Capítulo 26: "Despedidas dolorosas"
- ¿Disco solista? -pregunté un tanto confundida cuando León cortó.
- Es un tanto complicado de explicar -contestó- cuando nos separamos, hablé con nuestro (manager) para conseguir una carrera por solitario y, al parecer, me consiguió una verdaderamente interesante propuesta.
- ¿De qué se trata?
- Un viaje para grabar un disco en Los Ángeles.
- Eso es realmente lejos. -dije sorprendida.
- ¿Qué pensás hacer?
- No estoy seguro.
Simplemente le dediqué un gesto de aceptación y continué leyendo. No quería que se vaya y tampoco sé tanto de la propuesta, pero debe ser algo grande y quiero que sepa que puede contar conmigo para lo que sea.
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- ¡Germán! no sabía que estabas allí -espetó- recibí una propuesta increíble.
- Lo sé, escuché lo que te dijo - expresé decepcionado.
- ¿Qué te parece? -preguntó María.
- Tenés que aceptar. No hay discusión alguna -afirmé.
- Lo sé, pero ¿estás de acuerdo?
- Claro que sí, es lo mejor para vos. Tengo que admitir que no pensé que el eterno verano se terminara tan rápido y todo se cayera abajo tan pronto. Mañana por la tarde voy a estar volando a Sevilla, nuevamente a medio mundo de distancia tuyo -contesté un tanto nostálgico.
- Tenés que volver a la universidad -añadió.
- Ya sé, sólo que es difícil dejar todo esto, realmente empecé a amar esto de estar arriba de un escenario, tocando algún instrumento, cantando o bailando.
- Lo disfrutamos mucho ambos y va a quedar por siempre en nuestra memoria. Gracias Germán, por el mejor verano de mi vida.
En este contexto tuvo lugar un beso más del hermoso verano que vivimos juntos. Durante el beso, no pensé en lo que sucedería el día siguiente ni de que este podría ser el último. La siguiente mañana, todo estaría por cambiar ya que tomaríamos caminos opuestos. Yo no volvería a cantar o bailar hasta años después e incluso conocería a otra persona con quien me casaría. Sin embargo, no pensé en ello, solamente disfruté de uno de nuestros últimos besos.
Sin siquiera darme cuenta, me encontraba en mi cuarto y la radiante luz de la pintoresca mañana lo invadía por completo. Me levanté al instante y observé detenidamente mi cuarto. Ya todo se encontraba empacado en las valijas. Se encontraba casi vacío en su totalidad. Me era difícil imaginarme una vida en Sevilla e incluso recordar lo que era mi vida unos meses atrás. Se veía tan distante.
Un auto me pasó a buscar unos minutos más tarde. El vuelo saldría en pocas horas y aún tenía trámites por hacer. Fue un largo viaje hasta el aeropuerto ya que se debía atravesar prácticamente toda la ciudad y había un considerable tráfico. María había acordado salir hoy mismo hacia Estados Unidos junto a aquel hombre para organizar su primera gira, por lo tanto, no nos quedaban muchas horas para despedirnos.
Una vez en el aeropuerto, me uní a los chicos del Studio Sevilla que ya se encontraban allí. De a poco, iban llegando más estudiantes. En medio de los trámites para salir del país, sonaban algunos recordatorios de que debíamos dirigirnos al avión. María no se mostraba en ningún momento y según varios compañeros no había llegado al aeropuerto. Pasaban los minutos y ella no hacía acto de presencia. No solo estaba preocupado porque no nos podamos despedir, es más, dudaba que ella llegue a su propio vuelo.
Apareció apenas unos minutos antes de mi vuelo. La estuve esperando tanto tiempo y ella no se mostraba. Por un momento, incluso dudé si ella vendría. Apenas noté su presencia, entre el tumulto de gente, corrí a abrazarla. El ensordecedor ruido de los avisos abordaje, causaba un revuelo entre toda esa multitud. Algunos iban y otros venían. No teníamos mucho tiempo, simplemente algunos cinco minutos en caso de que quisiéramos llegar a tiempo a nuestro vuelo.
- ¿Cuándo nos volveremos a ver? -Pregunté rápidamente, pues era lo único que quería saber en ese momento.
- Cuando la vida considere que estamos preparados para que estemos juntos nuevamente. Cuando nuestros caminos deban cruzarse nuevamente, nos encontraremos -Respondió.
