CAPÍTULO 7
Capítulo 7 - Vacío
"Hay un vacío cubriendo mi pecho y se, que no podré hacer nada al respecto. Mi alma esta solitaria, vacía y gélida, tan gélida que ni el sol puede brindarme el calor. Hay tanto vacío en mi ser que en mi alma se baña en soledad y mi corazón guarda una lágrima petrificada"
Como una luciérnaga en la oscuridad ando iluminando con mi luz. Tratando de iluminarle el camino a aquellos que no consiguen ver y están cegados en la sublime oscuridad. Hay veces que me asusta que la oscuridad me atrape y me envuelva para siempre......
Soy una gota de luz en la oscuridad. Quiero iluminar a esos seres o personas que no pueden tener luz propia, quiero iluminarlos y cegarlos con ello ¿podre cambiar al mundo como yo quiero? Tal vez, nadie entienda mis argumentos, pero mi cabeza fórmula tantas preguntas sin respuesta alguna.
Quiero ser diferente al resto de las personas, única, especial, una estrella que tiene más luz que otras que puede cegarte por completo ¿estará mal pensar asi?
¿podría ser que nací para cumplir alguno propósito? ¿mi destino está escrito o lo creo yo? ¿el mundo cambiaría si yo muero o todo seguiría igual? ¿cual es mi misión en la vida?
No quiero morir sin antes encontrar a ese "algo" que no está en mi vida, pero que existe y que puedo sentirlo que está ahí, tan cerca y tan lejos a la vez ¿que será ese "algo" que me falta?
Es como una sensación en el pecho de vacío puro, diciéndome "oye, estoy aquí tienes que llenarme con ese, algo"
pero ¿con que? ¿con amor? ¿con una persona? ¿dando felicidad a los de más? ¿que es ese "algo"
Ese algo, no me permite dormir en las noches, y eso me provoca que de vueltas en mis sábanas blancas, pensando en ello. Cuando quiero cerrar mis párpados y deseo descansar, aparecen preguntas que tal vez jamás serán respondidas. A veces es fastidioso sentir un vacío en el pecho y que tus manos tiemblan del miedo, miedo a que jamás poder encontrarse a ese "algo". Busqué para encontrar ese algo y me dijeron "va a parecer cuando te des por vencida, en el momento menos esperado" desde hace mucho ando buscando llenar mi vacío y ya estoy cansada. Hoy me doy por vencida.
Es media noche. Mi vista está pegada en el techo de machimbre que es de un color marrón oscuro. La luz de la luna baña toda mi habitación y las cortinas de mi ventana danzan con el viento helado que se estampa contra mí, colándose por mis huesos. El frío es mi único amigo que me hace sentir que estoy viva.
Mi cabeza piensa tantas cosas a la vez que me hace doler.
Cierro mis párpados con fuerza.
Pido por favor a la nada, para que el dolor desaparezca por arte de magia.
Pero eso no sucede, al contrario se intensifica.
Mis manos a mis costado están hechas un puño y mis uñas se clavan en mi piel con firmeza. El dolor es tan fuerte, que mi respiración empieza acelerarse volviéndose más agitada.
Suelto un gemido de dolor, y siento que ya no puedo más. La punzada del centro de mi cabeza se está volviendo irritante, todo a mi alrededor se colapsa. Siento mi cuerpo pesado como una piedra, no puedo moverme. Juro que lo trato, pero no responde mi anatomía.
Siento como si algo se incrustara en mi pecho, justo donde se encuentra mi corazón. Es un dolor inimaginable que me atrapa. Suelto un grito desgarrador, haciéndome doler mi garganta que está seca.
El dolor en mi pecho se extiende como llamas de fuego, que queman mi cuerpo.
Escuchó gritos y un llanto, el llanto de un niño acompañado de un consuelo masculino. No puedo descifrar quienes son las personas.
Agua, agua resbala por mi cuerpo. Al principio cuando es tocado por mi cuerpo es fría, pero después se torna agua hirviendo que quema mi piel y con desesperación empiezo a rasguñar mi cuerpo tratando de sacarme el agua y a su vez no permito que unas manos desconocidas me toquen.
Doy manotazos tratando de que no me toquen. No puedo observar nada con claridad, estoy cegada por el dolor que no me deja pensar con claridad.
Empiezo a jadear cansada de tanto dolor que ya no resiste mi cuerpo adolorido.
Mi cuerpo cae al suelo en un golpe seco, este están tan frío que es reconfortante y maravilloso.
Me acomodo en posición fetal cómodamente.
