Coco.
La nieve poco a poco comenzaba a caer con más intensidad, y la clase sabía que la época de invierno iba a ser dura para su compañero.
--- No te separes, tengo frío idiota.--- gruñó el ceniza, apegándose más al costado del peliblanco, teniendo encima una chaqueta y una bufanda.
--- Tú eres el que está cayéndose.--- mencionó burlón, pasando un brazo por el cuerpo tembloroso del menor.
--- Maldita sea, ¿Por qué tienen que ir a la escuela con un clima así? ¿Es una clase de tortura?---
--- Oh vamos, ni siquiera vas a la escuela, intenta disfrutar la nieve un poco, yo solía jugar con mis hermanos todo el tiempo.--- con una sonrisa, comenzó a usar su Quirk, manteniendo al muchacho calientito a su lado.
--- Eso es fácil para ti decirlo, si tocó alguna parte de la nieve se convertirá en una maldita bomba.--- justo ahora, ambos personajes se encontraban en el campamento de Touya, observando el panorama.
--- No seas dramático, la nitroglicerina no puede ser tan-
--- No siento mis manos.--- hubo silencio entre ambos antes de que el mayor tomara los brazos del muchacho y observará con horror como estaban completamente congeladas.
--- ¿¡Pero qué-
--- ¡Te dije que era la nitroglicerina, genio, es peor de lo que imaginas!---
--- ¡Ah, espera, deja las caliento-
--- ¡NO CON TU FUEGO-
Y todo se volvió negro, cuando la memoria regreso, estaba ahora con sus manos cubiertas en vendas al igual que el peliblanco, incluso él tenía quemaduras en su cuello.
--- La nitroglicerina es muy inestable, Touya, pudiste haber provocado un accidente mayor.--- dijo el padre de Kariage, golpeando la nuca del mencionado con un periódico.
--- Intenten ver las consecuencias de lo que hacen, pudiste matar a Katsuki.--- advirtió, tomando unas cosas del mueble y saliendo de la habitación, dejando a ambos solos.
--- ...Bueno, de igual forma fue estúpido sobrecalentar la cosa esa,¿Cómo te sientes? ¿Te duele la cabeza?--- el ceniza soltó un suspiro.
--- Nada que no pueda aguantar, estaré bien en unos días, no es la gran cosa.---
--- Cierto...---
Katsuki dio un bostezo, mirando a la ventana mientras Touya se acomodaba en su silla.
--- Cuando Kariage llegué nos va a matar.--- murmuró él peliblanco después de unos segundos, provocando una suave carcajada en el menor.
--- Te matará a ti, todos sabemos que soy su favorito.---
La cara de Touya de desfiguró en traición, furia y confusión en solo tres segundos.
--- ¡Se supone que estás de mi lado!---
--- Ni modo, prepárate para morir, BAHAHAHA.--- se burló, pero fue interrumpido por un portazo en la alcoba, donde cierto azabache estaba parado, desprendiendo un aura frívola que les mando escalofríos a ambos.
Kariage lentamente deslizó su mochila por su hombro, sosteniéndola con fuerza en su mano.
--- Tú...--- hubo latidos de silencio antes de que Touya saliera corriendo para poder salir por la ventana.
--- ¡¡REGRESA AQUÍ, BASTARDO!!--- exclamó el contrario, siguiéndolo segundos después.
Deshida entró un instante después con unos fideos instantáneos y una compresa caliente. --- Esos dos jamás se llevarán bien... Bueno, Kat, te traje algo de comer de la tienda, sabes que la familia de Kariage rara vez tienen su refrigerador lleno, malditos tacaños.--- el ceniza sonrió, tratando de recibir el objeto entre sus temblorosas manos antes de que el castaño se arrepintiera.
--- Uh, te daré de comer, no quiero que te quemes.---
--- Está bien.---
Ambos se quedaron en silencio, disfrutando del cálido lugar y de su compañía, con los gritos de sus otros dos idiotas como fondo.
--- ¿Cómo vas a celebrar la navidad?--- pregunto el mayor después de unos momentos de silencio, arrepintiéndose apenas entendió lo que dijo.
--- Oh, Uh, he leído de eso en internet, no creo que mi familia vaya a celebrar eso, probablemente me encierren en el sótano si vienen visitas o algo, lo mismo que pasó con Halloween, aunque esa vez fue en el clóset, de todas formas, mi madre decoro la casa, quedó bonita y ahora que nevó se debe de ver mejor. Tal vez debería irme con Touya estos días, tan siquiera él podría ayudarme con mis manos y eso, creo que...--- Katsuki dejó de hablar cuando notó que el rostro de Deshida se había transformado en una de lástima y dolor.