- Posiblemente vaya a pasar mucho tiempo antes de nuestro próximo encuentro -Expresé desanimado, ella simplemente me lanzó una comprensiva mirada.
- No hay nada que podamos hacer nosotros, me encantaría quedarme acá, pero...
- No nos vayamos, quedémonos juntos -interrumpí en tono de súplica.
- No puedo, amor mío. A pesar de que amaría quedarme con vos el resto de la vida, quiero aprovechar esta oportunidad más que nada y sería demasiado egoísta no dejarte seguir con la universidad solo por quedarte acá conmigo. Este quizás no sea el momento de estar juntos. Mi destino es tomarme ese avión e irme a Estados Unidos y el tuyo es volver a la universidad. Necesitás recuperarte porque tu tobillo no está nada bien -contestó.
- ¿Qué sucederá ahora? - cuestioné.
- Una y mil cosas. Nos encontramos ante una nueva aventura por descubrir y mil historias por vivir -contestó.
- Sabé que estos dos meses fueron inolvidables para mí. Te amo y te amaré por siempre, mi corazón te pertenece y prometo esperarte hasta que nos volvamos a encontrar -dije.
- Yo también te amo- contestó.
Juntamos nuestros labios lentamente y sin apuro. Sin embargo, llamaron a ambos vuelos. Tendríamos que salir ahora. Yo realmente temía que no me esperara. Yo prometo que seguirá siendo mi único amor, la esperaría por la eternidad si hacía falta y me alcanzaría con que únicamente me diga que ella también me esperaría, inclusos si se trataba de una falsa ilusión. Nos separamos, sonreímos el uno al otro. Nos quedamos observándonos mutuamente durante algunos segundos.
Una mirada, ¿quién diría cuán valiosa puede llegar a se una mirada? ¿Quién diría los infinitos significados que tiene un contacto visual? Existen todo tipo de miradas. Miradas compasivas o destructivas. Miradas vacías o llenas de vida. Miradas amorosas y odiosas. Muchas personas creen que una mirada vale más que mil palabras, aunque yo no estoy deacuerdo pues las miradas son indescriptible y únicas. Las miradas podrían cotizar en la bolsa y ni siquiera la persona con más dinero podría comprarla. Toda mirada es extraordinaria, a su manera. Este sería el final, nuestro último día juntos porque una relación a distancia era más que imposible en esa época, no existía y no seríamos nosotros quien la inventara. Lo que me quedaría de ella serían los recuerdos, los eternos recuerdos de un verano único e inigualable.
- Germán, esperá -girtó ella justo cuando estábamos por separarnos.
- ¿Qué? -pregunté.
- Te esperaré porque a vivir tu me enseñaste, te seguiré porque mi mundo quiero darte; hasta que vuelvas, te esperaré y haré lo que sea por volverte a ver.
Luego simplemente se desvaneció caminando entre la gente. Volví a Sevilla algunas después. No supe más de ella por mucho -realmente muchísimo tiempo- pero así y todo estaba contento había vivido un hermoso sueño, solo que ahora me tocaba la peor parte: despertar. Cuando me atreví a hacerlo, me enteré de que sus promesas no fueron más que simples ilusiones y que su corazón ya no me pertenecía. Lagrimas, dolor, traición, frustración y mentira: de eso se tratarían mis próximos años. Todo es su culpa. Me hechizó y yo simplemente caí en las garras del amor. El amor no es más que dolor en momentos como aquellos.
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Un timbre me hizo dejar de repente la lectura.
- Ese debe ser el auto que me lleva al aeropuerto -afirmó- Son apenas unos días, nos volveremos a ver muy pronto.
- Claro que sí. Nos vamos a comunicar todos los días.
- León Vargas, si no se sube ahora mismo pierde el vuelo -dijo amenazante, le tomó el brazo y lo arrastró hasta el auto.
- Adiós, mi amor -murmuró antes de irse.
De esta manera, simplemente se esfumó. La verdad, al igual que el amor, es aparente. Los días se transforman con gran facilidad en largos períodos. El diario me enloquecería antes de que me diera cuenta. Años podría pasar leyéndolo y simplemente no notaría el tiempo perdido. El pacto convirtió un sueño en la peor de las pesadillas. Mi gran amor, había cometido el peor de los descuidos. Pasaría tanto tiempo antes de que la verdad fuera a revelarse y el amor no sería más que un sentimiento que que despiste, pues el final -aunque de a poco- se estaba acercando.
Todo estaba perfectamente planeado por él.
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