Capítulo 2
22 de marzo de 2020
—Krystal, ¿Por qué estás empacando tus cosas? ¿A dónde vas?— el omega, con sus ojos cristalizados se acercó a su hermana y la tomó de la muñeca
—Debo ir a Quebec mañana— le respondió
—V-vas a volver, ¿Verdad?— preguntó con voz entre cortada. Al no recibir una respuesta rápida de su hermana el omega comenzó a llorar a mares.
La beta trató de tranquilizarlo con un abrazo, su hermanito estaba por sufrir mucho. Debía conseguirse un alfa pronto en menos de 2 meses para que su padre pudiera pagar la deuda, o sino Sammy, el pequeño omega que tenía entre sus brazos, sería vendido para saldar dicha deuda.
—Escucha pequeño, yo sé que todo esto es una mierda, pero volveré en menos de dos semanas. Traeré miel y ropa solo para ti, ¿Está bien?— contestó la rubia tratando de ver el rostro de su hermano, el cual sólo asintió
Krystal siempre ha sido una beta bastante fuerte, y ha protegido a su hermanito de cualquier situación que lo ponga en riesgo. Conseguir un alfa nunca estuvo en sus planes a corto o mediano plazo, pero ahora por el bien de su hermano debía conseguirse uno. Fue así que contactó con la señora Taylor que prometió presentarle a su hijo, un alfa de 22 años aún sin emparejar. Dijo que para conocerlo debería viajar a Quebec, Canadá el día 23 de marzo e ir a cierta dirección a cierta hora. Todo podría parecer sospechoso y riesgoso, pero era algo que ella estaba dispuesta a hacer para sacar adelante a Sammy.
Su padre piensa que irá a pagar unas cosas pendientes a Canadá de cuando su hermano estudió allá, pero en realidad no va a hacer nada parecido a eso.
—Krystal quiero dormir hoy contigo, ¿Puedo?— el pequeño omega sacó su lado más tierno para convencer a su hermana mayor, razón por la que ella no se pudo resistir y terminó cediendo ante aquella petición.
Ya era tarde, así que Krystal y Sammy se acostaron en la cama y ella comenzó a tararear una canción de cuna, que su madre no biológica le había enseñado. Ambos cayeron dormidos no mucho tiempo después.
Ella comenzó a recordar aquel horrible momento, el instante en que las vidas de su pequeño hermano y su madre corrían peligro. Aquella llamada que apagó su mundo por completo.
El día en que su padre hizo de todo para salvar a su esposa...
Sabía que era un sueño, pero de todas formas aquello había pasado. Trató de tomar el control de esa "realidad" pero simplemente no podía. Era prácticamente imposible. Y entonces despertó. Desorientada, triste, cansada, algo agitada y harta de su vida. Y el único rayo de luz que alumbraba en la oscuridad que sentía dentro de su corazón lo tenía a un lado, durmiendo plácidamente. Sammy era lo único que a Krystal le importaba.
No eran hermanos de sangre, sino familia política. Pero de igual forma lo amaba tanto como si fueran hermanos biológicos. Él era lo único importante en su vida, ni nada ni nadie más que Sammy
Miró la hora, marcaban las 7:24 am y debía estar en el aeropuerto a las 8:35 am porque el avión salía a las 9:20 am. Trató de no despertar al omega y tomó la maleta que había empacado. Fue a la cocina y tomó la barra de pan, le untó mantequilla y salió de su casa.
En el aeropuerto decidió contactar con la señora Taylor para verificar que todo iba según el plan, no le contestó y eso la alarmó un poco, pero no le quedaba nada más que confiar en que todo saldría bien.
Se llegó la hora del vuelo y se fue.
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Krystal llegó a Quebec y se dirigió a donde había acordado con la señora Taylor. Una casa azul, de dos pisos, con un portón color negro. Calle Paper, afuera hay un gran árbol Ficus. Miró la casa que le parecía muy bonita, vio como había bolitas amarillas tiradas en la banqueta, por el Ficus enorme que había afuera. Recordó que la señora Taylor le había dicho que, en cuánto llegara, tocara el timbre a la izquierda del portón y esperara hasta que alguien saliera para abrir el candado. Y eso hizo
Pasaron 5, 10 y luego 15 minutos y nadie le abría para entrar, por lo que entró en pánico. ¿Había ido a la dirección equivocada? ¿Era una trampa? ¿La habían engañado? ¿Acaso algo le sucedió a los que viven en esa casa? Mientras la beta se hacía esas preguntas vio como un chico, como de su edad, abría unas cortinas en la segunda planta, y ella comenzó a saltar para llamar su atención. Pensó en trepar al árbol y hacer más señas, pero no lo necesitó ya que el chico la vio y decidió bajar a abrirle, o eso creía ella.
Y fue cuando lo notó: un alfa, alto, azabache, guapo, de ojos café clarito, y aparentemente se acababa de despertar. El chico le abrió el portón a la rubia y ésta pasó por un jardín bastante grande, muy bonito y cuidado. Había muchas flores y el césped tenía un color verde hermoso. Brillaba prácticamente.
El alfa la dejó entrar a la casa y cerró la puerta
—Supongo que eres la invitada que mencionó mi madre. No me dijo tu nombre pero debes ser ella— dijo el azabache mientras trataba de quitarse lo adormilado
—Ah...supongo que sí— le respondió algo nerviosa— mi nombre es Krystal, tengo 24 años y vengo de Washington. Supongo que tu debes ser Anthony Taylor, ¿cierto? Un gusto— le extendió la mano al alfa y éste la aceptó
—Le diré a mi mamá que llegaste, dijo que tu y ella debían hablar de cosas— el alfa se dirigió hacia las escaleras, tomó aire y gritó— ¡MAMÁ! TU VISITA LLEGÓ
La beta se tapó los oídos, pensó que aquel chico la habría dejado sorda de lo fuerte que gritó.
La mujer omega bajó, aun en pijamas y corriendo las escaleras. Se acercó a ambos muchachos y sonrió.
—Tony ella es Krystal, una beta muy hermosa con la que contacté para que la conozcas— dijo mientras entrelazaba sus manos, luego se acercó a la oreja de su hijo— y que la conquistes
El azabache se miró avergonzado a su madre, quien solo sonrió y le ofreció algo de desayunar a la beta que tenía a su derecha.
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Holi jsjs, les voy a ser sincera: no planeaba narrar este capítulo así. Pero bueno, creí que darle algo de protagonismo a Krystal no estaría mal
Se supone que actualizaría cada semana pero...la semana pasada tuve un par de problemas y bueno, no me dieron ganas de escribir :,v
Pero hoy estoy mejor. Ustedes están bien? uwu. Espero que sí uwu, lxs quiero <3
–Valeria Kun
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