haciendo el ridículo con ustedes...--- confesó, masajeando su costado derecho donde su madre anteriormente lo había golpeado.

--- Ya veo... No te preocupes, tu actitud por si misma va a atraer gente, tendrás muchos amigos y-

--- No quiero tener amigos, no quiero hablar con nadie, no quiero que la gente se me acerque y me infecte con sus tonterías de lástima o héroes, que me interesa sus vidas de todas formas.--- gruñó de mala gana, sorprendiendo al peliblanco.

--- Oh, ah... ¿Que sucede, Katsuki?--- dijo tratando de encontrarle sentido al enojo del contrario.

--- Ya no quiero vivir, Touya.---

El Todoroki sintió como si su mundo entero se hubiera caído bajo sus hombros, levantándose de forma abrupta para después colocar una mano sobre su boca, formular una palabra nunca antes le fue tan difícil.

--- Ibas al barranco.--- no era una pregunta, era una afirmación por parte del más grande.

--- Hm, tiene un buen tamaño de largo y sería fácil perder la vida si te tiras, ¿No lo habías pensado?---

--- Ibas al barranco.---

--- Ya lo dijiste, uhg, no empieces con-

--- ¡¡AHÍ ESTA, RÁPIDO MUCHACHOS!!--- ambos personajes se sobresaltaron ante los gritos, mirando hacia atrás para encontrar a un grupo de hombres corriendo hacia ellos.

--- Maldición-

--- No te quejes, levántate.--- gruñó Touya, tomando el brazo del muchacho para emprender un brusco caminó entre los árboles y rocas alrededor del bosque, pero el mayor no estaba dispuesto a soltarlo.

--- ¡Hey, sueltame! ¡Puedo correr solo, vas a rlmperme el brazo maldita sea!---

--- ¡Cállate y no te caigas, te voy a arrastrar si eso pasa y no quieres que eso suceda!--- exclamó, pero antes de que el rubio le respondiera, un fuerte disparo resonó por el silencio del bosque.

Touya cayó al suelo con el rubio en sus brazos, en silencio mientras se ocultaban en una pila de rocas que afortunadamente tenían a su lado.

--- ¿Te dieron? ¿Estás bien? No te duele algo, ¿Verdad?--- preguntó acariciando constantemente el rostro del muchacho.
--- Ack, no, no me dieron, solo fue un rasguñó...--- se quejó, mostrando su brazo en donde, efectivamente, había una gran cortada no mortal pero si sangrante.

--- Oh, okey, okey... Okey...--- susurró, apegando al muchacho contra su pecho, escuchando los gritos de aquellos hombres tras él, buscándolo.

--- Quédate aquí, ¿Si? Yo me encargo de esto.--- Katsuki solo pudo asentir, sintiendo como el mayor lo colocaba a un lado, levantándose para después desaparecer de su vista.

Solo escucho disparos, gritos y maldiciones para que después hubiera un rotundo silencio, donde de la nada, Touya apareció con algunas quemaduras alrededor de sus mejillas, quien lo tomo  suavemente de sus ante brazos y lo miró a lo ojos.

--- Escucha, cuando mi padre me dejó de lado por mi hermano menor, yo... Yo me sentí igual que tú.--- comenzó a decir, observando con detenimiento la herida del rubio. --- Créeme, pasé toda mi vida intentando ser la herramienta perfecta de mi padre y de la nada, ¡Puff! Todo se esfumó.--- soltó una risa sin gracia, y Bakugou lo miró fijamente, sintiendo como su corazón se estrujaba ante aquellas relatos.

--- Intenté volver a estar en la mirada de mi viejo pero ahora que tenía al hijo perfecto básicamente pase a ser una decepción, quiero decir, mira.--- levantó sus manos, dando a notar dolorosas quemaduras alrededor de estás. --- ¿Qué clase de persona patética tiene un Quirk fuerte pero un cuerpo débil? Cada vez que intentaba hacer algo solo hacia el ridículo frente a los ojos de mi familia... No podía soportarlo, era como si para ellos no fuera más que un niño al que debían tenerle lástima... Luego hice algo horrible y... Bueno, me fuí de casa y comencé a vivir en la calles, comiendo de sobras y tratando de ganarme la vida con ayuda de gente mala... Había tocado fondo, finalmente.--- tomó al rubio entre sus brazos, temiendo que di lo soltaba, este iba a desaparecer.

--- Terminé en el bosque con ganas de desaparecer y... Y ahí apareciste tú.--- soltó un suspiro, sonriendo al recordar aquel tiempo.
--- Eras un niño, no recuerdo que edad tenías pero cuando me viste, no dudaste en sonreírme y ser mi amigo...--- Katsuki miró sus manos, jugando un poco.

--- Pero ese fue mi otro yo, ese Katsuki está muerto, jamás regresará.--- dijo con dolor en sus palabras.
--- ¿No hay veces que me miras y no ves a esa persona? ¿No ves a alguien más?--- preguntó, observando fijamente al peliblanco.

Touya le dedico una mirada suave, tranquila, mientras acariciaba su mejilla con cariño a lo que Katsuki, sin pensarlo, se acurrucó contra ella, cerrando sus ojos brevemente antes de poner sus orbes rojos en los turquesas del mayor.

--- Cuando yo te veo, solo te veo a ti.--- murmuró.

«- hemos vuelto al ruedoo, ojalá que ya noe tarde tanto con las actualizaciones pero, como ya sabrán, está historia es muy difícil de escribir UnU

¿Qué les pareció el capítulo?

Aquí inician más problemas, ¿Están preparadxs para eso?

La verdad yo no JAJAJAJA y eso que se que va a pasar.

¿Que esperan que pasará?

¿Alguna teoría?

¿Qué momento que quieren ver?

¡Lxs amo!

❤️