LX
Carmela tenía conocimiento de tu enfermedad. Bajó la cabeza y me preguntó si seguiría contigo. Comprendía su preocupación, mi abuela había padecido de lo mismo que tú y ella, Carmela, había visto todo el proceso a mi lado. Ambas sabíamos que seguir el mismo camino sería una aventura pedregosa y escapar era sencillo.
¿Qué le iba a responder?
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