--- ¡O-Oh, no te preocupes! No es como si fuera a tener u-una-
--- Hey, Katsuki...--- interrumpió con una voz suave. --- ¿P-Por qué no pasas Navidad con Kariage o conmigo? Sería mejor que pasarla... Con ellos...--- nadie dijo nada, Katsuki observando a Touya y a Kariage correr por el patio y Deshida esperando una respuesta.
--- ¡¡KATSUKI, AYÚDAME!!---
--- Lo pensaré.--- fue su única respuesta.
--- Estoy genuinamente asustado.--- dijo Kaminari, recibiendo temblorosas respuestas por parte de varios en el salón.--- No sé si pueda resistir verlo en el sótano de nuevo.--- mencionó Ashido, cubriendo su rostro con pesar ante las memorias de su amigo.
Katsuki estaba caminando de regreso a casa, sus quemaduras no dolían tanto y gracias a la nitroglicerina, podría sanar en unos cuatro días mínimo, tan solo esperaba que nada sucediera antes de Navidad, pasarla con Deshida sería fantástico pero si su madre llega a enterarse de que es alguien más frente a ellos, podrían quitarle su tiempo libre.
Suspiró.
Las cosas siempre tienen que ser así de difícil con su familia, ¿No?
Talló su rostro para tratar de pensar en otra cosa, deteniendo sus pensamientos cuando escucho un lloriqueo alarido de un animal.
--- ¿Huh?--- la clase observo como del callejón que el ceniza tenía al lado, un pequeño gatito salía cojeando de una de sus patitas.
Bakugou se agachó con cuidado, inspeccionando la herida antes de acariciar la cabecita de dicho animal, sintiendo lástima al ver cómo trato de hacerse pequeño, pero cuando se dio cuenta de que eran solo caricias, de restregó contra su mano.
Una suave sonrisa apareció en los labios del explosivo, tomando al minino y llevándoselo de ahí.
El aula no pudo evitar sonreír con dulzura al ver las expresiones tan suaves que el rubio mostraba ante las cosas más simples, como pasar el tiempo con sus amigos, cocinar, pintar o dibujar, incluso caminar por el bosque le provocaban las mismas reacciones.
Era una vista que adoraban ver.
--- Mi madre y mi hermana vendrán por la Navidad, quiero que te comportes, ¿Entiendes?--- Katsuki solo asintió, nunca había visto a sus familiares, tal vez en su vida pasada si, pero ahora que perdió la memoria podría ser un viaje demasiado doloroso para él.
Un fuerte estornudo resonó por el cuarto, sobresaltando al menor (esto provocó enojos a lo largo del salón pues notaban como a cada segundo, su compañero esperaba un golpe) pero se tranquilizó al ver qué solo era su progenitora.
--- S-Salud.--- murmuró con una voz suave que, por obvias razones, fue ignorada.
--- Agh, parece que mi alergia regresó, ¡Masaru, ¿Trajiste algún gato pedazo de mierda?! ¡Sabes que soy alérgica a sus pelos!---
Katsuki se paralizó.
--- ¡No he traído nada, guarda silencio, intento dormir!---
La sala quedó en silencio después de eso, la pesada mirada de Mitsuki clavada en la espalda de su único hijo mientras esté leía en el suelo.
--- Más te vale no traer ningún animal a esta casa, Katsuki, sabes lo que pasaría si descubro a uno en esta casa.--- el menor solo asintió, leyendo en silencio hasta que sus padres se retiraron de la casa una vez más.
Sin siquiera pensarlo, corrió escaleras arriba, tomando a su gatito para salir por la puerta de atrás y llevárselo al bosque, cualquier cosa era mejor que tenerlo en las garras de su madre.
--- Muy bien, Coco, quédate aquí, ¿Si?--- murmuró más para si mismo, colocando una camita improvisada con su sudadera, al igual que una lata de comida para que se quedará ahí, las buenas noticias eran que no había nevado en esta semana, por lo que, aunque está frío, no hay riesgo de que muera del clima.
--- Volveré mañana, ¿Okey? Solo- no te muevas, por favor.--- rogó, levantándose de dónde estaba para correr de regreso a casa, tenia que borrar todo rastro de gato en la casa o su madre volvería a golpearlo.
--- Espero que pase navidad con su amigo... No quiero ni imaginarme como es esa familia, kero.--- pronunció Tsuyu, tallando sus grandes ojos en un intento de borrar ese mal recuerdo de su mente.
--- ... Sé que no tiene nada que ver, pero, ¿Recuerdan cuando celebramos Navidad aquí en el dormitorio?--- Kaminari comenzó a jugar con sus dedos, evitando mirar a alguien.
--- Al- A-Al principio creí que solo estaba jugando pero realmente no sabía que hacer en la fiesta, tuvimos que pegarle un regalo a su pierna para que siquiera eligiera uno.--- hizo un puchero.
