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Capítulo 3: Noche de Juegos

Era de noche y la albina estaba en su camarote, sentada en su silla, con los pies cruzados sobre su escritorio mientras que leía un libro. Dejó el timón de la nave a su piloto luego de acordar el lugar a donde se dirigirían una vez terminaron de revisar el mapa que encontraron durante el día.

El barco estaba anclado. Sin embargo, Francheska sentía el suave oleaje debajo de ella. Moviendo de lado a lado su fuerte navío como un bebé al que sus padres trataban de arrullar.

Sonrió ambiciosa pensando en las riquezas que les aguardaban al final del camino luego de seguir todos los puntos marcados en el mapa. Miró de reojo el cilindro sobre su escritorio y frunció el ceño recordando la frase grabada en el mismo:

–“Con el tiempo todo se descubre; las mentiras más ocultas, las razones más ciertas y las personas más falsas...¿Qué significará?...”

Sus pensamientos fueron interrumpidos por unos golpes dados a la puerta de su camarote.

Percy levantó sus orejas y miró en dirección a los sonidos. Gruñó molesto a la puerta luego de levantarse de su cama , ya se había hecho de madrugada y nadie tenía el derecho de entrar al camarote de su dueña a altas horas de la noche, a menos que ella lo permitiese.

–¿Capitana?...Soy yo, Lolbit. ¿Está despierta?

Al oír la voz del piloto, el zorro fenec dejó de gruñir y cambió su expresión a una más alegre. Corrió hasta la puerta y comenzó a rasguñarla con sus patas delanteras, ansioso de que su dueña la abriera para que así pudiera encontrarse con su amigo albino.

La capitana suspiró y cerró el libro que estaba leyendo. Luego de dejar dicho objeto sobre su escritorio, se dirigió hacia la puerta.

–Adelante...—dijo apartándose luego de dejar entrar al albino a su camarote, evitando encontrarse con sus ojos oscuros y radiante sonrisa—

–...Oh, pensé que estaba dormida.—se disculpó el piloto luego de haber entrado. De pronto sintió que su cola era jalada por alguien,miró hacia abajo y vio que Percy la estaba mordiendo a la vez que le lanzaba una mirada retadora–

–No tengo mucho sueño el día de hoy, marinero.—confesó la albina—

El contrario le sonrió luego de quitar su cola de entre las fauces del zorro fenec. Generalmente él iba a su camarote sólo cuando ella se lo ordenaba, pero esta vez era diferente. Había venido por su propia cuenta.

–¿Puedo saber el porqué estás aquí?—preguntó cruzándose de brazos frente a él. El rostro del piloto empalideció un momento hasta que se tranquilizó.—

–Imaginé que estaba aburrida...Así que vine preparado.

Mientras que sus labios esbozaban una sonrisa pícara, Lolbit extrajo de uno de sus bolsillos una pequeña caja forrada en cuero. Acto seguido, la abrió frente a la capitana dejando ver su contenido.

–¿Le apetece una partida de póker, capitana?

...

–En su honor, una flor imperial. Gané otra vez—rió victorioso el piloto dejando sus cartas sobre la mesa para luego arrastrar con su brazo hacia él los objetos que él y la albina apostaron durante la partida, entre los cuales se hallaban una navaja, unas cuantas monedas de oro, piedras preciosas, etc. Acto seguido, se guardó todos sus nuevos tesoros en una bolsa que su capitana le había prestado.—

–Fue pura suerte—gruñó la capitana tirando sus cartas de mala gana sobre la mesa—

–Uff, alguien aquí no es buena perdedora.

–Soy una pirata, marinero. No me gusta perder, y el que ganaras diez partidas no te hace un experto.

–Es solo cuestión de práctica.

–Hmph...Bueno, no lo he jugado mucho que digamos. Así que admito mi derrota,por esta vez—aclaró para luego tomar su sobrero y alzarlo un poco sobre su cabeza—. Y me quito el sombrero ante ti, tendré que practicar más para la próxima vez.

–Puedo enseñarle, si quiere. No tengo ningún problema.

La albina sonrió asintiendo levemente. En ese momento decidió que no se daría por vencida ante su piloto. Esos ojos oscuros que observaban concentrados las cartas que sostenían sus dedos la habían distraído durante cada una de las partidas, pero esta vez sería diferente.

Miró como Lolbit guardaba las cartas en su cajita y volvió a sonreír, por el momento, con picardía.

–Bien, ya jugamos tu juego. ¿Aceptarás jugar al mío?.

Luego de terminar de guardar sus cartas, el piloto fijó su mirada en las orbes doradas de su capitana.

–Si no acepto eso afectaría mi rango en este barco...¿Verdad?

–—sonríe de medio lado—No sería tan mala como para hacerte eso...Además, ¿Dónde encontraré a otro piloto que sea tan bueno en su oficio como tú?

...

–Jaque mate—dijo el piloto luego de llevar su torre unos seis casilleros delante del rey de la albina—

Mientras que él había perdido casi todas sus piezas, Francheska tenía cinco de sus piezas aún sobre el tablero. En su opinión, Lolbit demostró ser un rival digno, movió sus piezas hábilmente como todo un jugador durante toda la partida, pese a su poca experiencia en su juego favorito.

–Humm. Buena jugada...salvo por... ¡Esto!

Francheska movió en forma diagonal a su reina, llevándose al indefenso rey de su contrario. Lolbit la miró sorprendido.

–Jaque mate—pronunció su victoria sosteniendo la pieza negra entre sus dedos—

–—sonríe—Jajaja...Impresionante, tengo que practicar más.

–Si...Aunque no lo hiciste tan mal, eres muy bueno. Con un poco más de práctica quizás consigas superarme, como en el póker.

Lolbit sonrió de medio lado a la vez que alzaba una de sus cejas.

–¿Le han dicho que es muy presumida, capitana?

–Marinero...simplemente disfruto ganar. Pero cuando me venciste en tu juego, lo acepté y tú hiciste lo mismo cuando te vencí en el mío. No hay rencores entre nosotros ¿Cierto?

–...Cierto. Lástima que no tenga un tablero propio, podría practicar cuando quisiera...Y así derrotarte.

–...—sonríe—Yo te enseñaré. Ven cuando quieras.

El piloto pensó que su mente le estaba jugando una broma de mal gusto, la Capitana Funtime no podía estar ofreciéndole algo así.

–¿Enserio?

–Solamente si quieres, aunque seguirás siendo mejor en el póker.

–Pues ya que insiste...Lo haré.

La capitana sonrió complacida mientras que su piloto, accidentalmente, tiró la pieza blanca del rey fuera del tablero al intentar levantarse de su silla. Ambos piratas vieron como la pieza caía de la mesa hasta tocar el suelo y rodar unos centímetros sobre la alfombra que cubría la madera.

–L-Lo siento—se disculpó el piloto para luego levantarse de su silla, dispuesto a buscar la pieza de ajedrez—

–Está bien—lo detuvo la capitana levantándose de su silla—, no te preocupes.

Al intentar tomar la pieza, las manos de ambos se rozaron. Sus dedos sostenían al rey de los dos extremos. Francheska y Lolbit se miraron fijamente, la albina sintió como sus mejillas ardían y enrojecían al tener los ojos oscuros del piloto mirándola de esa manera.

–C-Capitana...

La mencionada permaneció inmóvil hasta que al fin pudo reaccionar. Se levantó rápidamente y le dio la espalda a Lolbit. Mordió su labio inferior maldiciéndose a ella misma en su mente por haber puesto aquella expresión tan tonta frente a su piloto.

En ese momento se sintió la mujer más estúpida del mundo. Si antes casi no podía mirarlo a los ojos ahora ni siquiera podría hablarle de forma normal. Pero no, no. Ella era la capitana. La única y máxima autoridad, pasara lo que pasara, tenía que actuar como lo dictaba su deber.

–Creo que ya es hora de que vayas a descansar, marinero. Mañana debemos comenzar a seguir el mapa...y no toleraré un bostezo de tu parte ni de los demás.—dijo entre dientes tratando de que sus nervios no la consumieran—

–Capitana...lo siento. No quise incomodarla...yo solo-

–—alza su mano frente a él—Déjalo... Es muy tarde, Lolbit. Debemos dormir. Sal de mi camarote, ahora.

El piloto bajó sus orejas hasta la mitad de su cabeza. Sabía que hizo algo mal...pero no sabía que fue exactamente. Tampoco entendía el comportamiento de su capitana, durante un momento pareció mostrar una de sus misteriosas facetas con él y luego...volvió a ser la misma de siempre.

Hasta él estaba confundido por sus propios gestos. Ir voluntariamente al camarote de su capitana con un mazo de cartas con el "pretexto" de sacarla de su aburrimiento no era normal en él. Siempre obedecía las reglas.

¿Por qué ahora no tenía ganas de dejarla sola? ¿Por qué quería seguir hablando con ella?...¿Por qué se sentía así?...

–En serio lamento haber venido sin una orden suya, Capitana Funtime...No volverá a suceder, se lo juro...

Se acercó hasta la mesa y sobre esta depositó la pieza de ajedrez, justo en medio del tablero. Luego, se alejó y salió del camarote en silencio, no sin antes mirar a la capitana por última vez.

La albina volteó su mirada hacia la puerta y suspiró. De nuevo, sintió que un escalofrío recorría su espalda y que sus mejillas ardían al pensar en todo lo que había sucedido allí. Negó con la cabeza y fue hasta su cama, donde Percy la estaba esperando, acostado sobre una de las almohadas.

–Enserio necesito dormir esta noche...—murmuró para sí misma—

...

–¡Buenos días capitana!—la saludó Baby al verla salir de su camarote—

La albina le respondió a su saludo con una extraña sonrisa y se dirigió hacia la cubierta para tomar su puesto detrás del timón. Tenía ganas de volver a la cama, no logró cerrar siquiera un ojo en toda la noche.

Al llegar a la cubierta dio la orden de levar anclas y soltar velas. Ese mismo día comenzarían su viaje. Su tripulación asintió a sus órdenes y, en segundos, el barco comenzó a moverse con la ayuda del viento.

Subió al puesto de mando, Lolbit la esperaba allí.

–B-Buenos días capitana—la saludo sonriendo nervioso—

En el fondo la albina deseó devolverle el saludo como usualmente lo hacía pero...esta vez fue diferente. No respondió y le propinó una mirada fría al piloto.

Se acercó al timón y lo tomó con ambas manos, ignorando al albino. Lolbit miró hacia el frente y suspiró, la capitana no estaba de buenas y sabía que hablarle mucho no era muy conveniente en ese momento...

–¿Cuánto tardaremos en llegar, Lolbit?—le preguntó ella sin apartar su vista del horizonte—

–...Si el viento nos favorece, llegaremos en menos de diez días—respondió el piloto—

–Muy bien.

Durante el resto del día ambos piratas se mantuvieron alejados y en silencio. No se miraban, no se hablaban y solo cambiaban de puestos como de costumbre.

Por la noche sucedió lo mismo, hasta que la capitana ordenó que soltaran el ancla. Ahí fue cuando Lolbit quiso arreglar lo que supuestamente había hecho mal.

El piloto fue hasta el camarote de la capitana sin que ella lo pidiese y tocó la puerta, suspiró profundamente antes de responder al “¿Quién es?” que escucho del otro lado de la misma.

–Soy Lolbit, capitana.

–Estoy ocupada ahora Lolbit. Lárgate.

–...Lo siento...—se disculpó bajando sus orejas. Al principio se dispuso a irse y seguir la orden de la albina pero algo en su mente le ordenó permanecer frente a la puerta un rato más—Capitana, no pretendo incomodarla. Sólo quiero disculparme por lo que pasó ayer...si hice algo mal o fuera de su órdenes estoy dispuesto a aceptar cualquier castigo de su parte...

Al no escuchar una respuesta de parte de la albina, decidió continuar. Sin preocuparse en saber si lo escuchaba o no.

–Lo único que quería era...

Francheska estaba con una de sus orejas pegada a la puerta. Escuchando atentamente.

–...No importa...le prometo que no volverá a suceder de nuevo...Ya no vendré sin una orden suya...

–...

–...En verdad, lamento todo lo que pasó...

–...

–...Bien, la dejaré tranquila. Espero que tenga buenas-...

De repente, la puerta del camarote se abrió y el albino detuvo su andar. Reparó su mirada en las orbes doradas de su capitana, las cuales lo miraban con arrepentimiento.

–...También lo siento—le dijo la albina para después volver a encerrarse en su camarote—

No pasaron ni dos segundos para que la puerta volviera a abrirse y las manos de la capitana viajaran a las mejillas del piloto y que estas atrajeran su rostro al de ella.

En ese oscuro y frío pasillo, la Capitana Funtime había cometido el segundo error más grande de toda su vida...robarle un beso a uno de sus marineros.

Continuará

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