Todo mi cuerpo hierve, el calor que está propagándose por mi cuerpo es horrendo
Comienzo del flashback
Mis ojos se nublaron, veía borroso. Las lágrimas caían sin parar. Me odio por ser tan frágil y tan inútil, soy un ser despreciable, van a creer que soy una niña que llora por estupideces, me van a creer que soy débil y van a tenerme lástima.
Es lo que menos quiero en este preciso momento.
Sentí unos brazos temblorosos envolverme con delicadeza, sabía que era Angélica, ella jamás me había visto destruida y eso me hacía enfurecer. Había dejado que un idiota me utilizará a su antojo y que pisoteara mi dignidad. Me arrastre como un gusano tratando de mendigarle amor a una persona que quería pisotearme y escupirme en la cara, tomándome el pelo por completo.
Tenía un remolino de emociones dentro de mí, no pienso con claridad y si lo mejor era entregarme a él. El pensó que yo me burlaba a sus espaldas. Soy una tonta, de vi de tomarme más enserio lo nuestro.
- "¿Lo nuestro? No eran nada y jamás lo serán" - dijo una voz escurridiza, mi conciencia siempre estorbando. Y aunque reproche y diga que está erróneo lo que dice mi conciencia, lamentablemente es verdad.
— Astrid..... — Me nombró con dulzura.
Sentí una brisa golpear mi rostro haciéndome temblar del frío. El olor a mar, me desconcertó. Parpadeo sin poder creer en donde estaba.
¿Que hacíamos en la playa?
Miraba a mi alrededor asombrada.
Se ve que estaba en shock por lo de Juan, porque no recuerdo haber caminado dos kilómetros para llegar a la playa y encima, haber cruzado el bosque que está espaldas mía.
El bosque conectaba con la playa, era hermoso. La tranquilidad estaba pasmada en el aire, era mi lugar favorito en todo el mundo.
Pero no recuerdo haber caminado con angélica.
La observo, ella está sentada en la arena, mientras la brisa acariciaba su pelo, dando una imagen genial para una foto.
Su frente estaba arrugada y parecía muy concentrada con las olas del mar que iban y venían sucesivamente. Su labios se curvaron en una sonrisa melancólica.
¿Que ocultas Angélica?
— Woow ¿en que momento empezamos a caminar? ¿y cómo evadimos los profesores para salir del colegio? — pregunté, sorprendida. Frote mis ojos sacando todo el agua acumulada en ellos, esparcí el agua salada en mi rostro. El viento azotó mi cuerpo dándome un refresco y frío a la vez.
— digamos que estuviste ausente divagando en tus pensamientos en el transcurso del comedor, hasta el aula A, pero jamás salimos del colegio — contestó con una sonrisa burlona.
— ¿Que? no comprendo ¿De qué hablas? — pregunté mientras fruncía el ceño. Camine con pasos temblorosos y me senté a su lado. Sentí como me undia en la arena, el olor a mar se colaba por mis fosas nasales. Mi vista recayó en el cielo, un color gris, sin nubes, un día extremadamente feo. Pero para mí este día era hermoso ¿que loco verdad? Hoy me rompieron el corazón y digo que es un día hermoso.
Es un día hermoso, porque me di cuenta que por primera vez me enamore con intensidad dejando todo en esa relación tóxica y manipuladora y que dije por primera vez "te amo" y me siento feliz, porque el dolor de cuando te dan una patada en corazón era tal y como imaginé. Aunque el se haya cagado en todo, yo viví momentos felices, puede ser que sean falsos, pero felices. Será un día memorable para mí, hoy por primera vez dije "te amo" y a un que él le valió mierda mis sentimientos, hoy me parece el día más hermoso que mis ojos hayan visto. Pensaran que tengo una mente retorcida, pero yo lo veo así.
— Es un hechizo que estuve practicando. Seguimos en el colegio, en el aula A. Puedo hacer que veas lo que yo quiero. Lo practique tan bien, parece tan real. — contestó ella, con ojos de admiración hacia el lugar donde nos encontrábamos. Era tan real todo a mi alrededor, todavía no me trago que mi amiga es una especie de bruja o hechicera. Ella nunca quiso hablar conmigo del tema, así que lo deje pasar. Ella jamás hizo magia delante de mí, por eso me sorprende todo esto.
— ¿Que paso? — volvió su vista hacia mí y me miró a los ojos, buscando respuestas.
Solté un suspiro.
— Recibí una llamada, una llamada de Juan, diciéndome que lo pensó. Me dijo que lo mejor es estar separados y no volver a hablarnos — Conteste. Podría ser que lo dije sin importancia, pero me estaba muriendo por dentro. Me mordía el labio inferior para no llorar. Me encogí de hombros.
— Ajá ¿en serio dijo eso y pasó exactamente lo que dijiste? Juraba que estabas meando por los ojos y no llorando — elevó sus cejas interrogantes de alguna respuesta.
Yo... ya no podía aguantar más. Quería a mi amiga, debo de dejar de ser tan dura con ella. Que idiota me encuentro hoy.
— N.... noo...Mmmm...El en real.. realidad — tartamudeo casi toda la oración, si eso se puede llamar una oración. Las lágrimas me envolvieron, el dolor volvió, todo volvió y también los mocos.
— tranquila shsh — dijo Angélica, para tranquilizarme. Ella me envolvió con sus brazos dándome un abrazo cálido y acariciandome el cabello.
Le conté todo lo que el me había dicho, no omití nada. Angelica escucho perfectamente asintiendo con la cabeza, dándome entender que comprendió. Yo hablaba tartamudeando y de vez en cuando el hipo me atacaba. No sabía cómo ella pudo entender mi relato.
Todo lo relate con mi cabeza apoyada en el regazo de Angélica, contemplando el mar con sus olas que iban y venían sin parar, sin un fin.
Me incorpore y posicione mi vista en mi regazo, empecé a jugar con mis manos intranquila. ¿debía preguntarle lo que me está volviendo loca? A veces se necesita una opinión ¿o no?
— ¿Piensas que pudo haber sido mi culpa? Yo debí, debí haber aceptado su propuesta. Es cierto que soy una niña, de vi hacerlo como una adulta para que me tomara en serio porq... — me interrumpió.
— ¡no! no es tu culpa, es culpa del cabrón. El queria sexo contigo y después dejarte desarmada en un mar de lágrimas que es peor que esto —dijo lentamente, para que mi cabeza pueda procesarlo. Ella observaba el mar, trato de decir algo, pero no, no dijo nada. Abría la boca para hablar, pero la volvía a cerrar. La vi temblar y no entendí porqué era así su comportamiento. Nunca me contó por que pensaba que el amor era una mierda. Ella siempre trato de protegerme y decirme que tenía que estar segura con la persona que debía entregarme. Hay veces que la entendía, hay otras que no, pero me parece raro ¿que pasó exactamente con ella?
— Tienes razón — dije despacio y comprendiendo. Era verdad lo que ella decía — ¿Angélica cuando deja de doler? — dije contemplando el mar, una vez más ella giró su cabeza hacia mi dirección y miro con confusión.
— ¿el que? —preguntó.
— El dolor de un corazón roto ¿alguna vez lo sentiste en carne propia? — Dije con voz temblorosa.
— Si — dijo ella asintiendo con la cabeza — al principio tu mundo que creías con colores vivientes, se torna gris. Todo se derrumba cayendote encima los fragmentos rotos. — suelta un suspiro de cansancio y niega con la cabeza lentamente — Empiezas a sentir como unos afilados cuchillos diminutos se incrustan en tu corazón, clavándose en lo más profundo, donde una hemorragia invade tu sistema. Piensas que vas a colapsar, dándote un escalofrío en la espina dorsal que te hace temblar. Sientes como demonios entran por un muro que se está derrumbando, cayendo en trozos. Los demonios te endulzan el oído metiendo ideas en la cabeza, tratas de ignorarlos, pero sus voces se intensifica. Solo sientes dolor en el pecho, un vacío se posiciona en el, sintiendo que falta algo, quieres gritar o hablar, no puedes. Porque al tratar de hacerlo, algo se atora en tu garganta impidiéndote respirar, ya no sabes qué pasa en tu alrededor y tampoco te importa. Haces bocanadas de aire, pero es totalmente inútil, tu respiración se acelera y las lágrimas caen por tus mejillas como un río sin control, inundando el piso. Miles de ideas sobre suicidio azotan tu mente, tu mente ahora está siendo tu enemiga cuando debía consolarte.
Ya no hay dolor ¿por que? Porqué tú te conviertes en él, aprendes a vivir con eso. A veces no hay opciones, solo sabes convivir con él, el dolor lo contemplas, abrazándolo cuando los recuerdos de aquella persona que alguna vez amaste, te invaden. Tal vez, un corazón jamás se repara, se fractura y nunca vuelve a sanar. Yo en mi caso agonizo dolor, me envuelvo en él todos los días, no quiero compasión de nadie, no quiero amor en mi vida, con lo que me pasó anteriormente no vuelvo a dejar que nadie entre en mi corazón. Hay veces que desee la muerte — dijo ella y posicionó sus ojos cafés que se oscurecieron sobre mi. Ella negó con la cabeza y se rió — no me malinterpretes, no se como te tomaste esta primera relación que fracaso, podrá ser que ahora suela doler con intensidad pero el día de mañana tal vez, te enamores de nuevo. Pero personas como yo, no sirven para amar y ser amado. — me confesó y yo la mire con la ceja levantada. Se quedó pensativa y prosiguió — Es como una ruleta, hay pocas posibilidades de tener suerte y estás tan cerca, tan impaciente de que te toque a ti, pero no, le erraste. Viene otro y woow acertó. todo vale a la suerte — me explico ella — a veces se pierde, otras se gana — dijimos al unísono.
Ella me sonrió con melancolía.
— De los errores se aprende — dije y me encogí de hombros — tal vez, no estamos hechas para el amor — y la mire.
— Tú, sí. yo, no — dijo, Angélica. Me miró con tristeza.
— Jamás entendí lo que te paso,
¿por que nunca quisiste contarme? Entiendo, acabas de contarme lo que se siente tener un corazón roto y estoy tratando de unir las partes — conteste y bufé — es todo como un rompecabezas ¿por que no me cuentas qué pasó y ya? — tenía una furia dentro de mí ¿Por qué no quería contarme?
Ella me miro con ojitos tristes, apunto de llorar. Ella tragó en seco, tratando de aguantarse el llanto, pero una lágrima escurridiza resbaló por su mejilla. Agacho la cabeza en modo de vergüenza.
— Tengo miedo de que me juzgues. Pasaron tantas cosas, nadie sabe lo que me pasó realmente. Cuando esté lista te lo diré, juro que lo are — prometió con voz rota. Yo asentí con la cabeza y la atraje hacia mí abrazándola.
Hay veces que pienso, que tengo un retraso mental al nivel dios. ¡Soy imbécil! Debería de empezar a entender los sentimientos de las demás personas, en vez de estar replicando y soltar la lengua sin pensar.
— Jamás te juzgaría, sea lo que sea que pasó, lo entenderé y saldremos adelante juntas — prometí.
Las dos nos sonreímos y nos abrazamos con ternura, nuestra amistad era una de la más auténticas. Éramos como hermanas y verla tan rota, incluso peor que yo, me hacía sentir mal. Ella no lloró y yo tampoco, el silencio nos acompaño. Nos envolvimos en un abrazo, dándonos compasión entre nosotras.
Prefiero ser inmadura y ver todo de un color rosa, que ser alguien que se arrastra como un gusano asqueroso, revolcándose en su suciedad, mendigando le un poco de amor a un hombre que vive por sexo.
Fin Del Flashback.
El timbre de mi celular, me saca del trance de recuerdos. Del susto coloco mi mano en mi pecho, tratando de tranquilizar los latidos de mi corazón. En el tercer tintineo lo agarró.
Frunzo el ceño, cuando el nombre de quién no me esperaba aparece en la pantalla ¿que hace la mamá de Angélica llamándome a las 12:00 am? Ohh dios, se habrá mandado alguna de las suyas. Revoleo los ojos y estoy entre contestar y no ¿contestó? Bueno, yo contesto.Debo cubrirla.¿o no?
Deslizo mi dedo por la pantalla y la secuencia de los números empieza su conteo.
— Hola — saludo, tímida.
— ¡Dios! — gritan al otro lado de la línea. Levantó una ceja, esa no es la voz de la mamá de Angélica, es más chillona e irritable — ¿astrid? — grita mi nombre, Zenda. ¡va a dejarme sorda!
— ¡vas a dejarme sorda mujer! ¿que quieres Zenda? — dije irritada ¿para que mierda me llama? Se escucha un sollozos del otro lado de la línea — ¿zenda? — pregunto preocupada y más calmada.
— Angélica.... Ella está en la clínica, ven por favor — me grita desesperada. Toda mi sangre se congela por completo y mi voz no quiere salir. Alrededor de algunos segundos, proceso lo que dijo.
— ¿Qué pasó? — dije preocupada sosteniendo mi teléfono con mi hombro y apoyando todo el peso de mi cabeza en el. Me estaba vistiendo y va a ir a la clínica.
— Se va a morir — dijo ella llorando hasta no poder más. Se escucharon gritos y sollozos. Mi celular cayo al piso, haciendo que suene un estruendo. Me encontraba parada en medio de la habitación, con mis pantalones en manos. Sequé mis lágrimas con mi brazo y como un rayo empecé a cambiarme lo más rápido que pude.
¿Angélica que está pasando?
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