--- No creo que esto vaya a salir bien.---
Katsuki termino de cocinar el pavo a órdenes de su madre, sacándolo del horno para después ponerlo en la mesa, mirándolo unos segundos pues sabía que no comería ni siquiera un pedazo.
--- Ve a vestirte, no quiero que parezcan un vagabundo en frente de mi madre, ya eres bastante decepción para está familia.--- dijo la rubia sin verla, muy ocupada viendo su teléfono por lo que Katsuki desapareció de su vista.
Después de elegir un conjunto sencillo y cómodo, el explosivo bajó del segundo piso y se sentó en el sillón de la sala, esperando por sus familiares.
La clase entera sentía la tensión incluso cuando ellos no estaban en la escena, más que nada por el hecho de que esperaban una tragedia por las palabras antes dichas de Denki.
La puerta fue abierta, por lo que todos los presentes se pusieron sobre sus pies para recibirlos. Una mujer de edad avanzada camino con su frente en alto, mirando la casa con ojos aburridos antes de terminar en el menor de la casa.
--- ¿Y bien, Katsuki? ¿No vas a saludar a tu abuela?--- el susodicho asintió de forma nerviosa, caminando hacia donde estaba la mujer antes de ser recibido con abrazo falso.
--- Llévate mi bolso a la sala.--- ordenó, pasándolo de largo antes de que otra mujer, esta vez de cabello oscuro como el mismo carbón, entrara a la casa con dos niños a su lado.
Uno era más grande que él en estatura, su cabello igual de negro que el de su progenitora, le calculaba a lo mucho unos 15 años. A su lado, una niña pequeña y de cabellos rubios iguales al suyo estaba, tomando fuertemente la mano de su hermano.
Estos solamente lo ignoraron.
La velada pasó bastante silenciosa, teniendo en cuenta la actitud que Mitsuki tenía, ninguno de los jóvenes hizo acto de presencia en la plática que los mayores tenían, muy ocupados imaginándose en otro lugar.
--- Katsuki está bastante silencioso hoy, dime, ¿Por fin te cortaron la lengua?--- hablo la mujer azabache, por lo que solamente bajo su mirada.
--- Ahg, ni siquiera le hables, perdió la memoria hace meses y no he podido avanzar nada con él, estoy pensando en dejarlo en un albergue un día de estos.--- respondió su madre, comiendo de forma brusca su comida.
La matriarca solo guardó silencio, observándolo fijamente antes de que Masaru hablara.
--- Vaya, el pronóstico no decía que iba a nevar hoy.--- el ceniza sonrió como si su alma hubiera deja su cuerpo.
--- Niños, pueden salir a jugar con la nieve si quieren, solo no hagan escándalo.--- menciono Mitsuki, por lo que el trío de niños se retiró rápidamente de la mesa.
Katsuki ni siquiera les dedico una palabra a los que le seguían, solo corrió directo al bosque para resguardar a Coco, pues una vez que la nieve cayera, ella moriría por hipotermia.
El frío oxígeno llenaba sus pulmones de forma dolorosa, como si respirara púas que apuñalaban cada parte de su pecho. Sus piernas, débiles y temblorosas al no haber comido nada en el día, hacían lo posible para mantenerlo hasta que llegó a su destino.
--- ¡C-Coco!--- grito con una voz rasposa, buscando una mancha blanca entre lo frío y oscuro de la noche.
Y entonces-
¡Meow!
Giro su cabeza rápidamente, agachándose para tomar al animal entre sus manos, protegiéndola contra su pecho para darle calor, finalmente cayendo en el suelo por el cansancio.
--- ¿Qué estás haciendo?--- una voz lo sobresalto, mirando arriba para encontrar al azabache frente a él.
--- O-Oh, p-pues... Es un, ¿Gato?--- dijo entre respiraciones agitadas, sintiendo un escalofrío ante la mirada tan fría que el contrario le dio.
--- Quiero verlo.--- demandó, estirando su brazo para tomar al gato.
Katsuki quizo decir que no pero el chico tomó a Coco más rápido de lo que pudo ver, solo pudo ver cómo lo agarraba de su lomo y lo observaba con ojos curiosos.
--- N-No lo tomes a-así, l-le duele.--- murmuró tratando de levantarse, pero el chico lo ignoró.
Una mirada. Fue solo una mirada la que le hizo entender a Katsuki que nadie estaba de su lado en esa familia, pues rojo con rojo, rubio y negro y la única respuesta que hubo por parte del azabache fue odio.
Katsuki solo pudo quedarse paralizado, viendo todo en cámara lenta.
La mano del chico enredada en el cuello de Coco, como giro su muñeca y el enfermizo crack que se escuchó en el frío y solitario bosque.
--- Feliz Navidad.---
Katsuki solo vio como el cuerpo sin vida de su gato caía al suelo.
«- Feliz Navidad.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro